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Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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44 LA LEYENDA DE ORO<br />

oración , y él por vanidad é hipocresía se enlretenia<br />

orando , le dijo : Callad ; y luego quedó mudo sin po<strong>de</strong>r<br />

mas liablar , hasla que a ruegos <strong>de</strong> muchos, compa<strong>de</strong>ciéndose<br />

<strong>de</strong> él. suplicó á nuestro Sefíor que le resliuyese<br />

la habla; pero <strong>de</strong> manera quo quedase tartamudo, y no<br />

pudiese hablar tan expeditamente , para que no hablase<br />

tanto : y esto hizo entendiendo (pie convenia así á la salvación<br />

<strong>de</strong> aquel diácono que se escuchaba mucho, y so<br />

<strong>de</strong>svanecía pensando que hablaba bien.<br />

Una vez estando haciendo oración en la iglesia, y<br />

faltando el aceite en las lámparas, y no habiendo otro para<br />

cebarlas , comenzó el aceite á rebosar á manera <strong>de</strong> una<br />

fuente , y los sacristanes recogieron gran copia <strong>de</strong> él.<br />

A una mujer casada , (|ue habia cometido adulterio , y<br />

estaba prcilada <strong>de</strong>l adulterio , le avisó muchas veces <strong>de</strong><br />

su pecado, para que se reconociese y pidiese perdón á<br />

Dios y á su marido: mas ella estuvo tan obstinada que<br />

iiiinca quiso oir al santo ; el cual la amenazó y dijo, que<br />

pues negaba la verdad, supiese que no saldria á luz la<br />

criatura que tenia en el vipuirc ; y así sucedió , poniuc<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> muy recios dolores y tormentos que pa<strong>de</strong>ció,<br />

murió miserablemente, sin conocerse ni confesar su pecado.<br />

Vinieron una noche unos ladrones al corral don<strong>de</strong> estaba<br />

bl ganado <strong>de</strong> Espiridion , para hacer un buen asalto,<br />

y a! tiempo <strong>de</strong>l menear las manos halláronlas como aladas,<br />

y todo el cuerpo sin po<strong>de</strong>rse menear. Kstuvii-ron asi<br />

loda la noche , vino luego á la mañana san Espiridion , y<br />

conociendo que Dios les tenia allí como presos, le suplicó<br />

los <strong>de</strong>salase , y <strong>de</strong>spués les dijo que no buscasen con<br />

ofensa <strong>de</strong> Dios la hacienda que sin ofen<strong>de</strong>rle podían haber:<br />

y que pues babian trabajado toda aquella noche,<br />

tomasen un carnero <strong>de</strong>l hato; y con esta blandura los envió<br />

alegres y confusos. Solia el santo dar todo lo que tenia<br />

á los pobres ó prestarlo á los necesitados : y cuando<br />

lo prestaba , ni él veia lo que les daba, ni lo que ellos le<br />

volvían; ántes les <strong>de</strong>cia que lomasen lo que hablan menester<br />

<strong>de</strong>l lugar don<strong>de</strong> estaba, y cuando lo restituían, que<br />

lo pusiesen en el mismo lugar. Vino algunas veces un<br />

merca<strong>de</strong>r á pedirle prestado , y el merca<strong>de</strong>r se lo volvió;<br />

pero una vez vencido déla codicia, hh¿ muestra que<br />

ponía en el mismo lugar lo que habia tomado, y no lo<br />

puso', ántes disimuladamente se fué con ello. Sucedióle<br />

<strong>de</strong>spués otra necesidad: vino á pedir prestado al santo<br />

obispo; y él le dijo que fuésc al lugar don<strong>de</strong> estaba, y<br />

que tomase lodo lo que pedia. Fué el hombre i no halló<br />

nada , y díjolo á Espiridion , y el sanio le respondió: Si<br />

t ú lo pusiste, m lo hallarás; porque ninguno <strong>de</strong>spués acá<br />

lo ha locado , pero si no lo pusiste no le quejes <strong>de</strong> mí,<br />

sino <strong>de</strong> tí: no pienses quelú me engañas, sino que te engañas.<br />

Conoció el hombre su culpa : pidió perdón; y el<br />

santo con gran<strong>de</strong> benignidad se lo dió.<br />

Juntó el patriarca <strong>de</strong> Alejandría muchos obispos y clérigos<br />

, para hacer oración á nuestro Señor, y suplicarle<br />

que <strong>de</strong>struyese y arruinase los ídolos, que todavía quedaban<br />

muchos <strong>de</strong> la gentilidad; y el Señor los oyó, y cayeron<br />

muchas estatuas y simulacros do los falsos dioses:<br />

pero quedó una muy insigne , y tuvo revelación el patriarca<br />

que aquella estatua no caería hasla que Espiridion<br />

lo pidiese á Dios. Llamáronle luego <strong>de</strong> Chipre don<strong>de</strong> estaba<br />

: y ántes que llegase á Alejandría , en saliendo <strong>de</strong> la<br />

nave, echó su maldición á la estatua y á los templos <strong>de</strong><br />

DÍA 14.<br />

los falsos dioses, y luego se asolaron y ge hicieron polvo.<br />

Finalmente, habiendo con ido gloriosamente la carrera<br />

<strong>de</strong> su peregrinación, tuvo revelación <strong>de</strong>l Señor <strong>de</strong> su<br />

