Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

27.08.2017 Views

MA 11. NOMBIDRE. nliora do hnceilo, por obedom- al roy mi sefior, y por parocermoqup Dios se qtlMtia servir de mi, para mostraros el camino del rielo y sacaros de las horribles tinieblas de la idolatría en (pie eslábades. Ya cumplí con la voluntad de mi padre; y vosotros con la gracia del Uey soberano babeis abierto los ojos, y conocídole por viiesiro Dios redenlor, y Señor de todo lo criado: ved á quién queréis que deje el cetro y la corona. Oyendo esto, alzaron á una lodos una voz lastimera y alarido doloroso al cielo, con increíbles gemidos y lágrimas, diciendo: que de ninguna manera lo consenlirian; y jurando que no le dejarian partir; porque él era su rey, su señor, su padre y su madre y lodo su bien; pues por él, Dios los había librado de aquel profundo abismo y ceguedad en que estiban, y ahiérloles las puertas del cielo, y alumbrádoles con el rayo de su verdad. Vió Josafat los ánimos de lodos tan alterados, que tuvo por bien de mosiiar que quoria consentir con ellos; y con esto los sosegó y los envió mas consolados á sus casas. Después reí irado á sn aposento, llamó 6 Baraquías, hombre de grande estofa, muy zcloso de nuestra sania religión, y el (pie juntamente con ¡Sacor íque lingia Barlaan) j se pu-o á defenderla contra los filósofos y caldeos gentiles, como dijimos. Habló Josafat á Baraquías, y declaróle sn inlenlo y rogóle que tomase sobre sí el peso del icino, poique él le quería dejar. Baraquías no vino en ello, ántes lo repugnó y contradijo, reprendiéndole de poca caridad j porque si el ser rey (dijo) os bueno ; ¿por que tú no lo quieres ser? Y si es malo; ¿por qué quieres que lo sea yo? No quiso porfiar ,To.-nfat con Baraquías, mas aquella noche escribió una carta llena de celestial sabiduría á los magistrados y nobleza de su reino, en que los exhortaba á perseverar en la religión cristiana y en el amor y temor santo del Señor, y hacerle continuamente gracias por las mercedes que de él habimi recibido; y juntamente les decía, que no hiciesen rey á otro alguno, sino á Baraquías, porque él era el que les convenia : y dejando esta carta en su aposento, se partió luego secretamente, y se puso en camino para el desierto. Pero luego que á la mañana se supo, le tomaron lodos los pasos y le buscaron, y le hallaron cabe un arroyo haciendo oración, á la horade medio día. Volviéronleá la ciudad, y él se resolvió á no quedaren ella ni un solo dia, y persuadió á la gente que tomasen por rey á Baraquías; y él le declaró y nombró por lal, y le dió los documentos que le piu-ecieron necesarios para el buen gobierno del reino. Entre otros le avisó, que así como en la navegación, cualquiera falla que haga el pasajero es de poca importancia, y grave y peligrosa la que hace el que lleva el gobernalle; así en el gobierno de la república, cuando peca un particular solamente hace daño á su persona ; mas cuando el rey y gobernador peca, es perjudicial á toda la república. Después, puesto de rodillas y levantadas las manos al cielo, oró y encomendó al Señor todo su reino, y abrazando á los señores y personas principales de él, y sobre lodos á Baraquías (á quien dejaba en su lugar) j se despidió de lodos con tan extraño sentimiento, sollozos, gemidos y lágrimas, que no se puede encarecer : solo él estaba sereno y alegre, y como hombre (pie de un largo y penoso destierro vuelve á su dulce y deseada patria. Salió vestido con su vestido ordinario, y debajo de él un cilicio que le había dado su buen maestro Barlaan, á quién él iba á