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Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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DÍA 3.<br />

<strong>de</strong>seado); repiliendo muchas veces el dulrísimo nombre <strong>de</strong><br />

Jesns y <strong>de</strong> María, y haciendo unos liemos y amorososcoloquioscon<br />

el Señor, dio su bendita alma al que para lanía<br />

gloria suya y bien <strong>de</strong>l mundo la habia criado.<br />

Esla es una breve suma <strong>de</strong> las peregrinaciones <strong>de</strong> san<br />

Francisco: esta una lela sencilla, tejida <strong>de</strong> sus trabajos,<strong>de</strong><br />

su vida y muerte. Illas ¿quién podrá explicar las labores<br />

que el sumo Artífice labró en esta tela? ¿Las gracias y<br />

dones que pintó en este lienzo? ¿Las heroicas y divinas<br />

virtu<strong>de</strong>s con que adornó y enriqueció el alma <strong>de</strong> este gran<br />

siervo suyo, que son tantas y tan admirables que lengua<br />

<strong>de</strong> ángel seria menester para po<strong>de</strong>rlas referir? ¡Que humildad<br />

tan profunda! ¡Qué obediencia tan perfecta! ¡Qué<br />

menosprecio <strong>de</strong> tedas las cosas <strong>de</strong> la tierra, y qué aprecio<br />

<strong>de</strong> las <strong>de</strong>l cielo! ¡Que oracionl ¡Qué mortificación! ¡Qué<br />

paciencia y alegría en las persecuciones! ¡Qué fortaleza,<br />

confianza y seguridad en los peligros! ¡Qué fuego <strong>de</strong> amor<br />

divino, y qué sed <strong>de</strong> pa<strong>de</strong>cer y morir por Cristo, y por la<br />

salud <strong>de</strong>sús hermanos, sin verse jamás harto <strong>de</strong> trabajos y<br />

anguslias! ¡Qué anchura y capacidad <strong>de</strong> corazón, á quien<br />

lodo el mundo era corto y angosto! ¿Qué diré <strong>de</strong> los privilegios<br />

con que Dios le hizo mas que hombre y superior<br />

<strong>de</strong> los <strong>de</strong>monios y <strong>de</strong> las enfermeda<strong>de</strong>s,<strong>de</strong> losmares,vientos<br />

y tempesta<strong>de</strong>s? ¿Qué <strong>de</strong> aquella luz soberana y celestial<br />

con que aluminada su alma veia las cosas ausentes,<br />

como si estuvieran ante sus ojos, y las que habian <strong>de</strong>venir<br />

como las presentes, y leia los corazones <strong>de</strong> los que Iralaban<br />

con él? ¿Qué <strong>de</strong> ios muchos y gran<strong>de</strong>s milagros con<br />

que le glorificó Dios en el cielo y en la tierra? Desenvolvamos<br />

este lienzo: <strong>de</strong>spleguemos estas labores: <strong>de</strong>scubramos<br />

esta tabla, en que Dios sacó una imagen acabada <strong>de</strong><br />

su gracia y un perfecto relrato <strong>de</strong> todas las virtu<strong>de</strong>s; y<br />

comencemos con la humildad que es alma, madre y fundamento<br />

<strong>de</strong> todas.<br />

Era muy amigo (como habernos visto) <strong>de</strong> servir en los<br />

hospitales á los enfermos, y siempre se inclinaba y acudía<br />

á los enfermos mas bajos y viles. Viniendo <strong>de</strong> Roma para<br />

Portugal con e! embajador don Pedi o Mascarefias, en lodo<br />

aquel camino se ocupaba en ayudará los otros que iban<br />

en su compañía dándoles el mejorlugar, aposento y cama,<br />

y teniendo cuenta <strong>de</strong> dar <strong>de</strong> comer á las cabalgaduras.<br />

Cuando se embarcó para la ludia, nunca los ministros <strong>de</strong>l<br />

rey pudieron acabar con él (como dijimos), que lomase un<br />

criado que le sirviese; antes él mismo sirvió en la nave á<br />

todos los que tenían necesidad y sequerian aprovechar <strong>de</strong><br />

su trabajo. Llegado á Goa, se postró á ios pies <strong>de</strong>l obispo,<br />

y le dió el breve <strong>de</strong>l papa en que le hacia su nuncio apostólico<br />

por toda la India, diciéndole que no usaría <strong>de</strong> él sino<br />

cuando fuese su voluntad. Con esta misma humildad<br />

nunca <strong>de</strong>scubrió á nadie que tuviese tal breve ni la potestad<br />

<strong>de</strong> legado apostólico sino al dicho obispo y <strong>de</strong>spués en<br />

