Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

grandes alabanzas del nombre de María
muclios dejamos arriba citados.
SAN LAMBERTO, OBISPO Y MÚrnu.—De ilustre sangre
nació san l.ainborlo en la ciudad de Mas'ricbl; su padre
se IÍÍHIÍÓ Apto, y su madre Ucrisplinde. Tuvo por maes-
Iro desde niño á uu sanio y docto varón, llamado laatioaldo.
defjuien bace conmemoración como de santo, el
Martirologio romano á los 10 de marzo : el cual le enseñó
las divinas Letras y el temor santo del Seiior: y Lamberto
se (lió lauto á la vii lud , que por sos merecimientos y los
de su maestro Landoaldo trajo fuego en el seno, sin quemarse
, y por ¡as oraciones de ambos brotó una fuente de
agua clarísima para el edificio de la iglesia (pie se labraba.
Cuando volvió á casa de sus padres , huia de la conversación
de los oíros mozos nobles y libres, sus iguales, y
menospreciaba las bonras y vanidades del siglo, y todo
lo que podía daba á los pobres, lira á la sazón obispo de
Maslricht san Teodardo, varón de grande anicridad en la
córle del rey y en lodo el reino por HIS excelentes virtudes:
por las cuales Dios 1c dió la corona del marlirio ; porune
derramó su sangre por la libertad y defensa de su Iglesia,
y como de mártir bace memoria de él la santa Iglesia á
los 10 de setiembre. A este santo obispo entregaron á
Lamberlo, ya mozo, sus padres para que le criase y le
guiase: y el lo bizo, y descubrió en Lamberlo tan grande
ingenio, doctrina, modestia y prudencia , rpie le amó y
íavoreció miiclio; y todo el pueblo se le aficionó de malicia
, que, muerto Teodardo, luego puso los ojos en Lamberto,
para liacerle sucesor del santo obispo y mártir : y
por mucho que Lamberlo lo resistió , declarando sus ¡locas
fuerzas para llevar lan gran peso , fué tanta la instancia
que le hicieron y la fuerza con que se lo pidieron, que
iio pudo dejar de bajar la cabeza , y rendirse á su voluntad
, entendiendo que era la de Dios, que se queria servir
de él en aquella dignidad , de la cuál él se tenia por lan
indigno.
En sentándose en la silla de obispo, luego se entregó á
todas las obras y ministerio xle vigilante y santo pastor.
Tredicaha á menudo coo gran fervor y espíritu y lo que
ensenaba de palahra, coníirmábalo con su santa vida. Reparlia
todo lo que tenia á los pobres : era padre de los
luiérfanos , refugio de las viudas , consuelo de los afligidos
y remedio de todos los necesitados. Hacia Dios por él
muchos milagros , y resplandecía en su Iglesia como un
nuevo sol en el mundo. Extendióse luego la fama de su
santidad periodo el reino de Francia : y el rey Childerico
que á la sazón lo era , deseó tenerle cabe si, y se sirvió
de él, dándole mucha mano en el gobierno del reino y
aprovechándose de su consejo. Mas esto duró poco , porque
el rey Childerico fué muerto á traición ; y Lbroíno,
caballero principal y maesiro de casa ó mayordomo ma-
^,01' del palacio real (á cuyo cargo, por razón de su oficio,
estaba el gobierno del reino), era ambicioso y cruel tirano:
y muerto el rey, para que no hubiese quien le fuese
(\ la mano, la tuvo para eclíar de su silla á san Lamberlo,
y deslerrarle con gran regocijo de los malos, y tristeza y
llanto de los buenos. Consoló el sanio prelado lo mejor que
pudo á sn pueblo, y mostróse en lodo varón do Dios;
porque ni perdió la paz de su alma , ni la serenidad de
su rostro , ni la compostura y gravedad de^su persona, en
todas las injurias . desacatos y vituperios que le hicieron,
r^urpó por fuerza la silla del sanio un malísimo hombre.
LA Lr.YlíNDA DE ORO. DÍA 17.
de los cuales
llamado Faramundo, para castigo de aquella Iglesia; porque
era un lobo cruel y carnicero, que no atendía sino á
derramar y despedazar el rebano del Sefior, cuyos juicios
son secretísimos y justísimos, auntjue en esta \ida no los
alcancemos ni enlendamos, porque aflige al santo y levanta
al pecador. Salió de su Iglesia Lamberto , y fuese á
un monasterio de sanios monges , que se llamaba estabúlense
, para vivir en él mas apartado de los cuidados de
obispo , y darse mas á la penitencia , á la oración y contemplación
de Dios. Fué recibido del abad y de lodo el
convento, como santísimo varón y un ángel venido del
cielo : y aunque lodos le honraban y respetaban por su
santidad y dignidad ; él se humillaba y ponía debajo de
los piés de todos, y no se trataba como obispo, sino como
el menor novicio del convento. Mostrólo bien en una cosa
que le sucedió; porque una noche durmiendo con los otros
frailes en el dormitorio, quiso á deshora levantarse de su
camilla para darse con mas cuidado y atención á la oración:
al tiempo de calzarse se le cayó nn zapato en el
suelo, y con el ruido inquietó á los bailes que dormian.
Oyólo el abad; y no sabiendo quien era , dijo: Cualquiera
quesea el que ha hecho este ruido, vayase á la Cruz,
como es nuestra costumbre , y estése allí paia que pague
su culpa con