Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

8 LA LEYENDA DE ORO
gran terremoto ; y snllando una astilla de un palo de aquellos
con quo herían á la inocente virgen, le dió al presidente
en un ojo, de cuyo golpe se estuvo abrasando dedolores
del infierno por espacio de fresdias, y cegó: y
abrasado del dolor del golpe y enfurecido, pronunció
esta sentencia: A Serapia , no solo porque no obedece á
nuestros emperadores, sino también por haberla cogido
en mil hecbicertos y encantos, la mandamos cortar la cabeza.
Al instante los crueles verdugos ejecutaron la sentencia:
con que la invencible gloriosísima y virgen Serapia dió
su garganta bella al cuchillo, y la hermosísima alma a su
Criador, para que le diese las merecidas coronas de virgen
y mártir. La iluslrísima Sabina tomó su plorioso cuerpo,
y con solemnísimas exequias colocó aquel tesoro y margarita
preciosa en un sepulcro , que para sí tenia labrado,
con hermosura y riqueza; y después tuvo por maestra en
el martirio, á quien lo habia sido en la fé. Padeció la gloriosa
virgen Serapia á los 29 de agosto por los años del
Señor de 122 ; pero la Iglesia hace su memoria y fiesta
á los 3 de setiembre , que es el dia en que se colocaron
juntos los santos cuerpos de las dos gloriosísimas márlitires,
discípula y maestra, Sabina y Serapia , y este dia
es mas célebre en íloma. Escribieron la vida de santa Serapia,
Ueda , Usuardo y Adon, con la de santa Sabina;
Surio, tomo v ; Yincencio Rurgundio , tomo iv, Specul.
mojor.; el Martirologio romano; Baronio en sus anotaciones
y en el tomo segundo de sus Anales, núm. 2, y
otros.
* SAN MANSUETO, OBISPO Y CONFESOR. — Durante el
imperio de Constante, hijo de Constantino el Grande floreció
este santo, escocés de nación. Deseoso de propagar
la fé en todas las Gaüns , trabajó con zelo apostólico,
haciéndose amable á Di )S y á los hombres. Fue consagrado
obispo de Toul, cuya Iglesia habia engendrado
en Jesucristo. Murió Heno de virtudes en su misma diócesis.
SAN SIMEÓN STILITA , LLAMADO EL JOVEN, PENITENTE.—
Nació en Antioquía en lili , y desde su infancia se retiró
al monasterio, llamado «Montaña admirable,» situado
en los desiertos de Siria. Estuvo algunos años sirviendo á
un religioso del mismo monasterio , que hacia penitencia
sobre una columna no lejos de la comunidad , y se dedicó
con todo su corazón á ser liel imitador de sus virtudes. Un
dia que encontró un leopardo , lo condujo al pié de la columna
de su maestro con tanta facilidad, como si luibiesc
sido un animal doméstico, y al ver el ermitaño aquella
fiera que con tanta sumisión obedecía á la voz de un
niño: concibió las mas altas esperanzas de su discípulo.
Pasado algún tiempo , le mandó que viviese también sobre
una columna , á cuya disposición se conformó desde
luego Simeón como si hubiese sido el cielo quien se la diera.
En ella vivió por espacio de sesenta y ocho años, entregado
á una continua contemplación y á las austeridaáe»de
la mas rigurosa penitencia. El Señor manifestó la
santidad de su siervo por medio de un gran número de
milagros, que tuvieron por principal objeto la curación do
todo género de enfermedad. Fué también famoso en el don
de profecía, y un autor contemporáneo del santo dice
que leia los secretos del corazón de los que iban á consultarle,
acerca de la salvación de su alma. La fama de sus
virtudes corrió por todas partes: era venerado en lodo el
universo, V respetado principalmente por los emperadores
DIA 3.
Mauricio y Justino, A este último le escribió una carta sobre
el culto de las santas imágenes; que es citada por san
Juan Damasceno y por el segundo concilio de INicea. Simeón
fué atacado por una fuerte enfermedad , y murió el
dia 3de setiembredel añoras, asistiendo á sus funerales
todo el clero, el pueblo y algunos obispos, entre los cuales
estaba san Gregorio, patriarca de Conslanlincpla, que habia
acudido á ser testigo de los últ imos momentos del santo.
San Simeón predicaba continuamente desde lo alto de su
columna, y sus discursos obraron una infinidad de conversiones.
LAS SANTAS EUFEMIA DOUOTBA , TECLA, T EBASMA, VÍRGE­
NES Y MÁRTIRES. —Las dos primeras eran hermanas , y las
otras primas suyas. Habian nacido en Aquileya, y allí
derramaron también su preciosa sangre del modo siguiente.
Durante la persecución del emperador Nerón,
fueron presas por orden del presidente Sebaste , y después
de azotarlas, abrasarlas en el fuego, cortarles los
pechos y otros crueles suplicios, fueron degolladas por
Valente , padre de las dos primeras y tic de las segundas.
San Ilermágoras recogió sus cuerpos y les dió honrosa
sepultura.
SANTA ÍÍASILISA , VÍRGENT MÁRTIR. — Natural de Nicodemia,
á la edad de nueve años fué presa por ser cristiana
porórden del prefecto Alejandro, que estaba encargado de
hacer cumplir los edictos del emperador Diocleciano. Su
constancia , á pesar de edad tan tierna, enfureció al tirano,
quien mandó que primero la abofeteasen, después que
la azotasen, y no cediendo aun de su primera confesión,
la colgaron de un palo, derramaron sobre ella pez, azufre
y plomo derretido, y machacándole la cabeza con
unas piedras, la dejaron por muerta. Al caho de un ralo
revivió, y se presentó ilesa ; pero redoblándose entonces
contra ella el furor de los paganos, la metieron en una
hoguera , de la cual salió ilesa: después la arrojaron á
los leones, que también respetaron su persona. Librada
milagrosamente de tantos tormentos, salió de la ciudad,
y siendo atormentada por la sed, se puso en oración, y
salió de unas rocas un manantial de agua viva , en la cual
han encontrado después salud los enfermos. Finalmente,
poco después, estando arrobada en divina contemplación,
el Señor se la llevó á sí, y le dió la corona debida á su
virginidad y á su martirio.
SAN SÁNDALO , MÁRTIR.—El breviario de Córdoba dice,
que este santo es uno de los fieles dichosos que en aquella
ciudad padecieron por Jesucristo, cuando los gentiles con
mayor furia y crueldad perseguían su Iglesia. Martin de
Roa , en su Historia de los santos de Córdoba, dice , que
su culto es muy antiguo, y añade estas palabras: n Guardó
á Dios gran fidelidad en confesar su fe;y habiendo peleado
muy bien , acabó su carrera dichosamente. La razón
y manera de su martirio, aunque no quedó escrita para
memoria de los hombres, lo está en los cielos en el libro
de la vida donde le estaba guardada la debida corona que
le dió el Señor en tiempo, como se cree, de la cruelísima
persecución de Diocleciano. » Hasta aquí el autor citado,
sin que se encuentren en otra parte documentos que den
noticia de las circunstancias de su vida y muerte.
SANARISTEO Y SAN ANTONINO, MÁRTIRES.— El primero
parece fué obispo de Capua , y el segundo era un niño de
la misma ciudad , educado por el venerable, obispo , y
bautizado á los diez años de su edad. Después de algunos