Hichoso tránsito : y habiendo avisado <strong>de</strong> él á los suyos , y<br />

exhorfádolos á todas las virtu<strong>de</strong>s, especialmente á la caridad<br />

, dió su bienaventurado espíritu al que pata tanta<br />

gloria suya le había criado; el cual <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> sn muerte<br />

le ilustró con gran<strong>de</strong>s y muchos milagros. Entre los otros<br />

se cuenta uno : que habiendo venido un hombre á visitar<br />

su sepulcro y celebrar su fiesta, y <strong>de</strong>spués comprado gran<br />

cantidad <strong>de</strong> paños y vestidos para repartirlos á los pobres;<br />

al tiempo <strong>de</strong> partirse para volver á su casa, viendo un<br />

temporal <strong>de</strong> agua-que le amenazaba , se fué al sepulcro<br />

<strong>de</strong>l santo, suplicándole que guardase aquellas cargas <strong>de</strong><br />

ropa <strong>de</strong>l agua, para que no se echasen á per<strong>de</strong>r; y el<br />

sanio lo hizo tan cumplidamente que acompañó por todo<br />

el camino al hombre, como si fuera un caniinaute, estando<br />

el agua como <strong>de</strong>lenída : poi que el santo con sus ( raciones<br />

no la <strong>de</strong>jaba caer. En llegando á su casa el hombre,<br />

<strong>de</strong>sapareció el santo, y la lluvia cayó <strong>de</strong>l cielo tan copiosa<br />

que. duró tres días.<br />

La vida <strong>de</strong> san Espiridion escribe el Mefafrastc, y la trae<br />

el P. Fr. Lorenzo Surio en su vi tomo. Hacen mención <strong>de</strong><br />

él el Martirologio romano y los otros Martirologios latinos<br />

á los 14 <strong>de</strong> diciembre, y los griegos en su Menologio á<br />

los 12 <strong>de</strong> diciembre. Escriben <strong>de</strong> él los autores <strong>de</strong> la Historia<br />

eclesiástica; Uulino , lib. i, cap. 3; Sócrates, i,<br />

cap. 8; Sozomeno , lib. i, cap. 11 ; Kicéforo, lib. 8,<br />

cap. 15 y 42; Gregorio presbítero, en la Oración do<br />

los sanios padres <strong>de</strong>l concilio niceno ; Cedreno en Constantino;<br />

Glicas; el car<strong>de</strong>nal Baronio en sus anotaciones,<br />

y en el n y ni tomo <strong>de</strong> sus Anales. Suidas dice<br />

que Trifilo, obispo ledrense en Chipre y discípulo<br />

<strong>de</strong>l mismo san Espiridion, escribió su vida en verso. Era<br />

este Trifilo (como lo dice san Gerónimo) el mas elocuente<br />

varón <strong>de</strong> su tiempo, y orando un día en el sínodo, citó<br />

aquel lugar <strong>de</strong> san Marcos, cap. 2. Tolle gfav&tum (uum,<br />

el nmlmla: y por ijrnvalvm, dijo lerlum. Estaba présenle<br />

san Espiridion, y con ser mansísimo, se levantó con enojo<br />

<strong>de</strong> su silla y reprendió á Trifilo <strong>de</strong> aquella presnneien con<br />

que se habia atrevido á mudar palabra <strong>de</strong>l le\to evangélico,<br />

y <strong>de</strong>l que el intérprete habia puesto: Jauta era la <strong>de</strong>voción<br />

<strong>de</strong> este santo y la reverencia con que le parecía se<br />

habían <strong>de</strong> adorar las sílabas y puntos <strong>de</strong> la sagrada y venerada<br />

antigüedad.<br />

* <strong>Los</strong> SANTOS HERON, AUSEMO , ISIDORO Y DIOSCORO, MÁR­<br />

TIRES.—Estos santos eran muy niños, y sin embargo fueron<br />

atrozmente inartirizados durante la persecución suscilada<br />

por el emperador Decio, <strong>Los</strong> tres primeros fueron<br />

arrojados á las llamas <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s tormentos, y el<br />

último, si bien fué soltado, sin embargo sufrió crueles azotes,<br />

quedando muy lastimado.<br />

<strong>Los</strong> SANTOS DRUSO, ZÓSIMO Y TEODORO, MÁRTIRES.—<strong>Los</strong><br />

tres naluralos <strong>de</strong> Antioquía; no son muy conocidas las<br />

circunstancias <strong>de</strong> su martirio. Ei Martirologio romano hace<br />

<strong>de</strong> ellus mencionen este dia. Murieron durante la persecución<br />

<strong>de</strong> Decio.<br />

<strong>Los</strong> SANTOS JUSTO Y ABUNDIO, MÁRTIRES.—Por mandato<br />

<strong>de</strong> Olibrio, durante la persecución <strong>de</strong> Numeriano, hácía<br />

284, fueron arrojados á las llamas, y como saliesen <strong>de</strong><br />

ellas ilesos, gracias á la protección divina, el tirano los<br />

mandó <strong>de</strong>gollar.

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