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si<br />
LA LEYENDA DE ORO<br />
Teopisla (que era liorinossiina), y previo y cautivo <strong>de</strong> su<br />
amor, se <strong>de</strong>lerminó á quitarla á su marido, y pudo tanto,<br />
que lo hizo, sin ser parle él para librarla, ni sacarla <strong>de</strong>sús<br />
manos: aunque el Sefior la libró, sin saberlo Eustaquio;<br />
porque, queriendo hacerle fuerza el patrón <strong>de</strong> la nave,<br />
Dios le quitó la vida, y la guardó á ella entera con su<br />
muerte, y le dió el fin que a<strong>de</strong>lántese verá. Salió <strong>de</strong>l barco<br />
con sus dos hijos triste y lloroso Eustaquio, por haberle<br />
quitado la mujer con tanta violencia • mas acordándose <strong>de</strong><br />
las palabras que el Señor le habia dicho, y pidiéndole sufrimiento<br />
y perseverancia en su amor, siguió su camino<br />
con sus dos hijos. Llegó á un rio, que por su gran corriente<br />
no se podia fácilmente va<strong>de</strong>ar; y como Eustaquio era hombre<br />
<strong>de</strong> mucho ánimo y muchas fuerzas, <strong>de</strong>jando al uno<br />
<strong>de</strong> sus hijos á la orilla <strong>de</strong>l rio, tomó el otro sobre sus hombros<br />
y pasóle á la etra parte, y púsole allí para volver con<br />
el segundo hijo. Va que se llegaba á él, vió que un bravo<br />
león le arrebataha y llevaba asido. Atravesó este caso el<br />
corazón <strong>de</strong>l amoroso padre con un cuchillo <strong>de</strong> dolor, porque<br />
no podia socorrer á su hijo ni librarle <strong>de</strong> las garras<br />
<strong>de</strong>í león: y encomendándose á Dios, <strong>de</strong>terminó volver al<br />
otro hijo, que habia <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> la otra parte <strong>de</strong>l rio, y yendo<br />
por é|, vió qué un lobo se le llevaba, sin po<strong>de</strong>rle el<br />
triste padre socorrer ni remediar. ¿Quién no se maravilla<br />
délos juicios <strong>de</strong> Dios? ¿ Quién no se espantará <strong>de</strong> los caminos<br />
que toma, para probar, coronar y glorificar á sus<br />
escogidos? Habiendo Eustaquio perdido los criados, la<br />
hacienda y la honra, perdió juntamente la mujer y los<br />
hijos; pero no perdióla fortaleza y constancia, porque estaba<br />
fundado en Dios, y confiaba en sus promesas y palabras.<br />
Vió Eustaquio su pobreza, y que tenia necesidad <strong>de</strong><br />
trabajar por sus manos, si quería comer: y llegadoá un<br />
pueblo que se llamaba Badilo, asentó con un labrador rico,<br />
para cultivar la tierra y trabajaren el campo; y asi lo hizo<br />
por espacio <strong>de</strong> quince años, con gran paciencia y longanimidad,<br />
aguardando el tiempo <strong>de</strong>l consuelo y <strong>de</strong> la benignidad<br />
<strong>de</strong>l Señor: la cual, aunque algunas veces nps parece<br />
que larda, al fin nunca <strong>de</strong>sampara á sus siervos, y ol dilatar<br />
las consolaciones, es para doblarlas y acrecentar mas<br />
la corona; como acaeció á Eustaquio <strong>de</strong> la manera que<br />
aquí diré.<br />
Sucedió al emperador Trajano una guerra muy peligrosa<br />
: y como habia sido compafiero <strong>de</strong> Plácido en la<br />
guerra <strong>de</strong> Yespasiano y T¡to contra los judíos (como dijimos),<br />
y conocía su gran valor y experiencia en las cosas<br />
<strong>de</strong> la guerra, <strong>de</strong>terminó nombrarle por capitán general<br />
<strong>de</strong> su ejército, y onoomendarle aquella empresa tan dificullosa.<br />
Mas habiendo entendido que Eustaquio, por los<br />
infortunios que le habían venido, se había ausentando con<br />
su mujer é ipjos y no parecía; envió criados y mensajeros<br />
suyos por todas partes para buscarlo, por el <strong>de</strong>seo gran<strong>de</strong><br />
que tenia <strong>de</strong> hallarle y encargarle aquella jornada, loa<br />
mensajeros <strong>de</strong>l emperador, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haberle buscado<br />
en muchas parles con gran curiosidad y diligencia, al fin<br />
le hallaron ; pero tan trocado y en el hábito tan diferente,<br />
que aunque él ios conoció, no le conocieron, hasta que <strong>de</strong>spués<br />
por ciertas senas entendieron que era el que buscaban;<br />
y con increíble gozo le dieron el vacado <strong>de</strong>l emperador:<br />
y <strong>de</strong>snudándole <strong>de</strong> los pobres y rústicos vestidos,<br />
lo vistieron & las ropas (pie traían. Eustaquio se <strong>de</strong>jó vestir,<br />
porque eniendió que aquel era negocio <strong>de</strong> Dios, que<br />
ge quería servir <strong>de</strong> él en aquella jornada, y comenzaba a<br />
DIA 20.<br />
