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DIA 25.<br />
ver al que sabia que era verda<strong>de</strong>ro Dios, tan abatido y<br />
humillado: y postrándose <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> 61 con profundísima<br />
reverencia, dicen, qne dijo: fíenc reneris, Deus mcus,<br />
Dominus meus el Filius meus : Bien seáis venido, rai Dios,<br />
mi Señor y mi Hijo : y así le adoró y besó los piés, como<br />
A Dios, la mano como á su Señor y el rostro como á su<br />
Hijo; y abrazándole y aplicándole á sus virginales pechos,<br />
le envolvió en aquellos pañales que traía aparejados. Sonrióse,<br />
como niño, á la madre el santo Infante: halágala<br />
con el rostro , y vuelve sus dulces y alegres ojos<br />
á mirarla: y como dicesan Cipriano: «El niño mamando<br />
en los brazos do la Madre gozaba <strong>de</strong> aquella lecho<br />
proveída <strong>de</strong>l cielo, y la fuente <strong>de</strong>l sagrado pecho<br />
infundía en la boca <strong>de</strong>l Niño purísimo licor. El Hijo daba<br />
á la Madre , lo que la Madre daba al Hijo : él henchía los<br />
pechos <strong>de</strong> la Madre; y ella sustentaba al Hijo con la divina<br />
leche que él mismo Ip habia proveído. Mas como el<br />
Niño tierno temblase <strong>de</strong> frió ó hiciese pucheritos, púsole<br />
la Virgen así empañado en el pesebre, para que con alguna<br />
paja ó heno, que allí habia, y con¿el huelgo <strong>de</strong>l buey<br />
y <strong>de</strong>l jumento que allí estaban , se abrígase algún lanío,<br />
y se miligase la fuerza <strong>de</strong> aquel frió y rigor. ¡O bienaventurado<br />
pesebre I ¡ O establo mas glorioso que lodos los<br />
palacios <strong>de</strong> los reyes, don<strong>de</strong> Dios asentó la cátedra <strong>de</strong> la<br />
lilosofía <strong>de</strong>l cielo, don<strong>de</strong> la palabra <strong>de</strong> Dios enmu<strong>de</strong>cida,<br />
tanto mas claramente habla, cuando más calladamente<br />
nos avisa! ] O Sefior, Dios nuestro (dice Cipriano), cuán<br />
admirable es vuestro nombre en toda la tierral Verda<strong>de</strong>ramente<br />
vos sois Dios obrador <strong>de</strong> maravillas. Ya no me<br />
maravillo <strong>de</strong> la ligura <strong>de</strong>l mundo, ni <strong>de</strong> la Grmeza <strong>de</strong> la<br />
(ierra, estando cerca <strong>de</strong> un cielo tan movible : nó <strong>de</strong> la<br />
sucesión <strong>de</strong> los días , ni <strong>de</strong> la mudanza <strong>de</strong> los tiempos, en<br />
los cuales unas cosas se secan, otras rever<strong>de</strong>cen , unas<br />
mueren y oirás viven: <strong>de</strong> nada <strong>de</strong> esto me maravillo, sino<br />
<strong>de</strong> ver á Dios en el vientre <strong>de</strong> una doncella : maravillóme<br />
<strong>de</strong> ver el Todopo<strong>de</strong>roso en la cuna : maravillóme <strong>de</strong><br />
ver como á la Palabra <strong>de</strong> Dios se pudo pegar carne: y<br />
como , siendo Dios sustancia espiritual, recibió vestidura<br />
corporal: maravillóme <strong>de</strong> tantas expensas y <strong>de</strong> tan largo<br />
proceso , y <strong>de</strong> tan largos espacios, como se gastaron en<br />
esta obra.» Esto es <strong>de</strong> san Cipriano. «¡O misterio inexplicable<br />
y á los ojos <strong>de</strong> la carne escondido! ¡O cosa , nó<br />
para <strong>de</strong>cirse, sino para sentirse! ¡ Nó para <strong>de</strong>clararse con<br />
palabras, sino con silencio y admiración! ¿ Qué cosa mas<br />
adiDirablc que ver aquel Señor, á quien alaban las eslreli:>s<br />
<strong>de</strong> la mañana: aquel que está sentado sobre los querubines<br />
: que vuela sobre las plumas <strong>de</strong> los vientos : que<br />
tiene colgada <strong>de</strong> tres <strong>de</strong>dos la redon<strong>de</strong>z <strong>de</strong> la tierra: cuya<br />
silla es el cielo , y cuyo estrado real es la tierra ; que haya<br />
querido venir á tan gran<strong>de</strong> extremo <strong>de</strong> pobreza , que<br />
cuando naciese (ya que quiso nacer en este mundo) le<br />
pusiese su Madre en un pesebre, por no lencr otro lu^ar<br />
que un establo ? ¿ Qué persona tan baja llegó jamás álal<br />
exlremo <strong>de</strong> pobreza, que por falta <strong>de</strong> otro mejor abrigo<br />
viniese á reclinar á su hijo en un pesebre? ¿Quién junló<br />
en uno dos exiremos tan distantes, como son Dios y pesebre?<br />
¿Quecosa mas baja que pesebre , que es lagar<br />
<strong>de</strong> bestias; y que cosa mas alia que Dios , qne está sentado<br />
sobre los querubines ? ¿ Pues cómo el hombre no sale<strong>de</strong><br />
sí, consi<strong>de</strong>rando estos dos extremos tan distantes Dios<br />
en un establo, Dios en un pesebre , Dios llorando y lembiuiido<strong>de</strong><br />
íno y eavueüo cu pañales?» Hasta aquí es<br />
