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Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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¡ m U LEYKNIÍ \ DIÍ ORO. DÍA 16.<br />

lodas las provincias <strong>de</strong> líahilonia. Mandó que todos le obe<strong>de</strong>ciesen<br />

como á su misma persona, y por su respeto y<br />

honor hizo también príncipes á sus tres compañeros, y Ies<br />

dió honrosos cargos. Hizo <strong>de</strong>spués una estatua suya Nato»<br />

codonosor dorada, <strong>de</strong> sesenta codos alta y seis <strong>de</strong> ancho.<br />

Al tiempo que habia <strong>de</strong> levantar en alio esta soberbia estatua,<br />

mandó que á voz <strong>de</strong> pregonero se publicase, como se<br />

hizo, que oyendo la señal <strong>de</strong> varios instrumentos músicos<br />

iodos hincasen las rodillas por tierra,y adorasen la estatua,<br />

junlándose para eso tocios los príncipes y magnates <strong>de</strong>l<br />

reino, amenazándoles junlamenle que el que no la adorase,<br />

seria quemado vivo. Estaba á la sazón ausente Daniel,<br />

entendiendo en cosas <strong>de</strong> su gobierno; pero los santos nifios<br />

companeros se hallaron presentes: y viendo que no<br />

quisieron adorar la estatua, confesando y publicando á voces<br />

que no adorarían jamás á otro Dios que al <strong>de</strong> Israel;<br />

indignado el rey, y olvidado <strong>de</strong>l carino que les tenia, los<br />

mandó atar <strong>de</strong> pies y manos, y echar en el horno <strong>de</strong> fuego<br />

que estaba encendidoy dispuesto para el caso: y los que los<br />

echaron fueron abrasados <strong>de</strong> las llamas; y los tres santos<br />

niflos, quemadas las ligaduras, para que anduviesen libres,<br />

se paseaban sin daño alguno en medio <strong>de</strong>l fuego, alabando<br />

y bendiciendo al Señor. Cebaban el fuego con mucha leña<br />

los paganos, tanto que la llama subía cuarenta y nueve<br />

codos en alto, sin dañar en cosa alguna á los que estaban<br />

<strong>de</strong>nlro; antes bajó un ángel <strong>de</strong>l cielo á hacerles compañía,<br />

que dividiendo la llama á todas partes, les hacia viendo<br />

suave y regalado, <strong>de</strong> manera que no solo no les molestaba<br />

el fuego á los santos niños mártires, sino que ánles<br />

bien estaban como si fueran en la gloria. Enlonces viéndose<br />

tan regalados, entonaron todos tres aquel cántico tan celebrado<br />

y repetido en la Iglesia, que comienza: Bencdicile<br />

omnia opera Domini Domino: Bendigan á Dios todas las<br />

criaturas; y prosigue nombrando á las mas principales<br />

<strong>de</strong>l universo. Visto por el rey lo que pasaba, y admirado<br />

<strong>de</strong> que el fuego no los quemase, habiendo quemado á sus<br />

soldados que eslaban fuera, y <strong>de</strong> ver cuatro personas <strong>de</strong>nlro<br />

<strong>de</strong>l horno, habiendo echado solo tres, mandó sacarlos:<br />

y viéndoles sin lesión alguna, pues no les habia tocado el<br />

fuego ni á un pelo <strong>de</strong> la ropa; adorando al Dios que ellos<br />

adoraban, y alabando lo bien que habían hecho en no<br />

adorar á otro, pues era aquel tan po<strong>de</strong>roso, los volvió á<br />

su amistad y gracia, y promovió á muchos cargos <strong>de</strong> gran<strong>de</strong><br />

honra.<br />

Después vió Nabucodonosor en sueños un gran<strong>de</strong> árbol<br />

que ocupítba toda la tierra , y en sus ramas estaban muchas<br />

aves, y <strong>de</strong>bajo muchos animales, y mandaba Dios<br />

que fuese corlado <strong>de</strong>l árbol lo que estaba eminente sobre<br />

la tierra , <strong>de</strong>jando las raices, con esperanza que podria<br />

rever<strong>de</strong>cer, pasando sobre él siete tiempos. Daniel interpretó<br />

este sueño, diciendo, que pasarían por el rey siete<br />

años en que andaría como bestia, por estar turbada su<br />

imaginación, y así andaría como tal por los campos, paciendo<br />

las yerbas, sin hablar ni tratar con los hombres.<br />

Dijolo mas Daniel: que en este estado, como confesase que<br />

habia Dios en el cielo, cuyopo<strong>de</strong>rera ¡n(iuilo,yse le humillase,<br />

le seria restituido su sentido y reino. Aconsejóle que<br />

remedíase sus pecados con limosnas; esto es, quesería<br />

posible evitar semejante castigo, con que Dios nuestro Señor<br />

le amenazaba, si hiciese bien á personas pobres y necesitadas<br />

: y porque no tomó su consejo, vino el castigo; y<br />

asi parece que no 1c duró mucho tiempo la <strong>de</strong>voción y bue<br />

nos intentos que tuvo, luego que vió á los tres santos niños,<br />

compañeros <strong>de</strong> Daniel, libres <strong>de</strong>l fuego <strong>de</strong>l horno, sino es<br />

que volvió á ser soberbio como ánles. La bestia , en cuya<br />

figura andaba Nabucodonosor, por la parle anterior<br />

parecía buey, y por la posterior león. Daniel hizo oración<br />

á Dios por el rey, y perseveró en ella muchos días, y alcanzó<strong>de</strong><br />