buscar. La noche siguienlc de aquel primer dia, entrando 4G3 en casa de un pobre hombre, se desnudó de su ropa y se la dió, y quedó cubierto con solo aquel cilicio, pareciéndole que estaba mas rico y ataviado con él, que con el cetro y púrpura de rey. Comenzó á caminar por aquellos desierlos y á comer de las yerbas que hallaba por los campos, que por ser estériles y sin agua, eran silvestres: ycomo una vez hubiese andado hasta mediodía, abrasado del sol y fatigado de la sed, deseó un poco de agua para refrescarse, y ñola halló. Con esta ocasión Satanás le tentó len iblemente, poniéndole delante la grandeza del estado que habia dejado, y la mullilnd de criados que le servían, los regidos y deleites que tenía, la aspereza de vida que emprendía y las pocas fuerzas de cuerpo para llevarla ; y finalmente, que las almas de todos los vasallos de su reino estaban colgadas de él, y por su culpa perecerían. Y como esto-! golpes no hiciesen mella en el pecho fuerte de Josafat, pretendió espantarle con varias tentaciones visibles: porque yaseleponia delante en figura de hombre con una espada desnuda, amenazándole que le malaria si no volvía atrás : ya en forma de beslias fieras, de leones, tigres, dragones y basiliscos que le querían tragar; mas el Señor que guiaba á Josafat, le esforzaba para que no hiciese, caso de aquellos terrores de Satanás, y para que con la señal de la cruz ahuyentase á lodos -aquellos monstruos infernales. Trabajó muchos días con esta desnudez y pobreza, hasta llegar al desierto de Senaar, en busca de su querido maestro : dióle noticia de él olio solitario, y guióle á la cueva donde estaba, á la cual llegó Josafat muy gozoso, y llamó pidiéndole bendición. Salió Barlaan: y aunque Josafat venia muy trocado de lo que estaba ántes; por inspiración de Dios le conoció, y los dos se abrazaron con amor lierni.>¡mo é hicieron oración, y dieron gracias á Dios poríjue se veian juntos en aquel desierto. Dió cuenta el uno al otro de loque por sí habia pasado, después que no se habian visto: y Barlaan, entendiendo las grandes balabas y contrastes (pie Josafal habia tenido, y las victorias que habia alcanzado de su carne, mundo y demonio, y el dichoso estado en que dejaba las cosas de la cristiandad, alabó á Josafat par el trueque tan cuerdo y acertado que habia hecho, y de haber comprado la preciosa margarita del reino eterno con el menosprecio del temporal de la lierra, glorificando al Señor, que le habia dado lan grande espíritu, y tan próspero suceso á negocio tan arduo y dificultoso. Después para regalar á Josafat que venia fatigado del camino, le aparejó un convite espléndido do unas yerbas crudas silvestres y de algunos daliles; y habiendo comido los dos, bebieron un poco de agua de la fuente, que estaba allí cerca. Estuvo Josafat con Barlaan algunos añas, viviendo mas como ángel en la tierra, que como hombre en cuerpo morlal; de suerte, que el mismo Barlaan, que era viejo y soldado veterano , y desde mozo ejercitado en aquella dura milicia, se maravillaba del favor de Josafat. No comía mas de lo que precisamente era menester para sustentarla vida ; velaba tanto las noches , como si no fuera carne : su oración era perpetua; y no perdía un punió de tiempo ni estaba ocioso, sino ocupado siempre y alentó en la contemplación del sumo Bien. Llegóse el tiempo en que el Señor quería llevar de esta vida trabajosa á Barlaan : avisó de ello á su querido hijo y discípulo Josafal, animándole á llevar adelante su gloriosa empresa , y aconsejándole que cada dia pensase que aquel era el postrero de su

