Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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LA LEYENDA DE ORO
por los piés á las astas de un toro fm ioso que lo despedazó.
Su martirio fnó en el capitolio de la misma ciudad de
Tolosa.
SAN I'ARAMON, MÁUTIII.—Ignoramos el sitio donde este
santo con oíros trescientos setenta y cinco compañeros,
sufrió el martirio. Sabemos sí, por ei cardenal Itaronio,
que todos estos gloriosos mártires murieron por los años
de 2o í, de resultas de los impíos edictos del emperador
Decio.
SAN RUTOLDO, OBISPO Y CONFESOR.—Los franceses le llaman
san Radbod. Fué natural de Francia , y tuvo por
padre á un príncipe de ios frisones. Educóse en la escuela
de Colonia, y después fuóá perfeccionarse en la córtede
Carlos Calvo y de su hijo. A su sabiduría y virtudes debió
el ser elegido obispo de Ulrcch , cuya Iglesia gobernó en
santidad hasta que so retiró á un desierto donde murió el
ario 9i8, el dia 29 de noviembre.
SAN FJLOIIE.NO, MÁRTIR.—En Ancira de Galacia, en
tiempo del emperador Aureliano, fué este santo preso por
ser ciisliano y conducido al prefecto. Interrogado por su
religión contestó que solo adoraba al Dios único que habia
criado todas las cosas. Después de esta respuesta , le taladraron
las manos y los piés, lo entregaron á los animales
que le atormentasen, le metieron en un horno encendido
, del cual salió ileso, y habiéndole clavado unos
clavos en las manos, los pies y la cabeza , en cuyo tormento
glorificaba á Dios, murió el ano 273.
Los SANTOS BLAS Y DEMETRIO, MÁRTIRES,—Derramaron
su sangre por la confesión de la verdad evangélica , en
Veroli, durante los primeros siglos de la Iglesia, según
Ferrarlo.
SAN BRANDON, ABAD.—Es patrón titular de la catedral
de Ardfert , en el condado deKerry , en cuyo pais habla
nacido y se habia educado bajo la dirección de su obispo
Ert. Habiendo abrazado el estado monástico, fundó el
monasterio de Birre, en el condado de King, donde murió
lleno de merecimientos.
SÍNTA IIXJIINADA, VÍRGEN.—Parece que floreció en el
siglo III, y que murió el ano 303 , no habiendo podido
conseguir ta corona del martirio que habia sido por mucho
tiempo el objeto desús ansias. Consagró su integridad
virginal á Jesucristo, y acabó felizmente sus dias en Todi,
en Italia.
DIA 30.
SAN ANDRÉS , APÓsm.—San Andrés, apóstol y hermano
mayor de san Pedro, fué natural de Bethsákla, lugar
en la provincia de Galilea: fué el primero de todos
Jos apóstoles que conoció y trató á nuestro Señor Jesucristo
; porque? siendo discípulo del gran Bautista (que no
es pequeña señal de su buena inclinación y piedad), un
dia viendo san Juan al Señor , dijo : Este es el cordero de
Dios; y luego san Andrés con otro su condiscípulo se fué
en seguimiento de Cristo: el cual volviendo á ellos su divino
rostro, y viendo le seguían, les preguntó, ¿qué
buscaban? Ellos lo respondieron que deseaban saber
dónde posaba. Llevólos consigo: túvolos un dia en su
compañía : conversaron y hablaron largo con él, y entendieron
que era él el verdadero Mesías. Dió san Andrés
cuenta á su hermano Pedro del bien que habia hallado, y
llevóle consigo á Cristo; y viéndole el Señor le dijo: Tú
DIA 30
eres Simón , hijo de Juan , y le has de llamar Cefas , que
se interpreta Pedro. Este fué el primor conocimento que
de Cristo tuvo san Andrés, y esta la primera buena obra
que después de aquel conocimiento leemos haber hecho,
comunicando á su hermano el bien que habia descubierto,
y llevándole al Señor para que también él lo conociese.
Después de esto , andando los dos hermanos pescando y
echando las redes en el mar de Caldea (porque vivian de
aquel ejercicio}, pasó Cristo y díjoles que le siguiesen,
porque los quería hacer pescadores de hombres; y ellos
dejadas las redes y pesca, le siguieron y le acompañaron,
y él los hizo sus apóstoles. Cuando nuestro Salvador estando
en el monte, quiso hacer el milagro de los cinco
panes y dos peces, y dio de comer á cinco mil hombres,
después que san Felipe preguníado del mismo Señor dónde
se compraría pan para tanta gente, respondió una palabra
de desconüanza y poca fé, san Andrés dijo que allí estaba
un mozo con ciaco panes de cebada y dos peces; aunque
también mostró su flaqueza añadiendo: Pero ¿qué es esto
para tanta gente? Otra vez vinieron unos gentiles con deseo
de ver al Señor: hablaron con san Felipe y rogáronle
que se le mostrase. San Felipe dió parle á san Andrés, y
los dos le dieron razón de aquella gente que le buscaba,
que es señal déla particular familiaridad que san Andrés,
con el Señor tenia ; y esto es lo que en el sagrado Evangelio
hallamos escrito de san Andrés, y que fué escogido
por uno de los doce apóstoles, y san Lucas le nombra el
primero después de san Pedro ; y fti hbro de los Hechos
apostólicos le cuenta éntrelos otros apóstoles que en
ei cenáculo estaban en oración aguardando la venida del
Espíritu Santo. El resto de su vida, predicación y martirio,
hahemos de sacar de graves y santos autores, y especialmente
de lo que los presbíteros y diáconos de la Iglesia de
Acaya (como testigos de visla) escribieron de su gloriosa
muerte á todas las Iglesias de la cristiandad, que esto es
lo cierto y donde no hay .tropiezo.
Después que los sagrados apóstoles fueron vestidos del
Espíritu Sanio, y recibieron luz, amor y valor del cielo
para conquistar el mundo y sujclarlo al Fvangelio del
Señor, y estuvieron algunos años predicando por Judea,
se repartieron por todas las provincias del mundo, cada
uno en la que Dios le señaló. A san Andrés le cupo la
provincia de Scilia.como lo dice Orígenes; y Sofronio
añade, que no solamente predicó á los scitas, sino también
á los sogdianos, sacos y á los pueblos de Etiopía; y lo
mismo dicen Doroteo y san Isidoro. El Martirologio romano
dice que predicó en la Tracia y en Scilia; y lo mismo dice
Nicéforo, y que ilustró con la luz del Evangelio á Capadocia,
Galicia y Bilinia, hasta el marEuxino. San Gregorio
Naciancono dice que se extendió hasta Epiro, que es la que
ahora llamamos Albania, y son Juan Ciisóstomo, quo
predicó á los griegos. Esto es lo que hallamos en los santos
y graves autores de la predicación de san Andrés, y
no hay duda sino que fué acompañada de muchos y grandísimos
milagros; y que convirtió muchos pueblos á ia
fé de Cristo nuestro Salvador, alumbrando con el resplandor
del cielo á los que estaban en las tinieblas y
sombra de muerte. Abdlas Babilónico y otros autores
escriben muchos milagros en particular, que por el
santo apóstol obró el Señor , de los cuales solo quiero
yo referir aquí algunos, quo me parece pueden ser
de provecho. Un viejo llamado Nicolás , estando san An-