Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

574 LA LEYENDA DE ORO. DIA 25.
gnnndo allí cerca, y velaban junio á una torro, que
llamaba Edor, donde Jacob habla apacentado su ganado:
porque siendo 61 sumo pastor y príncipe do pastores; ¿á
quiénes se habia de manifestnr, sino á los que eran de su
oficio? Siendo cordero de Dios; ¿ quién-babia de tener
noticia de él antes qnc los pastores ? ¿ A quién se h bian
de revelar primero los misterios divinos, sino á los que
apacicnlan el rebaño de Dios, y velan sobre él para quo
ellos le comuniquen y declaren á sus ovejas? ¿Quién habia
de predicar la humildad de Cristo y la pobreza del pesebre,
sinolos humildes y pobres, y que por su simplicidad y
llaneza estaban dispuestos á recibir la luz del cielo, y creer
loque del ángel oian, y adorar al infante recien nacido?
¿Cómo creyera el rey Ilerodes al ángel, y fuéra á buscar
y adorar en una choza al Kiño recien nacido; pues por
solo haberlo entendido, se turbó y salió de si ? ¿Cómo le
adoraran y reconocieran los soberbios escribas y fariseos
en aquella abatida y vil figura; pues siendo ya hombre,
y haciendo tantos y tan grandes milagros, te desecharon
y le pusieron en una cruz? Apareció, pues, el ángel del
Señor (que san Cipriano y san Ambrosio y otros dicen
que fué el ángel san Gabriel) á los pastores en figura humana
, resplandeciente y con maravillosa claridad, para
mostrar que era enviado de Dios, y que era Dios y mas
que hombre aquel Niño que les venia á anunciar. Viendo
los pastores al ángel , temieron sobremanera; porque su
flaqueza no sufría aquella excelencia y majestad. Mas el
ángel les quitó el temor, y les dijo : «No queráis temer:
mirad que os anuncio unas nuevas de grande alegría,
que será para todo el pueblo; que hoy es nacido para vosotros
y para nuestro bien un Salvador , que es Cristo
nuestro Señor, en la ciudad de David. » No (ornáis, sino
alegráos ;pues tenéis tantas razones de gozo y de alegría:
y es nacido el Salvador, y nacido para vosotros y por
vuestra salud , y siendo Dios , ha nacido hombre y de
vuestra misma naturaleza, la cual ha sido levantada y ensalzada
sobre la nuestra: y para que vuestro gozo sea mas
lleno y colmado, hágoos saber, que hoy en esta misma
hora ha nacido el Cristo del Señor y el Mesías tan deseado
, el cual por ser Dios, es vuestro y nuestro Señor. Y
para que le hallasen y conociesen, dióles por señal, que
hallarían al Infante envuelto en pañales y reclinado en un
pesebre. ¡ O secretos , c invcsligables misterios de Dios !
Los pañales, el pesebre , la pobreza da el ángel por señas
de ser nacido el Salvador, y aquel Rey poderosísimo y
sapientísimo, que habia de despojar el infierno y sujetar
á los demonios, y dar vida y salud al mundo ! Vinieron á
grande prisa los pastores y hallaron á María y á José, y
al Niño puesto en el pesebre : y viéndole, conocieron ser
verdad lo que les habia sido revelado acerca de este NiñOv
Cosa es de grande admiración, que conociesen los pastores
quo aquel Niño empañado y acostado en el pesebre
fuese Dios y Señor de él y de la tierra : porque todo lo
que veían, mas era para creer que no era Dios , sino un
pobrecito y despreciado niño, abatido y desechado entre
las bestias : mas avisados del ángel, y admirados del resplandor
del cielo , y de la música y alabanzas de los ángeles
, y sobre todo alumbrados con la luz de la fé, y encendidos
en amor con la vista del mismo Niño , conocicvon
que era Dios, y por tal le adoraron y le predicaron á
los otros.
