Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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DU17. Conociendo que la penitencia qno había hecho por sus pecados le habia merecido el perdón, procuró con nuevo fervor continuarla: y si hasta entonces haLian sido muchos sus rigores, en adelante fueron mas en la intención y en el número. Buscó unos agudos abrojos, y sembrólos entre el hábito y la carne para vivir siempre atormentado: otros derramó en una pieza retirada , adonde á ciertas horas del díase iba á pasear llevando los piés descalzos, y de noche hincado de rodillas sobre ellos, continuaba tres y cuatro horas la oración. Hizo un casco de hierro y dentro de él una cruz, en la cual y en el cerco de aquel puso unas pnntas de acero , en memoria de las espinas de la corona de Cristo: y para que no le viesen, le traia forrado con un casquete de paño. A esta gala de la cabeza, anadió al cuerpo , para traerlo mas ceñido y apretado, una cota de malla llena de las mismas puntas, ta cual estimó mas que á su vida : pues le halló con ella la muerte, atormentándole todo, de manera, que á no sustentarle Dios como de milagro, hubiera acabado brevemente la vida á manos de sus dolores. Con esto hacia bramar al demonio que, ya armado de fuertes armas, vuelto en etíope, feo y disforme , ya en osos , leones, sierpes, y otros fieros animales en que se transformaba , ya mudándole las formas d'c las cosas, el dia en noche y la noche en (lia , ya desapareciéndole los instrumentos de la cocina y enfermería donde asistía, porque le tuviesen por descuidado , y ya al fin fingiendo la voz del prelado, que lo llamaba para quitarle de la oración y demás sanios ejercicios en que le veía ocupado , intentaba apurarle, vencerle y desterrarle ; pero fué siempre sin fruto: porque conociendo el santo sus trazas, se reía y burlaba de el y de ellas j y palia triunfante y glorioso , cuanto Satanás vencido, corrido y avergonzado. Enriquecido de estos triunfos y glorias, le dió el Señor ciencia superior á su capacidad , con la cual, siendo un hombre lego en su profesión , y rudo en ingenio, hacia unos sermones llenos de noticias tan provechosas y delicadas , que se conocía bien que su caudal era celestial é infuso. Oíale el pueblo con mayor provecho, gusto y atención , que los sermones mas estudiados de los predicadores. Su tema era el sanio crucifijo que consigo llevaba, enarbolándolo por las calles, plazas y lugares públicos, donde acudía mas gente, discurriendo en las finezas de su pasión y vidasanlísima, Deaqulpasabaá las casasde juego (como hacia cuando seglar) , donde era grande el provecho de su predicación , arrojando primero . como Cristo, las mesas , naipes y dados con los dineros, sin que ninguno se atreviese á hacerle contradicción. Con la ciencia le comunicó también su Majestad el conocimiento de los sucesos futuros y lo mas escondido de los corazones entregándole de todos las llaves, como á tan gran amÍ"-o suyo. No me da lugar la brevedad á referir lodos los milagros , profecías y sucesos raros de su vida; pero diré algunos con brevedad. En Sena había una dama principal, muy perdida con su hermosura y pocos años, por lo cual su fama andaba en lenguas de todos: Oyó Franco un dia murmurar de ella, y dijo : No juzguéis con tanta facilidad de esa mujer , que la tiene Dios escogida para vaso de su elección, como á otro Sanio. Asi se vericó ; porque se redujo á penitencia, y se acabó su vida instantáneamente. Oyendo un dia predicar al santo P. Fr. Ambrosio Salsedoni, del