Obras de La Gloriosa Santa Teresa de Jesus Tomo II
6 MORADAS como dlxo del Ciego que dio vista, quando le preguntaroa los Apostóles, si era por sus pecados , ó de sus padres. Y ansi acaece , no las hace por ser mas Santos á quien las hace, que á los que no, sino porque se conozca su gr^deza, como vemos en San Pablo y la Magdalena, y para que nosotros le alabemos en sus criaturas. j Podráse decir, que parecen cosas imposibles, y que es bien no escandalizar los flacos. Menos se pierde en que ellos no lo crean , que no en que se dexen de aprovechar á los que Dios las hace y se regalarán , y despertarán á mas amar á quien hace tantas misericordias, siendo tan grande su poder, y Magestad. Qiianto mas , que sé que hablo con quien no habrá este peligro , porque saben , y creen, que hace Dios aun muy mayores muestras de^ amor. Yo sé, que quien esto no creyere, no lo verá por experiencia porque es muy amigo de que no pongan tasa a sus obras: y ansi, Hermanas, jamás os acaezca, á las que el Señor no llevare por este camino. 6 Pues tornando á nuestro hermoso, y deleitoso Castillo , hemos de vér como podemos entrar en él. Parece que digo algún disbarate *, porque si este Castillo es el ánima, claro está que no hay para que entrar, pues ella sé es el mesmo, como parecería desatino decir á uno que entrase en una pieza, estando ya dentro. Mas habéis de entender, que vá mucho de estár á estárque hay muchas almas que están en la ronda del Castillo, que es á donde están los que le guardan, y que no se les dá nada de entrar dentro, ni saben que hay en aquel tan precioso lugar, ni aun que piezas tiene. Ya habréis oído en algunos libros de Oración aconsejar al alma, que entre dentro de sí i pues esto mesmo es. De
PRIMERAS. 7 7 Declame poco ha un gran Letrado, que son las almas que no tienen Oración, como un cuerpo con perlesía, ó tullido, que aunque tiene pies, y manos, no los puede mancfyn (jueansi son, que hay almas tan enfermas, y mostradas á estarse en cosas exteriores, que no hay remedio, ni parece que pueden entrar dentro de sr, porque ya la costumbre la tiene tal de haber siempre tratado con las sabandijas, y bestias, que están dentro del Castillo, que ya casi está hecha como ellas: y con ser de natural tan rica, y poder tener su conversación, no menos que con Dios, no hay remedio. Y sí estas almas no procuran entender, y remediar su gran miseria, quedarse han hechas estatuas de sal, por no volver la cabeza acia sí j ansi como lo quedó la muger de Loth por volverla. Porque á quanto yo puedo entender, la puerta para entrar en este Castillo, es la Oración, y consideración: no digo mas mental, que vocal, que como sea Oración, ha de ser con consideración y porque la que no advierte con quien habla, y lo que pide, y quien es quien pide, y á quien, no la llamo yo Oración, aunque mucho menee los labiosa porque aunque algunas veces si será, aunque no lleve este cuidado, mas es habiéndole llevado otras: mas auien tuviese de costumbre hablar con la Magestad de Dios, como hablarla con su esclavo , que ni mira si dice mal, sino lo que se le viene á la boca, y tiene deprendido por hacerlo otras veces, no la tengo por Oración , ni plega á Dios que ningún Christiano la tenga desta suerte , que entre vosotras. Hermanas, espero en su Magestad no la habrá, por la costumbre que hay de tratar de cosas interiores, que es harto bueno para no caer en semejante bestialidad. 8 Pues no hablemos con estas almas tullidas (que sí no
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como dlxo <strong>de</strong>l Ciego que dio vista, quando le preguntaroa<br />
los Apostóles, si era por sus pecados , ó <strong>de</strong> sus padres.<br />
Y ansi acaece , no las hace por ser mas Santos á quien las<br />
hace, que á los que no, sino porque se conozca su gr^<strong>de</strong>za,<br />
como vemos en San Pablo y la Magdalena, y para<br />
que nosotros le alabemos en sus criaturas.<br />
j Podráse <strong>de</strong>cir, que parecen cosas imposibles, y que<br />
es bien no escandalizar los flacos. Menos se pier<strong>de</strong> en que<br />
ellos no lo crean , que no en que se <strong>de</strong>xen <strong>de</strong> aprovechar á<br />
los que Dios las hace y se regalarán , y <strong>de</strong>spertarán á mas<br />
amar á quien hace tantas misericordias, siendo tan gran<strong>de</strong><br />
su po<strong>de</strong>r, y Magestad. Qiianto mas , que sé que hablo<br />
con quien no habrá este peligro , porque saben , y creen,<br />
que hace Dios aun muy mayores muestras <strong>de</strong>^ amor. Yo sé,<br />
que quien esto no creyere, no lo verá por experiencia<br />
porque es muy amigo <strong>de</strong> que no pongan tasa a sus obras:<br />
y ansi, Hermanas, jamás os acaezca, á las que el Señor no<br />
llevare por este camino.<br />
6 Pues tornando á nuestro hermoso, y <strong>de</strong>leitoso Castillo<br />
, hemos <strong>de</strong> vér como po<strong>de</strong>mos entrar en él. Parece que<br />
digo algún disbarate *, porque si este Castillo es el ánima,<br />
claro está que no hay para que entrar, pues ella sé es el mesmo,<br />
como parecería <strong>de</strong>satino <strong>de</strong>cir á uno que entrase en<br />
una pieza, estando ya <strong>de</strong>ntro. Mas habéis <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r, que<br />
vá mucho <strong>de</strong> estár á estárque hay muchas almas que están<br />
en la ronda <strong>de</strong>l Castillo, que es á don<strong>de</strong> están los que le<br />
guardan, y que no se les dá nada <strong>de</strong> entrar <strong>de</strong>ntro, ni saben<br />
que hay en aquel tan precioso lugar, ni aun que piezas<br />
tiene. Ya habréis oído en algunos libros <strong>de</strong> Oración aconsejar<br />
al alma, que entre <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> sí i pues esto mesmo es.<br />
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