Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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niA 18. SETIK Dios, dü compasión por los dolores de Cristo, y de goito, porque entendió que era voluntad de Dios Iransformarle en una iinágtín viva de Jesucristo crucificado . Desapareció la visión, dejando abrasada su alma en amor muy encendido vehemente, y luego so vieron en sus manos y pies, las seftales de los clavos conforme los habia visto en aquella ''gura. Los agujeros eran tan grandes, que se pedia melw un dedo de la mano, y de la llaga del costado, que siempre tenia abierta, con mucha frecuencia le corria sangre, (san Buenaventura , Legenda sane. Franc. cap. 13). Este milagro se puso en el Martirologio romano, por mandato de Sivto V, y después se mandó que se celebrase lie sta de él en toda la Iglesia. Véase la vida del santo, el (íia 4 de octubre. SAN RÓCELO, MÁRTIR.—Era un niño de la ciudad de Aulun, que en tiempo del emperador Antonino, siendo prefecto Valeriano, por no querer abandonar la religión C| isl¡ana, después de padecer muchos tormentos, hecho pedazos por las fieras, alcanzó la corona del martirio en su misma patria. Los SANTOS VALERIANO, MACRINO Y GORDIANO, MÁRTIRES. —Las únicas noticias que tenemos de estos santos, son del Martirologio galicano, que dicen que murieron degollados en Noyon, en tiempo de Decio. SANTA AGATODIA, MÁRTIR—Fué griega de nacimiento, y abrazó la religión cristiana, siendo esclava de una mujer '"fiel. Asi que esta lo supo, empezó á castigarla continua- «noiile, y á darla muy malos tratos, los cuales duraron por espacio decebo años. La santa paciente y resignada, no se (lllejó nunca, pero tampoco desistió de sus propósitos, y la que tanto la habia atormentado, la acusa al juez. Este, viéndola invencible, la condenó á varios suplicios, y al lin le hizo arrancar la lengua, y echarla en una hoguera, tlondc acabó gloriosamente su vida S AN SÁTIRO, CONFESOR.—Fué hermano de san Ambrosio, arzobispo de Milán, por el cual sabemos que Sátiro conservó toda la vida su integridad bautismal, con cuerpo casto y corazón puro. Según los bolandistas, murió en Milán, el año 392 ó 393. SANTA TEODORA.—Fué una noble matrona romana, que cristiana de todo corazón, en tiempo de la persecución de ^¡ocleciano y Maximiano, se ocupaba en servir con toda soficilud á los mártires durante su vida, y dar sepultura 3 sus cuerpos muertos. En estas ocupaciones y otras obras ^e piedad, llegó Teodora á una edad muy avanzada y 'parló coronada de merecimientos, por los ailos do 312. DIA 18. S.VXTO TOMÁS DK VILLANUEVA, ARZOBISPO Y CONFESOR.— *MUt el santísimo ponliOco, gran limosnero y verdadero l);idre de pobres, santo Tomás de Villanueva, en la villa ^ Fuenllana, del arzobispado de Toledo, el aflo del Sefior ^ UH8 : su padre se llamó Alonsó Tomás García, de los l'ijos-dalgo mas principales de Villanueva délos Infantes, y su madre dofia Lucía Martínez de Castellanos, natural ^ Fuenllana, y de lo mejor de aquella villa. Aunque nació santo en Fuenllana, so crió en Villanueva : y de aquí loiuó t.i apeii¡(i0 a| entrar en la órden de San Agustín, sela costumbre de la provincia de Castilla. Eran sus pa- ^l'es ricos de bienes temporales, pero mas ricos de misericordia y piedid ; y asi, su caga era hospital de pobres, y su madre era ílamadn, la santa Limosnera ; y si bu- G;^ hitáramos de escribir la vida de sus padres, como la del hijo, tuviéramos