Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

ni A 27. DICIKMIÍUK. 581
mo miulro, era cuidadosa y solícita del bien di1 sus liijos,
y sin que ellos tuviesen p;irle en lo que ella baHn, les proctiraba
su bien, como'oiros doctores dicen. Mas el señor se
volvió á los hijos, á cuyo bien se endereznba la petición de
ia madre, y les dijo, que no sabian lo (pie se pedían : porque
si pros; ban (pie su reino era temporal y de la tierra,
y pedían los primeros y mas preeminentes lugares en él,
se engañaban ; porque su reino era espiritual y del cielo:
y si ellos creian que lo era, y querían ser aventajados en
él por deudos sujos; que iban fuera de camino : porque
(¡uorian U enrona ánles de la baíalla, y baber por favor
lo queUD se da sino por merecimientos: y por esto les
preguivó si estaban aparejados para beber el cáliz de la
pasión que él babia de beber. Y ellos como animosos y
esl'or/ados respondieron que sí. Pero el Señor se cerró
con decirles, que beberian su cáliz; mas que las primeras
sillas de su reino, ni se babian de dar sino á los que conforme
á la disposición del Padre eterno las bubiesen merecido.
Dice mas el evangelista : que. cuando el Señor luibo
de celebrar la última Pascua, en la cual había de descubrir
mas el amor que(tenia á los suyos, é instituir el sacramento
inefable de su sacratísimo cuerpo y sangre, envió á
Pedro y á Juan para que aparejasen lo que era menester
para celebrar aquella Pascua, que por este respeto era
muy diferente, y muebo mas excele ite que las otras: y el
baber juntado á Pedro y á Juan, fué señal de que para cosa
tan grande escogió el Señor á los dos apóstoles mas
queridos y mas privados suyos.
Pero mayor deinoslracion de la privanza de san Juan, y
del singular amor que le tenia el Señor, fué lo que en
aquella sagrada cena hizo con él: porque de lodos los
apóstoles, el que mas cerca estaba de Cristo era Juan: y
habiendo dicho que uno de los doce que estaban sentados
á la mesa con él le vendería y seria traidor, sin señalar
quién era ; san Pedro, deseoso de saberlo, para despedazarle
(como dice san Crisóslorno) y comerle á bocados, no
se atrevió á preguntar al Señor quién era ; mas por señas
rogó á san Juan, que como mas familiar y mas regalado se
lo preguntase: y él se lo preguntó, y el Señor respondió,
que era aquel á quien él daría un bocado de pan mojado
en el plato : y luego dió el bocado á Judas ; y san Juan entendió,
que él era el traidor.
De donde consta la familiaridad y privanza que tuvo
con Cristo este gloriosa apóstol y evangelista sobre todos
los demás : pues é príncipe y cabeza de todos los apóstoles
le tomó por medianero, para saber per él lo que por sí
no so atrevió á pregnniar al Scfíor. Mas todo esto no nos
declara tanto este regalo y favor, como lo que el mismo
Juan dice de sí (pie en aquella misteriosa cena se recostó
sobre el pecho del Señor. Recostóse sobre los brazos y
seno de Cri.-to, como hijo mas tierno y mas regalado de su
padre. Y oyendo del Señor , (pie uno de los apóstoles le
había de vender, y que se llegaba aquella hora lastimosa
en ([iie su vida babia de morir, tuvo gran tristeza y cerró
los ojos corporales á todas las cosas visibles, y abrió los
del alma para las invisibles. Quedaron todos los sentidos
exteriores como dormidos y muertos, para que las potencias
interiores se dispertasen y avivasen mas, y en aquel
divino viesen el misterio inestimable de la generación del
Verbo, y todos los otros secretes y profundísimos sacramentos,
que después el santo apóstol nos había de manifestar,
y alumbrará toda la Iglesia con la luz que allí le
