Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

DIA 30.
Maximila, y estando en púlilico consistorio haciendo información
solire el caso, el demonio se apoderó de él á vista
de lodos, y dando gritos y voces dolorosas espiró, y fué
ocasión con su desvenliirada muerte, que muchos se conviriiesen
á la fé del Sehor. San Gregorio Turonense dice
que el dia de su martirio solia manar del sepulcro de san
Andrés una manera de maná ó de óleo suavísimo, algunos
años en mayor y otros en menor cantidad; y que cuando
la cantidad que salia era poca, significaba que aquel aiío
seria estéril: cuando era copiosa, que seria fértil y abundante:
y añade que despedia de sí una fragancia lan rara
y peregrina , como si fuera una confección aromálica y
compuesta de lodas las cosas olorosas y suaves de la tierra;
y que muchos enfermos sanaban, ó untándose con
aquel óleo, ó bebiéndole ; y que Dios obraba grandes
maravillas en Acaya por intercesión de su glorioso apóstol.
Después so trasladó el cuerpo de san Andrés á Conslanlinopla,
y de esta traslación hace mención el Martirologio
romano á los 9 de mayo, juntándola con la del cuerpo de
san Lucas evangelista, que también se hizo de Acaya, y
de san Timoteo, discípulodel apóstol san Pablo, enyoenerpo
fué llevado de Efeso, donde murió, á Constanlinopla.
Kn el tiempo que esta traslación se hizo, no concuerdan los
autores; porque algunos la refieren al tiempo de Constantino
Magno, y oíros al de Constancio, su hijo, como lo notó
el cardenal liáronlo en las anotaciones sobre el Martirologio
y en el m tomo do sus Anales. Pero en cualquiera
tiempo que haya sido, san Gerónimo dice que los demonios
daban bramidos delante de sus reliquias, y con sus
aullidos confesaban la virtud de su presencia. No sabemos
cuánto tiempo estuvo en Constanlinopla este precioso tesoro;
pero sabemos que después se trasladó á la ciudad de
Amalfi, en el reino de Ñapóles, y no léjos de la misma ciudad
deNápoles, donde hoy dia es reverenciado y visitado
de los fieles con gran devoción y concurso. De su sepulcro
mana continuamenlo un licor muy delicado y suave y eficaz
para muclias enfermedades que con él se curan, por los
merecimientos del santo apóstol. Kl bienaventurado san
Gregorio Magno, cuando fué á Constanlinopla por legado
del papa Pelagio, enviado al emperador Tiberio, alcanzó de
él por un don riquísimo el brazo de san Andrés apóstol, y
el brazo de san Lucas evangelista, y los .trajo á Roma ; y
en el segundo año de su pontificado dedicó la iglesia de
San Andrés donde hoy dia se guarda el brazo del glorioso
apóstol, y la cabeza del mismo apóstol en la iglesia de
S;m l'edro, la cual fue traida á Roma, siendo sumo pontífice
Pió 11, el cual salió á recibirla cómodos millas fuera
de Boma, postrado en el suelo y derramando muchas lágrimas
de sus ojos , la adoró y ensalzó con una oración
elegantísima. Innumerahlcs milagros ha hecho nuestro
Señor por su glorioso apóstol; y san Gregorio Magno, escribiendo
á una señora, llamada Rusliciana (que 1c habia
enviado una limosna para el monasterio de San Andrés,
que el mismo santo pontífice habia edificado en Roma), la
dice estas palabras: «Hágoos saber que son tantos los milagros,
y (anlo el cuidado que el santo apóstol tiene de los
mongesen osle monasterio, como si él fuese el particulary
propio abad del mismo monasterio.» Y san Gregorio Turonense
refiere muchos milagros de san Andrés, que se pueden
ver en el libro que escribió de la gloria de los mártires.