muchos ejemplos raros y admirables que contar: especialmente de su santa madre, que no solo en la misericordia, mas en la penitencia, oración y otras virtudes, se señaló mucho, como lo mostró Dios con algunos casos milagrosos. Uno de ellos fué, que habiendo dado un dia toda la harina que le hablan traido de un molino, cuya renta lenian destinada ella y su marido para los pobres; viniendo un pobre de nuevo, dijeron las criadas que ya se habia dado toda la harina, y no habiaquedado nada en la troj. Con todo eso, dijo ella: Mirad bien la troj y barredla; que no permitirá Dios, que so vaya este pobre de mi casa sin limosna. Volvieron las criadas, seguras deque no hahian de hallar nada; y hallaron la troj llena, con grande espanto y admiración. Empezaron ádar voces admiradas, y ella, huyendo de la vanagloria, les hizo señales que callasen, y dijo : Bendito y alabado sea el Señor, que así remedia á sus pobres. Dióle también el Señor particular gracia para sanar niños quebrados : porque haciendo la señal de la cruz, los dejaba libres do aquel accidento; mas ella quería ocultar el milagro con una venda que les ponía, advirtiendo que no se la quitasen hasta cinco ó seis dias. Murió como habia vivido, y en su úlliraa enfermedad, todo su cuidado ora decir á los criados : Den limosna áesos pobres : dénies de comer : vistan á esos pobres: que son las palabras que decia toda su vida : y estando ya cercana á la muerte, ó por mejor decir á la vida cierna, vió á su marido, que habia muerto algunos años antes, y venia desde el cielo á visitarla. Hablando sanio Tomás do su santa madre, decia semejantes alabanzas, que san Agustín do santa Mónica. De tales padres nació tal hijo, y do talos limosneros, el limosnero por excelencia, siendo mas heredero do su misericordia que de su hacienda ; y una do las mayores alabanzas de santo Tomás, fué haber excedido mucho en la misericordia á sus padres. En la niñez dió sauto Tomás no solamente muestras y señales do la caridad y misericordia que habia de tener en su vida; mas tales ejemplos, que ya entonces merecía el nombre do Padre do pobres, y solo son menores, comparados con los que dió después. Si alguno pudo decir con el santo Job: «Conmigo nació la misericordia desde el vientre de mi madre, y conmigo ha crecido,» es nuestro Tomás de Villanueva; porque en teniendo uso do razón, tuvo uso de la misericordia, siendo tan presto misericordioso como racional. Cuando iba á la escuela, no queria almorzar en su casa, sino que le diesen su almuerzo para llevarle ála escuela; y al primer pobre que encontraba se lo daba, y él no se desayunaba hasta venir á comer á su casa. Muchas veces volviaá su casa sin medias, ni zapatos, ni vestido, por habérselo dado á los niños pobres qué encontraba. Fstando un dia do invierno en casa de un vecino de su casa, llegaron unos muchachos desnudos, tiritando de frío á pedir limosna : despidiéronlos en aquella casa sin limosna; y saliendo el niño tras ellos, los llamó, y dió á uno la ropilla y á otro el jubón, á otro las media?, y con sola la camisa se volvió á su casa: y preguntado de su madre, cómo venia de aquella manera, la dijo: Señora, déme vuestra merced el castigo que quisiere, porque sabe Dios nuestro Señor, que viendo yo aquellos pobrecitos desnudos y helados de frío, no me sufrió el corazón, ni estuvo en mi mano dejar de vestirlos y cubrirlos lo mejor que yo pude. Y como la madre era tan piadosa,