DICIEMBRE. 573<br />
<strong>de</strong>l P. Fr. Luis <strong>de</strong> Granada. Pues ¡ó corazón humano1-<br />
¿ dón<strong>de</strong> estás cuando no estás en tí, ó cuando no estás<br />
con tu Dios ? ¿ Dudas por ventura que sea tu Dios esto<br />
que aquí ves recien nacido , envuelto en pañales, recostado<br />
en un pesebre, y tiritando <strong>de</strong> frió entre dos animales?<br />
No du<strong>de</strong>s; porque este mismo Niño que ves nacido ahora<br />
<strong>de</strong> las entrañas <strong>de</strong> su Madre , nació eternamente <strong>de</strong> la inmortalidad<br />
<strong>de</strong>l Padre eterno : <strong>de</strong> la Madre sin padre; y<br />
<strong>de</strong>l Padre sin madre : <strong>de</strong>l Padre sin liempo; y <strong>de</strong> la Madre<br />
en el fin délos tiempos: <strong>de</strong>l Padre como principio <strong>de</strong> la vida;<br />
y <strong>de</strong> la Madre como fin <strong>de</strong> la muerte: y el qneabora ves<br />
mortal y visible, y sujeto (por su voluntad) al hielo y al<br />
frío, por ser Hijo <strong>de</strong> María ; enliendo que es impasible,<br />
invisible y altísimo y exento <strong>de</strong> toda injuria, por ser Hijo<br />
<strong>de</strong> Dios. Niño es, y niño parece en esla forma <strong>de</strong> siervo<br />
; pero gran<strong>de</strong> es 6 inmenso en la forma <strong>de</strong> Dios : el<br />
mismo que aquí loma el pecho, y se sostenía déla teche<br />
<strong>de</strong> una doncella, es el que gobierna los cielos y el curso<br />
<strong>de</strong>l sol y <strong>de</strong> las estrellas , y sustenta y conserva el universo<br />
con su mano po<strong>de</strong>rosa. Y para que mejor entendamos<br />
lo que en este niño se encierra, y con qué ojos lo habernos<br />
<strong>de</strong> mirar, y que es Dios verda<strong>de</strong>ro y Salvador <strong>de</strong>l<br />
mundo, nacido para nuestro bien; miremos la integridad<br />
déla Madre: porque aunque es madre, juntamente es<br />
virgen : madre es ; porque parió al Hijo que habia concebido<br />
y tenido nueve meses en sus entrañas: y virgen es;<br />
porque esle Hijo es Dios , y habiendo Dios <strong>de</strong> nacer, do<br />
virgen habia <strong>de</strong> nacer. « No hubo allí necesidad <strong>de</strong> baños<br />
ni <strong>de</strong> lavatorios (dicesan Cipriano), que se suelen aparejar<br />
á las paridas ; porque ninguna injuria habia recibido<br />
la Madre <strong>de</strong>l Salvador, la cual parió sin dolor, así como<br />
habia concebido sin <strong>de</strong>leite. » El fruto ya maduro con sazón<br />
se cayó <strong>de</strong>l árbol, que le traía: y no habia necesidad<br />
<strong>de</strong> arrancar con fuerza lo que<strong>de</strong> su voluntad se nos ofrecía.<br />
Ningún tributo se pagó en este parlo, ni <strong>de</strong>leite prece<strong>de</strong>nte<br />
(que no hubo) pidió alguna usura <strong>de</strong> dolor. Y<br />
p;ira mayor t erlificacion <strong>de</strong> esla verdad, aila<strong>de</strong> el sagrado<br />
Evangelista, « que habia en aquella regicn unos pastores<br />
que á la sazón estaban velando, y guardaban las vigilias<br />
<strong>de</strong> la noche sobre su ganado : y el ángel <strong>de</strong>l Señor vino<br />
á ellos, y la claridad <strong>de</strong> Dios resplan<strong>de</strong>ció al re<strong>de</strong>dor <strong>de</strong><br />
ellos, y temieron con gran temor ; y díjoles el ángel: No<br />
queráis temer: mirad que os anuncio unas nuevas do<br />
gran<strong>de</strong> alegría que será para todo el pueblo; que os os<br />
hoy nacido un Salvador, que es Cristo nuestro Señor, en<br />
la ciudad <strong>de</strong> David , y esto os doy por señal, que hallareis<br />
al Niño envuelto en pañales y puesto en un pesebre. Y<br />
luego á <strong>de</strong>shora se juntó con el ángel una muchedumhro<br />
<strong>de</strong>l ejérciio celeslial que alababan áDios y <strong>de</strong>cian : Gloria<br />
sea á Dios en las alturas, y en la tierra paz á los hombres<br />
<strong>de</strong> buena voluntad.» Todas eslas palabras son <strong>de</strong>l historiador<br />
sagrado. Para que los hombres conozcan á Dios en<br />
la tierra recien nacido y recostado en el pesebre, viene<br />
oí ángel <strong>de</strong>l cielo á manifestarte, y <strong>de</strong>clararnos quién<br />
es. Venia el Señor para redimir al mundo y salvar al<br />
hombre perdido: y luego, en níiciendo, comenzó á hacer<br />
oficio <strong>de</strong> Salvador, <strong>de</strong>scubriendo lo que era, y lomando<br />
testigos <strong>de</strong> la majestad que estaba encerrada en aquella<br />
profundísima humildad. No quiso manifestarse á lodos;<br />
porque no lodos eran capaces <strong>de</strong> tan gran bien : y porque<br />
no se impidiese su cruz y pasión, escogió para testigos ii<br />
unos pobres y <strong>de</strong>spreciados pa. o os (pie guardabau su»