órden de Saato Domingo, volvió á sucoa- DICIEMB m 555 ventoWy triste : y preguntándole algunos religiosos lá causa lie su desconsuelo, respondió: Nos quiere Dios quitar al santo padre Ambrosio, el cual morirá tal di*: y asf sucedió. Oyendo un dia discurrir á su profesor en el gran, provecho que recibían las ánimas del purgatorio con los sufragios de las misas, limosnas y oraciones que por ellas se aplicaban , le dijo: Ruégote, padre, que fuego que pase de esla vida, me digas una misa. Respondió el? confesor : Yo lo haré sí te alcanzare en dias: á que replicó san-Franco : De parle de Dios te aseguro , que vivirásun año mas que yo, porque yo moriré á 11 de diciembre de 1291 j y me enterrarás ; y de ahí á un año pasarás de aquesta vida: y todo fué sucediendo como el santo lo predijo. A esta gracia acompañó la de hacer milagros. Mordió una víbora á Guido Genio, y no hallando remedio humano para atajar la malicia de su ponzoña, acudió á la intercesión de san Franco, el cual, ungiéndole con el aceite de una-, lámpara que en su celda ardía delanlo una, imagen de nuestra Señora del Carmen, y haciéndole la seflal de la. cruz sobre la herida , quodó sano al instante, pidiéndolo solo en retribución, que no publicase la maravilla. Cristóbal Crolti, parícnle y devoto de san Franco, llegó á los ultimes vales de la vida, con una fiera perlesía : envióle a* llamar: fué el santo, y viéndolo ya agonizando, hizo sobre él la señal de la cruz, diciendo : No lemas, Cristóbal,: que Dios te dará salud. Con oslo se halló al iristantc sano y robusto. A dos buenos casa dos les nació un hijo deseado, pero ciego: acudieron al convento, y con muchas lágrimaspidieron al santo diese vista á su hijo: excusóse entonces , con humildad, diciendo, que solo Dios era el que hacia miVlagros; que confiasen en su Majestad, y obrasen bien, que el Señor enjugaría sus lágrimas. Así sucedió: porque pocos días después, pasando el siervo de Dios por su casa recogiendo su limosna vle sacaron el niño; y el santo entonces, tomando en sus manos el santo crucifijo que traía al cuello, le dijo: Juan Bautista, mira á tu Redentor Jesucristo. A esla voz abrió el niño los ojos, y adoró la santa, ¡mágen, con digna admiración de la gente que asistió á la - maravilla: mas el santo, huyendo sus loores, los dió al Señorá quien tocaban; y él se volvíó.lhíno de.confusjon á su. convento. Otro niño le trajeron muerto; y también lo resucitó, y volvió vivo á su madre,. Estaba una mujer poseída del demonio y fieramente atormentada; y sacando Franco su santo crucifijo, le dijo : En virtud de este Señor, te mando que dejes libre á esta criatura, que compró con el precio de su sangre. Obedeció al momento el soberbio espíritu, y con gran estruendo salió de la mujer, sin volvei': mas á ofenderla, A este modo fueron infinitos los milagros que hacia , que fuera nunca acabar querer referirlos todos.. Yoncídos ya por Franco sus tres principales enemigos^ el mundo con el desprecia, la carne con sus penitencias, y el demonio con. tantas victorias; restaba quo,- el Señor 1Q diese la corona de. justicia que tiene ofrecida á quien le^ gítimamente pelearé. Ya habia entrado en los ochenta años de su edad, cuando el l.0de diciembre de 1291 le envió su Majestad una calentura tan aguda, que sobre sus grandes rigores y abstinencias le debilitó mucho: y aunque. con la robustez de su espíritu encubría la falla.de las fuerzas naturales; con lodo el rigor déla fiebre, y echar mi7 cha sangre por la boca, 1c dejó tan pálido y descaecido^.

