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Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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4G LA LEYENDA DE ORO. DIA 15.<br />

á su c.tsa, y le dijo misil y lít comulgó; y ella rccihicndo<br />

á Dios 1c dió su espíritu. Tenia la santa virgen en su compañía<br />

otra doncetla que se llamaba Felícula, muy parecida<br />

á ella en santidad, hermosura y loables costumbres : y el<br />

con<strong>de</strong> Flacco, viendo que no le liabia sucedido el primer<br />

casamiento con la santa Petronila, puso los ojos en Felícula<br />

y rogóla que le tomase por marido: y como no !a pudiese<br />

ablandar ni inclinar ásu voluntad, <strong>de</strong>terminó alcanzar<br />

por fuérzalo que no podia por blandura; y así la dijo,<br />

que escogiese una <strong>de</strong> dos, ó ser su mujer, ó sacrificar á<br />

sus dioses. Felícula le respondió con gran<strong>de</strong> libertad : Ni<br />

seré tu mujer, porque yo estoy <strong>de</strong>sposada con Jesucrislo,<br />

ni sacrificaré á (us dioses, poique soy cristiana.Enojóse sobremanera<br />

Flacco: entrególa á su vicario, para que, conocida<br />

la causa, prosiguiese con lodo rigor con ella; y finalmente,<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haberla tenido encerrada en un aposento<br />

oscuro por siete dias, sin darle cosa <strong>de</strong> comer, y teniéndola<br />

otros dias entre las vírgenes vestales (sin querer<br />

ella comer cosa <strong>de</strong> las que ellas comian, por ser manjares<br />

ofrecidos á la diosa Yesla), la atormenlaronenel ccúleo, y<br />

echaron en un albanal inmundo, y allí dió su alma á Dios.<br />

Tuvo noticia <strong>de</strong> esto san Nicome<strong>de</strong>s, presbítero, (el que<br />

minislró el saniísimo sacramento á sania Petronila á la<br />

bora <strong>de</strong> su muerte), y salió <strong>de</strong> una cueva don<strong>de</strong> estaba escondido,<br />

y <strong>de</strong> noche tomó el cuerpo <strong>de</strong> sania Felícula y le<br />

sepultó una milla <strong>de</strong> Roma, en la vía Ar<strong>de</strong>alina. Supo<br />

Flacco esta obra <strong>de</strong> caridad que babia hecho Nicome<strong>de</strong>s:<br />

mandóle pren<strong>de</strong>r, y procuró con lodo el artificio que pudo,<br />

persuadirle que sacrificase á los dioses, y como el santo se<br />

riese <strong>de</strong> todas sus promesas y amenazas, le mandó azotar<br />

lan cruelmente, que en aquel tormento dió su espiritual<br />

Señor. Mandó el juez echar su cuerpo en el rio Tíber;<br />

mas un dórico llamado Justo (que lo era no menos en la<br />

vida que en el nombre), le buscó y le halló, y le sepultó<br />

en un huerto suyo, cerca <strong>de</strong> los muros <strong>de</strong> la ciudad, en la<br />

via Nomentana. Allí vinieron muchos crislianos, y por los<br />

merecimientos <strong>de</strong>l santo alcanzaron <strong>de</strong> Dios gran<strong>de</strong>s merce<strong>de</strong>s.<br />

Fué su muerte á los 13 dias <strong>de</strong> setiembre, etique la<br />

Iglesia celebra su fiesta. Hízosele templo en Roma y cementerio<br />

do su nombre. Escribieron <strong>de</strong> san Nicome<strong>de</strong>s los Martirologios<br />

romano, <strong>de</strong> Beda, Usuardo y Adoo, y el car<strong>de</strong>nal<br />

Baronio en sus anotaciones.<br />

SAN AICAIIOO, ABAD T CONFESOR.— El padre <strong>de</strong> san Aicardo<br />

se llamó Auscacio , y su madre Ermena , personas<br />

principales , nobles y ricas <strong>de</strong> la ciudad <strong>de</strong> Poitiers , en la<br />

provincia <strong>de</strong> Aquitania. Nacióles este bienaventurado nido<br />

y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su tierna edad dió muestras en su mesura , mo<strong>de</strong>stia<br />

y bu^na inclinación , <strong>de</strong> lo que el Seilor quería<br />

obrar en él. Mas como su padre fuese soldado , <strong>de</strong>seó encaminar<br />

á su hijo por las armas y solda<strong>de</strong>sca : y la madre<br />

que en su parto dificultoso y peligroso le habia prometido<br />

, y <strong>de</strong>spués ofrecido á Dios , quería para cumplir con<br />

su voto que se aplicase al servicio <strong>de</strong> la Iglesia. Preguntado<br />

el niño en esta contienda <strong>de</strong> sus padres , á quésc indinaba<br />

mas ; respondió inspirado <strong>de</strong>l Señor ; A mí ninguna<br />

cosa me apartará déla milicia <strong>de</strong> Cristo , sino la muerte.<br />

Habia en aquella sazón un hombre <strong>de</strong> raras partes, y excelente<br />

maestro <strong>de</strong> costumbres y <strong>de</strong> letras , á quien los ca -<br />

talleros y señores <strong>de</strong> aquella tierra enviaban sus hijos para<br />

que los oriase y enseñase. A este instructor y maestro quiso<br />

ir Aicardo , y fué enviado con gusto <strong>de</strong> sus padres ; y<br />

estando <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> su magisterio y disciplina, se aventajó<br />

sobre todos los otros compañeros, en virfud, en ingenio<br />

y en las letras que <strong>de</strong> él aprendió. Pero como nuestro Señor<br />

le llamnba para mayores cosas, siendo <strong>de</strong> doce años<br />

se fué á un monaslerio, llamado Ansion , en el cual gran<br />

número <strong>de</strong> mongos servían al Señor con extremada perfección<br />

y aspereza <strong>de</strong> vida. En este monasterio entró el<br />

santo niño y bajó la lierna cervizal suave ^ugo <strong>de</strong> Cristo.<br />