no pndiemlo dolonortos lágrimas de censuólo, volvió á otra parte los ojos y dio gracias á Dios nuestro Señor porque le había dado un hijo tan compasivo y misericordioso. Haluéndose puesto un dia do fiesta un vestido nuevo, saliendo de su casa, vió un mucliacho de su estatura que tenia el vestido viejo y rolo, trocó con él su vestido, y volviendo á su casa, preguntado de sn madre, qué haliia hecho el vestido nuevo, dijo que le hahia dadoá un pohre que le merecia mejor que él, y que su vestido le venia mejor al pobre, y el del pobre áé!. Siempre que pódiá alcanzar de su madre algún dinero ó cosa de comer, lo llevaba luego al hospital délos pobres. Kslaiulo un dia su madre fuera de casa, llegaron unos pobres á pedir limosna, y no hallando nada que darles, se fué el santo niño adonde estaba una gallina con seis pollos que criaba, y repartió los pollos entre los pobres, dando á cada uno el suyo. Vino su madre, y preguntándole cómo habia hecho aquello, respondió: Sefiora, no me sufrían las entrañas que los pobres se fuesen como hablan venido, y así les di los pollos, y si viniera otro pobre pensaba darle la gallina. En el agosto le enviaban sus padres á llevar el almuerzo y comida á los segadores, y sin que ellos lo echasen de ver, distribuía mucha parte á los pobres que por allí andaban y venian, como es costumbre, á recoger las espigas; mas al llegar los cegadores á comer, con ser gente voraz, no echaban méuos la falta, y quedaban satisfechos y contentos. No solo de misericordia, mas de otras virtudes daba raros ejemplos eula niñez y puericia. Ayunaba muchos dias, fuera de los que manda la Iglesia, y se disciplinaba con tanto rigor como si tuviera muchas culpas, pero con gran secreto: y así tuvo gran pesar y sentimiento, porque un dia halló sumadle las disciplinas junto á su cama. Era obedientísimoásuspada-:* sin apartarse en nada desu voluntad, muy humilde y devoto, y aficionado á las cosas ' del culto divino; y tan honesto y modesto en todas sus acciones y palabras, que no solo notaba falta ninguna, aun de las que son propias de aquella edad, antes reparando los vecinos sus acciones, decían: Este niño ha de venir á ser un gran santo: y por muchos años duró en Vilhmueva la fama de la santidad que habia mostrado en su niñez. Huía de los muchachos traviesos é inquietos, y ordinariamente andaba solo, poi' no andar mal acompañado. Era muy amigo de oir misa y sermón : y los dias de fiesta después de comer, juntaba los niños que podía de su vecindad y barrio, y no fallaban hombres que se hacían niños para oir al predicador niño; y subiéndose á algiin lugar eminente, repetía el sermón que habia oído, con tanto espíritu y fervor, (pie muchas veces se acababa el sermón con lágrimas del predicador y de los oyentes que ¿i; compungian, oyendo los desengaños que Ies decía Dios por la boca de aquel niño inocente. Mostró en esta edad singular ingenio, y así teniendo quince ó diez y seis años, le enviaron sus padres á la univeisidad de Alcalá, que habia fundado poco antes el cardonal don fray lYanciscn Jiménez fle Cisneros. Aquí con los buenos principios (pie llevaba de latinidad, y su aplicación y capacidad, salió en breve e\celente latino y retórico. Fuélc forzoso volver á su casa para consolar á su madre en la muerte de su padre, y viendo que había heredado una casa principal que su padre le habia Iiedm. para que viviese cuando acabados sus estudios volviese á LA LEYENDA DE ORO. DIA 18. Villanucva; rogó á sn madre que pusiese en ella camas y ropa, y sirviese de hospital para pobres y peregrinos; porque dando él á Dios casa en sus pobres, Dios le daría á él casa en que vivir. Ilízose así, y después dotó el santo aquel hospital con la herencia de sus padres, y se llama hoy «el bo-pital del Arzobispo de Valencia :» y se puede llamar el hospital de la Salud; porque desde que se empezaron á hacer las informaciones de su santidad y milagros, fueron muchos los enfermos que cobraron salud, mas por virtud de, la intercesión del santo á quien se encomendaban que por la eficacia de las medicinas; y así casi ninguno moria de cuantos entrahau en el. Volvió á Alcalá, y Dios le (lió casa en que vivir, como se lo prometía su confianza; porque aprovechó tanto en los esludios de filosofía y teología, que buscando el cardenal Cisneros los mejores estudiantes, para dar buen principio al colegio mayor de San Ildefonso que liabia fundado; por los informes que tuvo de los maestros y otros varones doctos y graves de la universidad, le nombró luego por su colegial, siendo el nono entre los primeros que tuvo aquel insigne colegio. El ejemplo que dió de todas las virtudes fué tal, que el maestro Juan de Vergara, uno de los hombres mas insignes en letras y pulpito, que tuvo aquella universidad y estaba en aquel colegio al mismo tiempo; en los sermones que predicaba, traía por ejemplo á sus oyentes las virtudes de Tomás; y los exhortaba á imitarle, como si hablara, no de un mancebo y colegial que vivía, sino de un santo que estaba ya canonizado. Diéronle una cátedra de artes, en que no ménos procucuraba enseñar á sus discípulos la virlud que las letras : y fuera del ejemplo que les daba, no perdía ocasión de exhortarlos á la castidad, rpcogimienlo, devoción, frecuencia de sacramenlos y áplicadtón al estudio. La fama de sus grandes [¡artes excitó la codicia de la universidad do la ciudad de Salamanca, porque deseaba gozar de su doctrina; y así vacando la cátedra de filosofía moral, la proveyeron en él por claustro y le enviaron á llamar. Ya Tomás deseoso de retirarse del mundo y entregarse todo á Dios, deliberaba acerca del modo de vida que había de tomar, ó do clérigo ó de religioso, pidiendo á Dios nuestro Señor luz de su voluntad, con oraciones, ayunos y limosnas, por no errar en lo que tanto importa, como la elección de oslado, de que ordinariamente depende la salvación, y resolver despacio lo que ha de durar toda la vida. Con lodo eso, por mostrarse reconocido á la demostración de aquella universidad, fué á la ciudad de Salamanca y leyó tres leccioiK's. y en la postrera, donde fué oyente el rector leyóaquel misterioso salmo: In cxiiu ¡miel de Mfjiplo, despidiéndose del siglo con la palabras de David; porque al otro dia tomó el hábito en el convento de San Agustín, habiendo escogido esta sagrada religión, después do madura consideración y mucho consejo; porque sus reglas le parecieron las mas acomodadas á sus deseos, y su instituto el mas conforme á su inclinación. Uecibióel hábito dia de sania Caialina, virgen y mártir, del año de IJÍn ; teniendo veinte y nueve años de edad, con gran gozo de aquellos religiosos ; porque Dios nuestro Señor los traía á su casa un varón tan excelente en letras y virtud, y mayor gozo del santo; porque le sacaba el Señor del piélago del mundo al puerto seguro de la religión. No dió cuonla de su vocación ni enlr'ada á sus parieulcs ni á su misma madre, aunque era tan grande sier-

