Obras de La Gloriosa Santa Teresa de Jesus Tomo I

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INDICE DE LAS COSAS NOTABLES. IXXIII pensado lo que ha de pedir , y lo mis- tá como la cierva herida , que menino debe executar el que pide á Dios, ciona David. Ibid. n, 10. Refiere la Sanmediante la Oración del Padre nues^ ta el modo con que el Angel hirió á tro. C. cap. 30. n, r. Se reía la Santa su corazón con el dardo. Ibid, n. ti. de aquellos que no se atreven á pedir Salud. Deseárnosla muchas veces , y suetrabajos á Dios, por el miedo de que le ser causa de muchos males espirisu Magestad se los dará luego. C. tuales, V. cap. ó. Veas? la palabra; cap. 32, n, 2. Es lícito á los del mun- Enfermedad. do el pedir á Dios lo temporal que Salvación. Dice la Santa , que no tenia necesitan para sustentar las Casas. fuerzas su alma para salvarse sin las C. cap. 27. n. %. A Dios le hemos de grandes mercedes que el Señor la hapedir mucho, y no poco , así como cia. V. cap. 18. n. 2. sería vergüenza pedir un maravedí a Samañtana. Era la Santa muy devota de un gran Emperador, C. cap, 42. ni 4. esta dichosa muger, y la tenia dibuxa- Despues de pedir á Dios hemos de desear que se haga su voluntad, y no la nuestra, si nq es conforme á la su-. ya. Ibid, da á donde estaba siempre quando ni-» ña, con un letrero, que decía: Domine , da mihi aquam. V. cap. 50, n. 15. Se necesita en la Oración de mucha constancia para llegar hasta encontrar el agua que dixo el Señor a la Samaritana. C. cap. r^. n, 5. Ahios, Dice la Santa , que la ocasio^ naron muchos daños algunos sugetos Sangre. Dixo Christo á la Santa, que quemedio Letrados. V. cap. y, núm. 2. ria su Magestad la aprovechase su Aquel es tenido por sábio , el qual sangre : En los Papeles de la Santa, quiso ser tenido por loco en esta vi- que están al fin de la Vida, n. 2, da , á imitación de Christo. V. cap, Santos* No encontraba la Santa en nin- s tos , Doctores , y Letras, Sacerdocio , y Sacerdotes. Convirtió la Santa á un Sacerdote de mala vida. V, cap. y. núm, 2. Los Sacerdotes están mas obligados á ser buenos , que los que no lo son. V. cap, 38, n. 1;. Sacramentos. El alma virtuosa , que por su flaqueza tuvo alguna caída, recurre ansiosa á los Sacramentos de la Confesión , y Comunión , dando á Dios muchas gracias por la virtud que puso en ellos para sanar de nuestras llagas, V. cap. 19, n. i¡ Saeta , ó dardo. Algunas veces introduce el Señor en las almas una saeta de su amrr , que parece lleva yerva para aborrecerse á si mismas por amor de Dios. V. cap. 19. n. 9. Quando el Señor hiere al alma con esta saeta, es­ 27, n. 9. Es ignorancia el pensar que guno de los que fueron grandes pecase sirve mas á Dios , porque nos tengan dores con quien consolarse, por pare­ por sabios , y discretos. Ibid. cería que después que los llamó el Sedores Véanse las palabras : Doctrina , Escri-* ñor , no le volvieron á ofender: En el Proemio al Libro- de la Vida. Recurrió la Santa á los Médicos del Cielo, que son los Santos , quando conoció no la podían valer los Médicos de la • tierra. V. cap. é. n. 3. No han de^aco-^ bardarnos las obras de los Santos, pareciendonos que es falta de humildad el hacer ánimo de executarlas , antes bien , fiados en Dios, hemos de formar deseos de imitarlas. % cap. i^.-n, 4. Las almas, después que se levantan de las culpas, recurren ansiosos al patrocinio de los Santos , para que las alcancen virtud del Señor para perseverar. V. cap. T9. n. ?, El amor de Dios le hacia aborrecer la Vida, V. cap. 21. n. 3. Todos los Santos contemplativos fueron devotísimos de la Humanidad de Christo. V. cap. 22. n. 4.