550 que al sexto día perdió del lodo las fuerzas: con que á instancias dd médico y del prior se hubo de poner en la cama. Esta fué la tierra dura, hasta que constreñido con la obediencia, admitió un jergón de paja, sin sábanas ni otra cosa alguna. Como ya el Señor ailos antes lehabia revelado el dia de su muerte^ vió que ya se llegaba, se dispuso en esta forma. Hizo una confesión general con muchas lágrimas: recibió los santos sacramentos de la eucaristía y extremaunción; c hincado de rodillas y con tiernísimas lágrimas, dijo á los religiosos: Padres mios, bien sé que he sido un religioso muy imperfecto, y de ningún provecho ni honra á la comunidad: perdónenme por amor de Dios, y pidan por mí al Señor, para que eslienda sobre'eslc miserable pecador los brazos de su misericordia, y se digno de llevarme á su reino. Interrumpió su muebo llanto sus palabras; y así fué abrazando estrecha y amorosamente-á. lodos, dejándolos no ménos llorosos, que tristes y desconsolados, al ver que se les ocultaba aquel sol, que con el raro y singular ejemplo de su gran santidad les ilustraba. Era-ya el dia 11, cuandoal salir los religiosos de vísperas, los llamó el santo, y pidió se fuesen delante del Santísimo Sacramento, y le suplicasen no permitiese le acometiese el demonio cu aquella última hora de su vida, porser enlaquo él procura con mas esfuerzos que el hombre desespere de la divina misericordia, poniéndole delante sus pecados. Pero que antes de ponerse el sol no le dejasen solo:; porque entonces seria mas peligroso el combale. Temió el infernal dragón la fuerza de la oración de una comunidad santa ;. y así no se atrevió á entrar en la celda de Franco-' pero vistió el aiie de tinieblas lan repentinamente, qu0 dejó tan llena de asombros, como de sombras la ciudad leda. Antes de ponerse el sol, volvieron los religiosos á la celda del enfermo^ y dándote fuerzas el amorales hizo una plática espiritual toda divina, á cuyos ecos, y á la presencia de un resplandor divino que so desprendió del cielo, huyeron las tinieblas, y quedó clara la ciudadry el convento tan lleno del resplandor celestial, que parecía ardia en vivas llamas. La gente, ánles alónila, y'con tan repentina mudanza consolada, acudió luego al convento : llegó á la celda del santo, que parecía un cielo en la claridad y resplandores que en ella hahia; y acompañando con sus lágrimas las de los religiosos, aquel abrasado fénix, despidiéndose de lodos, les dijo: Hermanos mios, quedaos en paz. Y tú, buen Jesus y Dios mió, recibe en tus manos mi espirita; y con estas palabras so lo entregó con grande quietud y consuelo. Al mismo punto comenzaron á resonar en su celda muchas voces celestiales, que alabando á Dios y al santo, en solemne procesión acompañaron aquella dichosa alma á su reino, y con ellos caminó aquella luz celestial: con queá poco espacio cesaron la luz y las voces, y puesto el sol material, declaró que se ausentaba también el del Carmelo, dejando el cuerpo santo en la tierra, por prenda deque en el cielo tenemos segura su intercesión. Toda la noche y dia siguiente veló el santo cuerpo la ciudad, sin permitir fuese enterrado hasta el dia de santa Lucía gloriosa, siendo tanta la gente que acudía, y los milagros y portentos que hacia el santo, sanando ciegos, cojos, tullidos, mancos, leprosos, paralíticos y endemoniados, que fué lástima que con tanta brevedad Ies quitasen á los enfermos un lan celestial y divino médico, que tan liberalmenle y de buena gana curaba á todos LA LEYENDA DE ORO DÍA lt. Pero ni pudieron dejar de darle el debido sepulcro; porque á no hacerlo, no le dejaran cabellos ni hábitos, pues lodos se los cortaban para reliquia : ni tampoco se puedo decir que se le quitaron á los enfermos con enterrarle, porque su sepulcro era una botica milagrosa para todas dolencias y enfermedades: pues acabado de enterrar, hizo tantos milagros, sanando endemoniados y diversos enfermos, y resucitando muertos, que fuera nunca acabar el referirlos: baste, pues, uno, con que concluiré, por muchos. Pedro Pablo, de la parroquia de San Estéban de Sena, salió á un camino: y dando en manos de unos salteadores, le dieron tantas puñaladas, que lo dejaron por muerto, y ellos se pusieron muy contentos á repartir el dinero que Hevaba. Entretanto el herido, viéndose agonizar sin defensa ni remedio, invocó á san Franco, de quien era muy devoto; y eso le mereció en una acción muchos milagros. Aparecióle visiblemente el santo, y reprendió de suerte á •os ladrones, que llenos de temor huyeron, dejándose el dinero, libre el caminante, y lan bueno y sano de sus heridas, como si en su vida no so las hubieran dado: con que dando gracias á Dios y á su siervo san Franco, que en uno supo hacer tantos milagros, prosiguió su viaje. Con estas maravillas y otras infinitas, que refieren sus historiadores, fué trasladado su cuerpo el año 1302; y colocado en el altar de una capilla suya, junto con las cadenas y aros con que ligaba su cuerpo, el saco de malla, el casco de la cabeza y la bola de plomo, enterrado todo en una arca muy rica : y el de 1308, le beatificó el sumo pontífice Clemente V, teniendo bastantes noticias en confirmación de su santidad y milagros, y délos gi'andes concursos que en procesiones y estaciones se hacian á su sepulcro, así do su patria Groti, como de otros pueblos circunvecinos. Concedió asimismo dicho pontífice misa y rezo propio del santo, que confirmó Dios con un milagro, enviando una enfermedad tan penosa, que le quitó la vida á cierta persona que sintió mal de que tan presto se hubiese dado misa propia y rezo á san Franco. Volvió Dios á confirmar la gran santidad de su siervo Franco, con lo que le sucedió al padre Fr. AJonsode la Madre de Dios, varón no ménos santo que docto, el cual escribiendo en los Anales del Cármen la vida de san Franco, según la hallaba en los historiadores suyos, que es como aquí (aunque sucintamente) queda referida, y dudase do algunos pasos de ella, pareciéndolo tenia mas encarecimiento que verdad, quiso borrar unas cosas y templar otras. Al tomar, pues, la pluma con esta intención, se le pasmó la mano, de suerte que parecía de helado mármol: no podía ni pudo moverla en muchos días, hasta que herido, mas del arrepentimiento que del achaque, conoció su ignorancia, dándole el Señor á entender era verdad, y nó exageración cuanto había escrito del santo: con que, instruido y arrepentido, depuso su primera intención, y reconciliado con esta retractación con el santo, alzó Dios la mano del castigo, y él pudo alzar la suya, y moverla para escribir otras muchas materias. Creamos, pues, con ejecutiva fé esta admirable vida para mejorar con animosa caridad la nuestra: pues en ella hallamos ejemplo para convertir pecadores, regla para formar religiosos y modelo para hacer santos : todo lo cual podrán conseguir los que se valieren de la intercesión ó imitación de este prodigio de la gracia, que de pecador pasó á religioso, y de reboso á santo: el cual es festejado, y se reza en toda la religión del Cármen á 17 de

