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sio, lo escribió Uiogo una caí la, avisándole <strong>de</strong> eila y rogándole<br />
que hiciese gracias al Señor por aquel beneficio<br />
que á él y á toda la cristiandad habia bocho, y san Ambrosio<br />
le respondió otra carta en que le dice estas palabras:<br />
«Gracias sean dadas á Dios nuestro Señor, porque ha correspondido<br />
á nuestra fe y piedad, y nos ha representado<br />
aquel'a forma antigua <strong>de</strong> santidad y dojádonos ver en<br />
nuestro tiempo, lo que leyéndolas Escrituras sagradas<br />
nos causa admiración. Pues en vuestras batallas se ha<br />
bailado el favor <strong>de</strong> Dios tan presente, que no han podido<br />
las cumbres <strong>de</strong> los altos montes retardar el curso <strong>de</strong> vuestra<br />
venida, ni las armas <strong>de</strong> los enemiiíns poner impedimento<br />
á vuestro ejército. Por este beneficio queréis quo yo<br />
haga gracias á Dios nuestro Señor I yo las haré <strong>de</strong> buena<br />
gana, como quien también sabe vuestros merecimientos,<br />
porque cierta cosa es, que es agradable á Dios el sacrificio<br />
que se le ofrece en vuestro nombre: y queriendo vos<br />
que esto se haga; ¿cuán gran<strong>de</strong> <strong>de</strong>voción y fé mostráis en<br />
ello? <strong>Los</strong> oli os emperadores, para que que<strong>de</strong> memoria <strong>de</strong><br />
sus victorias, mandan hacer arcos triunfales ó cosas semejantes<br />
5 pero vuestra clemencia quiere que se ofrezcan<br />
sacrificios, ofrendas y acción <strong>de</strong> gracias por mano <strong>de</strong> los<br />
sacerdotes. Yo, aunque indigno é inhábil para cosa tan<br />
gran<strong>de</strong>, quicroos <strong>de</strong>cir lo que he hecho. Llevé conmigo al<br />
ídtar la carta <strong>de</strong> vuestra piedad, púsola sobre el altar, y<br />
cuando llegué á ofrecer el sacrificio, la lomé en la mano,<br />
para que vuestra fé hablase con mi lengua, y los caractéres<br />
imperiales en aquella ofienda hiciesen el oficio <strong>de</strong><br />
sacerdote. Verda<strong>de</strong>ramente que el Señor se muestra propicio<br />
y favorable al imperio romano: pues le ha dado tal<br />
principe, cuya virtud y suma potesla;! en la cumbre <strong>de</strong> tan<br />
gran<strong>de</strong> imperio y tan esclarecido triunfo, está acompaiVida<br />
con tan profunda humildad (pie ha vencido en valor á<br />
los emperadores y en humildad á los sacerdotes. ¿Qué tengo<br />
mas que apetecer ó que <strong>de</strong>sear? Todo lo tenéis, y para<br />
<strong>de</strong>cirlo en una palabra, sois empei ador piadoso y domenlisimo;<br />
y con todo esto <strong>de</strong>seo que cada dia crezcáis en<br />
la piedad, que es el mas raro don que da Dios: para que<br />
por vuestra clemencia, así como la Iglesia <strong>de</strong> Dios se gozó<br />
con la paz y tranquilidad <strong>de</strong> los buenos: así se alegro con<br />
el perdón <strong>de</strong> los pecados. Perdonad especiaImenle á los<br />
que antes <strong>de</strong> ahora no han pecado.» Todo esto es <strong>de</strong> san<br />
Ambrosio, que con sus palabras alcVmzó perdón do Teodosio<br />
para los culpados; y el mismo Téodo.-io se echó á los<br />
piós <strong>de</strong>l sanio, confesando que por sus oraciones y mei e-<br />
cimienlos era salvo. Y habiendo mandado venir <strong>de</strong> Gonstantinopla<br />
á Arcadio y Honorio, sus hijos, y vecibiéndolos<br />
en la iglesia do Milán, les encargó á san Ambrosio y se<br />
los encomendó para que los tuviese como hijos: y á ellos<br />
les or<strong>de</strong>nó que le tuviesim y obe<strong>de</strong>ciesen como á padre Y<br />
habiéndoles repartido el imperio y dado á Arcadio el <strong>de</strong><br />
Oriente y á Honorio el <strong>de</strong> Occi<strong>de</strong>nte, murió d glorioso<br />
emperador en iMilan el año <strong>de</strong>l Señor <strong>de</strong> aflíí á los 17; <strong>de</strong><br />
enero, con gran llanto y senlimienlo <strong>de</strong> lodo el imperio, y<br />
parlicularmente <strong>de</strong> san Ambrosio que hizo una oración do<br />
gran<strong>de</strong>s alabanzas en sus honras y <strong>de</strong>rramó muchas lágrimas;<br />
porque como en ella dice, cuando murió Teodosio,<br />
no tenia tanto cuidado <strong>de</strong> sí, <strong>de</strong> su muerte, ni <strong>de</strong> sus hi jos'<br />
como <strong>de</strong>. la paz y tranquilidad <strong>de</strong> la Iglesia. Poco dospuos<br />
<strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> Teodosio, halló el sanio sacerdole los sagrados<br />
cuerpos <strong>de</strong> los santos márliros Nazario y Celso, en<br />
un buerto fuera do los muros <strong>de</strong> la ciudad, y ios traslado<br />
DICIEMBRE. 523<br />
