Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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1UA 1 O. Wjfl suya eí|j¡iiliiat, que la vió subii- al cido i'odoada de ' ''Spiandores; y liona de una gloria inefable : y el Sefiorse li;< dignado después hacer conocer al mundo la santidad "le su sierva por medio de muchos milagros obrados por su míercesion; y fueron tórfwrj que movidos de ellos los gclioveses, luego empe/aron á venerarla como á sania, dándole público culto. Pero creciendo catla dia masía devoción di'I pueblo bácia esla su paisana, y obrando el Señor mievos ruüagros por su iulercesion, la santidad de Clemeníe XII la canonizó solenineniente, bahieuclo aprobado 'inli-s á eáÚ lin los tres milagros siguienfes. I?í primero acaeció con María Magdalena Hiz/i: padecía «'sla nui jer nueve ailos liabia mu( lia;S (Milennedades, porque el liunior que se le había viciado, extendiéndose | íapat lis inferiores del cuerpo, y al lado siniestro, la caucaba coniínuos y fuertes dolores que á veces se le iban (ie- '•anienle aumculando: de otra parlo la había eulnniecido ('ste humor de tal modo los musios, que no podía en modo alguno moverse: lodos !a tenían por incurable murbo 'ii'mpo lia!)ía. radeciendo una noche los dolores aun mucho mas fiUTies de lo acoslumbrado, invocó con mucha fe H socorro desaula Cilalina de (Jénova: con esto durmió uu y al despertarse se halló del todo sana , salló de la cama, v d;indo muchas gracias á sania Calalina, empez') á hacer todas las haciendas y fatigas que hacen las que gozan de perfccla y robusta salud. Kl segundo lo obró el Señor con una señora de las fes "IIIÍMS mas principales de (iónova, llamada María l'rancísca Ja viera: quince años había que padecía di'escorbuto. c,,;'l enlrcolrcs malos efeclos la hacia difícil la rcqii- '"'icioi^ ia cansüiya convulsiones ron alraccion di» nervios Pn los piós; no ¡iodia sufiír la Inzuí el menor ruido, ni po- 'lia andar ni estar en cama sino apoyada en muchas almohadas: ftré á visilar el sepulcro de sania Cnlalina, pidiéndola con wmékvháttñarm la restituyese la salud; v volviéndose á casa en una silla de mano," así qm Ifegó á ella, se halló perfectamente sana, subió por sí rntema! jas escaleras, y empezó á caminar, desvanecidos enieramenle lodos sus procedenles males. Kl lercero sucedió con una mujer llamada Blanca, la nial veinte y cinco años habia que estaba en el hospilal (leIos incurables, paralílica de los muslos y piernas y de 'a mano derecha; pero habiéndola llevado al sepulcro de s;iiila Catalina, al momento eNlendió la mano baldada y ^npozó a moverse y á andar con agilidad, habiendo recobrado perfecta la salud. I.a vida do esta sania nos enseña y hace ver entre otras ('osas, cuánlo se engañan las personas piadosas y que han f>nqiezado á gustar do la vida espiritual, persuadiémWe' ^"e en las diversiones y entretenímienfos del mundo ha- 'fwáíi alivio en las aflicciones y tristeza que á veces pade- Sania Calalina cayó lambíen en este engaño, y á l^rsuasion de sus pariente buscó en las diversiones y cont!>"los del >íglo algtth alivio en las ])eiias que i)a(lccia; '':,|'o sus diligencias salieron vanas: pues en vez de en- '"""'rar en esías cosas él alivio que buscaba, no bailó en ^'assinó miovas amarguras y angustias que agravaron ln"cbo mas sus males, llenándola el es|ii)-ilu de mayor '' '-'iva. Y la razón es clara; porque, romo dicé la sania ,'r| sü diálogo, sii-ndo miesh'a alma de una infinita capaci- •''"b pues es criada á imagen de Dios y es capaz de po- SOcr al mismo Dios, que es un bien infinito, no puede sa • SETIEMBRE. 