464 LA LEYENDA DE ORO. vida, y principio y Cn de la observancia religiosa; porque agual dando la muerte, no la temeria ni le parecería largo el tiempo, ni se cansaría con el trabajo de la aspereza y penitencia. Dióle mas otros documentos y espirituales consejos: y habiendo dicho misa y comulgado á Josafat; des pidiénditsc de él amorosamente, y echándole su bendición (la cual él recibió derramando lágrimas ), hizo sobre sí señal de la cruz y extendió los pies, y con increíble paz y alegría de su alma,la díó á quien la había criado para gloria suya, siendo de casi cien años, y habiendo vivido lo setenta y cinco en aquella soledad, y lleno, no menos de nierecimíenlos que de años. Tomó Josafat el cuerpo de su bienaventurado padre con suma reverencia: abrazóle y lavóle con lágrimas; y envuelto en aquel cilicio que de é habia recibido en su palacio, le enterró, cantando los salmos acostumbrados de la Iglesia todo aquel día y la noche siguiente: después hizo oración á nuestro Señor, suplican dolé que no le desamparase por las oraciones de su siervo Barlaan, sino que le asistiese, guiase y encamínase, hasta llegar al puerto de salud y tranquilidad. Acabada su oración, quedó dormido Josafat, y en sueños tuvo una revelación, en que envió á Barlaan en el cielo vestido de gloria y claridad adaiinible, y la corona que á él le estaba guardada, perseverando hasta ellin, y con esta visión quedó muy gozoso, y confirmado en su santo propósito. Veinte y cinco años tenia Josafat cuando vino á él con una vida del cielo,y tan perfecta como si no fuera de carne. A Cristo tenia siempre presente: á Cristu siempre buscaha; y siempre parecía que le tenía delante de los ojos, y que teniéndole á él, tenia (como es verdad) todas las cosas: y no se contentaba con servirle con tan gran fervor, cómese ha dicho, «¡noque cada día procuraba aventajarse mas, y crecer de virtud en virtud. Y habiendo perseverado todo este tiempo en esta manera de vida, que aquí queda referida, crucificado el mundo á él y él al mundo, dejando el cuerpo en el suelo, voló su espíritu al Señor; y aquel mongeque le había guiado á la cueva de Barlaan, avisado del cielo, se halló á su muerte y tomó su cuerpo, y con himnos y cánticos eclesiásticos, y gran devoción y ternura, le enterró en el sepulcro de su padre Barlaan, y se partió luego para la India, por otra revelación que tuvo, y díó cuenta al rey Baraquías, de lo que habia sucedido á Josafat, y de su vida y muerle ea el desierto. El rey Baraquías, en sabiéndolo, se puso en camino, acompañado de multitud de gente de su reino, y llegó hasta la espelunca donde los dos santos Barlaan y Josafat estaban sepultados, y vió que los cuerpos de los dos estaban enteros, y los vestidos con que estaban cubiertos como silos acabaran de enterrar, y que despediaa un olor suavísimo y una fragancia mas del cielo que de la tierra. Mandó ponerlos cuerpos en cajas ricas y adornadas, y llevólos á la India, y colocólos magnífica y regiamente en aquella iglesia que habia edificado JosafaU, obrando Bios muchos y grandes milagros por ellos, y dando salud por su intercesión á los enfermos, y haciendo otras maravillas y grandes mercedes á los que venían á su sepulcro, ó se encomendaban á ellos. Esta es la suma de la vida de estos dos santos confesores Barlaa» y Josafat, sacada de la que escribió en un libro grande san Juan Bamasceno, autor santísimo y doctísimo, y que há mas de ochocientos y cincuenta años que floreció : y dice al fin de la vida, que la escribe como la había DIA 27. sabido de varones insignes y dignos de toda fé. Por donde se ve, que esta no es fábula ni invención artificiosa, sino verdadera historia, confirmada con la autoridad de tan señalado varón, como lo noto muy bien Jacobo Bilio en la prefación que hace á esla vida, y se halla en las obras de san Juan Bamasceno, que el mismo Bilio elegantemente tradujo de griego en latín; y el cardenal Baronio siente lo mismo en las anotaciones del Martirologio romano, que hace mención de los santos Barlaan y Josafat á los il de noviembre. Pero pregunto yo á los que leyeren lo que aquí queda referido: ¿ qué les parece de los consejos de Dios, y de los medios que toma para amplificar su gloría y salvar á los que es servido, y sacar luz de las tinieblas, y de las espinas rosas, y de la muerle vida ? ¿Quién puede cen ar á quien Dios abre, ni poner estorbo á quien él favorece, ni contrastar á su voluntad; pues todas las diligencias del rey Abenner no fueron parle p;>ra que Josafat, su hijo, no tuviese noticia de Cristo, y recibiese la luz del cielo? ¿Quién no confiará de poder vencer con la gracia del Señoría flaqueza de su carne, viendo como la venció Josafat, siendo príncipe, mozo y rodeado por todas parles de víboras y basiliscos, y estando en medio de las llamas sin quemarse? ¿Y qué hombre habrá que no buya del trato familiar de las mujeres, sabiendo que son lazos para el alma, y ruina déla castidad? O ¿qué mujer honesla que no haga lo mismo al hombre? ¿Quién se anegará en el abismo de sus pecados, y desconliará de ser perdonado de ellos y de la misericordia del Señor, viendo á Nacor y á leudas, magos y lizoneros del ínSerno, y á Abenner, derramador de tanta sangre de máitires, convertidos y admilídos á su gracia y reconciliación? I Qué gran seguridad tenemos los cristianos de la verdad y excelencia de nuestra sagrada religión, viendo como triunfa de los tiranos, de los sabios del mundo, y de todo el poder del infierno, y que las máquinas y ardides que toma nuestro enemigo para olíscurecerla y derribarla, ellos mismos sirven para ilustrarla mas y estableceila! Pues los hombres regalados, ambiciosos y codiciosos, que beben los vientos, y se apacientan de bellotas, y se revuelcan en el cieno de sos vicios como puercos^ i qué motivos, qué estímulos tienen aquí para abrir los ojos: y mirlado al cielo, menospreciar todas las cosas de tierra, y morir al mundo para vivir á Dios, como lo hizo Josafat: el cual, siendo rey en la flor de su edad, tuvo el reino por caiga y le dejó, y con él todas las grandes riquezas y delicias que poseía, y vestido de desnudez y cubierto de cilicio, en un desierto, y acompañado de fieras y juntamente de ángeles, vivió tantos años con aspereza mas que humana y como peregrino del mundo y morador del paraíso I Pero el Señor le confortó y le díó perseverancia, y le hizo glorioso en el cielo y en la tierra, y con su ejemplo nos enseñó, que es tan grande bien el gozar para siempre de su gloriosa vista, y de la compañía de todos los cortesanos de su córto real, que lodos los trabajos y penas que por llegar á él se lomaren, se deben eslimar como ti no fuesen; y que la gloria es tan inmensa ó incomprensible, que por mucho que nos cueste, siempre se compra de balde. Dénos su divina Majestad su espíritu, para que lo conozcamos, é imitemos á estos santos, que tan bien le supieron imitar. * LOSSAMTOSBASIUH^AUXIUO Y SATURNINO, MÁRTIRES.—