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Dios, dü compasión por los dolores <strong>de</strong> Cristo, y <strong>de</strong> goito,<br />

porque entendió que era voluntad <strong>de</strong> Dios Iransformarle en<br />

una iinágtín viva <strong>de</strong> Jesucristo crucificado . Desapareció la<br />

visión, <strong>de</strong>jando abrasada su alma en amor muy encendido<br />

vehemente, y luego so vieron en sus manos y pies, las<br />

seftales <strong>de</strong> los clavos conforme los habia visto en aquella<br />

''gura. <strong>Los</strong> agujeros eran tan gran<strong>de</strong>s, que se pedia melw<br />

un <strong>de</strong>do <strong>de</strong> la mano, y <strong>de</strong> la llaga <strong>de</strong>l costado, que<br />

siempre tenia abierta, con mucha frecuencia le corria sangre,<br />

(san Buenaventura , Legenda sane. Franc. cap. 13).<br />

Este milagro se puso en el Martirologio romano, por mandato<br />

<strong>de</strong> Sivto V, y <strong>de</strong>spués se mandó que se celebrase<br />

lie sta <strong>de</strong> él en toda la Iglesia. Véase la vida <strong>de</strong>l santo, el<br />

(íia 4 <strong>de</strong> octubre.<br />

SAN RÓCELO, MÁRTIR.—Era un niño <strong>de</strong> la ciudad <strong>de</strong><br />

Aulun, que en tiempo <strong>de</strong>l emperador Antonino, siendo<br />

prefecto Valeriano, por no querer abandonar la religión<br />

C| isl¡ana, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> pa<strong>de</strong>cer muchos tormentos, hecho<br />

pedazos por las fieras, alcanzó la corona <strong>de</strong>l martirio en<br />

su misma patria.<br />

<strong>Los</strong> SANTOS VALERIANO, MACRINO Y GORDIANO, MÁRTIRES.<br />

—Las únicas noticias que tenemos <strong>de</strong> estos santos, son <strong>de</strong>l<br />

