Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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DÍA 10. se le quedaron aferrados, se le tapó la boca, y fallándole el aliento, se ahogó y quedó muerto. Mostr óle Daniel al rey y á los suyos, diciendo: Mirad el dios vuestro, que presto nui ió. lodignáronse contra Daniel los grandes del reino, y decian, que había convertido al rey á su ley , y vuéllole judío. Con esto, amotinados, fueron al rey y dijeron, que si no los daba á Daniel, le quitarían la vida. Kl rey temeroso, como desapercibido, les entregó al profeta, y ellos lo echaron en el lago de los leones, donde había siete ferocísimos, á quienes daban de comer todos los días dos hombres de los sentenciados á muerte, y dos ovejas y otras reses; y entonces de industria, porque luego, viéndose hambrientos, se cebasen en el profeta y se lo comiesen , no les habían dado cosa de comer, ni se la dieron en seis días. Mas Dios, no solo le libró de las bocas de los leones, sino es que también le dió de comer, enviando un ángel, que desde Judea trajese de un cabello al profeta llabacuc, que iba á llevar de comer á sus segadores. Habiendo puesto el ángel á Habacuc sobre el lago de bis leones, Habacuc dijo así: Daniel, siervo de Dios, toma la comida que él te envía. El santo Daniel dió gracias á Dios : tomó la comida : satisfizo á su hambre de seis dias; y el ángel resliliiyó á Habacuc á su patria y lugar de donde h había traído. Vino el rey al séptimo dia á llorar á Daniel, juzgándole por muerto; y hallándole vivo, excla^ mó, diciendo: Grande es el Dios de Daniel. Mandóle sacar de allí: y estando ya prevenido y con gente de guarda, mandó echar en el lago á los que echaron en él á Daniel, donde fueron todos despedazados y tragados de los hambrionlos leones en un instante. Murió Nabucodonosor, el II, y sucedióle en el rein3su hermano Evilmerodach. Profetizó Daniel en Caldea desde el tiempo de Nabucodonosor, el mayor, hasta el de Darío, rey de los medos en Media, adonde el mismo rey Darío le llevó de Babilonia , y fueron grandes los misterios que Dios le reveló. Profetizó del Anlícrislo y del fin del mundo. También dió señal infalible de la venida del Mesías, y de su muerte, señalando número de setenta semanas , por donde quedan convencidos los hebreos ; pues adelantó Daniel á otros profetas en señalar tiempo cierto y determinado; y cumpliendo este, como se cumplió, al tiempo que el Hijo de Dios murió, ofreciéndose en sacrificio á su eterno Padreen el ara de la cruz, no les queda que esperar á los dcsihchat'os; ó han de decir que Dios es contrario á si mismo: lo que confiesan ser blasfemia , como lo es. Para inteligencia de estas setenta semanas ó hebdómadas, se advii'i-te que hebdómadas quiere decir número de siete, y aquí se tomó por siete años: y así desde el año en que dió licencia Darío á Nehemfas de ¡r á reedificar á Jenisalen, á tuyo tiempo dijo á Daniel el ángel, por cuyo ínedio Dios hizo esta revelación , que había de comenzar la cuenla, y fué á los 3fJ07 de la creación del mundo , hasta la muerte del Redentor, que fué el de 3993, pasaron cuatrocientos óchenla y seis años, que es el número de las setenta semanas media menos, que así lo determinó el profeta que había de ser; porque en la otra media se confirmó el pació de que el mismo profeta habla, y fué confirmarse la ley cristiana en los corazones de muchos por los milagros de Jesucristo, venida del Espíritu santo y predicación de los doce apóstoles. Kvilmerodach tuvo tres hijos , de los cuales el último, llamado Haltasar, estando apoderado del reino hizo un DICIEMBRE. 5i9 convite y cena esplendidísima , teniendo cercada á Babilonia Darío, rey de los medos, y Ciro, rey de los persas. Parecióle que estaba tan seguro en su ciudad, que en menosprecio de tan poderosos contrarios como le tenían siliado, se regocijaba con banquetes y fiestas. En la cena se mostró tan insolente, que ofendió á Dios con notable desacato, sirviéndose de los vasos sagrados que Nabucodonosor, su abuelo, había traído del templo de Jerusalen, y tenía entre sus joyas y riquezas , sin servirse de ellas para cosa alguna. Baltasar, pues, descomedidamente, quiso que ahora sirviesen á él y á sus convidados, y á las mujeres de todos, bebiendo sacrilegamente en ellos. Enojóse Dios, y pronunció sentencia de muerte contra él, enviando una mano de hombre que escribiese en la pared mientras cenaba, una escritura que ni él ni los convidados entendieron. A todos puso temor; y mas al rey. Fué Daniel llamado á que leyese y declarase las lelras. Leyólas, y decian: que Dios tenía cuenta de lo que había hecho, y posaba sus culpas, y que su reino se dividiría entre los modos y los persas : y así sucedió; porque aquella misma noche entraron lo? dos reyes Darío y Ciro, y mataron al rey Baltasar, y destruyeron la ciudad. Llevó el rey Darlo consigo á Daniel á su ciudad de Media, é hízole uno de tres varones, áquienes sus sátrapas ó gobernadores de provincias, que eran ciento y veinte, daban cuenta de sus gobiernos : y porque el rey le estimaba como á su persona misma, y quería darle el único gobierno y principado, fué envidiado de los otros grandes. Estos hicieron una ley de que nadie pudiese orar por espacio do treinta días á algún Dios sino solo al rey,so penado sorochado vivo á los leones. Esla ley hirieron por congraciarse con el rey: elcuallaconfirmó a petición suya. Daniel cada dia (como liemos dicho y era costumbre antigua del Carmolojhaciaíresveces oración á Dios. Los grandes que estaban á la mira, viendo que hacia oración á Dios , como antes , se fueron al rey, pidiéndole cumpliese lo contenido en la ley, haciendo echar á Daniel á los leones por haberla quebrantado. El rey se entristeció mucho, y procuró librarle de la muerte, c insistió en ello hasta puesto el sol; y visto no había remedio, dió lugar á que fuese echado en el lago de los leones, diciendo, que su Dios le libraría do aquel peligro: sí bien te miomas á los hombres sus enemigos que á los leones fieros; y asi mandó poner una grande piedra á la puerta de la estancia ó lago de ios leones,dejándola sellada con sii|roal sello y los de sus grandes y príncipes , para que ninguno pudiese entrar á hacerle mal alguno. Toda la noche pasó el rey sin cenar ni dormir , esperando el dia siguiente, el cual venido, se fué el rey al lago de los leones, y con voz triste y llorosa, poro con gran confianza que su Dios le habría librado, llamó á Daniel: el cual le respondió al instante , diciendo, que su Dios había enviado un ángel que (H'i i ó las bocas de los leones, para que no le hiciesen mal alguno. Gozosísimo el rey de ver que estaba vivo su amigo, le mandó sacar del lago y prendió á los que je habían acusado y hecho instancia para que fuese echado á los leonos,y echóles en el mismo lago, siendo de ellos despedazados al instante con gran fiereza. A Darío sucedió Ciro, que reinó en Babilonia y tuvo siempre á su lado al santo Daniel, estimándole en gran manera , como habían bocho sus antecesores. Murió, al fin, él santo profeta Daniel en paz en Babilonia, siendo de edad de ciento y diez afios ó mas, el dia ln