464 LA LEYENDA DE ORO.<br />

vida, y principio y Cn <strong>de</strong> la observancia religiosa; porque<br />

agual dando la muerte, no la temeria ni le parecería largo<br />

el tiempo, ni se cansaría con el trabajo <strong>de</strong> la aspereza y<br />

penitencia. Dióle mas otros documentos y espirituales consejos:<br />

y habiendo dicho misa y comulgado á Josafat; <strong>de</strong>s<br />

pidiénditsc <strong>de</strong> él amorosamente, y echándole su bendición<br />

(la cual él recibió <strong>de</strong>rramando lágrimas ), hizo sobre sí<br />

señal <strong>de</strong> la cruz y extendió los pies, y con increíble paz y<br />

alegría <strong>de</strong> su alma,la díó á quien la había criado para gloria<br />

suya, siendo <strong>de</strong> casi cien años, y habiendo vivido lo<br />

setenta y cinco en aquella soledad, y lleno, no menos <strong>de</strong><br />

nierecimíenlos que <strong>de</strong> años. Tomó Josafat el cuerpo <strong>de</strong> su<br />

bienaventurado padre con suma reverencia: abrazóle y<br />

lavóle con lágrimas; y envuelto en aquel cilicio que <strong>de</strong> é<br />

habia recibido en su palacio, le enterró, cantando los salmos<br />

acostumbrados <strong>de</strong> la Iglesia todo aquel día y la noche<br />

siguiente: <strong>de</strong>spués hizo oración á nuestro Señor, suplican<br />

dolé que no le <strong>de</strong>samparase por las oraciones <strong>de</strong> su siervo<br />

Barlaan, sino que le asistiese, guiase y encamínase, hasta<br />

llegar al puerto <strong>de</strong> salud y tranquilidad. Acabada su oración,<br />

quedó dormido Josafat, y en sueños tuvo una revelación,<br />

en que envió á Barlaan en el cielo vestido <strong>de</strong> gloria<br />

y claridad adaiinible, y la corona que á él le estaba<br />

guardada, perseverando hasta ellin, y con esta visión quedó<br />

muy gozoso, y confirmado en su santo propósito. Veinte<br />

y cinco años tenia Josafat cuando vino á él con una vida<br />

<strong>de</strong>l cielo,y tan perfecta como si no fuera <strong>de</strong> carne. A Cristo<br />

tenia siempre presente: á Cristu siempre buscaha; y<br />

siempre parecía que le tenía <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> los ojos, y que teniéndole<br />