45 ciarse ni quietarse e» las cosas terrenas por ser ledas B¿ nilas, y cuanto mas busca en estas cosas su contento y quietud, ménos le halla ; porque cada dia se va apartando mas de Dios, que es su verdadero contenió y quietud : el verdadero remedio de nnesiras liistezas es acudirá Dios y purificar el alma de todos los afectos lerrenos, buscando en Dios nuestra consolación; pues él, como dice el Apóstol, es el padre de misericordia y el Dios de toda consolación.- • ; imibuísli! 'oi|-iaboii nn '.nqt oí r,xvtií\ VI-I IIJX * SAN h \S CIUSÓSTOAIO, onisro Y r\Tiu\iii;\ m CONSTAW- TINOI'T.A.—I.a liesla principal de este sanio se celebra el dia 11 de enero, en cuyo dia pusimos la vida; pero en este dia la Iglesia celebra la memoria de su muerte; pues después de haber sido desterrado por sus enemigos, fué reslíluído á Conslanlinopla por decreto del pontiliceInocencio primero, pero nuirió en manos de los soldados que le custodiaban antes de lle;;ar á su deslino. SAN Ciifiscuiscio, MÁKTIR.—lira niño de pocos años, hijo de san Eulimío, también mártir. En tiempo del emperador Dioclecíano para escapar á su cruel persecución, los padres de este niño huyeron con el y se refugiaron en l'erngía. Vivieron algún tiempo en esta ciiiíiad ocultos (lelos perseguidores; pero al fin Culirnio fue descubierto y llevado á!a cárcel, y confesamlo á .lesuci islo, perdió la vida en manos del verdugo. Kl niño Cresccncio, (¡ue no quería separarse de su padre en los eternos gozos, dió sepultura al cuerpo del anlor de. sus días, y después se presento al juez Tnrpiiio. En su presencia hizo el s;oilo joven su tienerosa confesión de fé, acabada la cual, fué llevado al tormento, y liltimamente lo degollaron en liorna en la via Salaria por órden del mismo juez. S\.N MATERNO, OBISPO Y CONFESOR.—Según Kaller, sucedió á san Valerio en el gobierno de la Iglesia de Tréverís, porlüsúltimos años del siglo 111. Después fue trasladado por la santa sede al arzobispado de Colonia, donde permaneció hasla su muerte. Su vida fue siempre santa y pura, y trabajó con mucho celo en la conversión de los inlieles de los países que gobernó. Asistió á dos concilios celebrados conlra los donalislas. uno en Homa y olio en Arles. Sus reliquias fueron trasladadas á Tréverís y enterradas en la iglesia de San Matías junio á sus predecesores san Kutpierio y san Valerio. El autor citado dice que es falso que san Materno hubiese sido discípulo del apóstol san IVdro, á pesar de lo que dicen el Martirologio romano y otros escrílores; • ! *>h bRlmb l.os SWTOS CRESCENCUNO, VÍCTOR, RÓSII.A V GENERAL, iiuiriRKs.—Fueron martirizados en el mismo sitio y dia que san Cipriano, obispo do Cartago, cuya vida puede verse en el dia I fí de esíe mismo mes. SAN CORMAC, ORISPO V REY.—Fué obispo de Cashel y rey de Mimster, en Irlanda. Fué descendiente del rey Engo. y probablemente primer obispo de Cashel. Murió peleando contra Flan, rey de Meald, en el año 008. un oh ten DIA 15. fia S\N NicoMrocs, PRESRÍTERO V MÁRTIR —Cuando la glo-"' l iosa virgen sania Petronila, pot piardar su virginidad y abi-azarse con su dulce esposo Jesucristo, (lió de mano al casamiento que el conde Flaco le ofrecía (como lo dijimos en su vida), y suplicó al Señor que la llevase entera y pura de esta vida; un sanio sacerdole llamado Nícomedes vino

