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Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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fi16 LA LEYKNDA DE ORO PIA 7 .<br />

nio acérrimo enemigo da U religión católica, <strong>de</strong>sterró en<br />

el año 48i á lodos los obispos calólicos que Labia en<br />

aquel punió. Al cabo <strong>de</strong> algún tiempo dió or<strong>de</strong>n para que<br />

fueran atormentados y muertos lodos los que rehusasen<br />

obe<strong>de</strong>cer los edictos que publicó. Habia una mujer dolada<br />

<strong>de</strong> una singular hermosura llamada Dionisia, pero recomendable<br />

por su celo y piedad, que fué objeto <strong>de</strong>l furor<br />

<strong>de</strong> los arnauos. Azotada en la plaza pública fué tan<br />

cruel su tormento, que todo su cuerpo quedó hecho una<br />

llaga. Tenia un hijo único llamado Mayórico, y advirtiendo<br />

la madre que temblaba á visla <strong>de</strong> los tormenios,<br />

con voz firme y ¡lena <strong>de</strong> animosidad le dijo: No olvi<strong>de</strong>s<br />

hijo mió, que hemos recibido el bautismo en el seno <strong>de</strong> la<br />

católica Iglesia, y en el nombre déla beatísima Trinidad.<br />

Conservemos pura la fé á fin <strong>de</strong> que no que<strong>de</strong>mos privados<br />

<strong>de</strong> la gloria, si en la hora <strong>de</strong>l festin no nos sobrecoge<br />

el divino Esposo con la vestidura nupcial. Estas palabras<br />

sirvieron <strong>de</strong> gran confortativo á Maj órico, sufriendo constante<br />

los mas inauditos tormentos hasta enlregarsu espíritu<br />

al Criador. La piadosa madre, al ver muerto el cuerpo<br />

<strong>de</strong> su hijo, lo abrazó dando gracias al Todopo<strong>de</strong>roso<br />

por haber permitido consiguiera la palma <strong>de</strong>l martirio.<br />

Sepultóle Dionisia en su propia casa. Al propio tiempo sufrieron<br />

el martirio Dativa hermana <strong>de</strong> Dionisia, Emiliano,<br />

médico y primo suyo, Lconcia, Tercio y Bonifacio, hasta<br />

alcanzar la palma <strong>de</strong>l martirio.<br />

SAN POLICRONIO, PRESBÍTERO Y MÁRTIR.—Floreció durante<br />

el siglo IV, en Constantinopla. Su celo por la fé católica<br />

le hizo tan odioso á los herejes arrianos, que un día,<br />

estando diciendo misa, entraron aquellos en la iglesia, y<br />

habiéndole maltratado, al fin le <strong>de</strong>gollaron.<br />

NOTA. San Teófilo, que algunos Martirologios colocan<br />

en este dia, le hemos continuado nosotros en el 13 <strong>de</strong> octubre.<br />

Algunos autores mencionan a<strong>de</strong>más en este dia á<br />

otro san Nicolás, llamado <strong>de</strong> Pinara, también obispo, diferente<br />

<strong>de</strong>l Nicolás <strong>de</strong> Mira, que es el continuado mas<br />

arriba.<br />

DIA 7.<br />

SAN AMBROSIO, OBISPO Y DOCTOII.—La vida <strong>de</strong>] excelentísimo<br />

prelado, y sapientísimo doctor <strong>de</strong> la Iglesia san<br />

Ambrosio, escribió Paulino, presbítero, que fué su esculliente<br />

y familiar, y Juan Costero, canónigo reglar <strong>de</strong> san<br />

Agustín ; y mas copiosamente la ha recogido <strong>de</strong> sus mismos<br />

escritos, con muy particular estudio y diligencia, el<br />

car<strong>de</strong>nal Baronio: á los cuales autores seguiremos aquí.<br />

Fué san Ambrosio hijo <strong>de</strong> un caballero romano muy<br />

ilustre y principal, que también se llamaba Ambrosio como<br />

su hijo. Tuvo este caballero una bija y dos hijos: la<br />

hija (que era la mayor) se llamó Marcelina, la cual vivió<br />

en perpetua virginidad: y el papa Liberio en la pascua <strong>de</strong><br />

Navidad, la consagró al Seflor en Berna, y le dió el velo<br />

<strong>de</strong>lante <strong>de</strong> gran multitud <strong>de</strong>l pueblo, exhortándola á la<br />

perseverancia, con una grave y elegante oración. Después<br />

<strong>de</strong> Marcelina nació Sátiro, que fué varón loable,<br />

pru<strong>de</strong>nte y mo<strong>de</strong>sto. Yino Ambrosio á ser prefecto <strong>de</strong> las<br />

Galias (que era cargo preeminente, y <strong>de</strong> gran<strong>de</strong> confian^<br />

za): y habiendo ido con su mujer y familia á Francia para<br />

ejercitarle, nació en ella su hijo Ambrosio, para gloria<br />

<strong>de</strong>l Señor, y <strong>de</strong>fensa y ornamento <strong>de</strong> la Iglesia. Sieijdo,<br />

pues, nuestro Ambrosio niño, y estando en la cuna con la<br />

boquíía abierta durmiendo, bajó <strong>de</strong> improviso un enjambre<br />

<strong>de</strong> abejas, que cubriéndole la cara, entraban y sallan<br />

por la boca, y poco <strong>de</strong>spués tomaron vuelo, y <strong>de</strong>saparecieron.<br />