Malaca, cuando iba á la China, para atemorizar al gobernador<br />

<strong>de</strong> Malaca, que le estorbaba la jornada,y ver si con<br />

las censuras eclesiásticas le podía reportar. Siendo 61, como<br />

era, superior <strong>de</strong> los o'ros sacerdotes y vicarios<strong>de</strong> los<br />

obispos los honraba y reverenciaba, y obe<strong>de</strong>cía como si<br />

fueran sus superiores, y este respeto encomendaba mucho<br />

á los <strong>de</strong> la Compañía, y que nopredicasen ni ejercitasen<br />

sus ministerios sin beneplácito y bendición <strong>de</strong> los prelados<br />

que Dios ha puesto en su Iglesia: y <strong>de</strong>cía que <strong>de</strong> esta manera<br />

habíamos <strong>de</strong> quebrar la cabeza <strong>de</strong> Satanás que e^<br />

cabeza <strong>de</strong> los soberbios. Teníanle comunmente kilos por<br />

TOMO III.<br />

DicimaE<br />

santo y con este nombre le llamaban; y él se tenia por mayor<br />

<strong>de</strong> los pecadores: y en una caí ta que escribió á Diego<br />

Pereyra, consolándole porhaberse estorbado la jornada <strong>de</strong><br />

la China, dice que por sus gran<strong>de</strong>s pecados Dios lo habia<br />

permitido, y que él solo tenia la culpa; pues habian sido<br />

tantas y lan graves las suyas, que no solamente habian<br />

hecho daña á sí, sino también al mismo Diego Pereyra.<br />

En otra carta que escribió <strong>de</strong> Cangoxima á los hermanos<br />

<strong>de</strong> la India, les dice que le cumplía mucho darles cuenla<br />

<strong>de</strong> un gran<strong>de</strong> cuidado en que vivia para que en sus sacrificios<br />

y oraciones le ayudasen: y era el cuidado que siendo<br />

todos sus pecados y continuas malda<strong>de</strong>s manifieslasá<br />

Dios, temía mucho que no habiendo en su aimay vida una<br />

gran enmienda, le suspendiese el Señoría divina gracia<br />

lan necesaria para comenzarle á servir en aquellas partes<br />

con perseverancia hasta el fin. Y en otra caria atribuyendo<br />

todas las merce<strong>de</strong>s que Dios le hacia á las oraciones <strong>de</strong><br />

los hermanos, les dice: «(Las recreaciones que en estas<br />

partes tengo son acordarme muchas veces <strong>de</strong> vosotros, carísimos<br />

hermanos, y <strong>de</strong>l tiempo que por la misericordia<br />

<strong>de</strong>l Señor os conocí y conversé: siento <strong>de</strong>ntro en mi alma<br />

cuánto por mi culpa perdí en no aprovecharme délas merce<strong>de</strong>s<br />

que nuestro Sefiorosha comunicado, náceme el<br />

mismo Señor tantas misericordias en estns partes por<br />

vuestras oraciones, por la memoria continua que tenéis <strong>de</strong><br />

encomendarme á él, y reconozco, que por vuesira iulercesion<br />

me da el Señora sentirla inmensidad <strong>de</strong> mis peendos,<br />

y fuerzas para andar entre esta gentilidad. De todo lo<br />

cual doy muchas gracias á la divina Majestad, y á vosotros,<br />

carísimos hermaROS mios, y agra<strong>de</strong>zco mucho esta<br />

gran caridad.» Huía <strong>de</strong> la honra y <strong>de</strong> sus alabanzas con<br />

tanto cuidado, como olroshuyen <strong>de</strong> la afrenta y <strong>de</strong>l vituperio:<br />

y cuando alguno <strong>de</strong>cia cosa que redundase cu su<br />

loor, se ponía colorado y quedaba vergonzoso y corrido.<br />

Encubria con maravilloso artificio sus virtu<strong>de</strong>s, y los milagros<br />

queDios obraba por él, alribuycndolos á la fé y <strong>de</strong>voción<br />

<strong>de</strong> los que <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong>l Señor recibían aquel beneficio.<br />

Ninguna cosa encomendaba mas veces y con mayor<br />

encarecimiento á sus subditos, que el estudio <strong>de</strong> la<br />

verda<strong>de</strong>ra humildad, afirmando que ninguno pue<strong>de</strong> ser<br />

legítimo hijo <strong>de</strong> la Compañía <strong>de</strong> Jesús, ni servir en ella<br />

fielmente al Señor, sino el que fuere <strong>de</strong>spreciado!-<strong>de</strong>sí<br />

mismo y conociere bien su poquedad y bajeza; poi que <strong>de</strong>cia,<br />

que la arrogancia y vana presunción <strong>de</strong> sí mismo es<br />

el veneno <strong>de</strong> toda virtud y enemiga <strong>de</strong>l instiiuto y perfección<br />

<strong>de</strong> la Compañía; y asi en una epístola, escribiendo <strong>de</strong>l<br />

Japón á los padres y hermanos <strong>de</strong> Goa, Ies dice: «Ejercitaos<br />

con gran cuidado en la humildad, y venceos en todas<br />

las cosas que nuestra naturaleza <strong>de</strong>pravada aborrece, y<br />

trabajad mucho por conoceros perfectamente con la divina<br />

gracia; porque el conocimiento <strong>de</strong> si mismo escomo ama,<br />

que cria la confianza en Dios, y como madre <strong>de</strong> la humildad<br />

cristiana.»<br />

De este mismo afecto <strong>de</strong> humihlad nació en sUn Francisco<br />

aquella perfecta obediencia que luvo á todos los superiores,<br />

y especialmente á san Ignacio, que fué tan gran<strong>de</strong><br />

que en diciéndole que se partiese <strong>de</strong> Roma para la India,<br />

porque Dios le llamaba y se quería servir <strong>de</strong> él, luego<br />

bajó la cabeza, y con gran<strong>de</strong> alegría se ofreció al trabajo<br />

y se partió al otro día con no estar aun confirmada la<br />

Compañía ni ser san Ignacio prepósito general, sino solo<br />

persona á quien lodos, como á padre y maestro , volunta-<br />

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