27.08.2017 Views

Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

émos la villa y marliiio<strong>de</strong> santa Tocia, sacado <strong>de</strong> auloivs<br />

graves, anliguos y dorios.<br />

Fué sania Tecla dti la ciudad <strong>de</strong> Icotiia, en ta provincia<br />

<strong>de</strong> Cilicla: era doiicella muy hermosa y toma madre, y<br />

oslaba concerlada <strong>de</strong> casarse con un mancebo llamado Tamiro.<br />

ILII este (iempo el apóstol son Pablo, <strong>de</strong> Anlioqnía<br />

fue á Iconia: recibióle en su casa Onesíforo, hombre virtuoso:<br />

juntóse en ella alguna gente bien inclinada y <strong>de</strong>scosa<br />

<strong>de</strong> salvarse; y el Apóstol los predicaba con gran<strong>de</strong><br />

aprovechamiento <strong>de</strong> los oyentes: entre los cuales fué una<br />

«mía Tecla, que, oyendo la doctrina <strong>de</strong>l cielo que ensenaba<br />

san Tabln, y las palabras <strong>de</strong> vida que hablaba, y el espíritu<br />

divino y fervoroso con que las <strong>de</strong>cia, setrocó <strong>de</strong> manera,<br />

que se hizo cristiana, y consagróal Sefior su virginidad,<br />

dando <strong>de</strong> mano á lodos los <strong>de</strong>loil es y gustos déla carne.<br />

Mupo la madre que Tecla, su hija, babia mudado <strong>de</strong> propósito,<br />

y no se queria casar; y sintiólo <strong>de</strong> manera, queá mas<br />

<strong>de</strong>avisar á Tamiro, esposo déla doncella,<strong>de</strong>loque pasaba,<br />

se fué al juez, y acusó á su hija que era cristiana, y que<br />

repudiaba al esposo con quien antes estaba concerlada <strong>de</strong><br />

casarse: y dijo al juez la perversa y cruel madre, que hiciese<br />

quemar viva á su hija, para que la? olí as mujeres<br />

escarmentasen. Mandóla el juez parecer <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> sí: y<br />

liahiendo entendido por su confesión ser verdad lo que la<br />

madre le habia dicho, hizo encen<strong>de</strong>r «na gran<strong>de</strong> hoguera<br />

y mandó que Tecla fuese echada en ella; mas la sania<br />

doncella, arniiindose con la señal <strong>de</strong> la cruz, no aguardó á<br />

(pie los sayones la echasen en el fuego; antes ella <strong>de</strong><br />

grado y con gran<strong>de</strong> alegría entró en el, y eslavo en medio<br />

<strong>de</strong> Ins llamas con estraordiuaria seguridad y varonil<br />

constancia. Levantóse <strong>de</strong> repente una tempestad, y cayó<br />

tan copiosa agua <strong>de</strong>l cielo, que el fuego se apagó, y la<br />

gente huyó, y la bienaventurada virgen, sin lesión alguna<br />

<strong>de</strong> su cuerpo ni <strong>de</strong> su ropa, por divina voluntad quedó libre.<br />

Después <strong>de</strong> esto la santa doncella se dió á gran<strong>de</strong>s<br />

penitencias, ayunos, vigilias y oraciones; y <strong>de</strong> nuevo fué<br />

acusada y presentada <strong>de</strong>lante <strong>de</strong>l juez; el cual Ja con<strong>de</strong>nó<br />

á ser echada á las bestias fieras, para que la <strong>de</strong>spedazasen<br />

y tragasen. Lleváronla al teatro: y estando todo el pueblo<br />

presente y dando gritos y voces contra ella, soltaron las<br />

fieras: mas ellas no osaron locarla, sino reverenciarla y<br />

lamer blanda y mansamente sus piés. Otro dia la echaron<br />

<strong>de</strong> nuevo á los osos y leones; pero olvidados <strong>de</strong> su natural<br />

fiereza, se amansaron, admirados <strong>de</strong> la gloriosa doncella<br />

que allí tenían : la cual pinta san Ambrosio, por estas<br />

palabras: «Huyendo sania Tecla los <strong>de</strong>leites conyugales,<br />

y siendo con<strong>de</strong>nada por el sentimiento que tuvo su<br />

esposo, mudó la naturaleza <strong>de</strong> las bestias, que la trocaron<br />

por la admiración <strong>de</strong> su virgim'd id. Kcháronla á las (¡eras;<br />

y fué tan gran<strong>de</strong> su castidad, que allí en el lealro bajaba<br />

los ojos por no ver á los hombres, y ofrecía sus entrañas<br />

al Icón feroz; y con esto, los que habían venido con ojos<br />

lascivos, volvían con ojos castos y honestos. Veíase la<br />

boslia fiera lamer los piés <strong>de</strong> la santa doncella, y postrársele,<br />

y con un murmullo y sonido mudo dar á enten<strong>de</strong>r<br />

que no podía tocar el cuerpo <strong>de</strong> la virgen. Adoraba la<br />

bestia á su presa; y olvidada <strong>de</strong> su propia naluraleza, se<br />

habia vestido <strong>de</strong> la naluraleza do que los hombres se habían<br />