INDICE DE IAS COSAS NOTABÍES, LXXIV n. 4. Hacia la Santa muchas Oraciones á los Santos , porque Dios Ja llevase por otro camino , que no fuese sospechoso. V. cap. 26. n. 1. Aunque no seamos Santos , lo podemos ser. Es malísima disculpa el decir, que no somos Sancos , ni Angeles , para disculpar nuestros defectos. C. cap. 16. n. S.^n la> fiestas de los Santos píense sus virtudes, y pida á Dios se ias dé. A. ff. Véase la palabra: Festividades. Sfcreto. Nida se le oculta á Dios ; y si entendiésemos bien esto , no executariamos cosas malas. V. cap. 2. núm. El Señor reveló á la Santa muchos secretos pertenecientes á la gloria, que se dará á los buenos, é infierno a f los malos. V. cap. 52. n. r. Las mercedes de la Santa no se publicaron por culpa suya, sentia mucho esto, pero después la puso el Señor en parage que no lo sentia. V. cap. 40. n. 16. Guarde mucho los sentimientos que el Señor le comunicare en la Oración. A. ^ z. Recátese la devoción. A. ?7. La devoción interior no la muestres sin gran necesidad ; mi secreto para mí, dice San Francisco, y San Bernardo. A. ^8. Sed. Pone la Santa un símil en la sed, y el agua , para explicar como proceden algunas almas en Oración. C. cap. 1^. n. ^. El que fuere constante , y caminase por la Oración buscando el agua viva , no morirá de sed en la carrera. C. cap. 20. n. r. teglíires. Muchas personas de suposición por lograr el trato de la Santa alcanzaban de sus Prelados, que viniese algunas veces á sus casas. Sentíalo ella. V. cap. $ t. n. f. Christo díxo á la Santa, que avisase á sus Prayles tratasen poco con Seglares, y esto para bien de sus almas: En los Papeles de la Santa , que están al fin de la Vida, núm. 20. Véanse las palabras: Mando, Señorío , €umplimkntQs mundanos , Política mundana» y Seguridad. No la hay en esta vida , especialmente en la firmeza de nuestra perseverancia, por mas encumbrada que se vea el alma en la virtud. V. cap. 6. n. 4. En la humildad, mortificación , y desasimiento de todo está la seguridad del espíritu, no en los regalos espirituales. C. cap. 17. n. 4. Suele poner el Demonio una tentación de seguridad, acerca de que ya no volveremos atrás en la virtud , la qual es muy perjudicial. C. cap. jí»» núm. Semayia Santa. En ella solía la Santa padecer mucha tenebrosidad, y penas muy fuertes. V. cap. 3 o. n. 7. Señorío , Señores i y Grandeza de tierra. El alma que ha gozado las grandes mercedes que el Señor suele hacer en la Oración , queda con un Señorío muy grande sobre todo lo criado , despreciándolo , y conociendo que todo es engaño , y mentira. V. cap. 20. núm. 17. y siguientes. El señorío del mundo es un engaño , quanto mas grande, trae mayores cuidados , no dexa comer, beber, ni vestir conforme a' gusto , sino precisado al estado. V. cap» ? 4. n. 2. Aborreció la Santa el ser Señora. La mayor mentira del mundo es llamar Señores á las personas de alto estado , porque en la realidad son esclavos. Ibid. n. 3. Con las mercedes que el Señor hacia á la Santa no la espantaba la grandeza del mundo , y así estaba tratando á las grandes Señoras con tanta libertad , como sino lo fuesen. Ibid. n. 2. El señorío del mundo está fundacU) en autoridades postizas. V. cap. 37. n. 2. Los Grandes del mundo son nada delante de Dios: En los Papeles de la Santa, que están al fin de la Vida , n. 18. Véanse las palabras: Reyes, Cumplimientos muti" danos , Palacios , y Política mundana. Sequedades. No se dexe la Oración por las sequedades. Dá la Santa excelente doctrina para que las podamos sufrir. V. cap. ii. n. tf. Véase aquí el ü. 8.

INDICE DE LAS COSAS NOTABLES.<br />

IXXIII<br />

pensado lo que ha <strong>de</strong> pedir , y lo mis- tá como la cierva herida , que menino<br />

<strong>de</strong>be executar el que pi<strong>de</strong> á Dios, ciona David. Ibid. n, 10. Refiere la Sanmediante<br />

la Oración <strong>de</strong>l Padre nues^ ta el modo con que el Angel hirió á<br />

tro. C. cap. 30. n, r. Se reía la <strong>Santa</strong> su corazón con el dardo. Ibid, n. ti.<br />

<strong>de</strong> aquellos que no se atreven á pedir Salud. Deseárnosla muchas veces , y suetrabajos<br />

á Dios, por el miedo <strong>de</strong> que le ser causa <strong>de</strong> muchos males espirisu<br />

