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Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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m<br />

persuadiaH al emperador, que los buenos crislianos y verda<strong>de</strong>ros<br />

católicos eran la causa <strong>de</strong> los misiuos males que<br />

pa<strong>de</strong>cían; que esto es propio <strong>de</strong> los herejes y revoltosos,<br />

afluir á los buenos y echarles la culpa. Fué recibido el<br />

sanio abad <strong>de</strong>l emperador Justiniano, como un ángel venido<br />

<strong>de</strong>l cielo : mandó que le saliesen á recibir los caballeros<br />

y criados <strong>de</strong> su casa, y el mismo patriarca <strong>de</strong> Conslantinopla,<br />

Epifanio, y cuando entró, vio sobro la cabeza<br />

<strong>de</strong>l santo una como corona <strong>de</strong> maravillosa claridad, y se<br />

levantó <strong>de</strong> su silla, y le abrazó y veneró, y le concedió<br />

benignamente y con larga mano todo lo que le pidió, é<br />

hi/.o muchas obras buenas por su consejo. Mas en esta jornada<br />

le aconteció con la emperatriz Teodora una cosa digna<br />

<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>ración. Era estéril y <strong>de</strong>seaba mi hijo: pensó<br />

po<strong>de</strong>rlo alcanzar <strong>de</strong> Dios por las oraciones <strong>de</strong>l santo : pidióle<br />

una y muchas veces con gran<strong>de</strong> instancia y afecto,<br />

que tomase aquel negocio á su cargo; y el santo nunca lo<br />

quiso hacer, ni darle esperanza <strong>de</strong> ello, ni <strong>de</strong>cirla una<br />

buena palabra; porque conoció que era hereje, y que Dios<br />

no queria quedo tan mal árbol naciese fruto para daño <strong>de</strong><br />

la Iglesia. Otra cosa también notable le sucedió con el emperador<br />

Justiniano, el cual estando <strong>de</strong>spachando las cosas<br />

que el santo le habia suplicado, con gran voluntad <strong>de</strong> darie<br />

contento, y el mismo santo abad allí con él; llegada la<br />

hora <strong>de</strong> tercb, <strong>de</strong>jó al emperador y se apartó á rezar sus<br />

acostumbradas oraciones-: y como un compañero suyo,<br />

llamado Jeremías, le dijese que no parecía bien que eslando<br />

el emperador ocupado en sus negocios, ¡él <strong>de</strong>jase y<br />

se divirtiese en otra cosa: él le respondió con gran paz:<br />

Hijo, el emperador hace su oficio, y nosotros el nuestro.<br />

Concluyó san Sabas sus negocios, volvió á su casa, cayó<br />

enfermo; y siendo <strong>de</strong> noventa y dos años, habiendo tenido<br />

revelación <strong>de</strong> su glorioso tránsito, exhortando á sus hijos<br />

y discípulos á toda virtud y perfección, dió su alma al<br />

que para tanta gloria suya la habia criado, á los S <strong>de</strong> didiciembre<br />

<strong>de</strong>l año <strong>de</strong>l Señor <strong>de</strong> 531. Enterráronle con gran<br />

pompa y solemnidad, los obispos, monges y pueblos <strong>de</strong><br />

toda aquella comarca.y Dios obró por él, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> muerto,<br />

innumerables milagros. No solamente fué muy célebre<br />

su memoria en Oriente, sino también en Occi<strong>de</strong>nte ; y en<br />

Roma hay una iglesia y monasterio <strong>de</strong> San Sabas, <strong>de</strong> la<br />

cual hace mención Juan Diácono en la Vida <strong>de</strong> san Gregorio,<br />

papa, y so cuenta por uno <strong>de</strong> los veinte y dos monasterios<br />

insignes que habia en aquella santa ciudad; y la<br />

santidad <strong>de</strong> Gregorio XIII, <strong>de</strong> feliz recordación, le dió<br />

al colegio germánico que fundó en Roma, para reparación<br />

<strong>de</strong> la fé católica en las provincias septentrionales; porque<br />

en este colegio, <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> la disciplina y gobierno <strong>de</strong> los<br />

padres <strong>de</strong> la Compañía <strong>de</strong> Jesús, se crian muchos estudiantes<br />

<strong>de</strong> aquellas naciones católicas, y acabados sus esludios<br />

vuelven á ellas, para alumbrarlas con la doctrina<br />

apostólica, y edificarlas con su buena vida, y se ha seguido<br />

grandísimo fruto para ensalzÉniento <strong>de</strong> la santa fé católica,<br />

y abatimiento y confusión <strong>de</strong> los herejes. El cuerpo<br />

<strong>de</strong> san Sabas, se dice que está en Yenecia. Escribió su<br />

vida largamente Cirilo, raonge, autor grave y <strong>de</strong> su mismo<br />

tiempo, y Mctafraste la añadió. Hace mención <strong>de</strong> él el<br />

Martirologio romano y el Menologio <strong>de</strong> los griegos, y el<br />

car<strong>de</strong>nal Baronio en las anotaciones sobre el Martirologio,<br />

y en el sexto y séptimo tomo <strong>de</strong> sus Anales.<br />

* SANTA CHISTIÍU, MÁRTÍB.—Era esta sania <strong>de</strong>scendiente<br />

<strong>de</strong> una familia muy ilustre y rica <strong>de</strong>l África, según dice<br />