á él, tenia (como es verdad) todas las cosas: y<br />

no se contentaba con servirle con tan gran fervor, cómese<br />

ha dicho, «¡noque cada día procuraba aventajarse mas, y<br />

crecer <strong>de</strong> virtud en virtud. Y habiendo perseverado todo<br />

este tiempo en esta manera <strong>de</strong> vida, que aquí queda referida,<br />

crucificado el mundo á él y él al mundo, <strong>de</strong>jando<br />

el cuerpo en el suelo, voló su espíritu al Señor; y<br />

aquel mongeque le había guiado á la cueva <strong>de</strong> Barlaan,<br />

avisado <strong>de</strong>l cielo, se halló á su muerte y tomó su cuerpo,<br />

y con himnos y cánticos eclesiásticos, y gran <strong>de</strong>voción y<br />

ternura, le enterró en el sepulcro <strong>de</strong> su padre Barlaan, y<br />

se partió luego para la India, por otra revelación que tuvo,<br />

y díó cuenta al rey Baraquías, <strong>de</strong> lo que habia sucedido á<br />

Josafat, y <strong>de</strong> su vida y muerle ea el <strong>de</strong>sierto. El rey Baraquías,<br />

en sabiéndolo, se puso en camino, acompañado <strong>de</strong><br />

multitud <strong>de</strong> gente <strong>de</strong> su reino, y llegó hasta la espelunca<br />

don<strong>de</strong> los dos santos Barlaan y Josafat estaban sepultados,<br />

y vió que los cuerpos <strong>de</strong> los dos estaban enteros, y los<br />

vestidos con que estaban cubiertos como silos acabaran <strong>de</strong><br />

enterrar, y que <strong>de</strong>spediaa un olor suavísimo y una fragancia<br />

mas <strong>de</strong>l cielo que <strong>de</strong> la tierra. Mandó ponerlos cuerpos<br />

en cajas ricas y adornadas, y llevólos á la India, y<br />

colocólos magnífica y regiamente en aquella iglesia que<br />

habia edificado JosafaU, obrando Bios muchos y gran<strong>de</strong>s<br />

milagros por ellos, y dando salud por su intercesión á los<br />

enfermos, y haciendo otras maravillas y gran<strong>de</strong>s merce<strong>de</strong>s<br />

á los que venían á su sepulcro, ó se encomendaban á<br />

ellos.<br />

Esta es la suma <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> estos dos santos confesores<br />

Barlaa» y Josafat, sacada <strong>de</strong> la que escribió en un libro<br />

gran<strong>de</strong> san Juan Bamasceno, autor santísimo y doctísimo,<br />

y que há mas <strong>de</strong> ochocientos y cincuenta años que floreció<br />

: y dice al fin <strong>de</strong> la vida, que la escribe como la había<br />

DIA 27.<br />

sabido <strong>de</strong> varones insignes y dignos <strong>de</strong> toda fé. Por don<strong>de</strong><br />

se ve, que esta no es fábula ni invención artificiosa, sino<br />

verda<strong>de</strong>ra historia, confirmada con la autoridad <strong>de</strong> tan señalado<br />

varón, como lo noto muy bien Jacobo Bilio en la<br />

prefación que hace á esla vida, y se halla en las obras <strong>de</strong><br />

san Juan Bamasceno, que el mismo Bilio elegantemente<br />

tradujo <strong>de</strong> griego en latín; y el car<strong>de</strong>nal Baronio siente lo<br />

mismo en las anotaciones <strong>de</strong>l Martirologio romano, que<br />

hace mención <strong>de</strong> los santos Barlaan y Josafat á los il <strong>de</strong><br />

noviembre.<br />

Pero pregunto yo á los que leyeren lo que aquí queda<br />

referido: ¿ qué les parece <strong>de</strong> los consejos <strong>de</strong> Dios, y <strong>de</strong> los<br />

medios que toma para amplificar su gloría y salvar á los<br />

que es servido, y sacar luz <strong>de</strong> las tinieblas, y <strong>de</strong> las espinas<br />

rosas, y <strong>de</strong> la muerle vida ? ¿Quién pue<strong>de</strong> cen ar á<br />

quien Dios abre, ni poner estorbo á quien él favorece, ni<br />

contrastar á su voluntad; pues todas las diligencias <strong>de</strong>l<br />

rey Abenner no fueron parle p;>ra que Josafat, su hijo,<br />

no tuviese noticia <strong>de</strong> Cristo, y recibiese la luz <strong>de</strong>l cielo?<br />

