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onsEiizaniichto (5c en santo nombre, jimia nuestra «íilklad.<br />
La gloria <strong>de</strong>l Señor sin duda so manificsía mas en esta<br />
hmnüdad, pobreza y <strong>de</strong>sabrigo con que mició, que si hubiera<br />
nacido con gran<strong>de</strong> aparato y resplandor <strong>de</strong> corte, y<br />
abundancia y regalo <strong>de</strong> las cosas para el sagrado parto<br />
necesarias, quo se bailan en los palacios <strong>de</strong> príncipes y<br />
royes; porque la majestad soberana <strong>de</strong> nuestro Dios no se<br />
ba <strong>de</strong> medir con medida tan corta, ni aquella inmensidad<br />
infinita regularse con la regla <strong>de</strong> hombres: No son (dice<br />
el Señor) mis pensamientos como los vueílros, ni mis caminos<br />
como los vuestros; antes están mas levantados y<br />
distantes los unos <strong>de</strong> los otros, que lo está el ciclo <strong>de</strong> la<br />
tierra. Había Dios <strong>de</strong> conquistar al mundo y sujetarle ásu<br />
obediencia: queria hacer guerra á aquel tirano que se habla<br />
encastillado en él, y senládose en el trono real y quitado<br />
el cetro ó imperio al verda<strong>de</strong>ro Señor: y para vencer<br />
y-<strong>de</strong>rribara este soberbio gigante, no quiso pelear con<br />
las armas doradas <strong>de</strong> Saúl (que son las gran<strong>de</strong>zas, dignida<strong>de</strong>s<br />
y vanida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l siglo), sino con la <strong>de</strong>snu<strong>de</strong>z, con<br />
la pobreza, con el trabajo y abatimiento, como otro David<br />
con la honda y piedra, rendirle áíus piés y cortarle la cabeza<br />
; porque tanto es mayor y mas gloriosa la victoria<br />
que se alcanza <strong>de</strong> un enemigo, cuanto ias armas con que<br />
se alcanza son mas flacas. Lo que parece que es po<strong>de</strong>r en<br />
los gran<strong>de</strong>s reyes y monarcas <strong>de</strong>l mundo, si bien se mira,<br />
es flaqueza y falla <strong>de</strong>-.po<strong>de</strong>r; porqués! quieren cercar una<br />
ciudad ó conquistar un reino, tienen necesidad <strong>de</strong> gran<br />
número <strong>de</strong> soldados <strong>de</strong> á pié y <strong>de</strong> á caballo, <strong>de</strong> arlilleria,<br />
<strong>de</strong> carruaje, <strong>de</strong> municiones, <strong>de</strong> man!c:)ímienlos y otros<br />
pcrlrecbos <strong>de</strong> guerra, y <strong>de</strong> un infinito tesoro para po<strong>de</strong>rla<br />
sustentar: poro con toda esta potencia, cuando la<br />
tienen, les cae <strong>de</strong>fuera; y sin ella no pue<strong>de</strong>n castigar álos<br />
rebel<strong>de</strong>s c inquietos, ni conservar en paz la república, ni<br />
hacer justicia, ni sordo veras royes: mas JesDctis'o es<br />
tan po<strong>de</strong>roso, que para sojuzgar al mundo y rendir á todas<br />
las potesta<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l infierno, y hacer todo lo que es<br />
servido en el cielo y en la tierra, no tiene necesidad <strong>de</strong><br />
nadie; porque por sí solo es sníicientísimo, y nif o tierno,<br />
llorando y temblando <strong>de</strong> frió, empanado y recostado en<br />
un pesebre <strong>de</strong> bestias, envía los ángeles para que <strong>de</strong>n música<br />
<strong>de</strong>l ciclo: trae <strong>de</strong> Oriente á los reyes magos ¡ aknnbra<br />
é inflama á los pastores; y en la suma pobreza se<br />
muestra rico, en la flaqueza fuerte, y en la niñez Dios<br />
rterno. Esta razón apuntad concilio efosino por oslas palabras:<br />
aledas las cosas (dice) escogió pobr es y viles, todas<br />
bajas, y al parecer do muchos osearas: para que se<br />
entendiese que la divinidad habia convertido y trasformado<br />
al mundo. Foresto escogió la madre pobre y mas pobre<br />
la patria: y como mendigo no quiso tener dinero; y el pesebre<br />
nos pue<strong>de</strong> ser do esto buen testigo.»<br />
La otra causa es una utilidad; porque viniendo Dios á<br />
lo que venia, <strong>de</strong> esta manera bahía <strong>de</strong> venir. Venia para<br />
ganar al hombre y curarle <strong>de</strong>l amor propio, que es la dolencia<br />
mas universal y mas arraigada, que nos quedó por<br />
Ü pecado: el cual amor propio es el veneno y cuchillo<br />
<strong>de</strong>l amor <strong>de</strong> Dios, <strong>de</strong>l cual mal amor nacen tres hijos, que<br />
son otros tres males amores; conviene á saber, amor <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>nado<br />
<strong>de</strong> honra, <strong>de</strong> hacienda y <strong>de</strong> <strong>de</strong>leites sensuales:<br />
y <strong>de</strong> estos tros ramos que nacen <strong>de</strong> este pestilencial tronco,<br />
nace toda la fruta <strong>de</strong> muerte y loda la corrupción <strong>de</strong> nuestra<br />
vida; porque como los hombres ponen la boma, nó en<br />
la virtud (que sola merece sor honrada), sino en la vani-<br />