4G LA LEYENDA DE ORO. DIA 15. á su c.tsa, y le dijo misil y lít comulgó; y ella rccihicndo á Dios 1c dió su espíritu. Tenia la santa virgen en su compañía otra doncetla que se llamaba Felícula, muy parecida á ella en santidad, hermosura y loables costumbres : y el conde Flacco, viendo que no le liabia sucedido el primer casamiento con la santa Petronila, puso los ojos en Felícula y rogóla que le tomase por marido: y como no !a pudiese ablandar ni inclinar ásu voluntad, determinó alcanzar por fuérzalo que no podia por blandura; y así la dijo, que escogiese una de dos, ó ser su mujer, ó sacrificar á sus dioses. Felícula le respondió con grande libertad : Ni seré tu mujer, porque yo estoy desposada con Jesucrislo, ni sacrificaré á (us dioses, poique soy cristiana.Enojóse sobremanera Flacco: entrególa á su vicario, para que, conocida la causa, prosiguiese con lodo rigor con ella; y finalmente, después de haberla tenido encerrada en un aposento oscuro por siete dias, sin darle cosa de comer, y teniéndola otros dias entre las vírgenes vestales (sin querer ella comer cosa de las que ellas comian, por ser manjares ofrecidos á la diosa Yesla), la atormenlaronenel ccúleo, y echaron en un albanal inmundo, y allí dió su alma á Dios. Tuvo noticia de esto san Nicomedes, presbítero, (el que minislró el saniísimo sacramento á sania Petronila á la bora de su muerte), y salió de una cueva donde estaba escondido, y de noche tomó el cuerpo de sania Felícula y le sepultó una milla de Roma, en la vía Ardealina. Supo Flacco esta obra de caridad que babia hecho Nicomedes: mandóle prender, y procuró con lodo el artificio que pudo, persuadirle que sacrificase á los dioses, y como el santo se riese de todas sus promesas y amenazas, le mandó azotar lan cruelmente, que en aquel tormento dió su espiritual Señor. Mandó el juez echar su cuerpo en el rio Tíber; mas un dórico llamado Justo (que lo era no menos en la vida que en el nombre), le buscó y le halló, y le sepultó en un huerto suyo, cerca de los muros de la ciudad, en la via Nomentana. Allí vinieron muchos crislianos, y por los merecimientos del santo alcanzaron de Dios grandes mercedes. Fué su muerte á los 13 dias de setiembre, etique la Iglesia celebra su fiesta. Hízosele templo en Roma y cementerio do su nombre. Escribieron de san Nicomedes los Martirologios romano, de Beda, Usuardo y Adoo, y el cardenal Baronio en sus anotaciones. SAN AICAIIOO, ABAD T CONFESOR.— El padre de san Aicardo se llamó Auscacio , y su madre Ermena , personas principales , nobles y ricas de la ciudad de Poitiers , en la provincia de Aquitania. Nacióles este bienaventurado nido y desde su tierna edad dió muestras en su mesura , modestia y bu^na inclinación , de lo que el Seilor quería obrar en él. Mas como su padre fuese soldado , deseó encaminar á su hijo por las armas y soldadesca : y la madre que en su parto dificultoso y peligroso le habia prometido , y después ofrecido á Dios , quería para cumplir con su voto que se aplicase al servicio de la Iglesia. Preguntado el niño en esta contienda de sus padres , á quésc indinaba mas ; respondió inspirado del Señor ; A mí ninguna cosa me apartará déla milicia de Cristo , sino la muerte. Habia en aquella sazón un hombre de raras partes, y excelente maestro de costumbres y de letras , á quien los ca - talleros y señores de aquella tierra enviaban sus hijos para que los oriase y enseñase. A este instructor y maestro quiso ir Aicardo , y fué enviado con gusto de sus padres ; y estando debajo de su magisterio y disciplina, se aventajó sobre todos los otros compañeros, en virfud, en ingenio y en las letras que de él aprendió. Pero como nuestro Señor le llamnba para mayores cosas, siendo de doce años se fué á un monaslerio, llamado Ansion , en el cual gran número de mongos servían al Señor con extremada perfección y aspereza de vida. En este monasterio entró el santo niño y bajó la lierna cervizal suave ^ugo de Cristo. Al principio sintiéronlo mucho sus padres, temiendo que no tendría su hijo en tan poca edad bastantes fuerzas para llevar la carga pesada de tan áspera religión; pero cuando vieron y oyeron lo que Dios obraba por él, alabáronle por ello, entendiendo que él era el autor de las maravillas que obraba por su hijo; porque los ciegos, los cojos y fatigados de varias enfermedades y calamidades, avisados de los ángeles, íbaná él para recibir remedio de sus trabajos: en las calles y cu las plazas no se oia sino el nombre de Aicardo, alabando lodos al Señor, por haberle enviado al mundo: y aunque él rogaba á los hombres que callasen, no podia hacer callar á los demonios , que por su mandato salían de los cuerpos. Siendo ya de veinte años, fué enviado un dia por la obediencia lucra del monasterio, y yendo él solo, cantando sus salmos (como solia ), oyó de repente una voz del cielo que le decia: Irán los santos de virlud en virtud, y se regocijarán cu la gloria. Oyó esta voz con sumo gozo, y no con menor estímulo de crecer cada dia en la virlud , y darse priesa hasta llegar á la cumbre de la perfección ; y así se dió mas á los ayunos y vigilias para domar la carne y olvidarse de los cuidados de esta vida miserable, y estar siempre lijo y atento con la mente en los del cielo, y abrazar las obras de caridad , atendiendo no solo á sí mismo , sino también al provecho de los olios. Para esto rogó á su padre quo pusiese en salvo sus muchas riquezas, dándolas á Dios porque en sus manos estarían seguras, y en las suyas propias no lo podían esíar; pues lan fácilmente se pierden y con tanta diíicullad se cobran. El padre oyó á su hijo con mucho gusto, y le dió gran cantidad de oro y plata, y muchas y muy ricas posesiones para edificar una iglesia y sustentar los ministros de ella: y el santo hijo conincreible alegría y licencia de Ansualdo, obispo de Poiliers, edificó una iglesia que el mismo obispo dedicó á la sacralísima Virgen María nuestra Señora, y fundó un monaslerio, quo por la fama y buena industria del sanio, dentro de poco tiempo se llenó de religiosos y varones perfectos, siendo el capitán, padre y maestro de todos, Aicardo con su ejemplo. De este monasterio le sacó nuestro Señor, para gobernar el monasterio gemiliense, en Normandia, que era muy principal y de muchos mongos, enlugar deFiübcrto, su abad : á quien por bien del mismo monasterio, y para quo Ebronio, tirano (que estaba mal con él), no le destruyese, le fué forzoso retirarse, dejando el cuidado do él á Aicardo; y él aceptó aquel cuidado por mandárselo san Audoeno, arzobispo de Rúan, su prelado, y mucho mas por una revelación que tuvo, de ser esta la voluntad de Dios, En este monasterio fué maravilloso el fruto que el santo y nuevo abad hizo: porque como era tan conocida su santidad y la opinión de ella y de su rara prudencia tan extendida por todas partes, muchos acudieron á aquel monasterio, como a una escuela de perfección, para ser enseñados de tan excelente y divino maestro; y fueron tantos los que concurrieron, que los monges de él llegaron á ser nuevecienlos. Gran saña tuvo el demonio contra este