<strong>de</strong>snudado : y con mudanza extraña, viérados álos<br />

hombres crueles mandar á la bestia que lo fuese, y la fiera<br />

Asando los piés do la virgen, ensenar á los hombres lo<br />

fiue habian <strong>de</strong> hacer. Es tan admirable la virginidad, que<br />

SFFIEMBBE.<br />

hasta los Iconos se üdmirnndc olla y la rovnencian. No<br />

pudo el hambre mover á los leones, para que hiciesen prosa<br />

en la sania virgen: no su natural fiereza, ni la costumbre<br />

que tonian <strong>de</strong> <strong>de</strong>spedazar á los otros; no el furor <strong>de</strong>l<br />

pueblo, ni los medios que tomaron para irritarlos y embravecerlos<br />

conlra la santa; antes adorando á la mártir,<br />

nos enseñaron la religión y castidad; pues asi besaban los<br />

piés <strong>de</strong> la virgen, fijos los ojos en liona, como lenioiulo<br />

vergüenza, y mostrando que la lenian respeto, y temian<br />

que algún hombre ó alguna bestia no viese aquel sagrado<br />

cuerpo <strong>de</strong>snudo.» Todo esto es <strong>de</strong> san Ambrosio. No bastó<br />

este milagro para que el tirano, mas fiero que las mismas<br />

fieras, reconociese la mano <strong>de</strong>l Señor, que así amparaba á<br />

su dulce esposa ; antes mandó qne la echasen en una hoya<br />

llena <strong>de</strong> muchas víboras y serpientes venenosas. Al tiempo<br />

que la ochaban, bajó <strong>de</strong> lo alio una nube <strong>de</strong> fuego que las<br />

matóá todas, y quedó libre <strong>de</strong> este tercer tormento, como<br />

habia quedado <strong>de</strong> los dos pasados, <strong>de</strong>l fuego y fiera»,<br />

Aparejaron <strong>de</strong> nuevo otras bestias: atáronla á dos (oros<br />

ferocísimos, para que la <strong>de</strong>spedazasen: y para que estuviesen<br />

mas bravos, los agarrocharon con garrochas, pncondidas<br />

las puntas; pero el Señor la guardó <strong>de</strong> manera<br />

que quedó sin lesión alguna. Vistas por el pueblo tantas<br />

maravillas, y especialmente por una señora llamada Trifena,<br />

á quien el juez habia dado en guarda á santa Tecla,<br />

comenzaron á dar voces, y <strong>de</strong>cir que el Dios que adoraba<br />

Tecla era po<strong>de</strong>rosísimo, y digno <strong>de</strong> ser adorado: y ©1<br />

procónsul, temiendo el furor <strong>de</strong>l pueblo, dió por libro á<br />

sania Tecla: la cual volvió á la casa <strong>de</strong> Trifona, y la convirtió<br />

á ella y á toda su familia á la fié <strong>de</strong> Jesucristo nuestro<br />

Salvador: y <strong>de</strong> allí se fué á la ciudad <strong>de</strong> Seleucia, don<strong>de</strong><br />

vivió muchos años con admirable ejemplo do santidad,<br />

alumbrando con el resplandor <strong>de</strong> sus virtu<strong>de</strong>s-aquellas<br />

gentes, y enseñándoles el camino <strong>de</strong>l cielo; y cargada do<br />

anos y merecimientos, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> tantas victorias y polcas,<br />

se fué al cielo para gozar <strong>de</strong> la corona <strong>de</strong> virgen y<br />

mártir. Su muerte fué á los 23 <strong>de</strong> setiembre en Seleucia, y<br />

en este dia la santa Iglesia celebra su fiesta.<br />

De santa Tecla escriben casi todos los santos doctores<br />

antiguos, como son : san Gregorio Nacianceno, Epifanio,<br />

Ambrosio, Gorónimo. Crisóslomo, Severo Sulpicio, y<br />

oíros muchos: y es cosa maravillosa verlas alabanzas quo<br />

dan á esla gloriosa virgen y bienavenlurada mártir, por<br />

haber sido la primera mujer qne. fufe atormentada por<br />

€r¡slo nuestro S

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!