LA LEYENDA DE ORO. DU 23.<br />
dad y juicio ciego <strong>de</strong>l mundo, para alcanzarla so <strong>de</strong>speñan<br />
en un abismo <strong>de</strong> makladca y pecados, y <strong>de</strong>jan<br />
las cosas necesarias para el bien do sus almas, cuando<br />
les parece que son contrarias á la que ellos tienen por<br />
honra.<br />
Tues ¿qué diré <strong>de</strong> la codicia y <strong>de</strong> la sed insaciable <strong>de</strong>l<br />
dinero? <strong>de</strong> la cual dice el Apóstol, que es la raiz <strong>de</strong> todos<br />
los males, y que muchos por ella apostataron <strong>de</strong> la fó.<br />
¿Qué <strong>de</strong>l <strong>de</strong>seo <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>nado <strong>de</strong> <strong>de</strong>leites, que es otra sementera<br />
<strong>de</strong> innumerables males? Porque los hombres<br />
mundanos, no haciendo caso délos verda<strong>de</strong>ros <strong>de</strong>leites Jo<br />
la buena conciencia, que como dice el Sabio, es perpetuo<br />
banquete, sueltan la rienda á los <strong>de</strong>leites do la carne, al<br />
comer y beber, al dormir y vestir: se entregan á los gustos<br />
sensuales y bestiales, y á todo género <strong>de</strong> pasatiempos,<br />
quo la carne inficionada por el pecado apetece; y en olios<br />
se entretienen <strong>de</strong>dia y <strong>de</strong> noche y se regalan: que oslo<br />
es lo que dijo el evangelista san Juan, que todo lo quo hay<br />
en el mundo es concupiscencia <strong>de</strong> la carne, ó codicia <strong>de</strong><br />
los ojos, ó soberbia <strong>de</strong> la vida. Pues estando nosotros oprimidos<br />
<strong>de</strong> tan crueles tiranos y presos con ca<strong>de</strong>nas tan<br />
fuertes, que atormentados <strong>de</strong> verdugos sin piedad como<br />
estos, que perturban la paz <strong>de</strong> nuestras almas, y nos impi<strong>de</strong>n<br />
el cuidado <strong>de</strong> nuestra salvación, y muchas veces<br />
nos hacen tener por Dios la honra, el dinero y el vientre;<br />
¿qué habla <strong>de</strong> hacer aquel médico soberano, que venia<br />
<strong>de</strong>l cielo para curar una dolencia tan universal <strong>de</strong> lodo el<br />
género humano y nacida <strong>de</strong> nuestra misma carne y <strong>de</strong>í<br />
amor propio, que es ol hijo primogénito <strong>de</strong>l pecado y la<br />
fuente <strong>de</strong> don<strong>de</strong> ella nace? Cierto, que habia <strong>de</strong> hacer lo<br />
que hacen los sabios médicos, que es inquirir y <strong>de</strong>scubrir<br />
las causas <strong>de</strong> la enfermedad, y aplicar los remedios contrarios<br />
para <strong>de</strong>r salud al enfermo: y por esto nuestro<br />
médico celestial nos enseñó y predicó la humildad contra<br />
la soberbia : la pobreza <strong>de</strong> espíritu contra la codicia; y la<br />
aspereza y penitencia contra el <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>nado <strong>de</strong>leite y regalo.<br />
Y ¡torque los ejemplos son mas eficaces que los consejos,<br />
y las obras mas que las palabras, este médico sapientísimo<br />
y maestro divino comenzó luego en su primera<br />
entrada en el mundo á enseñarnos con su ejemplo lo<br />
que en toda su vida y muerte nos habia <strong>de</strong> predicar: y en<br />
el establo don<strong>de</strong> nació puso una cátedra <strong>de</strong> celestial sabiduría<br />
y contraria á la vana filosofía <strong>de</strong> ta carne; [¡ara quo<br />
viendo una humildad tan profunda y una pobreza tan extremada,<br />
y un <strong>de</strong>sabrigo y <strong>de</strong>samparo tan extraordinario,<br />
entendiésemos nuestra enfermedad : y viendo que mies-<br />
Iro médico toma la medicina amarga (nó porque él tuviese<br />
<strong>de</strong> ella necesidad, sino porque los enfermos ta lomamasen),<br />
nos animásemos nosotros á tomarla sin asco y<br />
horror.<br />
Pues si para esto venia; ¿<strong>de</strong> qné otra manera habia do<br />
venir? ¿ílabia <strong>de</strong> venir con fausto y pompa, viniendo á<br />
curar nuestra soberbia? ¿Ilabia <strong>de</strong> venir lleno <strong>de</strong> riquezas,<br />
viniendo á <strong>de</strong>sterrar la codicia <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>nada do<br />
ellas? Ilabia do venir lleno <strong>de</strong> regalos y <strong>de</strong>licias, viniendo<br />
á con<strong>de</strong>nar la <strong>de</strong>masía <strong>de</strong> ellas? Porque si un<br />
contrario se cura con otro contrario, el médico <strong>de</strong> estos<br />
males ¿cómo habia <strong>de</strong> venir, sino con medicina <strong>de</strong><br />
virtu<strong>de</strong>s contrarias á ellos? ¿Cómo habia'<strong>de</strong> persuadir<br />
que lo que nos ensoñó era lo mejor, si para sí tomaba lo<br />
contrario? ¿Cómo habia <strong>de</strong> acabar con los hombres que so<br />
vistiesen <strong>de</strong> este hábito <strong>de</strong>l hombro nuevo, si él venia vos-