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Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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einunerótnn fervorosos <strong>de</strong>seos,con el favor fan ^raiulo que<br />

fué darles la iluslre religión <strong>de</strong> la Merced, ejeculándose su<br />

fundación con esle maravilloso modo.<br />

En las calendas <strong>de</strong> agoslo, primero <strong>de</strong> dicho,mes, <strong>de</strong>dicado<br />

á san Pedro Ad-vincuia, en el año 1218, gobernando<br />

la Iglesia <strong>de</strong> Dios la santidad <strong>de</strong> Honorio III, para<br />

librar <strong>de</strong> la Gera esclavilud sarracena á los pobres cris-<br />

Jianos cautivos Alé enviada <strong>de</strong> Dios <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el empíreo la<br />

Reina <strong>de</strong> los ángeles María santísima á la ilustre ciudad<br />

<strong>de</strong> Harcelona, y acompañada <strong>de</strong> muchos celestiales espíritus,<br />

y gran<strong>de</strong> concurso <strong>de</strong> santos y sanias, y entre ellos<br />

el apóstol san Pedro y Santiago, patrón <strong>de</strong> España, san<br />

Cucufate, san Severo, san l'aciano, sania Madrona y sania<br />

Eulalia, patrones <strong>de</strong> Barcelona, visible y corporalmente<br />

en el punto <strong>de</strong> la media noche bajó, se apareció y manifestó<br />

á san Pedro Nolasco, empleado en fervorosa oración<br />

y contemplación: y lleno el santo y humil<strong>de</strong> siervo <strong>de</strong><br />

Dios <strong>de</strong> gozo y alegría, por el favor <strong>de</strong> tan admirable y<br />

gloriosa presencia, mereció oir <strong>de</strong> la misma boca <strong>de</strong> la<br />

Reina <strong>de</strong> los ángeles estas palabras: Yo, hijo, soy la Madre<br />

<strong>de</strong>l Hijo <strong>de</strong> Dios, que por la salud y libertad <strong>de</strong>l género<br />

humano <strong>de</strong>rramó su sangre, y pa<strong>de</strong>ció cruel muerte:<br />

vengo, pues, á buscar hombres, para que á ejemplo <strong>de</strong><br />

mi Hijo pongan sus almas por la salud y libertad <strong>de</strong> otras<br />

almas que no la tienen: y siendo esta la caridad mas<br />

acepta á mi Hijo, será para mí muy agradable, si en honor<br />

mío se funda una religión, cuyos hijos con fe viva, y<br />

verda<strong>de</strong>ra y perfecta caridad, pues ñola pue<strong>de</strong> haber mayor,<br />

rediman á los cautivos cristianos <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r y tiranía<br />

<strong>de</strong> los turcos, y ofreciéndose ocasión, en que <strong>de</strong> otro modo<br />

no se puedan librar, se que<strong>de</strong>n en rehenes por la libertad<br />

<strong>de</strong> los cautivos. Declárete, hijo, esta mi voluntad;<br />

porque tcadvierlo, (pie cuando tü con vivas lágrimas solicitabas<br />

por medio <strong>de</strong> la oración el remedio <strong>de</strong> los cautivos,<br />

recogías limosnas y los redimias, presenté yo tus súplicas<br />

á mi Hijo, el cual se dignó, para consuelo luyo, y<br />

para insliluir esta religión, con especial tílulo mió, bajase<br />

<strong>de</strong>l cielo: y á tí, Pedro, te elegí; porque tú has <strong>de</strong> ser la<br />

piedra fundamental sobre la cual se ha <strong>de</strong> edificar esta<br />

mi religión. Concluido este razonamiento fervoroso y humil<strong>de</strong>,<br />

respondió san Pedro Nolasco á la Reina <strong>de</strong> los ángeles,<br />

diciendo: Con viva fé creo, Sefiora, que vos sois<br />

la Madre <strong>de</strong> Dios vivo que habéis bajado á esie mundo<br />

para remedio <strong>de</strong> los que miserablemente pa<strong>de</strong>cen la bárbara<br />

esclavilud. Pero <strong>de</strong>cidme. Señora, ¿quién soy yo<br />

para que vaya á los bárbaros enemigos <strong>de</strong> vuestro santísimo<br />

Hijo, y saque <strong>de</strong> sos crueles mazmorras á los cristianos<br />

cautivos? No lemas, Pedro (le dijo la Reina <strong>de</strong> los<br />

ángeles); que yo te asistiré en todo: y para que lo creas,<br />

y en señal <strong>de</strong> que te elijo, verás con brevedad cumplido<br />

cuanto te he dicho, y se gloriarán los hijos ó hijas <strong>de</strong> esta<br />

mi religión en vestir hábitos blancos, <strong>de</strong>l modo que á mí<br />

me ves vestida. Dicho esto, <strong>de</strong>sapareció la Reina <strong>de</strong> los<br />

ángeles subiéndose al trono <strong>de</strong> su gloria.<br />

Tan soberanamente favorecido san Pedro Nolasco, con<br />

lo que con sus propios ojos vió y oyó con sus oidos, perseveró<br />

hasta el amanecer en fervorosa oración, meditando<br />

y contemplando tan celestial favor. Amanecido el dia, con<br />

presuroso cuidado fué en busca <strong>de</strong> su confesor san Raimundo<br />

<strong>de</strong> Pefíaíort, para darle cuenta <strong>de</strong> la admirable visión.<br />