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Wjfl suya eí|j¡iiliiat, que la vió subii- al cido i'odoada <strong>de</strong><br />

' ''Spiandores; y liona <strong>de</strong> una gloria inefable : y el Sefiorse<br />

li;< dignado <strong>de</strong>spués hacer conocer al mundo la santidad<br />

"le su sierva por medio <strong>de</strong> muchos milagros obrados por su<br />

míercesion; y fueron tórfwrj que movidos <strong>de</strong> ellos los gclioveses,<br />

luego empe/aron á venerarla como á sania, dándole<br />

público culto. Pero creciendo catla dia masía <strong>de</strong>voción<br />

di'I pueblo bácia esla su paisana, y obrando el Señor<br />

mievos ruüagros por su iulercesion, la santidad <strong>de</strong> Clemeníe<br />

XII la canonizó solenineniente, bahieuclo aprobado<br />

'inli-s á eáÚ lin los tres milagros siguienfes.<br />

I?í primero acaeció con María Magdalena Hiz/i: pa<strong>de</strong>cía<br />

«'sla nui jer nueve ailos liabia mu( lia;S (Milenneda<strong>de</strong>s, porque<br />

el liunior que se le había viciado, extendiéndose | íapat<br />

lis inferiores <strong>de</strong>l cuerpo, y al lado siniestro, la caucaba<br />

coniínuos y fuertes dolores que á veces se le iban (ie-<br />

'•anienle aumculando: <strong>de</strong> otra parlo la había eulnniecido<br />

('ste humor <strong>de</strong> tal modo los musios, que no podía en modo<br />

alguno moverse: lodos !a tenían por incurable murbo<br />

'ii'mpo lia!)ía. ra<strong>de</strong>ciendo una noche los dolores aun mucho<br />

mas fiUTies <strong>de</strong> lo acoslumbrado, invocó con mucha fe<br />

H socorro <strong>de</strong>saula Cilalina <strong>de</strong> (Jénova: con esto durmió uu<br />

y al <strong>de</strong>spertarse se halló <strong>de</strong>l todo sana , salló <strong>de</strong> la<br />

cama, v d;indo muchas gracias á sania Calalina, empez')<br />

á hacer todas las haciendas y fatigas que hacen las que<br />

gozan <strong>de</strong> perfccla y robusta salud.<br />

Kl segundo lo obró el Señor con una señora <strong>de</strong> las fes<br />

"IIIÍMS mas principales <strong>de</strong> (iónova, llamada María l'rancísca<br />