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que al sexto día perdió <strong>de</strong>l lodo las fuerzas: con que á instancias<br />

dd médico y <strong>de</strong>l prior se hubo <strong>de</strong> poner en la<br />

cama. Esta fué la tierra dura, hasta que constreñido con la<br />

obediencia, admitió un jergón <strong>de</strong> paja, sin sábanas ni otra<br />

cosa alguna. Como ya el Señor ailos antes lehabia revelado<br />

el dia <strong>de</strong> su muerte^ vió que ya se llegaba, se dispuso<br />

en esta forma. Hizo una confesión general con muchas lágrimas:<br />

recibió los santos sacramentos <strong>de</strong> la eucaristía y<br />

extremaunción; c hincado <strong>de</strong> rodillas y con tiernísimas lágrimas,<br />

dijo á los religiosos: Padres mios, bien sé que he<br />

sido un religioso muy imperfecto, y <strong>de</strong> ningún provecho<br />

ni honra á la comunidad: perdónenme por amor <strong>de</strong> Dios,<br />

y pidan por mí al Señor, para que eslienda sobre'eslc miserable<br />

pecador los brazos <strong>de</strong> su misericordia, y se digno<br />

<strong>de</strong> llevarme á su reino. Interrumpió su muebo llanto sus<br />

palabras; y así fué abrazando estrecha y amorosamente-á.<br />

lodos, <strong>de</strong>jándolos no ménos llorosos, que tristes y <strong>de</strong>sconsolados,<br />

al ver que se les ocultaba aquel sol, que con el<br />

raro y singular ejemplo <strong>de</strong> su gran santidad les ilustraba.<br />

Era-ya el dia 11, cuandoal salir los religiosos <strong>de</strong> vísperas,<br />

los llamó el santo, y pidió se fuesen <strong>de</strong>lante <strong>de</strong>l Santísimo<br />

Sacramento, y le suplicasen no permitiese le acometiese el<br />

<strong>de</strong>monio cu aquella última hora <strong>de</strong> su vida, porser enlaquo<br />

