Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

DIA 1(5.
(•onlra ellos unalerriblc porsecucion, el a fio ÍHO. Dispuso,
enlre otras cosas, que se colocase un ídolo sobre un
carro, ei cual debia ser conducido á lodos los lugares donde
se sospechaba que había cristianos, mandando que
fuesen entregados al verdugo cuantos rehusasen adorarle.
BI suplicio que se empicaba entonces contra los üelcs, era
quemarlos vivos en el mismo sitio donde se hallaban reunidos,
y con frecuencia se les sacrilicaba al pié de los altares.
En esta ocasión, fuá cuando el ilustre san Nicelas
alcanzó la corona del martirio, haciéndose notable por su
valor c intrepidez en confesar la fó que profesaba, y por
los milagros que el Señor obró en su martirio.
SAN Amo, OBISPO Y CONFESOR.—Nació en las Galias, y
fué hijo de virtuosos esposos, establecidos en las inmediaciones
de Tours. Dedicóse á la carrera de las letras, que le
conquistaron un puesto distinguido en la sociedad. Era
magistrado de su patria cuando recibió el bautismo, y
como su natural era ya bondadoso y recto, se disgustó del
mundo, y le abandonó para vivir en la continencia y en
las prácticas de la mortideacion. Poco tiempo después, fué
elegido y consagrado obispo de Toid, siendo las virtudes
en que mas brilló, el espíritu de oración y la caridad con
los pobres. Dejó muy buenos recuerdos de su episcopado,
de modo, que fué tan sentida por sus ovejas su muerte,
acaecida el aíio 140, según Galesinio, que hubo luto público
en su diócesis por mucho tiempo. Los mismos inlieles
derramaron lágrimas sobre su tumba, porque el santo
habia hecho bienes inmensos á lodos sin distinción, y de
este modo habia ganado muchos corazones para el conocimiento
del verdadero Dios.
SANTA EUTBOPIA, VIUDA.—Descendiente de una dislingnida
familia de Auvernia, floreció esta santa en tiempo de
san Sidonio Apolinar, en el siglo V. Después de la muerte
de sn mnrido, no quiso vivir mas que para Dios, y se consagró
enteramente á la penitencia, y á la práctica de toda
clase de buenas obras. El Sefíor probó su virtud por varias
tribulaciones, y la afligió con la pérdida de su hijo y
des» nieto, á quienes amaba con ternura entrañable. La
santa sobrellevó esla desgracia con una igualdad de ánimo,
propia de las almas justas. Sus enemigos la calumr,iaron,
y enlabiaron contra ella pleitos injustos para arrestarle
cuanto poseia; pero ella lo vendió lodo, y lo repartió
^ntre los pobres. Finalmente, colmada de merecimientos,
'^Urió pacíGcamenle en una ciudad de Francia, y fué glo-
,0sa en muchos milagros.
SETIEMBRE.
dad dNTA ^ELIT1!^, MÁRTIR,—Vivia en Marcianópolis, ciu-
Anti eTl ac'a Y en tiempo del emperador Antonino, siendo
blic-icT I)re^ec,ü ^e T1,110'3* 'a prendieron por haber puliu.
^ ^U(! era cristiana. Lleváronla dos veces consecuhecl
'P'0 ^ los ídolos, los cuales cayeron en tierra
azot-HS ')(^azos !,,»has veces. Por este motivo fué la santa
a(la y colgada de un árbol, y después la degollaron
Los SANTOS MÁXIMO , TEODORO Y ASCLF.PIODOTO , MÁRTIRES.
i
^ ^'an ^ Andrinópolis, en cuya ciudad convirtieron á
6 03 * Ja fé , despreciando los edictos imperiales. Pres
y conducidos al tribunal del juez pagano , se ralifi-
, 011 en sus propósitos y fueron por esta razón condenaos
al tormento. Después de ser cruelmente azotados, les
Esgarraron las
carnes hasta que aparecieron los huesos,
^spucs de este martirio , los condujeron á Andrinópolos
.W n COrla,0n 138 man0S y los Piés' í ültimamenle
os degollaron en tiempo del emperador Maximiano.
TOMO III.
SAN ALBINO, OBISPO r CONFESOR.—Floreció duranlo el siglo
IV, y fué obispo do Ljon. Su [lonlificado es memorable
por las obras públicas que dejó en favor de la Iglesia
y de los pobres. Entre otras muchas cosas, edificó la basílica
de san Eslevan, donde después fué enterrado, y
donde el Señor ha glorificado sus reliquias con muchos
milagros.
SAN LEOBINO , OBISPO Y CONFESOR.—Ignoramos la época
en que floreció, y sabemos tan solo que gobernó la Iglesia
de Chartrcs con prudencia y sabiduría.
SAN JUAN DE DWARB , ANACORETA.—Llamado por otro
nombre e! Enano ó Colobus, (pequeño) por razón de su
baja estatura. Fué famoso entre los eminentes santos que
habitaron antiguamente en los desierios de Egipto. Retiróse
en las vastas malezas do Scette y murió en olor de
santidad á principios del siglo V.
DÍA te.
SAN CORNEUO, PAPA Y MÁRTIR. — Por la muerte del
santo pontífice Fabián , quedó la Iglesia del Señor viuda y
sin pastor: y con la persecución terrible del emperador
Dccio tan despavorida y afligida , que duró la sede vacante
mas de un año, sin hacerse elección de quien sucediese
á Fabián, ni darse pilólo valeroso, diestro y
sanio, que en aquella tempestad gobernase la nave de san
Pedro. Pero fué nneslro Señor servido, que movido de la
necesidad presente , se juntó el clero romano, con mucho»
obispos que á la sazón estaban en Roma, y eligieron por
padre y pastor universal á Cornelio, ciudadano romano,
hijo de Castino. Fué tan acertada esta elección, qne san
Cipriano (que vivia en aquel tiempo) dice, que fué ordenación
divina, y que san Cornelio no subió de repente
como otros á aquella dignidad, sino habiendo primero
servido y ejercitádose en todas las órdenes y oficios eclesiásticos.
Y añade, que era tan grande la conlincncia virginal
, humildad y modestia de Cornelio, que fué necesario
hacerle fuerza para que quisiese ser papa; y alaba
en gran manera el ánimo, espíritu y constancia de Cornelio,
por haber aceptado aquella dignidad en tiempo
que no podia esperar sino la espada, la cruz, el fuego y
todos los otros tormentos que padecían los mártires; ofreciéndose
por el Señor, y padeciendo con la voluntad y
afecto lodo lo que podia padecer por la crueldad del tirano.
Esto es de san Cipriano. Después que se senló en su
silla apostólica san Cornelio, padeció muchos y muy grandes
trabajos de los herejes y de los tíranos ; porque un
obispo se levantó en Africa , llamado Novato j hereje , y
que (como dice san Cipriano) era amigo de novedades,
avaro, arrogante é hinchado , y como una llama de fuego
para abrasar con sus sediciones el mundo, y como un torbellino
y tempestad para dar al través con la fé, enemigo
de paz y de toda quietud y tranquilidad. Este Novato,
temiendo ser castigado en Africa donde era conocido, fué
á Roma : encontróse con un presbítero romano , llamado
Novaciano, que estaba muy quejoso porque no le habían
elegido papa, sino á Cornelio : hiciéronsele estos á una
contrarios, y comenzaron á imponer falsos testimonios al
sanio pontífice Cornelio , y levantaron cisma en la Iglesia
contra el verdadero papa, ordenando los cisraálicos á
Novaciano por obispo de Roma, y haciendo muchas insolencias
y desafueros: los cuales, aunque san Cornelio por