550 LA LEYIÍNDA DIí ORO de julio, según sienten algunos, y según otros, el dia 1G de diciemljre, por lósanos '¿li'¿"> do la creación del mundo. Fué sepultado en Babilonia en una cueva , sepulcro real, donde taniljien oslaban ya sepultados los tres santos niños, sus parientes, amigos y companeros, que hablan pasado á mejor vida este mismo dia 10 de diciembre, aunque algunos años antes: á todos los cuales, eslo es, Daniel y sus compañeros, llama mártires gloriosos san AJanasio. Los cuerpos de estos cuatro gloriosos santos fueron trasladados de Babilonia á Alejandría, y después á Yenecia, de donde una pierna de san Daniel fué trasladada á Verccios, donde hoy se guarda con gran veneración, como inestimable tesoro, y ia mayor parle de las reliquias de ios tres sanios niños se guardan hoy en Boma con la misma veneración en la diacoma de San Adriano; y en Alejandría s& edilicó un templo magnífico, para venerar en él una mano que Ies quedó de uno de los tres santos niños. Las vidas de estos gloriosos santos escribieron, después del Espíritu Santo eq varios lugares de ia sagrada Escritura, en especial en el •ib. i de los Macabeos, cap. 11, donde los canoniza por santos, y en ia misma profecía de Daniel, lodos los sanios Padres sus comentadores, y en particular san Kpifanio, de Vit. el inter. prophet., c. 2 el 10; san Doroteo, iíi Synops., c. ll; san Isidoro, de Vil. el obit. sanclor. c. 40; san Atanasio, serm. iu contra «ríanos, san Gerónimo, ín Daniel.; san Antonino de Florencia, ip. lit. í,c. 1; san Agustín, in Psalm. cxxxu, í. yin; el Maestro de las hislorias, sobre" Daniel; Lirauo, ín Daniel.; Beda; Usuardo; Adon; los griegos, ín Menohg.; Josepbo, cíe Anliq., tih. \, o. 11 el ti; Melafrast.; Lipomauo, l. xiv; Surio, t. iv; Pedro de Natal., in Culhal., ¡ib. v, c. 17; Yilleg. en el n í. de su Flus Sanclorvm; el Marlirol. rom. Baronio en susanolac. al Marlirol. y Lezana, en sus Amks, del Cármn, 1.1, donde cita niuclios y gravísimos autores, que afirman haber sido del instituto elianolos sanios cuatro niños, Daniel y sus compañeros, con grandes fundamentos y sólidas razones, y revelaciones que podrá ver el que fuere curioso, en dicho tomo i de Lezana, á que me remito por abreviar. Los SANTOS VALENTÍN, CONCORDIO, JSAVAI. Y AGIIÍCOI.A, HÁiiriBEg;—En la pí:rseciicÍori (pie contra la iglesia suscitó Maximiano, fueron martirizados estos sanios por la fe de Jesucrislo, Concordio era hijo de Yalcrilin, y ios dos, junto con sus compafuTus, se animaban muLuamenteal martirio^ sufriendo de osle modo con una cunstancia admirable los mayores tormentos, muriendo por la fé. SANTA ALBINA, VÍIKJEN YMAUTÍII.—Fué martirizada en los tiempos tristísimos de ia persecución del emperador Docio. Es muy venerada en toda la Campanía. Otros, entre ellos Piaz/.a, soslienen la opinión de que Albina no sufrió martirio, ni vivió en tiempos de Decio, sino que murió en 882. SAN IUENION, OBISPO Y COM'IÍSOU.—De él hace mención el Martirologio romano en este dia. Fué obispo de Gaza, en la Palestina. Floreció en tiempo dcTeodosio el Jóven, LA CONMEMOilAülON I>liMUCHAS SANTAS VÍRGENES , MÁÍITIÍIES, —Durante la persecución vandálica, suscitada por Ilunerio, muchas sanias víi'genes fueron martirizadas en África con varios y crueles lormenlos, que ellas sufrieron con admirable constancia, por ios años de 483. SAN ADON Ó ADONIS, AMOBISPÜ Y CONFESOU.