Pues, ¿ qué habernos de aprender de osla aliL-ima escuela
del Niño recien nacido? ¿Cómo nos debemos opa"
rejar para recibirle en nuestros corazones? ¿Cómohabernos
do imitar los ejemplos tan admirables que aquí vemos,
y las virtudes que por todüs parles resplandecen en
este sagrado nacimiento ? Que es la postrera parte de las
tres que propusimos arriba. La primera eosaqirc debemos
hacer, para que nazca en nuestras almas el que hoy nsció
en el portal de Belén, es alegrarnos y regocijarnos espiritualmente:
porque tenemos un Dios tan buena, tan benigno,tan'vnorosj,que
sienJo en sí eLírna éin^oinutUable,
hoy vestido de nuestra carne se ha hecho niño de undia,
y sujeto á la inclemencia del cielo y á las injurias del
tiempo. Gozémonos porque nos ha nacido el Salvador
verdadero, que nos librará , no solo de los daños temporales
, sino de nuestros pecados y de la enemistad que
por ellos tenemos con Dios, y nos sacará de las uñas de Satanás,
y nos abrirá la puerta^del cielo; porque si cuando
nace un rey ó principe heredero, se hacen en lodo el reino
tantas fiestas y regocijos par celebrar el nacimiento de
un hombre, q ie es semejante á los demás, y no se sabe s'
será la ruina y destrucción del mismo reino; y causa í-por
su mal gobierno) de tanto llanto, cuanto su nacrmionío
fué de alegría; ¿qué debemos baoer nosotros en la Natividad
de aquel Roy soberano,que trae en su muslo escrito:
«Rey do los royes, y Señor do los señores:» ¿ Qué habernos
de hacer, cuando nace aquel príncipe, quo no ha do
cargar á sus subditos, ni ponerles pechos ni tributos,
sino lomar sobre sí las cargas dj ellos y pagar en su cuerpo
las ponas que ellos merecen? ¿Qué habernos de hacer,
viendo que naco aquel en quien están escondidos lodos los
tesoros de la sabiduría y ciencia de Dios? ¿Aquel que es
espejo sin manilla, en el cual nos representa toda verdad,
que es la fuente de toda dulzura, y arca en que está
encerrado todo lo precioso quo tiene Dios? ¿Que es ley
viva, que da vida á todas las leyes y las endereza, y corrige
lodas nuestras acciones? ¿Qae es el maná quo contieno
en sí todos los sabores, y pan celestial que solo puedo
hartar, y medicina quo cura todas las dolencias do
nuestra alma? ¿Q:ie es flor del campo, que con su fragancia
y suave olor recrea al mundo y atrae á sí los corazones?
¿Que es el sol do justicia, que deshace lodas las tinieblas,
y admirable é inmensa hermosura, que quila todas nuestras
fealdades: y finalmente nuestro rey, nuestro maestro,
nuestro médico, nuestro pastor, amigo, hermano, esposo,
padre y señor? que todo esto se comprende en el
nombro del Salvador; y por todos estos lílulos nos debemos
gozar, y porque hoy se nos ha dado, y ya le tenemos
por nui'Slro, y como de cosa nuestra nos podemos
holgar.
Porque si los ángeles vienen hoy del cielo á hacer fiesta
en la tierra y alabar al ¡Niño recien nacido y darle música,
con no haber tomado el Señor su naluraleza, ¿qué
habernos de hacer nosotrus, viendo tan ennoblecida y ensalzada
la nuestra y que ya somos parientes de Dios? La
segunda cosa, conocer lo que debemos á este Señor por
osle beneficio, y las obligaciones que nos corren por este
parentesco de Dios; porque sin duda, que si algún rey lomase
por mujer á una doncella pobre, que todos los deudos
de ella se honrarian con aquel casamiento, y procurarian
tratarse, nó como ántes, sino como deudos de la
reina. Pues lo mismo debemos nosotros hacer después que
el Rey del cielo se hizo parlicipante de nuestra nalurale-