Ja viera: quince años había que pa<strong>de</strong>cía di'escorbuto.<br />

c,,;'l enlrcolrcs malos efeclos la hacia difícil la rcqii-<br />

'"'icioi^ ia cansüiya convulsiones ron alraccion di» nervios<br />

Pn los piós; no ¡iodia sufiír la Inzuí el menor ruido, ni po-<br />

'lia andar ni estar en cama sino apoyada en muchas almohadas:<br />

ftré á visilar el sepulcro <strong>de</strong> sania Cnlalina, pidiéndola<br />

con wmékvháttñarm la restituyese la salud; v<br />

volviéndose á casa en una silla <strong>de</strong> mano," así qm Ifegó á<br />

ella, se halló perfectamente sana, subió por sí rntema! jas<br />

escaleras, y empezó á caminar, <strong>de</strong>svanecidos enieramenle<br />

lodos sus proce<strong>de</strong>nles males.<br />

Kl lercero sucedió con una mujer llamada Blanca, la<br />

nial veinte y cinco años habia que estaba en el hospilal<br />

(leIos incurables, paralílica <strong>de</strong> los muslos y piernas y <strong>de</strong><br />

'a mano <strong>de</strong>recha; pero habiéndola llevado al sepulcro <strong>de</strong><br />

s;iiila Catalina, al momento eNlendió la mano baldada y<br />

^npozó a moverse y á andar con agilidad, habiendo recobrado<br />

perfecta la salud.<br />

I.a vida do esta sania nos enseña y hace ver entre otras<br />

('osas, cuánlo se engañan las personas piadosas y que han<br />

f>nqiezado á gustar do la vida espiritual, persuadiémWe'<br />

^"e en las diversiones y entretenímienfos <strong>de</strong>l mundo ha-<br />

'fwáíi alivio en las aflicciones y tristeza que á veces pa<strong>de</strong>-<br />

Sania Calalina cayó lambíen en este engaño, y á<br />

l^rsuasion <strong>de</strong> sus pariente buscó en las diversiones y cont!>"los<br />

<strong>de</strong>l >íglo algtth alivio en las ])eiias que i)a(lccia;<br />

'':,|'o sus diligencias salieron vanas: pues en vez <strong>de</strong> en-<br />

'"""'rar en esías cosas él alivio que buscaba, no bailó en<br />

^'assinó miovas amarguras y angustias que agravaron<br />

ln"cbo mas sus males, llenándola el es|ii)-ilu <strong>de</strong> mayor<br />

'' '-'iva. Y la razón es clara; porque, romo dicé la sania<br />

,'r| sü diálogo, sii-ndo miesh'a alma <strong>de</strong> una infinita capaci-<br />

•''"b pues es criada á imagen <strong>de</strong> Dios y es capaz <strong>de</strong> po-<br />

SOcr al mismo Dios, que es un bien infinito, no pue<strong>de</strong> sa •<br />

SETIEMBRE. 45<br />

ciarse ni quietarse e» las cosas terrenas por ser ledas B¿<br />

nilas, y cuanto mas busca en estas cosas su contento y quietud,<br />

ménos le halla ; porque cada dia se va apartando<br />

mas <strong>de</strong> Dios, que es su verda<strong>de</strong>ro contenió y quietud : el<br />

verda<strong>de</strong>ro remedio <strong>de</strong> nnesiras liistezas es acudirá Dios<br />

y purificar el alma <strong>de</strong> todos los afectos lerrenos, buscando<br />

en Dios nuestra consolación; pues él, como dice el<br />

Apóstol, es el padre <strong>de</strong> misericordia y el Dios <strong>de</strong> toda consolación.-<br />

• ; imibuísli! 'oi|-iaboii nn '.nqt oí r,xvtií\ VI-I IIJX<br />

* SAN h \S CIUSÓSTOAIO, onisro Y r\Tiu\iii;\ m CONSTAW-<br />

TINOI'T.A.—I.a liesla principal <strong>de</strong> este sanio se celebra el dia<br />

