Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

l)!GIEi>jBKE.
m 3.
zo del aüü l'JSt;, á Francisco líai'ido, su viivy (k; la India,
en el que maiidaba (juc con yrau cuidado y diligencia hiciese
lomar información do la vida y muerle , virludes y
milagros de-san Francisco, en los lugares de la India en
(¡uc anduvo, y examinar ¡os lesligos (jpe le (•(niticieron y
Irafcaron, y recibir sus dichos con juramcnlo, y enviarle el
liroceso cerrado, (irmado de su. mano , y sellado con su
sello. lodoso hizo como lo. mandó el rey ; atmijne en solos
cna'ro logares de la India , que fueron (ioa , Cochin,
Uazain y Malaca.
Tam'oien con la mucrlcdel mismo sanio padre cesó su
venida de La India á Portugal , como san Ignacio lo habia
Iralado: porque viéndose esle santo viejo y cargado do
enfermedades, y juzgando por su Immildad que no (enia
caudal bastante para gobernar la Compafna ;leniendole
Uní glande), quiso descargarse del cargo de prepósilo
general, y echarle sobre los hombros de san Francisco,
para que, como varón lan esclarecido y aposlólico , ilustrase
con su presencia las partes y provincias de Poniente,
como habia alumbrado con su predicación las de Oriente,
y honrase y amplificase, con su gobierno la Compañia :
porque asi como san Francisco eslimaha, obedecia 3 reverenciaba
á san Ignacio, y á boca llena le llamaba gran
santo , y con todas sus fuerzas le procuraba imitar ; así
san Ignacio conocía los raros dones y admirables virludes
del sanio, y le amaba como á hijo regalado, y como a vivo
refrato y semejanza de sí mismo; cspecíaluienlcsabiendo
el amor y zelo que ienia del bien de la Compañía que le
quería encargar, que fue lanío, que ui los mayores peligros
y tormenlas se encomendaba á los sanios de la Compañía
que están en el cíelo, y todos sus hueñi s sucesos
los atribuía á'a^ oraciones de ellos, y de los padres (pie
acá vivian en la tierra , como lo dice el mismo sanio en
una carta por oslas palabras : «Muchas veces Dios nuestro
Señor me ha dado á senlir deniroen mi alma, de cuántos
peligros corporales y espirituales trabajos me tiene
guardado por los devolos y continuos sacrificios y oraciones
de lodos aquellos que debajo déla bendila Compañia
de Jesús nyülan , y de los que están ahora en la gloría
con mucho triunfo, los cuales ejj esta vida mililaron y fueron
de la Compañía. Esta cuenta os doy , carísimos en
Crisio, padres y hermanos, de lo mucho que os debo, para
que me ayudéis á pagar lodo lo (pie yo solo, ni á Dios ni
á vosotros puedo. Cuando comienzo á hablar de la sania
Compañía de Jesús, no sé salir de tan deleilosa comunicación.»
Todas oslas son palabras de san Francisco , escritas
en una caria. Pero volviendo á lo