Lno solo referiré aquí, porque nos ensena el recalo con
que se lian de tratar la? cosas de las Iglesias, y la severi-
NOVIEMBRE. 471
dad con qno Dios castiga á los que usurpan con violencia
los bienes á ella consagrados.
Dice pues esle santo, que un conde llamado Comarchario
usurpó una heredad de una iglesia de San Andrés de
la ciudad Agalense, en Francia , y que el obispo, que se
llamaba León, le avisó que no lo hiciese, porque seria
gravemente castigado de Dios, que oia los gemidos y sollozos
de los pobres que se sustentaban con la renta de
aquella heredad. El conde era hereje , y no hizo caso de
las palabras del obispo: dióle una enfermedad grave: conoció
que era castigo de su culpa; y pidió al obispo que
rogase á Dios por él, prometiéndole, que dándole Dios salud,
él restituiría á la Iglesia los bienes que la habia tomado.
Oró el obispo, y sanó el conde; é hizo burla del obispo,
diciendo que no habia cobrado la salud por las oraciones, y
quedóse con la heredad de la Iglesia. El obispo acogióseá
Dios, haciendo de dia y de noche oración con muchas lágrimas,
y suplicándole que enfrenase aquella bestia : y
movido de zelo y de espíritu del Señor, quebró lodas las
lámparas de la iglesia, diciendo: No se encenderá lumbre
en esta iglesia hasta que Dios haga venganza de sus enemigos.
Oyóle Dios, y dió una recia y mortal enfermedad
al conde: y el desventurado, conociendo de donde venia
el mal, envió á rogar al obispo que hiciese oración por él,
prometiendo de restituir á la Iglesia su heredad y darla
otra tan buena como ella. No lo quiso hacer el obispo, por
mucho que se lo rogó el conde por los manjares que tres
veces le envió: y visto esto, el mismo conde se hizo lleVar
como pudo al obispo, y le suplicó qne se compadeciese de
él, porque quería restituir á la Iglesia otro lanío mas de
lo que habia tomado; y finalmente, le compelió á entrar
en la iglesia: mas entrando el obispo en ella, el conde
espiró, y la iglesia de San Andrés cobró la hacienda que
él habia usurpado. Entre las excelencias de san Andrés
también es una, y de gran gloria para el santo, la 01 den
del Toisón que debajo de su nombre, tutela y protección,
instituyó el duque de Borgoña y conde de Flaniles. Felipe
el Bueno, el año 1429 , á los 10 de enero: y después
por haber venido aquellos estados á unirse con la corona de
los reyes do España, y ampüádose tanto su monarquía,
ha venido la órden del Toisón de san Andrés á serian estima'da
entre todas las órdenes militares; y los mayores y
mas poderosos príncipes de la cristiandad á preciarse de
ser soldados de san Andrés, y traer al cuello las ¡Msigmas
de SU esclarecida órden. Escribieron de san Andrés, san
Crisóslomo, Pedro Damián, san Hernardo y el cardenal
Daronio, el cual relicreá Sofronio Jerosolimitauo, que afirma
que san Andrés no se casó.
* LOS SANTOS CÁSTÜLO Y EUPREPES , M VRTIttES. Fuei On
educados en la religión cristiana por el papa san Marcelino
quien les profesaba mucho cariño. Vivian estos sanios
en Roma, de donde eran naturales; y según relación del
venerable Beda, sufrieron el marlirio en la misma ciudad
de Orden del emperador Diocleciano el año 301.
SANTA MAURA, VÍRGEN Y MÁRTIR.—Fué natural de Bizancio,
hoy Constanlinopla, y padeció martirio en una isla qm»
hay en el mar Jonio, que se ennobleció después con llevar
el nombre de esta santa. La opinión común es que su martirio
sucedió durante la persecución de Diocleciano.
SAN TROYANO, OBISPO Y CONFESOR.—En 511 fué consagrado
obispo de Saintes, en la segunda Aquilania. San Gregorio
de Tours dice que fue célebre por susvirludes v mila-