Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

PÍA H
luogoquctspiró), como si esluviosc vivo y guardase clcnlor
natural: prodigio que dejó á lodos admirados. Pero
son tantos y tan grandes los que Dios lia obrado , y cada
dia obra por inlercesion de su siervo Eloy en su sepulcro,
que este parece el menor; pues no bay enfermo que á él
se encomiende que no sane de su enfermedad, sea la que
fuere: los muertos resucitan, los endemoniados sanan, y
quedan libres de los espíritus inmundos; y al fin todos
hallan remedio en todas sus dolencias y necesidades, visitando
el sepulcro de Eloy glorioso. Solían las cuaresmas
cubrir la caja de su sepulcro (por el gran resplandor del
oro y piedras preciosas] con lienzos y ricos paños de seda;
y sucedió que una vez al principio de la cuaresma vieron
todos visibles vapores, que exhalábala caja, y que los
lienzos y paños sudaban como cuando suda un cuerpo bumano
vivo. Advertido el prodigio por el ohispo y cabildo,
quitaron el paño y lienzos, y torciéndolos sobre unas
fuentes de plata, sacaron mucha agua de aquel sacro sudor,
y la guardaron con toda veneración por reliquia
grande, como lo era; pues con ella sanaron infinitos enfermos,
y muchos solo con tocar aquel paño y lienzo que
habían recibido el sacro sudor. En fin , si hubiera de referir
milagros , hiera nunca acabar : quien gustare ver
infinitos, lea su vida de este admirable sanio que trae Surio
en el lomo vi, que satisfará su deseo y devoción cumplidísimamenle.
Escribieron la vida de san Eloy, Usuardo.
Adon, y el primero de todos san Audeno, obispo y compañero
mucho tiempo de Eloy, cuya familiaridad le hizo
santo: y la íjUí escribió Audeno es la que trae Safio en
el tomo vi citado. Asimismo la escribió Vincencio in Spccul.,
lib. xxui, cap. 86 el seq. ; san Anlonino de Elorencia,
parten, título 13, capítulo 6, pánvf) 15 y siguientes;
Pedro de Nalalibus , tu Cathalogo sanclorum , lib.\,
cap. 11; Molano, m Indice sanclorum Jiclf}.; Sigibcrte,
fn Chronic.; el Martirologio romano y Uaronio en sns anotaciones,
y en el tomo vm de sus Anales, año 663, número
1, y año 631, núm. 1 i.
* SAN NAHUM.—ES otro de los profetas menores que vivió
después de la derrota de las diez tribus por Salmanazar,
yánles de la espedicion de Senaqueribconlra.Ia tribu
de Jndá. Son muy escasas las noticias que se tienen de
este profeta, y aun no se sabe si el nombre de Nahum es
nombre de familia ó si lo tomó del lugar de su nacimiento,
6 si significa alguna calificación moral, pues que dicho
nombre en la terngtía hebrea equivale á Consolador.
Su profecía, que forma un solo discurso ; consta de tres
capítulos. Predice en estilo patético la segunda ruina de
Nínive por Nabopolosar y Asliages; y al propio tiempo
renueva contra aquella criminal ciudad las amenazas bü%
cuarenta años antes le habia hecho el profeta Jonás. l.as
figuras de que. se vale son muy exactas, y es grande la
fuerza de sus espresiones.
LOS SiNTOS DiODORO, MARIANO Y OTROS COMPAÑEROS,
MÁRTIRES.—El primero era presbiíem y el segundo diácono
de la Iglesia de Itoma. Con su predicación y sus
trabajos apostólicos, reunidos al don de milagros, obraron
numerosas conversiones. y sellaron su santo ministerio
siendo martirizados en Roma por orden de! emperador
Numeriano, el afio 282. Con ellos mul leron lamliien
otros muchos cristianos que siguieron el ejemplo de su
constancia , cuya mayor parte eran eclesiásiieo^ do aquella
ciudad.
DICIEMBRE.
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Los SANTOS Lucio, ROGATO, C'^SIANO Y CÁNDIDA, MÍR-
TIRKS.—Murieron también marliiizados en Roma, ignoramos
en qué época.
SAN ANSANO , MÁRTIR.—Fué glorioso atleta de la verdadera
y divina religión durante la persecución de Diocleciano.
Prendiéronle en Roma donde permaneció encerrado
en un calabozo. Después lo remitieron a! procónsul
Listias, en Sena deToscana, y en esta ciudad sufrió varios
tormentos y acabó por beber el cáliz del martirio, siendo
degollado en el mes de diciembre del año 203, de edad
de catorce años.
SAN OLIMPÍADES, MÁRTIR.—Era de una familia consular
de Roma. Fué convertidoá la fé cristiana por santa Elimina
, y habiéndole preso y atormentado en el potro,
permaneciendo constante en su confesión, fué degollado
en Amelia de Umbría, en tiempo del emperador Diocleciano,
en el mismo 4ugar en que siendo él mismo pi o-
cónsul habia hecho degollar á otros.
SAN ANANÍAS, MÁRTIR.—El Mailirologio romano dice
que padeció martirio en Arbela, ciudad dePersia, y Galesinio
dice, que fué en Grecia. Este último añade que
preso á causa de su fé en Jesucristo, fué azotado basta que
le descarnaron los miembros, en cuya situación pudiendo
apenas respirar, abrió los ojos al cielo y entregó su espíritu
al Criador.
SAN LEONCIO, OBISPO Y CONFESOR.—Nació en Langucdoc,
fué criado en el temor de Dios, abrazó la carrera eclesiástica,
y por último fué consagrado obispo de Frejus en la
Provenza. Edificó á sus ovejas con el espectáculo de
las mas eminentes virtudes. Este sanio es uno de los obispos
de las Gallas á quienes escribieron los papas Ronifacio
I y Celestino I, consultándoles algunos asuntos importantes
para ta Iglesia. San Leoncio murió en el Señor el
día 1.° de diciembre del año 432.
SAN PRÓCLLO, OBISPO Y MÁRTIR.—Fué obispo de ífafhi
en Italia, cuya Iglesia gobernó por muchos años, ha
ciendo muchas obras de virtud. Murió á mediados del
siglo VI, siendo degollado por orden de Totila, rey de los
godos.
SAN CASTBICIANO, OBISPO Y CONEESOR.—Créese que fué
discípulo de Jesucristo, y ordenado por los apóstoles obispo
Je Milán. Ocupóse en la cura pastoral con sumo celo
y admirable virtud, y durante las primeras persecuciones
de la Iglesia fué el padre y defensor de todos los fieles.
Muchas veces se expuso voluntariamente á la muerte; pero
nunca pudo conseguir la gloria del raarlirio, porque hasta
los mismos paganos respelaban sus virtudes. El emperador
Dotuiciaoo le hizo azotar cruelmente y después le dejó en
libertad. Conlinuó el santo sus trabajos en la propagación
del Evangelio: de dos casas que le cedió un noble
crisiiano, hizo dos iglesias para la celebración de los
divinos misterios, y dejó otros monumentos en memoria
de su pontificado. Este duró cuarenta anos, y el santo
mm ió en paz, según Galesino, á fines del siglo I.
SAN UKCISINO, ontspo Y CONFESOR.— Fué el sexto obispo
de la ciudad de Rrescia en Italia, y promovió en ella el culto
del verdadero Dios con sus conlinuas predicaciones y
santos ejemplos.
SAN EVASIO, OBISPO Y MÁRTIR.—A sus méritos debió el
ser elevado á la silla episcopal de la ciudad de Casal.
Rrillóen virtudes y buenas obras, y murió sanlamenle el
afo 1)22.