Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

1)1 A G. DICIEMBRIÍ.
apóstol. Etadia limosna para los cautivos do su diócesi, y
habiendo juntado muclias limosnas, volvió á (¡ranada, y
socorrió corporal y ospirilualnicnto á sus cspii ilunles hijos.
Partióse á liorna, para consullar con su snnliilad algl^HW
puntos dilirullosos acerca de. los (Ti.-íiamis que vivían
enlre los moros. Kslimúle muclio el sumo poulilice:
poríine klffQ se dieron á conocer , y se hicieron .venerar
su santklad y doctrina en la córle romana. Predicó en
Santa María la Mayor y en otras iglesias , y por sus sermones
mejoraban muchos pecadores sus vidas, y otros
con su trato se adelantaron en el camino de la perfección.
Habiendo despachado los negocios á (¡ue había ido á liorna
, se volvió á Kspaña, y padeció incrcibles trabajos y
laliga?, | fué muy regalado de Dios, y favorecido do los
santos ángeles. Llegó á Jaén, y después de algún tiempo
fué hecho obispo de aquella Iglesia, la cual gobernó con
grande acierto, celo y prudencia, siendo padre de todos
los pobres, necesitados y afligidos.
Ilaliia hecho el santoobispo muchas entradas en el reino
de Granada, y convertido muchos moros á nuestra
santa fé, por lo que estaban ¡rrilados los alfaquies, y descosos
de cautivarle. Prendiéronle, andando visitando su
obispado, y Heváioule á (¡ranada, con las injurias y mal
tratamienlo que de gente tan bárbara se puede pensar.
Viéndose el santo caulivo en Granada, descuidaba de su
libertad, y cuidaba de la libertad de los oíros cautivos, y
mucho mas de conservarlos en la fé. Fueron de su iglesia
á tratar de su rescate; y fué tanta su caridad, que con el
dinero que llevaron para rescatarle á él, rescató muchos
niños y mujeres, que estaban á peligro de perder la fe, y
él se quedó cautivo para cuidar de los cautivos, con ejemplo
admirable de caridad. Esperando los moros nuevo
precio por su rescate, lo dejaion andar libre por la ciudad,
y consolaba á los afligidos, esforzaba á los (1 eos y ensoñaba
á los niños la docln'aa cristiana. Estando un dia
con algunos niños baciemlulcs valias preguntas acerca de
los misterios de la fe, halló mío que le respondió con tanta
claridad y disiincion, que le preguntó admirado: ¿Quién
ores, niño? Y el niño respondió: Soy Jesús; que tu caridad
me ha traído á asistir á la doctrina; y con esto dcsa -
pareció. Llevaba un dia algunas cosas de comer á unos
cautivos cristianos quo oslaban presos: enccnlróle el rey,
y pregunlándole qué llevaba; rospendió, que rosas. No
)o creía, por sorel mes de diciembre ; poro levantando el
oscapnlai ¡o, vió que oran rosas, porque so habían converlido
en rosas los regalos. Con los cautivos enfermos
tenia singular caridad: podía limosna para curarlos y
regalarlos; y él los servia por su misma persona. Segunda
vez vino rescate de su Iglesia, por el mucho deseo
que tenían sus ovejas de go/ar de su pastor; poro él hizo
io misino (iiio la primera voz, y ropiüó el ejemplo, quo lioolio
una voz sola os admirable, y aimqoo se i opila muchas
veces, no deja do sor singular: rescató cpn ej precio
á muchos, y él se quedó segunda voz caulivo. Pagóle
Dios tan singular calidad con un singular favor. Quoi íondo
un día decir misa, y no hallando quien lo ayudase, \iü
"n "¡ño muy pequeño y hermoso en traje de cautivo, que
seofioció á ayudarle. Dijo la misa con mayor ternura y
devoción que solía, y admirado de ¡o bien (¡ue lo hahia
ayudado ol niño, le preguntó al acabar si tonía padre y
madre. Si, tengo ( respondió); aunque no está mi madre
en osla tierra. Proguntóle los misterios do la fe; y habiendo
explicado con admirable claridad quien era el Padre;
le preguntó el santo: Y el Hijo ¿quién es? Lulonces
levantando vi niño la jaquelilla. y mostrando su costado
llagado, le respondió: Yo soy el Hijo: mira mis llagas y
costado: y tú con los niños que has redimido, quedándole
cautivo por ellos, me has bocho tu pr isionero. Y queriendo
el sanio obispo besarle los piés, ge le desapareció do
enlre los brazos, dejándole bañado en inefable gozo, y
arrebatado en éxtasis por grande espacio.