¿Quién no confiará <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r vencer con la gracia <strong>de</strong>l Señoría<br />

flaqueza <strong>de</strong> su carne, viendo como la venció Josafat,<br />

siendo príncipe, mozo y ro<strong>de</strong>ado por todas parles <strong>de</strong><br />

víboras y basiliscos, y estando en medio <strong>de</strong> las llamas sin<br />

quemarse? ¿Y qué hombre habrá que no buya <strong>de</strong>l trato<br />

familiar <strong>de</strong> las mujeres, sabiendo que son lazos para el<br />

alma, y ruina déla castidad? O ¿qué mujer honesla<br />

que no haga lo mismo al hombre? ¿Quién se anegará<br />

en el abismo <strong>de</strong> sus pecados, y <strong>de</strong>sconliará <strong>de</strong> ser perdonado<br />

<strong>de</strong> ellos y <strong>de</strong> la misericordia <strong>de</strong>l Señor, viendo<br />

á Nacor y á leudas, magos y lizoneros <strong>de</strong>l ínSerno, y<br />

á Abenner, <strong>de</strong>rramador <strong>de</strong> tanta sangre <strong>de</strong> máitires,<br />

convertidos y admilídos á su gracia y reconciliación?<br />

I Qué gran seguridad tenemos los cristianos <strong>de</strong> la verdad<br />

y excelencia <strong>de</strong> nuestra sagrada religión, viendo como<br />

triunfa <strong>de</strong> los tiranos, <strong>de</strong> los sabios <strong>de</strong>l mundo, y <strong>de</strong> todo<br />

el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l infierno, y que las máquinas y ardi<strong>de</strong>s que<br />

toma nuestro enemigo para olíscurecerla y <strong>de</strong>rribarla,<br />

ellos mismos sirven para ilustrarla mas y estableceila!<br />

Pues los hombres regalados, ambiciosos y codiciosos, que<br />

beben los vientos, y se apacientan <strong>de</strong> bellotas, y se revuelcan<br />

en el cieno <strong>de</strong> sos vicios como puercos^ i qué motivos,<br />

qué estímulos tienen aquí para abrir los ojos: y mirlado<br />

al cielo, menospreciar todas las cosas <strong>de</strong> tierra, y morir al<br />

mundo para vivir á Dios, como lo hizo Josafat: el cual,<br />

siendo rey en la flor <strong>de</strong> su edad, tuvo el reino por caiga y<br />

le <strong>de</strong>jó, y con él todas las gran<strong>de</strong>s riquezas y <strong>de</strong>licias que<br />

poseía, y vestido <strong>de</strong> <strong>de</strong>snu<strong>de</strong>z y cubierto <strong>de</strong> cilicio, en un<br />

<strong>de</strong>sierto, y acompañado <strong>de</strong> fieras y juntamente <strong>de</strong> ángeles,<br />

vivió tantos años con aspereza mas que humana y<br />

como peregrino <strong>de</strong>l mundo y morador <strong>de</strong>l paraíso I Pero<br />

el Señor le confortó y le díó perseverancia, y le hizo glorioso<br />

en el cielo y en la tierra, y con su ejemplo nos enseñó,<br />

que es tan gran<strong>de</strong> bien el gozar para siempre <strong>de</strong> su<br />

gloriosa vista, y <strong>de</strong> la compañía <strong>de</strong> todos los cortesanos <strong>de</strong><br />

su córto real, que lodos los trabajos y penas que por llegar<br />

á él se lomaren, se <strong>de</strong>ben eslimar como ti no fuesen;<br />

y que la gloria es tan inmensa ó incomprensible, que por<br />

mucho que nos cueste, siempre se compra <strong>de</strong> bal<strong>de</strong>. Dénos<br />

su divina Majestad su espíritu, para que lo conozcamos,<br />

é imitemos á estos santos, que tan bien le supieron<br />

imitar.<br />

* LOSSAMTOSBASIUH^AUXIUO Y SATURNINO, MÁRTIRES.—

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!