Martirologio galicano, que dicen que murieron <strong>de</strong>gollados<br />

en Noyon, en tiempo <strong>de</strong> Decio.<br />

SANTA AGATODIA, MÁRTIR—Fué griega <strong>de</strong> nacimiento, y<br />

abrazó la religión cristiana, siendo esclava <strong>de</strong> una mujer<br />

'"fiel. Asi que esta lo supo, empezó á castigarla continua-<br />

«noiile, y á darla muy malos tratos, los cuales duraron por<br />

espacio <strong>de</strong>cebo años. La santa paciente y resignada, no se<br />

(lllejó nunca, pero tampoco <strong>de</strong>sistió <strong>de</strong> sus propósitos, y<br />

la que tanto la habia atormentado, la acusa al juez. Este,<br />

viéndola invencible, la con<strong>de</strong>nó á varios suplicios, y al lin<br />

le hizo arrancar la lengua, y echarla en una hoguera,<br />

tlondc acabó gloriosamente su vida<br />

S AN SÁTIRO, CONFESOR.—Fué hermano <strong>de</strong> san Ambrosio,<br />

arzobispo <strong>de</strong> Milán, por el cual sabemos que Sátiro conservó<br />

toda la vida su integridad bautismal, con cuerpo<br />

casto y corazón puro. Según los bolandistas, murió en Milán,<br />

el año 392 ó 393.<br />

SANTA TEODORA.—Fué una noble matrona romana, que<br />

cristiana <strong>de</strong> todo corazón, en tiempo <strong>de</strong> la persecución <strong>de</strong><br />

^¡ocleciano y Maximiano, se ocupaba en servir con toda<br />

soficilud á los mártires durante su vida, y dar sepultura<br />

3 sus cuerpos muertos. En estas ocupaciones y otras obras<br />

^e piedad, llegó Teodora á una edad muy avanzada y<br />

'parló coronada <strong>de</strong> merecimientos, por los ailos do 312.<br />

DIA 18.<br />

S.VXTO TOMÁS DK VILLANUEVA, ARZOBISPO Y CONFESOR.—<br />

*MUt el santísimo ponliOco, gran limosnero y verda<strong>de</strong>ro<br />

l);idre <strong>de</strong> pobres, santo Tomás <strong>de</strong> Villanueva, en la villa<br />

^ Fuenllana, <strong>de</strong>l arzobispado <strong>de</strong> Toledo, el aflo <strong>de</strong>l Sefior<br />

^ UH8 : su padre se llamó Alonsó Tomás García, <strong>de</strong> los<br />

l'ijos-dalgo mas principales <strong>de</strong> Villanueva délos Infantes,<br />

y su madre dofia Lucía Martínez <strong>de</strong> Castellanos, natural<br />

^ Fuenllana, y <strong>de</strong> lo mejor <strong>de</strong> aquella villa. Aunque nació<br />

santo en Fuenllana, so crió en Villanueva : y <strong>de</strong> aquí<br />

loiuó t.i apeii¡(i0 a| entrar en la ór<strong>de</strong>n <strong>de</strong> San Agustín, sela<br />

costumbre <strong>de</strong> la provincia <strong>de</strong> Castilla. Eran sus pa-<br />

^l'es ricos <strong>de</strong> bienes temporales, pero mas ricos <strong>de</strong> misericordia<br />

y piedid ; y asi, su caga era hospital <strong>de</strong> pobres,<br />

y su madre era ílamadn, la santa Limosnera ; y si bu-<br />

G;^<br />

hitáramos <strong>de</strong> escribir la vida <strong>de</strong> sus padres, como la <strong>de</strong>l<br />

hijo, tuviéramos muchos ejemplos raros y admirables que<br />

contar: especialmente <strong>de</strong> su santa madre, que no solo en<br />

la misericordia, mas en la penitencia, oración y otras<br />

virtu<strong>de</strong>s, se señaló mucho, como lo mostró Dios con algunos<br />

casos milagrosos. Uno <strong>de</strong> ellos fué, que habiendo dado<br />

un dia toda la harina que le hablan traido <strong>de</strong> un molino,<br />

cuya renta lenian <strong>de</strong>stinada ella y su marido para los pobres;<br />

viniendo un pobre <strong>de</strong> nuevo, dijeron las criadas que ya<br />

se habia dado toda la harina, y no habiaquedado nada en la<br />

troj. Con todo eso, dijo ella: Mirad bien la troj y barredla;<br />

que no permitirá Dios, que so vaya este pobre <strong>de</strong> mi casa<br />

sin limosna. Volvieron las criadas, seguras <strong>de</strong>que no hahian<br />