él procura con mas esfuerzos que el hombre <strong>de</strong>sespere <strong>de</strong><br />

la divina misericordia, poniéndole <strong>de</strong>lante sus pecados.<br />

Pero que antes <strong>de</strong> ponerse el sol no le <strong>de</strong>jasen solo:; porque<br />

entonces seria mas peligroso el combale. Temió el infernal<br />

dragón la fuerza <strong>de</strong> la oración <strong>de</strong> una comunidad<br />

santa ;. y así no se atrevió á entrar en la celda <strong>de</strong> Franco-'<br />

pero vistió el aiie <strong>de</strong> tinieblas lan repentinamente, qu0<br />

<strong>de</strong>jó tan llena <strong>de</strong> asombros, como <strong>de</strong> sombras la ciudad<br />

leda. Antes <strong>de</strong> ponerse el sol, volvieron los religiosos á la<br />

celda <strong>de</strong>l enfermo^ y dándote fuerzas el amorales hizo una<br />

plática espiritual toda divina, á cuyos ecos, y á la presencia<br />

<strong>de</strong> un resplandor divino que so <strong>de</strong>sprendió <strong>de</strong>l cielo,<br />

huyeron las tinieblas, y quedó clara la ciudadry el convento<br />

tan lleno <strong>de</strong>l resplandor celestial, que parecía ardia en<br />

vivas llamas. La gente, ánles alónila, y'con tan repentina<br />

mudanza consolada, acudió luego al convento : llegó á la<br />

celda <strong>de</strong>l santo, que parecía un cielo en la claridad y resplandores<br />

que en ella hahia; y acompañando con sus lágrimas<br />

las <strong>de</strong> los religiosos, aquel abrasado fénix, <strong>de</strong>spidiéndose<br />

<strong>de</strong> lodos, les dijo: Hermanos mios, quedaos en<br />

paz. Y tú, buen Jesus y Dios mió, recibe en tus manos mi<br />

espirita; y con estas palabras so lo entregó con gran<strong>de</strong><br />

quietud y consuelo.<br />

Al mismo punto comenzaron á resonar en su celda muchas<br />

voces celestiales, que alabando á Dios y al santo, en<br />

solemne procesión acompañaron aquella dichosa alma á su<br />

reino, y con ellos caminó aquella luz celestial: con queá<br />

poco espacio cesaron la luz y las voces, y puesto el sol<br />

material, <strong>de</strong>claró que se ausentaba también el <strong>de</strong>l Carmelo,<br />

<strong>de</strong>jando el cuerpo santo en la tierra, por prenda <strong>de</strong>que<br />

en el cielo tenemos segura su intercesión. Toda la noche<br />

y dia siguiente veló el santo cuerpo la ciudad, sin permitir<br />

fuese enterrado hasta el dia <strong>de</strong> santa Lucía gloriosa, siendo<br />

tanta la gente que acudía, y los milagros y portentos<br />

que hacia el santo, sanando ciegos, cojos, tullidos, mancos,<br />

leprosos, paralíticos y en<strong>de</strong>moniados, que fué lástima<br />

que con tanta brevedad Ies quitasen á los enfermos un<br />

lan celestial y divino médico, que tan liberalmenle y <strong>de</strong><br />

buena gana curaba á todos<br />

LA LEYENDA DE ORO<br />

DÍA lt.<br />

Pero ni pudieron <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> darle el <strong>de</strong>bido sepulcro; porque<br />

á no hacerlo, no le <strong>de</strong>jaran cabellos ni hábitos, pues<br />

lodos se los cortaban para reliquia : ni tampoco se puedo<br />

<strong>de</strong>cir que se le quitaron á los enfermos con enterrarle,<br />

porque su sepulcro era una botica milagrosa para todas<br />

dolencias y enfermeda<strong>de</strong>s: pues acabado <strong>de</strong> enterrar, hizo<br />

tantos milagros, sanando en<strong>de</strong>moniados y diversos enfermos,<br />

y resucitando muertos, que fuera nunca acabar el referirlos:<br />

baste, pues, uno, con que concluiré, por muchos.<br />

Pedro Pablo, <strong>de</strong> la parroquia <strong>de</strong> San Estéban <strong>de</strong> Sena, salió<br />