Al principio sintiéronlo mucho sus padres, temiendo que<br />

no tendría su hijo en tan poca edad bastantes fuerzas para<br />

llevar la carga pesada <strong>de</strong> tan áspera religión; pero cuando<br />

vieron y oyeron lo que Dios obraba por él, alabáronle por<br />

ello, entendiendo que él era el autor <strong>de</strong> las maravillas<br />

que obraba por su hijo; porque los ciegos, los cojos y<br />

fatigados <strong>de</strong> varias enfermeda<strong>de</strong>s y calamida<strong>de</strong>s, avisados<br />

<strong>de</strong> los ángeles, íbaná él para recibir remedio <strong>de</strong> sus<br />

trabajos: en las calles y cu las plazas no se oia sino el<br />

nombre <strong>de</strong> Aicardo, alabando lodos al Señor, por haberle<br />

enviado al mundo: y aunque él rogaba á los hombres que<br />

callasen, no podia hacer callar á los <strong>de</strong>monios , que por<br />

su mandato salían <strong>de</strong> los cuerpos. Siendo ya <strong>de</strong> veinte<br />

años, fué enviado un dia por la obediencia lucra <strong>de</strong>l monasterio,<br />

y yendo él solo, cantando sus salmos (como solia<br />

), oyó <strong>de</strong> repente una voz <strong>de</strong>l cielo que le <strong>de</strong>cia: Irán<br />

los santos <strong>de</strong> virlud en virtud, y se regocijarán cu la gloria.<br />

Oyó esta voz con sumo gozo, y no con menor estímulo<br />

<strong>de</strong> crecer cada dia en la virlud , y darse priesa hasta llegar<br />

á la cumbre <strong>de</strong> la perfección ; y así se dió mas á los<br />

ayunos y vigilias para domar la carne y olvidarse <strong>de</strong> los<br />

cuidados <strong>de</strong> esta vida miserable, y estar siempre lijo y<br />

atento con la mente en los <strong>de</strong>l cielo, y abrazar las obras<br />

<strong>de</strong> caridad , atendiendo no solo á sí mismo , sino también<br />

al provecho <strong>de</strong> los olios. Para esto rogó á su padre quo<br />

pusiese en salvo sus muchas riquezas, dándolas á Dios<br />

porque en sus manos estarían seguras, y en las suyas<br />

propias no lo podían esíar; pues lan fácilmente se pier<strong>de</strong>n<br />

y con tanta diíicullad se cobran. El padre oyó á su hijo con<br />

mucho gusto, y le dió gran cantidad <strong>de</strong> oro y plata, y<br />

muchas y muy ricas posesiones para edificar una iglesia y<br />

sustentar los ministros <strong>de</strong> ella: y el santo hijo conincreible<br />

alegría y licencia <strong>de</strong> Ansualdo, obispo <strong>de</strong> Poiliers, edificó<br />

una iglesia que el mismo obispo <strong>de</strong>dicó á la sacralísima<br />

Virgen María nuestra Señora, y fundó un monaslerio, quo<br />

por la fama y buena industria <strong>de</strong>l sanio, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> poco<br />

tiempo se llenó <strong>de</strong> religiosos y varones perfectos, siendo<br />

el capitán, padre y maestro <strong>de</strong> todos, Aicardo con su ejemplo.<br />

De este monasterio le sacó nuestro Señor, para gobernar<br />

el monasterio gemiliense, en Normandia, que era<br />

muy principal y <strong>de</strong> muchos mongos, enlugar <strong>de</strong>Fiübcrto,<br />

su abad : á quien por bien <strong>de</strong>l mismo monasterio, y para<br />

quo Ebronio, tirano (que estaba mal con él), no le <strong>de</strong>struyese,<br />

le fué forzoso retirarse, <strong>de</strong>jando el cuidado do<br />

él á Aicardo; y él aceptó aquel cuidado por mandárselo<br />

san Audoeno, arzobispo <strong>de</strong> Rúan, su prelado, y mucho<br />

mas por una revelación que tuvo, <strong>de</strong> ser esta la voluntad<br />

<strong>de</strong> Dios, En este monasterio fué maravilloso el fruto que<br />

el santo y nuevo abad hizo: porque como era tan conocida<br />

su santidad y la opinión <strong>de</strong> ella y <strong>de</strong> su rara pru<strong>de</strong>ncia<br />

tan extendida por todas partes, muchos acudieron á aquel<br />

monasterio, como a una escuela <strong>de</strong> perfección, para ser<br />

enseñados <strong>de</strong> tan excelente y divino maestro; y fueron<br />

tantos los que concurrieron, que los monges <strong>de</strong> él llegaron<br />

á ser nuevecienlos. Gran saña tuvo el <strong>de</strong>monio contra este

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