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Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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14 LA LEYENDA DE ORO. DIA I 4<br />

I.a divina bondad, que habia encoiulido en el corazón<br />

do su siei-va osla ardiente llama <strong>de</strong> su amor, la fué do tal<br />

modo fierecentando, qnc con el progreso <strong>de</strong>l tiempo llegó<br />

á ser un vasto incendio, causando en la santa los maravillosos<br />

efectos <strong>de</strong> éxtasis, raptos é interiores coinunicaciolies<br />

<strong>de</strong>l divino espirilu, con las cuales llevó una vida mas<br />

angélica que liumaua. Seria meiiesler un corazón tan inílamado<br />

en c! amor <strong>de</strong> Dios como o¡ suyo, para po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>clarar<br />

las gracias singulares que recihió <strong>de</strong>l Sefior en lo<br />

restante <strong>de</strong> su vida. Quien quiera tener una noticia distinta<br />

<strong>de</strong> estes favores y gracias sobrenaturales, pue<strong>de</strong> leer<br />

el diálogo que ella compuso eulre la alma y el cuerpo, y M<br />

vida escrita por el sacerdote que en sus últimos años fue<br />

su confesor y director. Nosotros nos ceñiremos á referir<br />

jas aociones esteriores e.i que si> empleó <strong>de</strong>spués que se<br />

<strong>de</strong>dicó cn'eramehte al divino servicio. Y primeramente en<br />

los cuatro primeros años se <strong>de</strong>dicó á toda suerte <strong>de</strong> penitencias<br />

y morlilicaciones, á fin <strong>de</strong> domar su cuerpo y sus<br />

sentidos, para que esluviesen lolalmeole sujetos y obedientes<br />

á las impresiones ilei divinó amor, que por sí solo,<br />

y sin alguna ayuda humana, la guiaba á una sublime perle'.viou.<br />

l'or inspiración, pues, exlraordinaria <strong>de</strong>l divino<br />

rspíniu,por espacio <strong>de</strong> veinte y tres años pasó doscuarc^mas<strong>de</strong>l<br />

afín, «slo es, la que prece<strong>de</strong> á la solemnidad <strong>de</strong><br />

la l'ascua, y la olía que prece<strong>de</strong> á la liesfa <strong>de</strong>.Cavidad,<br />

empezando tñ dia inmediato á la fiesta <strong>de</strong> san Marlin, sin<br />

tomar alimenlo alguno <strong>de</strong> ninguna especie, fuera <strong>de</strong> un<br />

vaso do agua en que echaba un poco <strong>de</strong> sal y vinagre. l!abií'ndola<br />

aparecido en una visión Jesucristo, todO bañado<br />

en sangra, con la cruz á cuestas, dicié.ndola que, los pecados<br />

<strong>de</strong> los hombres, y el amor con que los amaba, lo hablan<br />

reducido á aipiel estado, la quedó tan prol'und uocole<br />

grabada en el corazón la pasión <strong>de</strong>l Señcr su Salvador,<br />

que cuasi no podía ni sabia pensar en otra cosa ; y se<br />

<strong>de</strong>rretía en lágrimas y dolorosos gemidos, consi<strong>de</strong>rando <strong>de</strong><br />

una parle la monstruosa ingratitud <strong>de</strong> los hombres, que<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> un beneficio tan inestimable no <strong>de</strong>jan <strong>de</strong><br />

ofen<strong>de</strong>rle, y <strong>de</strong> renovar cuanto es <strong>de</strong> su parle la pasión<br />

<strong>de</strong> su amable Ue<strong>de</strong>nlor. El único alivio que hallaba en esfas<br />

penas iiitcriores, y en los ardores <strong>de</strong> su abrasado<br />

amor, era el acercarse con mucha frecuencia, y cuasi todos<br />

los dias, á la mesa eucaristica, <strong>de</strong> que estaba sumamenlc<br />

hambriimta, bailando en ella todas sus <strong>de</strong>licias.<br />

El fuego <strong>de</strong>l divino amor que ardia en el pecho <strong>de</strong> Catalina<br />

seextendiótambiená beneficio<strong>de</strong> sus prójimos. Porque<br />

pasados cualro año? do vida, cuasi <strong>de</strong>l todo solitaria y retirada,<br />

se empleó en asistir y servir con gran<strong>de</strong> amor á los<br />

enfermos, asf en las casas particulares como en los hospitales<br />

públicos <strong>de</strong> Genova, espccialmento en el <strong>de</strong> San Lázaro,<br />

don<strong>de</strong> estaban los que eran infectos <strong>de</strong> lepra y <strong>de</strong><br />

otros males incurables. Al principio que empezó esta obra<br />

<strong>de</strong> caridad, la causó mucho asco, y experimentó una aversión<br />

poco menos que insuperable, en curar las llagas podridas<br />

y asqueiosas <strong>de</strong> aquellos miserables; pero se hizo<br />

tal fuerza, que quedó perfeclamente victoriosa <strong>de</strong> loda- las<br />

repugnancias déla naluraleza; por lo que en a<strong>de</strong>lanfe no<br />

simió jamás diíicultad alguna en curar las llagas do aquellos<br />

pobres, limpiar sus asquerosos paños, y ejorcilarsc en<br />

les servicios mas <strong>de</strong>spreciados y fastidiosos, con gran<strong>de</strong><br />

edificación <strong>de</strong> toda la ciudad <strong>de</strong> fiénova, que estaba pasmada<br />