Hallóse su padre présenle á este prodigio; y admirado<br />

<strong>de</strong> lo que habia visto, dijo: Este niño, si vive, será<br />

gran cosa : y así lo fué, mucho mas avenlajadamenle<br />

que Platón, <strong>de</strong>l cual también se escribe otro suceso como<br />

este. Murió el padre gobernando en Francia, y el hi;o Ambrosio<br />

volvió con su madre y hermanos á Boma, don<strong>de</strong> creció<br />

y vivió: y hoy dia hay monasterio <strong>de</strong> monjas <strong>de</strong><br />

san Benito en unas casas, que comunmente se dice<br />

haber sido las <strong>de</strong>l padre <strong>de</strong> san Ambrosio. Parece<br />

que el niño adivinaba, que hahia <strong>de</strong> ser obispo, porque<br />

viendo que la gente besa la mano á los obispos,<br />

daba él la suya á una doncella, que estaba en compañía<br />

<strong>de</strong> su hermana, diciéndole, que se la besase porque<br />

habia <strong>de</strong> ser obispo : y aunque entonces se lomó por juego<br />

<strong>de</strong> niño, <strong>de</strong>spués se vió que haT)ia sido pronóstico, <strong>de</strong><br />

lo que sucedió. Con ser la ciudad <strong>de</strong> Roma tan g-an<strong>de</strong>,<br />

libre y llena <strong>de</strong> gente moza, liviana y perdida , Ambrosio<br />

no se <strong>de</strong>jó llevar ni <strong>de</strong>l ímpetu y fervor <strong>de</strong> su juventud, ni<br />

<strong>de</strong> la corrienle <strong>de</strong> los otros mozos; ánlcs vivió con tan gran<br />

recogimiento y honestidad , que conservó perpetuamente<br />

su virginidad y pureza <strong>de</strong> costumbres : juntó el casto<br />

mancebo el estudio <strong>de</strong> las buenas letras , y con su raro y<br />

escelente ingenio , vino á ser muy sabio filósofo , y elocuente<br />

orador, y á hacer su oficio <strong>de</strong> abogado , y á ser<br />

miradocomo varón notable y <strong>de</strong> gran caudal, y á tener<br />

amistad estrecha con los hombres mas ilustres y po<strong>de</strong>rosos<br />

<strong>de</strong> la ciudad <strong>de</strong> Boma, como fueron Símaco [que habia<br />

sido cónsul, y era como príncipe <strong>de</strong>l senado , aunque<br />

gentil) y Anido Probo, á quien el emperador Valentiniano,<br />

por ser varón muy sabio, habia hecho prefecto <strong>de</strong>l<br />

pretorio (que era una aíta dignidad ), para que él pusiese<br />

en las provincias los gobernadores que le pareciese. Puso<br />

los ojos Probo en san Ambrosio , por las gran<strong>de</strong>s partes<br />

que en él conocia, y encargóle las provincias <strong>de</strong> ínsubria,<br />

Liguria y Amiria, que son las <strong>de</strong> Milán , <strong>de</strong> la ribera <strong>de</strong><br />

Genova, y la parte <strong>de</strong> Lombardía que está <strong>de</strong> la otra parte<br />

<strong>de</strong>l rio Po. Cuando le envió Probo á su cargo, le dijo :<br />

Vé y gobierna, nó como juez , sino como obispo : dándole<br />

á enten<strong>de</strong>r, que administrase aquellas provincias, nó con<br />

rigor, sino con blandura , y mas como padre , que como<br />

juez. Partió san Ambrosio <strong>de</strong> Boma para su gobierno, y<br />

vino á Milán, y halló toda aquella ciudad llena <strong>de</strong> bandos<br />

y contiendas : porque los herejes arrianos la turbaban y<br />

procuraban inficionar ; y ios católicos conservar en su antigua<br />

y católica religión. Pero fué nuestro Señor servido,<br />

que murió Auxencio, obispo y cabeza <strong>de</strong> los arrianos, que<br />

era <strong>de</strong> Capadocia, y hombre astuto y sagaz , y que mostrándose<br />

en la apariencia católico , daba ocultamente á<br />

beber el veneno <strong>de</strong> su perversa doctrina ; y habia cobrado<br />

lanía autoridad y fuerzas, que ni san Hilario obispo do<br />

Poítiers , ni Evagrio, gran<strong>de</strong> amigo <strong>de</strong> san Gerónimo , ni<br />

san Filaslrio , obispo <strong>de</strong> Bressa , viniendo para esto á Milán,<br />

nunca le pudieron echar <strong>de</strong> su silla : la cual tuvo<br />

hasta que el Señor, compa<strong>de</strong>ciéndose <strong>de</strong> su Iglesia, le<br />

quitó la vida. Muerto, pues, Auxencio , todo el pueblo <strong>de</strong><br />

Milán comenzó á lumultuar, queriendo los católicos que<br />

se eligiese obispo católico, y los herejes hereje. Supo el<br />

emperador Valenliniano la muerte <strong>de</strong> Auxencio , y avisó á<br />

los obispos que pusiesen en aquella silla un prolado <strong>de</strong><br />

tantos méritos, á quien él <strong>de</strong> corazón pudiese inclinar su

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