Hallado y postrado á su pies, apenas empezó á manifestar<br />

la celestial visión, y el precepto divino <strong>de</strong> fundar<br />

LA LEYENDA DE ORO. DÍA 24.<br />

el nuevo ór<strong>de</strong>n ; suspenso y lleno <strong>de</strong> admiración san Raimundo,<br />

le interrumpió sus palabras, diciémlolo, que también<br />

él híibia tenido la misma visión aquella noche, habiendo<br />

sido favorecido <strong>de</strong> la Reina <strong>de</strong> los ángeles, y oido<br />

<strong>de</strong> su boca el preccplo en que le mandaba que para la<br />

conslruccion y consecución <strong>de</strong> tan gran<strong>de</strong> obra, pusiese<br />

todo su cuidado, y que con todas veras aplicase<br />

todo su estudio, para que con la eficacia <strong>de</strong> sus sermones<br />

alentase los corazones <strong>de</strong> los católicos á una obra <strong>de</strong> tari<br />

gian<strong>de</strong> caridad; y así, que gozoso y agra<strong>de</strong>cido á tan celestial<br />

favor había con toda presteza venido á la iglesia<br />

mayor para dar á Dios y á la inmaculada Reina <strong>de</strong> los<br />

ángeles las gracias <strong>de</strong> tan soberano beneficio. ¿.Quién podrá<br />

<strong>de</strong>clarar la alegría <strong>de</strong> los dos puros corazones do<br />

aquellos dos santos varones, hallándose igualmente favorecidos<br />

<strong>de</strong> la Reina <strong>de</strong> los ángeles? Todo seria conferir<br />

entre^sí el modo <strong>de</strong> cumplir el divino precoplo; cuando<br />

para quitar toda dificultad á su cumplimiento, y tenerla<br />

obra todo el lleno <strong>de</strong> la admiración; el ínclito rey don<br />

Jaime, habiendo participado el mismo favor aquella noche,<br />

para que no fuese notado por negligenle ejecutor <strong>de</strong><br />

la Reina délos ángeles, el quohabia sido compañero en la<br />

visión, acudió puntual á la Iglesia catedral, para dar á Dios<br />

y ála Reina <strong>de</strong> los ángeles las gracias <strong>de</strong>l beneficio recibido:}'viendo<br />

cu ella á aquellos dos pios varones confiriendo<br />

entre sí, llamándoles p u-así, y apartados <strong>de</strong> lodoconcurso<br />

en la misma iglesia, Ies manifestó la alegre visión que<br />

había tenido, con estas palabras: La purísima Ileina do<br />

los ángeles María santísima muy bella y hermosa me apareció<br />

esta noche y me mandó que inslilnyese un or<strong>de</strong>n<br />

que se ocupase en redimir cautivos, y que se llamase do<br />

Santa María <strong>de</strong> la Merced ó <strong>de</strong> Misericordia: y como reconozco<br />

en tí, Pedro Nolasco, esta inclinación innata <strong>de</strong><br />

redimir, te elijo para la ejecución <strong>de</strong> esta obra ; y á tí,<br />

Raimundo, por la mucha virtud y doctrina que miro en lí,<br />

te nombro por idóneo coadjutor <strong>de</strong> ella. Concluidas por el<br />

rey sus palabras, respondieron los dos santos varones,<br />

que también ellos habían sido favorecidos aquella misma<br />

noche <strong>de</strong> la Reina <strong>de</strong> los ángeles, refiriéndole al rey las<br />

palabras que babian oido <strong>de</strong> la purísima Virgen, y los<br />

mandatos que á los dos habia dado. Conferida, pues, entre<br />

sí tan admirable aparición, asegurados <strong>de</strong> la verdad<br />

<strong>de</strong> ella, unánimes y conformes <strong>de</strong>clararon ser la voluntad<br />

<strong>de</strong> la purísima Virgen; y para su cumplimiento <strong>de</strong>liberaron<br />

instituir en honor <strong>de</strong> la Reina <strong>de</strong> los ángeles el<br />

or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> Nuestra Sefiora <strong>de</strong> la Merced, Re<strong>de</strong>nción <strong>de</strong> cautivos.<br />

Llegado , pues , el dia 10 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong>l mismo año <strong>de</strong>l<br />

Señor <strong>de</strong> 1218, dia señalado para la ejecución <strong>de</strong> tan<br />

gran<strong>de</strong> obra; como ya se habia divulgado el prodigioso<br />

milagro por todo el reino, era gran<strong>de</strong> el concurso que<br />

concurrió á celebrarle: y así con magnífico aplauso fuéren<br />

el rey y los dos santos varones acompañados <strong>de</strong> los consellcres<br />

<strong>de</strong> Rarcelona , <strong>de</strong> toda la nobleza y pueblo, á la<br />

Iglesia catedral, don<strong>de</strong> estaban ya convocados por el rey<br />

lodos los prelados eclesiásticos , así los <strong>de</strong> afuera como <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>ntro la ciudad, y todos los gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l reino, y entre<br />

ellos el ilustrísimo señor don Berengai io Palnciolo , obispo<br />

déla ilustre ciudad <strong>de</strong> Barcelona, vestido <strong>de</strong> pontifical,<br />

para celebrar el oficio divino , que comenzándole y dicho<br />

el evangelio, subió san Raimundo <strong>de</strong> Peñafort al pulpito,<br />

y con fervoroso espíritu <strong>de</strong> la celestial visión inflamado.

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