<strong>de</strong> ver una dama <strong>de</strong> tan alio grado, luimillarse por<br />

amor <strong>de</strong> Jesucristo á servir <strong>de</strong> dia v do noche, según lo<br />

pedia la necesidad á las personas mas asquerosas y abandonadas.<br />

Procurábales lodos los posibles subsidios, asi espirituales<br />

como temporales, con tan gran<strong>de</strong> ternura, como<br />

si hubiese sido su propia madre. Estos ejemplos <strong>de</strong> heroica<br />

cal illad que se admiraban en Catalina, movieron á los<br />

administradores <strong>de</strong>l gran<strong>de</strong> hospital <strong>de</strong> Ueuova llamado <strong>de</strong><br />

l'anmalone, á rogarla quisiese lomar el cuidado y la superinfen<strong>de</strong>ncia<br />

<strong>de</strong>l sobredicho hospital, consliluyéndola<br />

administradora <strong>de</strong> él, con amplia potestad <strong>de</strong> arreglar según<br />

su pru<strong>de</strong>ncia todas las cosas que mirasen al servicio y<br />

asistencia <strong>de</strong> los enfermos y á la conducta <strong>de</strong> los ministros<br />

y subalternos <strong>de</strong>l mismo hospital. Aceptó santa Catalina<br />

con mucho gusto este empleo <strong>de</strong> caridad, en el cual se<br />

ocupó lodo el resto <strong>de</strong> su vida con gran<strong>de</strong> satisfacción <strong>de</strong><br />

los adminislradores <strong>de</strong>l hospital, con muchas vejilajas <strong>de</strong><br />

aquel lugar pió, y no menor beneficio d;' los muchos enfermos<br />

que allí acudían para ser curados <strong>de</strong> sus enfermeda<strong>de</strong>s,<br />

.lunlaba la sania admirablemente los oficios <strong>de</strong> María<br />

con los <strong>de</strong> Marta i porque al mismo tiempo que atendía<br />

á los ejeiricios <strong>de</strong> oración, conlemplacion y <strong>de</strong> unión con<br />

Dios nueslro Señor, en los cuales, como se ha dicho, era<br />

di1! Señor favorecida con unmodo pariicular, no <strong>de</strong>jaba <strong>de</strong><br />

proveer y <strong>de</strong> velar con gran<strong>de</strong> solicilnd sobre todas las<br />

necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l hospital y <strong>de</strong> nslsür con loda la diligencia<br />

posible á los enfermos, así en lo locante á las cosas espirituales<br />

como á las Icmporales. Teniendo esta sania señora<br />

una caridad tan ardiente y solicita para con las personas<br />

extrañas, cada uno pue<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rar cuán'o mayor seria<br />

la que tendría para con Julián, su marido, á quien se hallaba<br />

unida con los lazos <strong>de</strong>l sanio matrimonio. Por eso<br />

nunca cesó <strong>de</strong>rogar al Señor con mucha eficacia, á fin <strong>de</strong><br />

que se dignase convertiile <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>svíos al camino <strong>de</strong> la<br />

salvación, portándose siempre con él con mucha mansedumbre<br />

y humildad; y consiguió en efecto <strong>de</strong> la piedad<br />

<strong>de</strong>l Señor la gracia (leseada; porque su marido muchos<br />

años antes <strong>de</strong> morir volvió en s(, <strong>de</strong>jó la vida viciosa que<br />

llevaba, y venerando la santidad <strong>de</strong> su consorle, vivió en<br />

a<strong>de</strong>lante con ella como un hermano con su hermana, y se<br />

entregó á los ejercicios <strong>de</strong> la cristiana piedad ; y lomando<br />

el hábito <strong>de</strong> la Tercera Or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> San Francisco, abrazó<br />

con mucho fervor las penitencias y morliíicocioncs propias<br />

<strong>de</strong> este santo instilulo. Y por úliimo, siendo acometido al<br />

fin <strong>de</strong> sus dias <strong>de</strong> una enfermedad bastante fastidiosa y<br />

dolorosa, santa Catalina le asistió y sirvió con in<strong>de</strong>cible caridad,<br />

y le alcanzó aun <strong>de</strong> Dios nueslro Señor la paciencia<br />

necesaria para sufrir con mérito el mal, que le privó <strong>de</strong> la<br />

vida en el año 1Í9T. Sobrevivió la sania trece años á la<br />

muerte <strong>de</strong> su marido, y conlinuó en santificarse siempre,<br />

mascón el ejercicio <strong>de</strong> la penitencia, <strong>de</strong> la caridad con los<br />

pobres enfermos <strong>de</strong>l hospital <strong>de</strong> Panmatorie, y con continuos<br />

ar<strong>de</strong>ntísimos actos <strong>de</strong> divino amor, el cual la iba poco<br />

á poco consumiendo; y en los últimos años <strong>de</strong> su vida la<br />

ocasionó varios efectos exlraorninarios, no solo en el espírifu,<br />

sino lambien en el cuerpo, <strong>de</strong>jándole suiuanicu!.'<br />

<strong>de</strong>bililado y oprimido <strong>de</strong> varios y graves males, áloscuales<br />

ninguna medicina limnana podia dar remedio ni alivio-<br />

De eMe modo purificó el Señor, como el oro en el crisol,<br />

á esta alma escogida y la llenó <strong>de</strong>célesliales favores; Hasta<br />

que en el ;iño i ;>Hi, en la noche que medió eulre los dias<br />

tí y lo <strong>de</strong> setiembre, la llamó á la posesión <strong>de</strong> los eternos<br />

gozos en el cielo. En el mismo momento en que la<br />

alma se separó <strong>de</strong> los lazos <strong>de</strong>l cuerpo, se apareció á una

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