Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

86 U LEYENDA DE ORO.
liiibla acudido al lugar del marlii io de su hijo, y los cuatro
alcanzaron el premio de la vida eterna en la ciudad de Perga
en Paníilia.
SAN PRISCO, MÁUTÜI.—Nació en la Grecia, y habiendo
conocido el Evangelio, se encendió en tan ferviente amor
de Dios, que luego que hubo recibido el bautismo, empeitó
á predicar la doctrina de Jesucristo en su patria y fuera
de ella, con abundantes frutos de conversiones. Sus triunfos
le concitaron la envidia y el furor de lo» paganos, que
lo prendieron y llevaron al prefecto. Este le hizo sufrir un
largo interrogatorio, y mostrándose el santo siempre inexorable
en su primer propósito, fué condenado á horribilísimos
suplicios, entre ellos, el agftjcreai le el cuerpo con
punzones, su constancia no cedió en medio de tantos tormentos,
y por último fué degollado.
SANTÍ SUSANA, VÍUGEN Y MÁIITIU.—Fue hija de un tal
Artemio, sacerdote de los ídolos, y nació en Eleulrópolis
de Palestina el año 310. Habiendo quedado huérfana de
sus padres, fué inslruida en la religión cristiana, y recibió
el bautismo. Aunque todavía muyjóven, se penetró de tal
modo del espíritu cristiano, que dió lodos sus bienes á los
pobres, y se fué á vivir en la soledad, bajo la dirección de
uno de los mas célebres archimandrilas de la Palestina, á
quien Uuíino tributaba grandes elogios. En tiempo del emperador
Juliano el Apóstala, fué la santa virgen atusada
de haber derribado unos ídolos, y el gobernador de Elculerópolis,
la condenó á muerte el aíio 362.
Eos SANTOS ROCEUOY SEBVOWEO, MÁRTIRES.—Rogelio fué
natmal de una aldea de Andalucía, cerca de llíberis, y Servodeo
era de Oriente. Ambos vivían en Córdoba en tiempo
de los moros. El primero era anciano, y el segundo jóven;
pero los dos se parecían mucho en las inclinaciones y virtudes,
de modo, que estrecharon entre sí los vínculos de
una fuerte nmislad. Un dia que los moros se hallaban reunidos
en su mezquita principal, entraron en ella los dos
santos, y empezaron á predicar en alta voz las verdades
de la fé cristiana. Aljnslante se les echaron los moros encima,
y hubieran acabado con sus vidas, si el juez no hubiese
aparecido luego, y los hubiese mandado prender.
Lleváronlos ala cárcel, donde, á pesar de hallarse medio
muertos, á causa de los golpes que habían recibido continuaron
predicando. Profetizaron la próxima muerte de
Abderramen 11, y obraron algunos milagros. Al cabo de
poco tiempo, fnéion sentenciados á ser degollados, y por
el desíicato de haber entrado en la mezquita, á que se les
cortasen las manos y los piés. La sentencia so ejecutó en
Córdoba el dia 16 de setiembre del ano 852.
SVSTA CÁNDIIU , VÍUGEX v MÁRTIR.—Fué de la ciudad
de Cartago, en África , la cual ennobleció con su martirio
en tiempo del emperador Maximiano. Murió despedazada
por crueles azotes hasta que espiró.
SAN CUCERIO , OBISPO Y CONKESOR. —Nació en Milán;
fué piadoso , justo é ilustrado; hombre de Dios en todas
las cosas y sobre lodo en la caridad con los infelices. Elevado
al episcopado de su patria por muerte del obispo san
Marfiniano, fué Clicei io un pastor cabal, modelado según
el corazón de Dios, y conforme á las circursl'iucias que
san Pablo prescribe para los prelados perfectos. Gobernó
su Iglesia por espacio de ocho años, y murió sautaraenle
el dia 18 do setiembre del aflo Í38.
DIA 2Í.
DIA 2í
SAN MATEO , APÓSTOL Y EVANGELISTA.—El glorioso apóstol
y evangelista san Mateo, que por otro nombre se llamó
Leví, fué galileo, de la ciudad de Caná , en donde Jesucristo
nueslrp Salvador hizo el primer milagro , y convirtió
el agua en vino. Era pnblicano, y arrendador de bis
reñías imperiales, que se cogían de los tribuios y exacciones
que pagaban los judíos á los emperadores, que ern
oficio odioso entre ellos, y muy aborrecible : porque como
aquel pueblo se tenia por el pueblo escogido de Dios,
parecíale que había de ser exento y libre de los pechos y
cargos que otros tenían; y por esto , y por los agravios
que comunmente los ministros reales suelen hacer en el
cobrar, aborreciau á los miradores que eran los publícanos
, y teníanlos como por paganos exconmlgadcs y
públicos pecadores. De estos era san Mateo, y como aíirma
Simeón Melafiasle, era cabeza, y el mas principal de
los publícanos , que residian en Caíarnaum. Estando, pues
un dia Leví, ó Mateo, sentado cerca del mar , en la casa
ó aduana donde se pagaban los tributos, haciendo su oficio
, pasó el Sefior y puso en él los ojos de su clemencia, y
alumbrándole y llamándole iiileriormente con la voz exterior
le dijo: S gueme; y luego oyendo esta palabra san
Mateo se levantó , y dejando el trato, riquezas , casa y
fannlia, siguió al Sefior y comenzó de un pnblicano pecador
áser discípulo suyo. Moslrócon este hecho el Señor
las entrañas de su piedad y misericordia, llamando á un
publicano para hacerle apóstol suyo ; y diónos gran confianza
que no desechará á cualquier pecador, por malo
que haya sido , y viniere á él: y que cuando no viniere,
y le cerrase la puerta , llamará áella, y si le abriere,
entrará en su corazón , y le perdonará sus pecados : y
juntamente nos propone el sagrado Evangelio la presteza
con que debemos obedecer á la voz de Dios , y dar do
mano á todas las cosas de la tierra , por seguirle cuando
él nos llama, como hizo san Mateo : el cual, alumbrado
con la luz del cielo, y movido con la fuerza de aquella palabra
poderosa del Seüor, y de la majestad de su divinal
rostro, que solo bastaba (como dice san Gerónimo) á trocar
y atraer á si los corazones , de repente dió libelo de
repudio á lodos los gustos y vanidades del siglo , por ser
verdadero discípulo del Señor : y el que ántes tomaba la
hacienda ajena, ahora deja la suya; y estando ya encendido
en el amor de Dios, y deseoso que oíros le conozcan,
y se conviertan á él, hace un convite en su casa al mismo
Señor, y á otros publícanos y pecadores para que con esta
ocasión, atraídos de su dulzura y conversación le sirvan
y amen. Esto es lo que hallamos en el sagrado Evangelio
de san Mateo, y también un ejemplo de su profunda humildad
, con la cual contando á los doce apóstoles que
escogió el Señor, y nombrándose entre ellos, dice: «Bartolomé,
Tomás y Mateo , publicano ;» confesando loque
habia sido, para alabar y magnificar mas la gracia del
Señor, que le habia llamado, y de publicano hpeholediscípulo
suyo, y predicador del mundo. líespues de la subida
al cielo del Salvador, y venida del Espíritu santo sobre
aquel colegio aposlólico y bienaventurada compaíiía,
comenzó san Mateo á sembrar la doctrina del cielo con los
oíros apóstoles, por las provincias de Judea , y á cojer
grandes nieses en las trojes del Señor. Y habiéndose de