—Do nación francés vino ai mmulo por ios años de 800 de la era de Cristo. En un moiiaslerio se dedicó á enseñar la moral y la religión, co^á que practicaba ai mismo tiempo con su DIA 17, ejemplo. En el año de 838 publicó su Martirologio, que ha merecido muchos elogios. Fué consagrado arzobispo do Yiena en SCO. Murió en 87'j. Es honrado en la iglesia de Yiena, y le nombra en esle dia el Martirologio romano. SANTA AICIA ó ADELAÍDA , EMPERATRIZ.—Roduifo II, rey de líorgoña, fué padre de Adelaida, y como muriese en 937, ia dede solos ires años de edad. A los diez y seis se casó con Lolario, rey de Italia, de quien tuvo una iiija llamada Emina, que después casó con otro Lolario, rey de Francia. Enviudó nuestra santa en Í)'i9, y desde entonces toda su afición la puso en las cosas celestiales, despreciando lo terreno. Muchas y grandes fueron sus obras piadosas, y murió en olor de santidad en 999. SAN BEANO, OBISPO Y CONVESOR.—Es muy venerado en Irlanda, y en esle día le nombra el Martirologio romano. Murió en 398. DIA 17. SAN FRANCO (ó FIIANCISCO) DE SENA, CONFESO».—El bendito san Francisco de Sena fué naltiral de Groti, aldea de la Toscana, seis millas distante de la ciudad de Sena. Nació el año de 1211, á 3 de diciembre. Su padre so llamó Mateo de Lipi, y su madre Celedonia Daniel, labradores honrados y muy virtuosos. Seis horas antes que saliese Franco á gozar de la luz, soñó Celedonia que paria un monstruo horrible é informe, el cual poco á poco se convirtió en hombre, como la pena de su madre, en consuelo, dándole el Señor á entender la mudanza do costumbres que había de haber en su hijo, pasando con el liempo do ser bruto á raciona!, y de las inclinaciones torpes y obscenas, que en sus primeros años había de seguir, á la alteza de virtudes y santidad con (pie habia de pulirle la gracia. Pusiéronle en c! santo bautismo el nombre de Franco, pronóstico feliz de sus mejoras; pues fué tan franco y liberal en el servicio de Dios, como habia sido en los vicios. Criáronle sus padres con amor y virtud: y llegando á los años de la discreción, le pusieron á las primeras letras, para lo cual le enviaron á Sena á casa de un deudo suyo, donde, aunque gastó algunos años, no pasó de leer y escribir; porque ya su mal natural, ya ios malos lados no le daban lugardeaprovecharse; lo cual visto por sus padres, se lo volvieron á casa para ponerle freno: y viéndole ya mancebo, le inclinaron á olicio de curtidor, que pide mas fuerzas que ingenio; pero noto conliruió, porque el tra* bajo bonesto no era para su genio, y el demonio le procuraba llevar á lo que su nalurai prelendia. Murió su padre, y como era quien lo tenia á raya, presto pisó la de la razón; y sin respetar ni obedecer á su madre, se entregó á toda suerte de vicios y maldades, y acabó de perder íiualmenle el temor á Dios. Su trato y conversación era con-hombres de mala vida, ladrones, blasfemos, jugadores, rufianes y mujercillas perdidas, de aquellas que se venden por esclavas del pecado. Con lales lados frecuentaba los garitos, tabernas y lupanares, gastando los días y las noches en conviles y pendencias : y como su caudal era ninguno, gastaba á cuenta de lo que á otros robaba. Nadie tenia secura su hacienda ni su mujer; porque como fiera á todos ofeadia : no admi- Ua consejos, y como frenético tenia por enemigo al médico que procuraba su cura: huía de los virtuosos, no quoiia oir misa ni recibir ios sacraracolps, ai entrar cu la iglesia

