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06 LA LEYENDA 1)K ORÍ)<br />
gador, y le quitará la vida y celio, i\nc con frau<strong>de</strong> y<br />
violencia has adquirido. Prosiguió aniuicso (irofe! izando las<br />
ísedicionos , alborotos y rdajacion <strong>de</strong> ios oslados qile lialiian<br />
<strong>de</strong> causar ios pecados y las armas <strong>de</strong> loda llnni:na:<br />
<strong>de</strong>jó pasmados -á los oycnles, y lan coníuso al rey , que,<br />
disimulando la colora y odio que contra el santo concibió<br />
por temer algún alljorolo, <strong>de</strong>jo para mejor tiempo ta venganza,<br />
l'ero mucho'ántcs dispuso el ciclo su caMigo y <strong>de</strong>sastrada<br />
muerte, en cumplimiento <strong>de</strong> la profecía <strong>de</strong>l sanio,<br />
con cuja muelle volvió l'odro á la corona; pero como jamás<br />
vuelve á su juicio entero el que muebo tiempo tué<br />
loco, así Pedro fué peor cada dia.<br />
Por esto tiempo un valeroso soldado francés, natural <strong>de</strong><br />
Limoges, llamado Guido do Makfajda , luvo tan familiar<br />
irato-y amistad con Gerardo, que , alicionado á su santo<br />
hábito-, resolvió ven<strong>de</strong>r su liaciemla, y pasando al monte<br />
Carmelo, quedarsecen los hijos <strong>de</strong> la Virgen María , Sin<br />
pecado concebida, lisiando en este santo propósito, luvo<br />
una visión celestial,- en que le mandaba se volviese á su<br />
tierra. Consultóla con san Gerardo : el cual le continuó en<br />
]o mismo por haber tenido otro aviso <strong>de</strong>l cielo la misma<br />
noche; y ailadió, que vuelto á su tierra se casase, porque<br />
no le quería el Señor para religios;), sino para ser padre<br />
<strong>de</strong>dos lumbreras fulgentísimas, que hablan <strong>de</strong> ilustrar<br />
lodo el Oriente. El efecto mostró bien la verdad <strong>de</strong>l espíritu<br />
profetico <strong>de</strong> Geraulo; pues casado Guido tuvo hos hijos<br />
sanlisimos, A<strong>de</strong>maro y san Bertoldo, que el uno fue<br />
por legado á la conquista <strong>de</strong> la Tierra Santa , y el otro<br />
fué el primer gcueral <strong>de</strong> la religión <strong>de</strong> Muestra Señora <strong>de</strong>l<br />
Cármen , en el gobierno latino.<br />
Luciendo Gerardo con estos profetices rcfplandorcs, y<br />
oíros innumerables milagros, llegó al término dosusdias<br />
tn que, queriendo el Señor premiarle con la corona <strong>de</strong>l<br />
martirio , lo dispuso en esta forma. Restituido el rey Pedro<br />
á su trono, el año <strong>de</strong> 1043, haciendo capricho la obstinación<br />
, aumonló sus <strong>de</strong>safueros y elucidados, sin que el<br />
saníd obispo con sus amonostaciones pudiese refrenar sus<br />
arrojas. <strong>Los</strong> hüngarcis, viéndose cada dia mas oprimidos,<br />
ofrecieron la corona á dos hermanos, Andres y f.evaía,<br />
qne íirtnqtio oran <strong>de</strong> nación réjanos, teman muclu s amig«fcy-andaban<br />
<strong>de</strong>sterrados <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la coronación <strong>de</strong> Pedro:<br />
i\ Cflos ofrecieron la corona que los <strong>de</strong>safueros y liraníaá<br />
<strong>de</strong> I'edro habinn jiisíaruenle pei dkló y <strong>de</strong>smerecido: tales<br />
fi-utos coge un gobierno tirano y cruel. Diérohles la'enlra-*<br />
da aJ reino, con pació y condición que bnbian <strong>de</strong> extinguir<br />
<strong>de</strong> él loda la religión calólica. Ofreciéronlo así los dos<br />
hermanos, y con tal mal principio dieron posesión á su<br />
esperanza, y comenzó la turbación gran<strong>de</strong> que habia profetizado<br />
san Gerardo, tan <strong>de</strong>saforada , que habiendo<br />
in,uerto al rey lo primero , á porfía los rebel<strong>de</strong>s á H Iglesia<br />
,' basta entonces reprimidos y disimulados, procurahan<br />
<strong>de</strong>struirla santa fé. Degollaban los sacerdotes, marlirizaban<br />
los mongos, profanaban los templos, levantaban<br />
ídolos ; y ol mayor <strong>de</strong>lito era no ser <strong>de</strong>lincuentes. Teniendo<br />
ya sojuzgado todo el reino; con gran lástima <strong>de</strong> los<br />
católicos , quisieron los huevos reyes coronarse en linda,<br />
que ora ia cói te ( aunque Surio aliníia que en Alba Rea!)<br />
en aquol UempÓ. ' -" ' ' . StnODfilKip'¿ ««}-::,. . i.y<br />
y>á\\ Gerardo , acompañado <strong>de</strong> otro- tres obispos y el<br />
prnteipe <strong>de</strong> Albania ,. que, se hallaba en Hungría , salió íi<br />
recibir á los nuevos principes. Hicieron noche en on pueblo<br />