11 <strong>de</strong> enero, en cuyo dia pusimos la vida; pero en este<br />

dia la Iglesia celebra la memoria <strong>de</strong> su muerte; pues <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> haber sido <strong>de</strong>sterrado por sus enemigos, fué reslíluído<br />

á Conslanlinopla por <strong>de</strong>creto <strong>de</strong>l pontiliceInocencio<br />

primero, pero nuirió en manos <strong>de</strong> los soldados que le custodiaban<br />

antes <strong>de</strong> lle;;ar á su <strong>de</strong>slino.<br />

SAN Ciifiscuiscio, MÁKTIR.—lira niño <strong>de</strong> pocos años, hijo<br />

<strong>de</strong> san Eulimío, también mártir. En tiempo <strong>de</strong>l emperador<br />

Dioclecíano para escapar á su cruel persecución, los padres<br />

<strong>de</strong> este niño huyeron con el y se refugiaron en l'erngía.<br />

Vivieron algún tiempo en esta ciiiíiad ocultos (lelos perseguidores;<br />

pero al fin Culirnio fue <strong>de</strong>scubierto y llevado<br />

á!a cárcel, y confesamlo á .lesuci islo, perdió la vida en<br />

manos <strong>de</strong>l verdugo. Kl niño Cresccncio, (¡ue no quería separarse<br />

<strong>de</strong> su padre en los eternos gozos, dió sepultura al<br />

cuerpo <strong>de</strong>l anlor <strong>de</strong>. sus días, y <strong>de</strong>spués se presento al<br />

juez Tnrpiiio. En su presencia hizo el s;oilo joven su tienerosa<br />

confesión <strong>de</strong> fé, acabada la cual, fué llevado al tormento,<br />

y liltimamente lo <strong>de</strong>gollaron en liorna en la via Salaria<br />

por ór<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l mismo juez.<br />

S\.N MATERNO, OBISPO Y CONFESOR.—Según Kaller, sucedió<br />

á san Valerio en el gobierno <strong>de</strong> la Iglesia <strong>de</strong> Tréverís,<br />

porlüsúltimos años <strong>de</strong>l siglo 111. Después fue trasladado por<br />

la santa se<strong>de</strong> al arzobispado <strong>de</strong> Colonia, don<strong>de</strong> permaneció<br />

hasla su muerte. Su vida fue siempre santa y pura, y<br />

trabajó con mucho celo en la conversión <strong>de</strong> los inlieles <strong>de</strong><br />

los países que gobernó. Asistió á dos concilios celebrados<br />

conlra los donalislas. uno en Homa y olio en Arles. Sus<br />

reliquias fueron trasladadas á Tréverís y enterradas en la<br />

iglesia <strong>de</strong> San Matías junio á sus pre<strong>de</strong>cesores san Kutpierio<br />

y san Valerio. El autor citado dice que es falso que san<br />

Materno hubiese sido discípulo <strong>de</strong>l apóstol san IVdro, á<br />

pesar <strong>de</strong> lo que dicen el Martirologio romano y otros escrílores;<br />

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l.os SWTOS CRESCENCUNO, VÍCTOR, RÓSII.A V GENERAL,<br />

iiuiriRKs.—Fueron martirizados en el mismo sitio y dia<br />

que san Cipriano, obispo do Cartago, cuya vida pue<strong>de</strong> verse<br />

en el dia I fí <strong>de</strong> esíe mismo mes.<br />

SAN CORMAC, ORISPO V REY.—Fué obispo <strong>de</strong> Cashel y rey<br />

<strong>de</strong> Mimster, en Irlanda. Fué <strong>de</strong>scendiente <strong>de</strong>l rey Engo. y<br />

probablemente primer obispo <strong>de</strong> Cashel. Murió peleando<br />

contra Flan, rey <strong>de</strong> Meald, en el año 008.<br />

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DIA 15.<br />

fia<br />

S\N NicoMrocs, PRESRÍTERO V MÁRTIR —Cuando la glo-"'<br />

l iosa virgen sania Petronila, pot piardar su virginidad y<br />

abi-azarse con su dulce esposo Jesucristo, (lió <strong>de</strong> mano al<br />

casamiento que el con<strong>de</strong> Flaco le ofrecía (como lo dijimos<br />

en su vida), y suplicó al Señor que la llevase entera y pura<br />

<strong>de</strong> esta vida; un sanio sacerdole llamado Nícome<strong>de</strong>s vino

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