á un camino: y dando en manos <strong>de</strong> unos salteadores,<br />

le dieron tantas puñaladas, que lo <strong>de</strong>jaron por muerto, y<br />

ellos se pusieron muy contentos á repartir el dinero que<br />

Hevaba. Entretanto el herido, viéndose agonizar sin <strong>de</strong>fensa<br />

ni remedio, invocó á san Franco, <strong>de</strong> quien era muy<br />

<strong>de</strong>voto; y eso le mereció en una acción muchos milagros.<br />

Aparecióle visiblemente el santo, y reprendió <strong>de</strong> suerte á<br />

•os ladrones, que llenos <strong>de</strong> temor huyeron, <strong>de</strong>jándose el<br />

dinero, libre el caminante, y lan bueno y sano <strong>de</strong> sus heridas,<br />

como si en su vida no so las hubieran dado: con<br />

que dando gracias á Dios y á su siervo san Franco, que en<br />

uno supo hacer tantos milagros, prosiguió su viaje. Con<br />

estas maravillas y otras infinitas, que refieren sus historiadores,<br />

fué trasladado su cuerpo el año 1302; y colocado<br />

en el altar <strong>de</strong> una capilla suya, junto con las ca<strong>de</strong>nas<br />

y aros con que ligaba su cuerpo, el saco <strong>de</strong> malla, el casco<br />

<strong>de</strong> la cabeza y la bola <strong>de</strong> plomo, enterrado todo en una<br />

arca muy rica : y el <strong>de</strong> 1308, le beatificó el sumo pontífice<br />

Clemente V, teniendo bastantes noticias en confirmación<br />

<strong>de</strong> su santidad y milagros, y délos gi'an<strong>de</strong>s concursos que<br />

en procesiones y estaciones se hacian á su sepulcro, así do<br />

su patria Groti, como <strong>de</strong> otros pueblos circunvecinos. Concedió<br />

asimismo dicho pontífice misa y rezo propio <strong>de</strong>l santo,<br />

que confirmó Dios con un milagro, enviando una enfermedad<br />

tan penosa, que le quitó la vida á cierta persona<br />

que sintió mal <strong>de</strong> que tan presto se hubiese dado misa propia<br />

y rezo á san Franco. Volvió Dios á confirmar la gran<br />

santidad <strong>de</strong> su siervo Franco, con lo que le sucedió al padre<br />

Fr. AJonso<strong>de</strong> la Madre <strong>de</strong> Dios, varón no ménos santo<br />

que docto, el cual escribiendo en los Anales <strong>de</strong>l Cármen la<br />

vida <strong>de</strong> san Franco, según la hallaba en los historiadores<br />

suyos, que es como aquí (aunque sucintamente) queda<br />

referida, y dudase do algunos pasos <strong>de</strong> ella, pareciéndolo<br />

tenia mas encarecimiento que verdad, quiso borrar unas<br />

cosas y templar otras. Al tomar, pues, la pluma con esta<br />

intención, se le pasmó la mano, <strong>de</strong> suerte que parecía <strong>de</strong><br />

helado mármol: no podía ni pudo moverla en muchos días,<br />

hasta que herido, mas <strong>de</strong>l arrepentimiento que <strong>de</strong>l achaque,<br />

conoció su ignorancia, dándole el Señor á enten<strong>de</strong>r<br />

era verdad, y nó exageración cuanto había escrito <strong>de</strong>l santo:<br />

con que, instruido y arrepentido, <strong>de</strong>puso su primera<br />

intención, y reconciliado con esta retractación con<br />

el santo, alzó Dios la mano <strong>de</strong>l castigo, y él pudo alzar<br />

la suya, y moverla para escribir otras muchas materias.<br />

Creamos, pues, con ejecutiva fé esta admirable vida<br />

para mejorar con animosa caridad la nuestra: pues en<br />

ella hallamos ejemplo para convertir pecadores, regla<br />

para formar religiosos y mo<strong>de</strong>lo para hacer santos : todo<br />

lo cual podrán conseguir los que se valieren <strong>de</strong> la intercesión<br />

ó imitación <strong>de</strong> este prodigio <strong>de</strong> la gracia, que <strong>de</strong> pecador<br />

pasó á religioso, y <strong>de</strong> reboso á santo: el cual es festejado,<br />

y se reza en toda la religión <strong>de</strong>l Cármen á 17 <strong>de</strong>

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