cumplir sus promesas, y á darle serenidad y algún alivio<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> tan cruel y horrible tormenta. Hízole Trajano<br />
su capitán general, y dióle las insignias acostumbradas:<br />
comunicóle lodo lo que pertenecía á aquella jornada, confiando<br />
mucho que tendría buen suceso por su gran valor y<br />
virtud. Mandó Eustaquio hacer gente <strong>de</strong> nuevo, porque<br />
la que tenia no le pareció bastante. La guerra tuvo el fin<br />
que se podia <strong>de</strong>sear, quedando los enemigos <strong>de</strong>sbaratados,<br />
<strong>de</strong>strozados y vencidos, y sus tierras <strong>de</strong>struidas y<br />
quemadas; y el ejército <strong>de</strong> Eustaquio volvió victorioso<br />
y cargado do <strong>de</strong>spojos. Pero para que se entienda mejor<br />
la provi<strong>de</strong>ncia paternal que Dios tiene <strong>de</strong> los suyos, y<br />
que no hay cosa que resista á su voluntad; sucedió una<br />
cosa maravillosa y digna <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rarse con mucha atendion<br />
y pon<strong>de</strong>ración. Paró Eustaquio con el ejército en una<br />
al<strong>de</strong>a, y entretúvose en ella tres días, para <strong>de</strong>scansarle y<br />
recrearle. Comenzaron algunos soldados (como suelen,<br />
cuando no tienen que hacer) á razonar entre sí y pasar<br />
tiempo, contando sus varios casos y acaecimientos. Uno<br />
dijo á los otros, que él había tenido un padre capitán, rico<br />
y noble, y una madre<strong>de</strong> estremada hermosura; y un hermano<br />
menor<strong>de</strong>muy gracioso aspecto,y quehabiendosalido<strong>de</strong><br />
su casa por cierta ocasión, que él no sabía, yendo camino<br />
con ellos, entraron en una nave, <strong>de</strong> la cual había salido su<br />
padre muy lloroso y triste, sin haber visto mas á su madre;<br />
y que al pasar un rio caudaloso, su padre habia lomado<br />
al otro hermano menor en los hombros, y <strong>de</strong>jádole á<br />
él <strong>de</strong> esta otra parte <strong>de</strong>l rio para pasarle <strong>de</strong>spués; y que<br />
estando el un hermano á la una parle <strong>de</strong>l río, y el otro á<br />
la otra, á él le había arrebatado un león y á su hermano<br />
un lobo a! mismo tiempo; mas que por la provi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l<br />
cielo, el león á él no le habia hecho daño, porque allí cerca<br />
estaban unos pastores, que viéndole, acudieron á él, y<br />
se le quitaron <strong>de</strong> las uñas, y compa<strong>de</strong>ciéndose <strong>de</strong> él, lo<br />
habían criado y hecho hombre: aunque estaba con gran<br />
cuidado, porque no sabia nada <strong>de</strong> aquel otro hermano<br />
suyo, ni <strong>de</strong> su padre ni <strong>de</strong> su madre. Estaba presente<br />
á osle razonamiento el otro hermano menor, que también<br />
era soldado: y <strong>de</strong>spués que por las señas entendió que<br />
aquel era su hermano, no so pudo <strong>de</strong>tener, que lleno do<br />
increíble gozo y admiración, y <strong>de</strong>rramando muchas lágrimas<br />
<strong>de</strong> alegría, no corriese á él y le abrazase, y le dijese:<br />
Hermano mió dulcísimo, yo soy vuestro hermano, que,<br />
como á vos os libraron los pastores <strong>de</strong>l león, á mí unos<br />
labradores me libraron <strong>de</strong>l lobo, y también me criaron y<br />
sustentaron. Y para mayor y mas ostraña maravilla, or<strong>de</strong>nó<br />
la divina Provi<strong>de</strong>ncia, que en aquella misma al<strong>de</strong>a,<br />
don<strong>de</strong> esto pasó, estuviese Teopista, madre <strong>de</strong> los dos<br />
mozos, sirviendo en traje pobre y humil<strong>de</strong>, y morase allí<br />
cerca, don<strong>de</strong>sus dos hijos, (<strong>de</strong> la manera quehabemos referido)<br />
se habían conocido: y entendiendo que aquellos eran<br />
sus dos hijos, revivió, como si resucitara <strong>de</strong>muerteá vida,<br />
y los abrazó, y so les dió á conocer, y ellos la tuvieron<br />
por madre, la cual, <strong>de</strong>seando volverá su patria con sus<br />
dos hijos, se fué al capitán general Eustaquio, y le dijo<br />
quién era, y le suplicó que le mandase dar alguna comodidad,<br />
para volver segura y quieta á su tierra con el ejército.<br />
Al tiempo que le hablaba, por dispensación <strong>de</strong>l Señor,<br />
resplan<strong>de</strong>ció el rostro <strong>de</strong> Eustaquio, <strong>de</strong> manera, que ella<br />
conoció que era su marido. Finalmente, por las cosas particulares<br />
y domésticas, que ella le contó <strong>de</strong> su vida pasada,<br />
se vinieron á conocer y alabar y ensalzar iníinitamenle