LA LEYENDA DE ORO.<br />

DIA 5.<br />

san Agustín. Contrajo matrimonio, <strong>de</strong>l que tuvo muchos<br />

hijos, los cuales educó cristianamente. A pesar <strong>de</strong> su dé-,<br />

bil temperamento, no le falló valor para confesar públicamente<br />

á Jesucristo, <strong>de</strong>spreciando las lágrimas y ruegos do<br />

sus hijos, por manera, que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haberla rasurado la<br />

cabeza, y puesto á la vergüenza pública el procónsul, lo<br />

cortaron la cabeza en Tabaste, el año 304.<br />

<strong>Los</strong> SANTOS JULIO, POTAMIA, CIUSPIN, FÉLIX, GUATO, T<br />

OTROS SIETE COMPAÑEROS , MÁUTIRES.—Murieron por haber<br />

confesado la fé <strong>de</strong> Jesucristo, <strong>de</strong>gollados en Tagura, antigua<br />

ciudad <strong>de</strong> África, reinando Diocleciano, el año 302.<br />

SAN BASO, OBISPO Y MÁRTIR.—Durante la persecución dp<br />

los emperadores Decio y Valeriano, hallándose este santo<br />

<strong>de</strong> obispo en Nicea <strong>de</strong> Bilinía, fué preso por no obe<strong>de</strong>cer<br />

los edictos imperiales. Por ór<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l gobernador Perenio<br />

fué atormentado en el potro, quemado con planchas <strong>de</strong><br />

hierro ardiendo, y'echado al fuego; pero habiendo salido<br />

<strong>de</strong> él sin recibir daño alguno, le traspasaron la cabeza con<br />

dos clavos, y <strong>de</strong> este modo consumó su ilustre martirio, ej<br />

año 234.<br />

SAN DALMACIO, OBISPO Y MÁRTIR.—Floreció en el siglo Hí,<br />

y fué obispo <strong>de</strong> Pavía. Con su sabidm ía y santos ejemplos,<br />

atrajo innumerables infieles á la luz <strong>de</strong> la verda<strong>de</strong>ra religión;<br />

por cuyo motivo, en 303, según el car<strong>de</strong>nal Baronio,<br />

el emperador Maximiano lo mandó pren<strong>de</strong>r, le afligió<br />

el cuerpo con varios suplicios, y últimamente le hizo <strong>de</strong>gollar<br />

en su misma ciudad episcopal, y así dió un ilustre<br />

testimonio <strong>de</strong> su fó.<br />

SAN PELINO, OBJSPO Y MÁRTIR.—Este piadoso prelado do<br />

la Iglesia <strong>de</strong> Brindis en Italia, que crcia po<strong>de</strong>r trabajaren<br />

paz en el eslablecinúenlo <strong>de</strong>l Evangelio, vió con amargura<br />

levantarse <strong>de</strong> nuevo altares á los dioses <strong>de</strong>l paganismo.<br />

Lleno <strong>de</strong> zelo y <strong>de</strong> dolor entró un día en el templo <strong>de</strong>l<br />

dios Marte, y publicó en él cuán abominable era el culto<br />

<strong>de</strong> aquella <strong>de</strong>idad, y al salir á la calle, se puso en oración,<br />

y el templo se <strong>de</strong>splomó. Indignados los sacerdotes<br />

<strong>de</strong>l ídolo, se apo<strong>de</strong>raron <strong>de</strong>l santo, le azotaron cruelmente,<br />

y le abrieron ochenta y cinco heridas en varias partes do<br />

su cuerpo, y do ellas murió en Pentina, el año 362, reinando<br />

Juliano el Apóstata.<br />

SAN ANASTASIO, MÁRTIR.—Solo sabemos <strong>de</strong> él las siguientes<br />

palabras que trae el Martirologio romano; «San Anastasio<br />

mártir , que por ardiente <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> pa<strong>de</strong>cer el martirio,<br />

se presentó voluntariamente á los perseguidores. »<br />

SAN NIOECIO, OBISPO Y CONFESOR.—Educóse <strong>de</strong>s<strong>de</strong> muy<br />

niño en un monasterio, don<strong>de</strong> aprendió con gran<strong>de</strong> aprovechamiento<br />

las ciencias y la virtud. Su mérito le granjeó<br />

tanta reputación, que el rey Tierri le dispensó su amistad,<br />

y el año 327 lo obligó á aceptar el obispado <strong>de</strong> Tréveris.<br />

<strong>Los</strong> frutos extraoi dinarios que produjo BU predicación, la<br />

santidad <strong>de</strong> su vida, á la cual daban nuevo esmalte sus<br />

milagros, y su asidua perseverancia en la práctica <strong>de</strong> todas<br />

las buenas obras, le hacían admirar y respetar <strong>de</strong> lodos.<br />

Asistió á muchos concilios; trabajó con zelo en la reforma<br />

<strong>de</strong> la disciplina, y murió santamente el año 366.<br />

SAN JUAN, OBISPO Y CONFESOR.—Floreció en Asia en tiempo<br />

<strong>de</strong>l emperador León 111, llamado Isauro, con quien disputó<br />

muchas veces sobre el culto <strong>de</strong>bido á las imágenes <strong>de</strong><br />

los santos, por cuya <strong>de</strong>fensa sufrió el <strong>de</strong>stierro y muchos<br />

trabajos, que sobrellevó siempre con admirable paciencia.<br />

Dios le concedió el don <strong>de</strong> milagros, y fueron tantos y tan<br />

ruidosos los que obró, que sus contemporáneos le dieron el

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