habia sido comunicada, y regalarla y fecundarla con las
aguas que en aquella fuente de vida habia bebido. Grandísimo
favor, soberano beneficio, incomparable gracia fué
la que en esta cena hizo á Juan el Señor: pero mucho mayor
es la que le hizo estando en la cruz : porque habiendo
todos los otros apóstoles desamparado á su Maestro, y
Pedro, que era la cabeza de todos, negádole tres veces;
solo san Joan le acompañó, y con la sacratísima Virgen
asistió á su pasión en el monte Calvario, atravesado de increíble
dolor, p'jrverá su Señor y Maestro puesto en un
madero con tan atroces tormentos y dolores: y á la Madre
santísima mas muerta que viva, por ver morir al que ella
habia dado su carne, y él á ella su espíritu. Estando, pues,
el bendito Jesús en aquel conflicto y agonía, y viendo á la
madre y al discípulo; compadeciéndose de la una, y queriendo
regalar al otro y darnos ejemplo de la obediencia,
respeto y reverencia que debemos á nuestros padres, dijo
aquellas palabras de tanto amor y senlin.lento: «Mujer,
hé aquí á tu hijo; » y volviéndose á Juan : «lié aquí á tu
madre:» con las cuales traspasó con un cuchillo de dolor
las entrañas de la Madre (pie perdía tal Hijo, y le trocaba
por Juan ; y á Juan le honró y sublimó y enriqueció, dándole
por mach e á su propia Madre, y haciéndole de discípulo
hermano suyo. ¡ O gracia singular! ¡ O dádiva inestimable!
¡Odón de dones! Por el cual en cierta manera
hizo Cristo á Juan su hermano de padre y madre, y partió
con él la herencia, como con hermano menor : porque
solo Jesucristo es único hijo y natural del Padre, é imágen
invisible, resplandor déla gloria y figura de la substancia
deDíos, Hijo consubsláncial, perfectisimo, infinito, coeíenio
y en lodo igual al que le engendró, de quien dice el profeta
: «El Señor me dijo: Tú eres mi Hijo; y yo te engendré
hoy:» que quiere decir, «eternamente.» Y lodos los
que están unidos en Cristo por viva fé, fu me esperanza y
ardiente caridad, son hermanos suyos y miembros de su
cuerpo, que es la Iglesia, cuya cabeza él rs : y así lo llama
él; porque dice el apóstol san Pablo: «No se desdeñó
de llamarnos hermanos : » y siendo hermanos de Cristo,
son hijos adoptivos del Padre eterno; pues como dice el
mismo san Pablo: «El Espíritu santo nos da testimonio,
que somos hijos de Dios: y si hijos, también somos herederos
de Diosy herederosjuntamentecon Cristo. » Mas aunque
todos estos son hijos del Padre cierno, y por esta parte
hermanos de Cristo; nuestro glorioso apóstol y evangelislasanJuan
es hermano mas eslrerho y mas querido [corno
lo fué Beujamin de JOM> entre todos sus hermanos) j porque
es hijo de un mismo Padre y de una misma Madre.
Y puesto caso, que todos los fieles que están en gracia son
hijos adoptivos de esta Señora: porque aunque ella no tuvo
sino un Hijo unigénito y nacido de susenlranas; por él mereció
ser Madre de lodos los vivientes, y tener tanlos hijos •
adoptivos, cuantos Cristo tiene hermanos : pero de todos
es'os hijos Juan es el primogénito, es el dechado y modelo
de lodos los otros : porque á él solo se dió esto
privilegio tan especial, y Cristo le entregó á su Madre por
madre, y á la Madre á Juan por hijo, y él la tuvo por tal,
v la sirvió y regaló mucho mas perfectamente que si hubiera
sido sil madre natural. ¡ O dichosa suerte! ¡ O precioso
don ! ¡ O tesoro inestimable! Ecce maler lúa: lié aquí,
Juan, á tu madre: toma á María, nó por señora, nó por
reina, nó por maestra, nó por abogada (como hasta aquí la
has tenido, y toda la Iglesia la tiene!; sino lambien por