DÍA 10.<br />

se le quedaron aferrados, se le tapó la boca, y fallándole<br />

el aliento, se ahogó y quedó muerto. Mostr óle Daniel al<br />

rey y á los suyos, diciendo: Mirad el dios vuestro, que<br />

presto nui ió. lodignáronse contra Daniel los gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l<br />

reino, y <strong>de</strong>cian, que había convertido al rey á su ley , y<br />

vuéllole judío. Con esto, amotinados, fueron al rey y dijeron,<br />

que si no los daba á Daniel, le quitarían la vida.<br />

Kl rey temeroso, como <strong>de</strong>sapercibido, les entregó al profeta,<br />

y ellos lo echaron en el lago <strong>de</strong> los leones, don<strong>de</strong> había<br />

siete ferocísimos, á quienes daban <strong>de</strong> comer todos los<br />

días dos hombres <strong>de</strong> los sentenciados á muerte, y dos ovejas<br />

y otras reses; y entonces <strong>de</strong> industria, porque luego,<br />

viéndose hambrientos, se cebasen en el profeta y se lo comiesen<br />

, no les habían dado cosa <strong>de</strong> comer, ni se la dieron<br />

en seis días. Mas Dios, no solo le libró <strong>de</strong> las bocas<br />

<strong>de</strong> los leones, sino es que también le dió <strong>de</strong> comer, enviando<br />

un ángel, que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Ju<strong>de</strong>a trajese <strong>de</strong> un cabello al<br />

profeta llabacuc, que iba á llevar <strong>de</strong> comer á sus segadores.<br />

Habiendo puesto el ángel á Habacuc sobre el lago <strong>de</strong><br />

bis leones, Habacuc dijo así: Daniel, siervo <strong>de</strong> Dios, toma<br />

la comida que él te envía. El santo Daniel dió gracias á<br />

Dios : tomó la comida : satisfizo á su hambre <strong>de</strong> seis dias;<br />

y el ángel resliliiyó á Habacuc á su patria y lugar <strong>de</strong> don<strong>de</strong><br />

h había traído. Vino el rey al séptimo dia á llorar á<br />

Daniel, juzgándole por muerto; y hallándole vivo, excla^<br />

mó, diciendo: Gran<strong>de</strong> es el Dios <strong>de</strong> Daniel. Mandóle sacar<br />