Diosquelos síeteañosque liíbia <strong>de</strong> andarensemejante<br />

penitencia, se conmutasen en meses: conqtie levantó<br />

susojosá Dios el rey, reconociéndole por Señor universal,<br />

conociendo su culpa, y pid¡endo(<strong>de</strong> la manera que podía)<br />

perdón <strong>de</strong> ella; y Dios le perdonó, y volvió su sentido y<br />

primer estado: aunque no luego tuvo el gobierno <strong>de</strong>l<br />

reino; antes por consejo <strong>de</strong> Daniel lo dió á siete varones<br />

sabios, hasta que se cumpliesen enteramente los siete años,<br />

en los cuales hizo penitencia, no comiendo pan ni carne,<br />

ni bebiendo vino, suslentándose <strong>de</strong> solas yerbas, conformándose<br />

con lo que Daniel le mandaba y aconsejaba , en<br />

todo. Después <strong>de</strong> esto, y <strong>de</strong> haber obtenido el gobierno<br />

<strong>de</strong> su reino algunos años, vino á morir, y reinaron <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> él dos hijos suyos , Nabucodonosor y Evílmerodach.<br />

Reinando, pues, el primero, hijo <strong>de</strong> Nabucodonosor,<br />

llamado asimismo Nabucodonosor, sucedió que los <strong>de</strong> Babilonia<br />

adoraban entre otros dioses un ídolo llamado Bel,<br />

á quien el rey y todo el pueblo tenían gran veneración;<br />

poi que <strong>de</strong>cían los sacerdotes suyos, que cada día se comia<br />

cuarenta ovejas, y una gran cantidad <strong>de</strong> pan y vino, según<br />

era la carne. Persuadía el rey á Daniel que adorase<br />

este dios, <strong>de</strong> quien se <strong>de</strong>cia un portento tan admirable<br />

(¡qué ceguedad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>monio! i mirad en qué virtud fundaba<br />

su divinidad ,sino es en ser voraz !) : Daniel conslanlemenle<br />

afirmaba que aquel no era Dios, sino figura do<br />

metal, y que allí habia algún engaño. El rey, para persuadir<br />

á Daniel, Icllevóal templo, y <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> él hizo poner<br />

al ídolo toda aquella cantidad <strong>de</strong> ovejas, pan y vino,<br />

que lodos los dias se le daba, y salieron todos <strong>de</strong>l templo,<br />

sellando el rey la cerradura con su real sello, para que<br />

ninguno pudiese abrir. Daniel, para <strong>de</strong>sengañar al rey,<br />

habia dado or<strong>de</strong>n á sus criados, que con unas cribas echasen<br />

ceniza por todo el suelo <strong>de</strong>l templo. Al dia siguiente<br />

fuéron solos al templo el rey y Daniel: y hallándole como<br />

le <strong>de</strong>jaron,cerrado y sellado, abrieron y entraron <strong>de</strong>ntro;<br />

y visto que faltaba la comida, levantó la voz el rey, diciendo:<br />

Gran<strong>de</strong> es el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> este dios. Daniel entonces<br />

dijo mírase al suelo. Bajó los ojos el rey, y vió las pisadas<br />

<strong>de</strong> hombres, <strong>de</strong> mujeres y <strong>de</strong> niños. Eueron siguiendo<br />

el rastro, y hallaron una secreta cueva <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> una losa,<br />

por don<strong>de</strong> entraban <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su casa (que estaba cerca) setenta<br />

sacerdotes con sus mujeres é hijos, los cuales hacían<br />

aquel estrago, publicando que el ídolo se lo comia.<br />

Gran<strong>de</strong> fué el sentimiento <strong>de</strong>l rey, visto el engaño : por<br />

lo cual mandó matar á los sacerdotes ; y el Idolo y templo<br />

entregó á Daniel, que con el zelo heredado <strong>de</strong> su padre<br />

Elias, lo <strong>de</strong>struyó y puso por tierra.<br />

Otro dios tenían también los babilonios, que era un ferocísimo<br />

dragón. Decia el rey á Daniel, que á lo rnénos á<br />

este dios vivoy tan feroz podfia adorar. Respondió el santo<br />

profeta, que solo á Dios <strong>de</strong>l cielo adoraría: que aquel dragón<br />

no tenía vida verda<strong>de</strong>ra: pues fácilmente la podía<br />

per<strong>de</strong>r; que le diese licencia, y vería con cuánta facilidad<br />

quitaba la vida á su dios. Yole la doy, dijo el rey. Daniel<br />

hizo una pasta <strong>de</strong> cosas glutinosas y pegajosas, y dióla á<br />

comer al dragón, el cual luego que la mordió, los dientes

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