<strong>de</strong> hallar nada; y hallaron la troj llena, con gran<strong>de</strong><br />

espanto y admiración. Empezaron ádar voces admiradas,<br />

y ella, huyendo <strong>de</strong> la vanagloria, les hizo señales que callasen,<br />

y dijo : Bendito y alabado sea el Señor, que así remedia<br />

á sus pobres. Dióle también el Señor particular gracia<br />

para sanar niños quebrados : porque haciendo la señal<br />

<strong>de</strong> la cruz, los <strong>de</strong>jaba libres do aquel acci<strong>de</strong>nto; mas<br />

ella quería ocultar el milagro con una venda que les ponía,<br />

advirtiendo que no se la quitasen hasta cinco ó seis dias.<br />

Murió como habia vivido, y en su úlliraa enfermedad, todo<br />

su cuidado ora <strong>de</strong>cir á los criados : Den limosna áesos pobres<br />

: dénies <strong>de</strong> comer : vistan á esos pobres: que son las<br />

palabras que <strong>de</strong>cia toda su vida : y estando ya cercana á<br />

la muerte, ó por mejor <strong>de</strong>cir á la vida cierna, vió á su<br />

marido, que habia muerto algunos años antes, y venia<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el cielo á visitarla. Hablando sanio Tomás do su santa<br />

madre, <strong>de</strong>cia semejantes alabanzas, que san Agustín<br />

do santa Mónica. De tales padres nació tal hijo, y do talos<br />

limosneros, el limosnero por excelencia, siendo mas here<strong>de</strong>ro<br />

do su misericordia que <strong>de</strong> su hacienda ; y una do<br />

las mayores alabanzas <strong>de</strong> santo Tomás, fué haber excedido<br />

mucho en la misericordia á sus padres.<br />

En la niñez dió sauto Tomás no solamente muestras y<br />

señales do la caridad y misericordia que habia <strong>de</strong> tener en<br />

su vida; mas tales ejemplos, que ya entonces merecía el<br />

nombre do Padre do pobres, y solo son menores, comparados<br />

con los que dió <strong>de</strong>spués. Si alguno pudo <strong>de</strong>cir con<br />

el santo Job: «Conmigo nació la misericordia <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />

vientre <strong>de</strong> mi madre, y conmigo ha crecido,» es nuestro<br />

Tomás <strong>de</strong> Villanueva; porque en teniendo uso do razón,<br />

tuvo uso <strong>de</strong> la misericordia, siendo tan presto misericordioso<br />

como racional. Cuando iba á la escuela, no queria<br />

almorzar en su casa, sino que le diesen su almuerzo para<br />

llevarle ála escuela; y al primer pobre que encontraba se<br />

lo daba, y él no se <strong>de</strong>sayunaba hasta venir á comer á su<br />

casa. Muchas veces volviaá su casa sin medias, ni zapatos,<br />

ni vestido, por habérselo dado á los niños pobres qué encontraba.<br />

Fstando un dia do invierno en casa <strong>de</strong> un vecino<br />

<strong>de</strong> su casa, llegaron unos muchachos <strong>de</strong>snudos, tiritando<br />

<strong>de</strong> frío á pedir limosna : <strong>de</strong>spidiéronlos en aquella<br />

casa sin limosna; y saliendo el niño tras ellos, los llamó,<br />

y dió á uno la ropilla y á otro el jubón, á otro las media?,<br />

y con sola la camisa se volvió á su casa: y preguntado<br />

<strong>de</strong> su madre, cómo venia <strong>de</strong> aquella manera, la dijo: Señora,<br />

déme vuestra merced el castigo que quisiere, porque<br />

sabe Dios nuestro Señor, que viendo yo aquellos pobrecitos<br />

<strong>de</strong>snudos y helados <strong>de</strong> frío, no me sufrió el corazón,<br />

ni estuvo en mi mano <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> vestirlos y cubrirlos<br />

lo mejor que yo pu<strong>de</strong>. Y como la madre era tan piadosa,

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