Magestad se los dará luego. C. tuales, V. cap. ó. Veas? la palabra;<br />

cap. 32, n, 2. Es lícito á los <strong>de</strong>l mun- Enfermedad.<br />

do el pedir á Dios lo temporal que Salvación. Dice la <strong>Santa</strong> , que no tenia<br />

necesitan para sustentar las Casas. fuerzas su alma para salvarse sin las<br />

C. cap. 27. n. %. A Dios le hemos <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s merce<strong>de</strong>s que el Señor la hapedir<br />

mucho, y no poco , así como cia. V. cap. 18. n. 2.<br />

sería vergüenza pedir un maravedí a Samañtana. Era la <strong>Santa</strong> muy <strong>de</strong>vota <strong>de</strong><br />

un gran Emperador, C. cap, 42. ni 4. esta dichosa muger, y la tenia dibuxa-<br />

Despues <strong>de</strong> pedir á Dios hemos <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>sear que se haga su voluntad, y no<br />

la nuestra, si nq es conforme á la su-.<br />

ya. Ibid,<br />

da á don<strong>de</strong> estaba siempre quando ni-»<br />

ña, con un letrero, que <strong>de</strong>cía: Domine<br />

, da mihi aquam. V. cap. 50, n. 15.<br />

Se necesita en la Oración <strong>de</strong> mucha<br />

constancia para llegar hasta encontrar<br />

el agua que dixo el Señor a la Samaritana.<br />

C. cap. r^. n, 5.<br />

Ahios, Dice la <strong>Santa</strong> , que la ocasio^<br />

naron muchos daños algunos sugetos Sangre. Dixo Christo á la <strong>Santa</strong>, que quemedio<br />

Letrados. V. cap. y, núm. 2. ria su Magestad la aprovechase su<br />

Aquel es tenido por sábio , el qual sangre : En los Papeles <strong>de</strong> la <strong>Santa</strong>,<br />

quiso ser tenido por loco en esta vi- que están al fin <strong>de</strong> la Vida, n. 2,<br />

da , á imitación <strong>de</strong> Christo. V. cap, Santos* No encontraba la <strong>Santa</strong> en nin-<br />

s<br />

tos , Doctores , y Letras,<br />

Sacerdocio , y Sacerdotes. Convirtió la<br />

<strong>Santa</strong> á un Sacerdote <strong>de</strong> mala vida. V,<br />

cap. y. núm, 2. Los Sacerdotes están<br />

mas obligados á ser buenos , que los<br />

que no lo son. V. cap, 38, n. 1;.<br />

Sacramentos. El alma virtuosa , que por<br />

su flaqueza tuvo alguna caída, recurre<br />

ansiosa á los Sacramentos <strong>de</strong> la Confesión<br />

, y Comunión , dando á Dios<br />

muchas gracias por la virtud que puso<br />

en ellos para sanar <strong>de</strong> nuestras llagas,<br />

V. cap. 19, n. i¡<br />

Saeta , ó dardo. Algunas veces introduce<br />

el Señor en las almas una saeta <strong>de</strong> su<br />

amrr , que parece lleva yerva para<br />

aborrecerse á si mismas por amor <strong>de</strong><br />

Dios. V. cap. 19. n. 9. Quando el Señor<br />

hiere al alma con esta saeta, es­<br />

27, n. 9. Es ignorancia el pensar que guno <strong>de</strong> los que fueron gran<strong>de</strong>s pecase<br />

sirve mas á Dios , porque nos tengan<br />

dores con quien consolarse, por pare­<br />

por sabios , y discretos. Ibid. cería que <strong>de</strong>spués que los llamó el Sedores<br />

Véanse las palabras : Doctrina , Escri-* ñor , no le volvieron á ofen<strong>de</strong>r: En el<br />

Proemio al Libro- <strong>de</strong> la Vida. Recurrió<br />

la <strong>Santa</strong> á los Médicos <strong>de</strong>l Cielo,<br />

que son los Santos , quando conoció<br />

no la podían valer los Médicos <strong>de</strong> la<br />

• tierra. V. cap. é. n. 3. No han <strong>de</strong>^aco-^<br />

bardarnos las obras <strong>de</strong> los Santos, pareciendonos<br />

que es falta <strong>de</strong> humildad<br />

el hacer ánimo <strong>de</strong> executarlas , antes<br />

bien , fiados en Dios, hemos <strong>de</strong> formar<br />

<strong>de</strong>seos <strong>de</strong> imitarlas. % cap. i^.-n, 4.<br />

<strong>La</strong>s almas, <strong>de</strong>spués que se levantan<br />

<strong>de</strong> las culpas, recurren ansiosos al patrocinio<br />

<strong>de</strong> los Santos , para que las<br />

alcancen virtud <strong>de</strong>l Señor para perseverar.<br />

V. cap. T9. n. ?, El amor <strong>de</strong><br />

Dios le hacia aborrecer la Vida, V.<br />

cap. 21. n. 3. Todos los Santos contemplativos<br />

fueron <strong>de</strong>votísimos <strong>de</strong><br />

la Humanidad <strong>de</strong> Christo. V. cap. 22.<br />

n. 4.

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