Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

IUA 8.
sea verdadera y propiamenle pecado ya en los bautizados,
sino porque es efecto del pecado original, y ponpie nos
rnclina á pecar : poi que (como dicen los teólogos) el pecado
original es un solo pecado en sí, mas en potencia es
todos los pecados : porque de todos ellos es principio y
causa. De esta doctrina, sacada del sacrosanto concilio
tridentino, se sigue, que el pecado original es pecado que
mala el alma, y que los que ajueren en él nunca verán á
Dios ; y que se puede decir con verdad de un niño recien
nacido, ánles de ser bautizado , que tiene pecado , que es
«meinigo de Dios é bijo de ira, y aborrecible en el acatainienlo
divino, y que es del bando de Satanás, esclavo y
morada suya, sujeto de perdición, vaso de inmundicia y
abominación, y borrado del libro de la vida ; porque lodo
esto se sigue al pecado original.
Supuí-sla , pues , la verdad de todo lo que hasta aquí
habernos declarado, lo que decimos y lo que es iulencion
de la santa Iglesia, en celebrar la liesta de la Concepción
de nuestra Señora, es, que aunque esta gloriosa Virgen,
mirándola coino hija de Adán , y concebida por via natural
de san Joaquin y santa Ana, sos padres, había decontraer
el pecado original , y caer en los daños que de él
se siguen, como todos los otros hijos de Adán; pero no
cayó, y fué preservada y prevenida con la gracia sobrebundante
del Señor, que ab wíerno la habia predestinado
para madre suya, y con singular privilegio la eximió de
de aquella ley general que comprendía á todo el linaje
humano : poique así cenvenía á la excelencia y dignidad
de tai Hijo y de tal Madre: la cual se bizo de esta manera.
Efl el mismo punto que crió Dios aquella bendita alma de
la Virgen, y la infundió en el cuerpecito formado en las
entrañas de su madre santa Ana ; en ese mismo instante
y momento la enriqueció y hermoseó con su soberana
tu acia, y la detuvo para que no cayese en el pecado original
, como de su naturaleza habia de caer , y la hizo
agradable en sus ojos , de suerte que el demonio nunca
tuvo parte en ella : ni se pudo gloriar que habia sido esclava
jamás, y cautiva suya , la Madre del Señor, Esposa
del Padre eterno, y Templo del Espíritu Sanio. Esto es lo
que celebra la Iglesia en esta fiesta , y es muy conforme
á la sagrada Escritura , á la doctrina de los santos , y á
toda buena razón.
Porque despuei que Adán y Eva pecaron, y fueron convencidos
de su pecado, ánles de pronunciar contra ellos !a
sentencia, echó el Señor la maldición [irimero contra la
serpiente que habia engañado á Eva, con aquellas memorables
palabras que se leen en el tercer capítulo del Génesis:
«Yo pondré (dice hablando con la serpiente) enemistad
entre (í y la mujer, y entre su generación y la tova;
y ella le quebrantará la cabeza, y ui andarás siempre
asechando á sus calcañares:» que es, armándole lazos
en lodos sus pasos y caminos. Esta sentencia pronunció
Dios contra el demonio, ¿ntes que diese la sentencia contra
tos pecador^ : y los santos doctores la interpretan de
la gloriosísima Virgen María nuestra Señora, que fué la
que habia de quebrantar la cabeza de la serpiente, y por
medio de Jesucristo, su bendili.simo Hijo, destruir su poder,
y librar al hombre de su tiranía, y restituirle á su
gracia y divinidad ; para que así como por una mujer ílaca
el demonio había triunfado del mundo; así el fruto do otra
mujer flaca triunfase del demonio, y él perdiese toda su
ufanía: porque tnayor confusión suya ora, que el fruto de
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una mujer flaca Iriunfase de un espíritu, que nó un espíritu
de una flaca mujer. Así que ya desde entonces puso Dios
á esta bendita mujer y Reina nuestra, por capitana y Señora
del campo, para que pelease con la serpiente y le
qiu'branlase la cabeza, antes de pronunciar la sentencia
contra Eva y Adán : para darnos á entender, que no quería
comprender en aquella sentencia á la que ánles de pronunciarla,
la habia eximido de ella y consliluido por reparadora
del pecado que con tan rigurosa senlencia condenaba
.
El mismo Scílor y amoroso Esposo suyo dice de ella,
«que es entre todas las otras hijas suyas, como la azucena
entre lodas las espinas:» porque las demás, en comparación
déla Virgen, son como espinas, por el pecado original
que trajeron de Adán ; pero aquella sola fué hlanca
como la azucena, y olorosa como la rosa y clavellina en
los ojos del verdadero Salomón. De ella misma dice el
Esposo: «Toda eres hermosa, amiga mia, y no hay en ti
mancha ni mancilla de pecado:» las cuales palabras acomoda
la sania Iglesia á la Virgen en esta liesta, y no se
pueden bien veriliear, si pusiésemos en ella la mácula del
pecado or iginal: y en otro lugar : « Una es mi paloma y
mi querida y perfecta : una es la escogida: » ó como oíros
leen: «la inmaculada: » porque ella sola fué limpia y sin
mácula alguna de pecado actual y original. Llámase esta
Virgen, en la sagrada Escritura: «Huerto cerrado y fuente
sellada :« porque no pudo bserpiente entrar en él, ni
beber de ella, ni iníicionar sus purísimas y saludables
aguas. El ángel san Gabriel en aquella solemne salutación
la llamó «llena de gracia,» ó como dice el texto griego,
«síngularmenle graciosa ,» porque alcanzó la gracia que
ninguna otra bija de Adán tuvo : y porque (como dice san
Gerónimo), á los demás se dió parte de la gracia; mas á
María, toda la plenitud de la gracia se le comunicó. Añadió
el ángel: « El Señor es contigo:» porque siempre fué
con María; y no lo hubiera sido, si en algún tiempo, aunque
brevísimo, hubiera sido cautiva del demonio. ¿Pues
qué diré de las últimas palabras ? « BiMidita eres tú entro
las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre.» ¿Cómo
fuera bendita entre las mujeres esta virgen sacratísima, si
con las demás hubiera sido sujela á la maldición? Y toda
esla gracia y privilegio se le concede: porque el fruto do
su vientre es bendito: porque esta bendición y esta prerogaliva
tan excelente y singular no le viene á la Virgen de
su cosecha y por su naturaleza, sino por la excelencia y
santidad de su benditísimo Hijo, como Teolilalo y san Bernardo
lonolaron, y adelántese dirá.
Pues ¿qué diré de los santos, que, ó darameníe enseñan
esla verdad, ó de sus palabras se colige? Santiago,
apóstol, el Menor, obispo de Jerusalcn, en su Liturgia,
que la sexta sínodo con tan grande acatamiento reverencia,
llama á la Virgen santísima «Inmaculada y gloriosísima
Señora nuestra. Madre de Dios :» y al cabo dice estas palabras:
«Digna cosa es que le llamemos verdaderamente
bienaventurada, y de lodas maneras irreprensible, y mas
excelente que los querubines: toda criatma, ó Virgen llena
de gracia, os da el parabién y se alegra con vos; porque
sois el templo de Dios santiíicado. » De san Andrés apóstol,
se refiere que dijo, «que así como el primer Adán habia
sido formado de la tierra antes que Dios le echase
su maldición así el segundo Adán habia sido formado
do la tierra virginal que nunca había sido maidi-