con solemnidad á la iglesia <strong>de</strong> los Apóstoles, é hizo Dios<br />
por ellos muchos y gran<strong>de</strong>s milagros. Entre otros, muchos<br />
en<strong>de</strong>moniados quedaban libres: y como en uno <strong>de</strong> ellos e<br />
<strong>de</strong>monio diese voces y dijese, que san Ambrosio gravemente<br />
le atormentaba; respondió el santo: Enmu<strong>de</strong>ce, maligno<br />
espíritu ; porque no te alormenla Ambrosio, sino la<br />
f¿ <strong>de</strong> los sanios y lu envidia; porque ves que suben los<br />
hombres al lugar <strong>de</strong> don<strong>de</strong> caiste; que Ambrosio no se<br />
<strong>de</strong>svanece con tus palabras. También se habia hallado ántesen<br />
Bolonia en la traslación <strong>de</strong>l sanio mártir Agrícola, el<br />
cual,.<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber sido martirizado su criado Vital,<br />
puesto en cruz y enclavado con muchos clavos, alcanzó la<br />
corona <strong>de</strong>l martirio y fué enterrado con su criado en las<br />
sepulturas <strong>de</strong> los judíos; pero <strong>de</strong>spués se <strong>de</strong>scubrieron los<br />
santos cuerpos, y san Ambrosio, siendo convidado, fué á<br />
la traslación <strong>de</strong> san Agrícola ^ y sacando su sagrado cuerpo,<br />
recogió los clavos y la sangre y el Irofeo <strong>de</strong> la cruz en<br />
que habia muerto: y rico con el tesoro precioso <strong>de</strong> aquellas<br />
reliquias, pasó á Florencia y las colocó <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> una<br />
iglesia, (pie una piadosa é ilustre matrona llamada Juliana<br />
habia edificado con nombre <strong>de</strong> san Lorenzo; aunque<br />
el pueblo la llamó Ambrosiana, por haberla edilicado san<br />
Ambrosio. El cual, estando siempre ocupado en cosas lau<br />
altas y <strong>de</strong> tanto servicio <strong>de</strong> Dios, y esparciendo por todo el<br />
mundo como un sol los resplandores <strong>de</strong> sus esclarecidas<br />
virlu<strong>de</strong>s y los rayos <strong>de</strong> su celestial doctrina, y quebrantando<br />
á ¡os boreies, espantando á los tiranos, y enseñando<br />
} bumillandoá los príncipes <strong>de</strong> la tierra, y peleando como<br />
esforzado soldado las batallas <strong>de</strong>l Señor; <strong>de</strong>seoso ya <strong>de</strong><br />
salir <strong>de</strong> la cárcel <strong>de</strong> este cuerpo, entendió que se acercaba<br />
el tiempo <strong>de</strong> su gloria y relribueion; y así dijo á sus<br />
familiares que estarla con ellos hasta la pascua siguiente,<br />
y nó mas. Pocos dias antes que cayese malo en la cama,<br />
escribiendo sobre el salmo 43 y dictando á Paulino (que<br />
ora el que le escribia y el que refiere todo esto), súbilaiiioiito<br />
una ¡¡ama <strong>de</strong> fuego cubrió la cabeza <strong>de</strong>l sanio, y se<br />
le entró por la boca, y su rostro se <strong>de</strong>mudó y se paró blanco<br />
como una nieve; aunque poco <strong>de</strong>spués volvió á su acostumbrado<br />
semblante, y no pudo acabar la exposición <strong>de</strong><br />
aquel salmo; porque luego cayó malo <strong>de</strong> la enfermedad<br />
<strong>de</strong> la muerte (aunque fué algo larga) con gran<strong>de</strong> y extraordinario<br />
senlimienlo y ternura <strong>de</strong> toda la ciudad, y <strong>de</strong> los<br />
hombres pi u<strong>de</strong>utes que temian alguna gran calamidad, y<br />
la cuida <strong>de</strong>l imperio romano, si fallaba el que con sus oraciones<br />
y merecimientos le sustoulaba. A esta causa el con<strong>de</strong><br />
Estilicon, capilan general y grandísiino privado <strong>de</strong>l emperador<br />
Honorio, envió al santo algunos caballeros amigos<br />
suyos, para que le rogasen, que pues estaba en su<br />
mano, alcanzase <strong>de</strong> Dios que so difiriese su muerte, para<br />
que con esa no viniesen juntamenlo los males que se temían<br />
: y como ellos hiciesen su oficio é importunasen á<br />
san Ambn.'sio; el los respondió aquellas palabras que tanto<br />
alaba san Aguslin : No he vivido entre vosotros <strong>de</strong> manera<br />
que tonga vergüenza <strong>de</strong> vivir, iti temo morir, porque<br />
tenemos buen Señor. Estaban algunos diáconos y familiares<br />
<strong>de</strong> san Ambrosio en la parle mas remóla <strong>de</strong> su<br />
aposento tratanclo secretamenle entre si, quién habia <strong>de</strong><br />
sucedorlj en el obispado, y nombraron con voz baja á san<br />
Simpliciano; el sacerdote <strong>de</strong> Dios como si lo hubiera oido,<br />
aprobando lo que <strong>de</strong>cían» dijo Ires veces en voz alia: Se~<br />
nejo , sed bonus : Viejo es , pero bueno; y así lo si>eodio.<br />
Asistía al sanio en esta enfermedad san Casiano,