ihtmydo Glodiú ; y sr.n Gorardó 1* p1:-ó'i3ii Wfttion W<br />
DIA 2Í.<br />
un templo que habia <strong>de</strong>dicado á sania Sabina , pidiendo<br />
al Soñorse apiadase <strong>de</strong> los fieles y <strong>de</strong>fendiese su causa.<br />
Consolóle el Señiir con la ceroanu posesión <strong>de</strong> su corona:<br />
y queriendo por la mañana <strong>de</strong>cir misa, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> revestido<br />
les dijo a sus comparioros, como aquel dia habian <strong>de</strong><br />
ser martirizados, excepto el obispo Róñela , que era uno<br />
<strong>de</strong> los tres que le acompañaban. Pregunlándole cómo sabia<br />
uno y otro suceso , respondió: En esta noche, hermanos<br />
, he visto á Cristo nuestro Señor , que, presidiendo en<br />
el templo <strong>de</strong> su Madre, nos daba á lodos la sacratísima<br />
eucaristía, y el cáliz <strong>de</strong> su sangro, excepto á Üonela; quizá<br />
porque ha <strong>de</strong> huir el martirio. Animáronse con esto los<br />
<strong>de</strong>más: dispusiéronse para la muerte : y habiéndose confosado<br />
y cetebrado su misa con gran <strong>de</strong>voción, salieron á<br />
buscar y abrazar la muorle. Caminaron hacia el Danubio,<br />
para encontrar al ejército , y saludar á sus reyes. Iba san<br />
Geranio en su carretón, consumido <strong>de</strong> las asperezas; pero<br />
mas animoso qne lodos. Llegaron al rio ; y ánles <strong>de</strong> pasarle,<br />
les salió al encuentro una manga <strong>de</strong> aquellos hombres<br />
malditos, cuyo capitán era Yala , el primero que,<br />
apostatando déla fó, se habia vuelto á la falsa adoración<br />
<strong>de</strong> sus dioses. Viendo á los obispos, mandó que á pedradas<br />
los matasen ; y así lo ejecutaron, con que lodos<br />
murieron, ménos el obispo Renela, que por ruegos so<br />
escapó.<br />
Conlra san Gerardo se embraveció mas la impía compañía:<br />
y como la cólera (y mas la impiedad) es especm<br />
do locura, como locos le tiraban piedras ; pero al santo<br />
adargado con la sefial <strong>de</strong> la cruz, no le Ufaban; porque<br />
ánles <strong>de</strong> llegar á herirle, se quedaban su-ponsí¡s en el airo.<br />
Hincóse entonces do rodillas, y como otro san Estévan,<br />
pidió perdón para sus mismos enemigos: los cuales<br />
mas irritados, asiendo <strong>de</strong>l carretón y atando al santo <strong>de</strong><br />
su limón i) pértiga, lo llevaron arrastrando á lo alto do<br />
unas peñas, y <strong>de</strong>sdo allí lo arrojaron por enlre sus quiebras,<br />
cuchillos y agudas puntas, para qao muriese no solo<br />
uña vez sino muchas, siendo divididas y <strong>de</strong>spedazadas sus<br />
carnes. <strong>Los</strong> soldados que ahajo le esperaban, llegando á<br />
él, y notando que aun le palpitaba el corazón, se lo atravesaron<br />
cbñ una lanza, y arrojando <strong>de</strong> nuevo al santo<br />
cuerpo éntrelas peñas, que lamia el Danubio con la lengua<br />
<strong>de</strong> sus cristales, Ic estrellaron Ps sesos en una <strong>de</strong> ellas: y<br />
aunque el rio por espacio <strong>de</strong> siete- aftos la lavó, no piído<br />
borrar la sangro. Así acabó gloriosamente el divino Gerardo,<br />
á quién los autores llaman apóstol y protomárlir <strong>de</strong><br />
Hungría: cuyos títulos se mereció por ser oí padre espiritual<br />
<strong>de</strong> aquel ^eino, al que honró con sus milagros y profecías,<br />
y con tan ilustre triunfo garió la palma <strong>de</strong> mártir,<br />
y alentó áotros infinitos á ganarla. Fué su martirio el año<br />
<strong>de</strong> t0í7 á los li do seliembre, Y como amaba tanto aquol<br />
reino, sin duda alcanzó <strong>de</strong> Dios su reducción ála fé; pues<br />
á poco tiempo la volvieron á abrazar los húngaros con<br />
gran fervor y linoza : con que tuvieron comodidad los canónigos<br />
<strong>de</strong> Canudio <strong>de</strong> llevar las reliquias <strong>de</strong> su santo prelado,<br />
que hallaron <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> sirle años <strong>de</strong> su martirio,<br />
lan frescas y Olorosas, como el dia que lo pa<strong>de</strong>ció: diéronlo<br />
en su catedral honorfíieo <strong>de</strong>pósito, y en el lugar<br />
SbtíéQ fué martirizado, rdiíicaron una iglesia con nombre<br />
<strong>de</strong>l mismo santo. El año <strong>de</strong> TOTlt, reinando Ladislao í en<br />
Hungría, y siémlo pmUíñce Gregoi ió VU, se hizo en aquel<br />
reino un concilio, y en él se <strong>de</strong>lWrtíinó fuesen tenidos por<br />
«antós mártires los qne ríiarimTñ en la persecución réfe-