<strong>de</strong> allí: y estando ya prevenido y con gente <strong>de</strong> guarda,<br />

mandó echar en el lago á los que echaron en él á Daniel,<br />

don<strong>de</strong> fueron todos <strong>de</strong>spedazados y tragados <strong>de</strong> los hambrionlos<br />

leones en un instante.<br />

Murió Nabucodonosor, el II, y sucedióle en el rein3su<br />

hermano Evilmerodach. Profetizó Daniel en Cal<strong>de</strong>a <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

el tiempo <strong>de</strong> Nabucodonosor, el mayor, hasta el <strong>de</strong> Darío,<br />

rey <strong>de</strong> los medos en Media, adon<strong>de</strong> el mismo rey Darío le<br />

llevó <strong>de</strong> Babilonia , y fueron gran<strong>de</strong>s los misterios que<br />

Dios le reveló. Profetizó <strong>de</strong>l Anlícrislo y <strong>de</strong>l fin <strong>de</strong>l mundo.<br />

También dió señal infalible <strong>de</strong> la venida <strong>de</strong>l Mesías, y <strong>de</strong><br />

su muerte, señalando número <strong>de</strong> setenta semanas , por<br />

don<strong>de</strong> quedan convencidos los hebreos ; pues a<strong>de</strong>lantó<br />

Daniel á otros profetas en señalar tiempo cierto y <strong>de</strong>terminado;<br />

y cumpliendo este, como se cumplió, al tiempo que<br />

el Hijo <strong>de</strong> Dios murió, ofreciéndose en sacrificio á su eterno<br />

Padreen el ara <strong>de</strong> la cruz, no les queda que esperar á los<br />

dcsihchat'os; ó han <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que Dios es contrario á si<br />

mismo: lo que confiesan ser blasfemia , como lo es. Para<br />

inteligencia <strong>de</strong> estas setenta semanas ó hebdómadas, se<br />

advii'i-te que hebdómadas quiere <strong>de</strong>cir número <strong>de</strong> siete,<br />

y aquí se tomó por siete años: y así <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el año en que<br />

dió licencia Darío á Nehemfas <strong>de</strong> ¡r á reedificar á Jenisalen,<br />

á tuyo tiempo dijo á Daniel el ángel, por cuyo ínedio<br />

Dios hizo esta revelación , que había <strong>de</strong> comenzar la cuenla,<br />

y fué á los 3fJ07 <strong>de</strong> la creación <strong>de</strong>l mundo , hasta la<br />

muerte <strong>de</strong>l Re<strong>de</strong>ntor, que fué el <strong>de</strong> 3993, pasaron cuatrocientos<br />

óchenla y seis años, que es el número <strong>de</strong> las setenta<br />

semanas media menos, que así lo <strong>de</strong>terminó el profeta<br />

que había <strong>de</strong> ser; porque en la otra media se confirmó el<br />

pació <strong>de</strong> que el mismo profeta habla, y fué confirmarse<br />

la ley cristiana en los corazones <strong>de</strong> muchos por los milagros<br />

<strong>de</strong> Jesucristo, venida <strong>de</strong>l Espíritu santo y predicación<br />

<strong>de</strong> los doce apóstoles.<br />

Kvilmerodach tuvo tres hijos , <strong>de</strong> los cuales el último,<br />

llamado Haltasar, estando apo<strong>de</strong>rado <strong>de</strong>l reino hizo un<br />

DICIEMBRE.<br />

5i9<br />

convite y cena esplendidísima , teniendo cercada á Babilonia<br />

Darío, rey <strong>de</strong> los medos, y Ciro, rey <strong>de</strong> los persas.<br />