firecia cada dia su celo y ar diente sed de la salud de
las alniíis: y así no contenlode procurar con sus palabras
aprovechar á los cristianos y á los moros, escribía-ya los
tratados, con que confirmaba en la fé á los unos y convelí
ia á los otros á ella. Supieron esto los alfaquies, y encerráronle
en oscuras mazmorras, donde no pudiese escribir;
pero los ángeles le traían luz y plumas y papel
para que escribiese. Compuso un libro contra la seda de
Maboma, en que impugnaba el Alcorán con eficaces razones,
y escribía la torpe vida y miserable muerte del falso
profeta, con ol cual se convirtieron á la lo muchos moros.
Oiiojáronse los alfa(;n;os y morabitos al rey, del santo
obispo, como de blasfemo conlra Mahoma y su Alcoi an:
y aunque el rey deseaba conservar su vida, por no perder
ol rescate que esperaba: con todo esto, no pudo resistir
á la furia délos moros, que le pedían para quitarle la
vida con grande instancia: y así le condenó á coitar la
cabo/a. lia noclio ánlos, sabiondo la sentencia que se había
dado conlra él, aunque ol espírilu oslaba pr onto, la
carne estaba Haca, y moslraba en el temor natural, que
ora lu mbre, ol que en el fervor deseaba ser1 mártir: pero
Cristo se le apareció crucificado, y le confortó y animó á
padoi er, de manera, que ya no solo el espíritu, mas también
la car ne deseaba el cuchillo, que había de quitarle la
cabeza, en que Dios había de ponerle la corona de mártir.
Por la mañana dijo misa muy temprano; y acabada,
víniiTOM los moros, y le corlaron la cabeza sobre una piedra.
Dicen le había servido de altar, para que él se ofreciese
á Cristo por victima cruonla, el mismo altar en que
hahia ofrecido el sacrilicio incruonlo de Cristo á su eterno
Padre. Fué su glorioso marlirio á los C do diciembre do
KKiO: y ol que habia nacido caulivo en Valencia, murió
caulivo en Granada por la redención de los cautivos, aun
mas por rescatar las almas dolos moros del cautiverio del
demonio, que por redimirlos cuerpos de los críMianos do
la canlividad do los moros. Ha hecho Dios después muchos
milagr os por la intercesión de esle santo obispo y
mártir, y por ellos y sus grandes virtudes ha sido siempre
reverenciado: y nuestro santísimo padre Clemente
Xaprobósu culto inmemorial, y dió licencia para que
á los G del mes de diciembre, que os el dia de su martirio,
se rezase do él. como de santo máitiren toda su religión
de nuestra Señora de la Merced, por breve de 2 de diciembre
de ICi» : después á 21 de abril de 16TÍ ha eslondido
ivla concesión á todo el ar zobispado de Toledo,
para todos los sacerdotes seculares y regulares.
Escribió un epitome do la vida do osle santo el muy
H. P. I r. Eolipo Colombo, cronista general de la orden do
nuestra Señora de la Merced; y de él se ha sacado lodo
lo que en osla vida queda referido.
* SAMA UIOMSIA, SAMA DATIVA, SANTA I.EONCIA, SAN
TEIICIO, SAN EMILIANO, S\N BONIFACIO Y SAN MAYÓRICO,
M\imiu;s.—llumierico, rey dolos vándalos en Africa, co-