Parecióle que estaba tan seguro en su ciudad, que en menosprecio<br />

<strong>de</strong> tan po<strong>de</strong>rosos contrarios como le tenían siliado,<br />

se regocijaba con banquetes y fiestas. En la cena se<br />

mostró tan insolente, que ofendió á Dios con notable <strong>de</strong>sacato,<br />

sirviéndose <strong>de</strong> los vasos sagrados que Nabucodonosor,<br />

su abuelo, había traído <strong>de</strong>l templo <strong>de</strong> Jerusalen, y tenía<br />

entre sus joyas y riquezas , sin servirse <strong>de</strong> ellas para cosa<br />

alguna. Baltasar, pues, <strong>de</strong>scomedidamente, quiso que<br />

ahora sirviesen á él y á sus convidados, y á las mujeres<br />

<strong>de</strong> todos, bebiendo sacrilegamente en ellos. Enojóse Dios,<br />

y pronunció sentencia <strong>de</strong> muerte contra él, enviando una<br />

mano <strong>de</strong> hombre que escribiese en la pared mientras cenaba,<br />

una escritura que ni él ni los convidados entendieron.<br />

A todos puso temor; y mas al rey. Fué Daniel llamado<br />

á que leyese y <strong>de</strong>clarase las lelras. Leyólas, y <strong>de</strong>cian:<br />

que Dios tenía cuenta <strong>de</strong> lo que había hecho, y posaba<br />

sus culpas, y que su reino se dividiría entre los modos y<br />

los persas : y así sucedió; porque aquella misma noche<br />

entraron lo? dos reyes Darío y Ciro, y mataron al rey Baltasar,<br />

y <strong>de</strong>struyeron la ciudad. Llevó el rey Darlo consigo<br />

á Daniel á su ciudad <strong>de</strong> Media, é hízole uno <strong>de</strong> tres varones,<br />

áquienes sus sátrapas ó gobernadores <strong>de</strong> provincias,<br />

que eran ciento y veinte, daban cuenta <strong>de</strong> sus gobiernos :<br />

y porque el rey le estimaba como á su persona misma, y<br />

quería darle el único gobierno y principado, fué envidiado<br />

<strong>de</strong> los otros gran<strong>de</strong>s. Estos hicieron una ley <strong>de</strong> que<br />

nadie pudiese orar por espacio do treinta días á algún Dios<br />

sino solo al rey,so penado sorochado vivo á los leones. Esla<br />

ley hirieron por congraciarse con el rey: elcuallaconfirmó<br />

a petición suya. Daniel cada dia (como liemos dicho<br />

y era costumbre antigua <strong>de</strong>l Carmolojhaciaíresveces oración<br />

á Dios. <strong>Los</strong> gran<strong>de</strong>s que estaban á la mira, viendo<br />

que hacia oración á Dios , como antes , se fueron al rey,<br />

pidiéndole cumpliese lo contenido en la ley, haciendo echar<br />

á Daniel á los leones por haberla quebrantado. El rey se<br />

entristeció mucho, y procuró librarle <strong>de</strong> la muerte, c insistió<br />

en ello hasta puesto el sol; y visto no había remedio,<br />

dió lugar á que fuese echado en el lago <strong>de</strong> los leones, diciendo,<br />

que su Dios le libraría do aquel peligro: sí bien te<br />

miomas á los hombres sus enemigos que á los leones fieros;<br />

y asi mandó poner una gran<strong>de</strong> piedra á la puerta <strong>de</strong> la<br />

estancia ó lago <strong>de</strong> ios leones,<strong>de</strong>jándola sellada con sii|roal<br />

sello y los <strong>de</strong> sus gran<strong>de</strong>s y príncipes , para que ninguno<br />

pudiese entrar á hacerle mal alguno. Toda la noche pasó<br />

el rey sin cenar ni dormir , esperando el dia siguiente, el<br />

cual venido, se fué el rey al lago <strong>de</strong> los leones, y con voz<br />

triste y llorosa, poro con gran confianza que su Dios le habría<br />

librado, llamó á Daniel: el cual le respondió al instante<br />

, diciendo, que su Dios había enviado un ángel que<br />

(H'i i ó las bocas <strong>de</strong> los leones, para que no le hiciesen mal<br />

alguno. Gozosísimo el rey <strong>de</strong> ver que estaba vivo su amigo,<br />

le mandó sacar <strong>de</strong>l lago y prendió á los que je habían<br />

acusado y hecho instancia para que fuese echado á los leonos,y<br />

echóles en el mismo lago, siendo <strong>de</strong> ellos <strong>de</strong>spedazados<br />

al instante con gran fiereza. A Darío sucedió Ciro,<br />

que reinó en Babilonia y tuvo siempre á su lado al santo<br />

Daniel, estimándole en gran manera , como habían bocho<br />

sus antecesores.<br />

Murió, al fin, él santo profeta Daniel en paz en Babilonia,<br />

siendo <strong>de</strong> edad <strong>de</strong> ciento y diez afios ó mas, el dia ln

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