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44G LA LEYENDA DE OKO. DÍA ^.<br />
varias lenguas, imprimiéndolos on lalin el P. Fr. Andrés | có cMiormano: ¿Es posible qne nada apelece vueslra revorencia?<br />
A que respondió: Sola una, que son unosespár<strong>de</strong><br />
Jesús, natural <strong>de</strong> Polonia, y <strong>de</strong> la misma ór<strong>de</strong>n, añadiendo<br />
oli os cuatro tratados menores: elprimero, Cautelas<br />
espirituales contra los tres enemigos <strong>de</strong>l alma: el se<br />
posible hallarlos. Estando el compañero enesta aflicción,<br />
ragos; pero en este tiempo 'era á fin <strong>de</strong> setiembre) no es<br />
gundo, Cai tas á diferentes personas: el tercero, Sentenciario<br />
espiritual; y el cuarto, Devotas Poesías. Y aunque y encima <strong>de</strong> ella un manojo <strong>de</strong> espárragos mny frescos,<br />
y mirando al rio, vieron los dos <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> él una peñutla,<br />
es ya muy conocida y pública la alteza y utilidad <strong>de</strong> esta atados con un mimbre. Sacólos el hermano: admirólos el<br />
doctrina; <strong>de</strong>jando los muchos elogios que <strong>de</strong> ella escribieron<br />
las mejores plumas, solo referiré el que los car<strong>de</strong>na<br />
pudo negar habia sido milagrosa.<br />
santo, y por mucho que procuró disimular la maravilla, no<br />
les Torres y Deti, para <strong>de</strong>spachar los remisoriales para la<br />
canonización <strong>de</strong>l santo padre, hicieron en esta forma:<br />
«Escribió libros <strong>de</strong> teología mística, llenos <strong>de</strong> celestial sabiduría,<br />
los cuales anclan divulgados en diferentes reinos<br />
con tan sublime y admirable estilo, qne juzgan todos<br />
no ser ciencia adquirida con ingenio humano, sino revelada<br />
é infundida <strong>de</strong>l cielo. Ks su lección muy provechosa<br />
para discernir las revelaciones verda<strong>de</strong>ras <strong>de</strong> las falsas,y<br />
esforzar las almas en el camino y vidit <strong>de</strong> ta perfección.<br />
Por lo cual los qne leen estos libros comparan su doctrina<br />
con la <strong>de</strong> san Dionisio Areopagita.» Y el sefior car<strong>de</strong>nal<br />
Ginclti refiere á la sagrada congregación el dicho <strong>de</strong>l doctísimo<br />
y venerable P. M. Fr. Juan Bautista Lezana, carmelita<br />
observante, á quien se habia remitido la revisión <strong>de</strong><br />
dichos libros por estas palabras: «La revisión délos opúsculos<br />
<strong>de</strong>l siervo <strong>de</strong> Dios, Juan <strong>de</strong> la Cruz, según la forma<br />
<strong>de</strong> los nuevo? <strong>de</strong>cretos que me encomendó la sagrada congregación,<br />
fué remitida al P. Fr. Juan Bautista Lezana,<br />
carmelita, uno <strong>de</strong> los consultores <strong>de</strong> esta sagrada congregación:<br />
por enya relación, qne presentó en escrito, consta^<br />
que en dichos opúsculos no se halla cosa contra la féy buenas<br />
costumbres, ni contienen doctrina nueva, ni peregrina,<br />
ni ajena <strong>de</strong>l común sentir y costumbre do la Iglesia;<br />
sino antes mas doctrina tan altamente sublime, que apenas<br />
se podrá hallar otra mas levantada, sino es en los códices<br />
sagrados.» Todo esto se dice <strong>de</strong> los libros <strong>de</strong>l santo<br />
padre: y nadie que los lea con humil<strong>de</strong> y verda<strong>de</strong>ro <strong>de</strong>seo<br />
<strong>de</strong> aprovecharse <strong>de</strong> su doctrina lo extrañará; porque experimentará<br />
los admirables frutos que causa en las almas<br />
en el total <strong>de</strong>sasimiento <strong>de</strong> las criaturas, y buscar y hallar<br />
al Criador.<br />
íbase el santo acercando á la corona <strong>de</strong> sus méritos: y<br />
para que fuese mas preciosa, la labró el Sefior nuevas piedras<br />
<strong>de</strong> penas y dolores en su última enfermedad. Envióle<br />
unas calenturas, qne presto le <strong>de</strong>rribaron en la cama, y<br />
originándose <strong>de</strong> ellas una gran<strong>de</strong> inflamación á la pierna<br />
<strong>de</strong>recha, puso á lodos en cuidado. Avisado el padre provincial,<br />
al punió euvió or<strong>de</strong>n para que se ftiése á ornar á<br />
Baeza óá Ubeda, y mandó al padre prior que luego lo ejecutase<br />
y cuidase mucho <strong>de</strong>l enfermo. Instaba el prior se<br />
fuése al colegio <strong>de</strong> Oaeza, por ser casa mas acomodada y<br />
el rector muy hijo <strong>de</strong>l santo padre, y no al convento <strong>de</strong><br />
Ubeda, nuevo y maí acomodado, y cuyo prior estaba adverso<br />
al santo padre por haberle mortificado algunas <strong>de</strong>masías.<br />
Mas como él <strong>de</strong>seaba pa<strong>de</strong>cer, y halló en Ubeda la<br />
ocasión: eligió el ir á aquella casa, en don<strong>de</strong> habia <strong>de</strong><br />
pa<strong>de</strong>cer mas y era rnénos conocido. Con el movimiento <strong>de</strong>l<br />
camino creció la inflamación é iba con notable fatiga.<br />
Llegando á la puente <strong>de</strong>l rio Guadalimar, le dijo el hermano:<br />
A \i sombra <strong>de</strong> este puente podrá vueslra reverencia<br />
<strong>de</strong>scansar un rato y comer un bocado. S< <strong>de</strong>scansaré (respondió<br />
el enfermo), porque llevo necesidad: pero tratar <strong>de</strong><br />
comer esexcusado, porque tengo total inapetencia. Repli-<br />
Uegado á Ubeda, fué recibido <strong>de</strong>l prior con poco agrado,<br />
y con mucho <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más. Pero el" camino <strong>de</strong> suerte<br />
agravó la enfermedad, que el humor, bajando á la pierna,<br />
al otro dia reventó por cinco bocas en forma <strong>de</strong> cruz,<br />
<strong>de</strong>jando la mayor sobre el empeine <strong>de</strong>l pié. De todas salia<br />
tanta materia que llenaba las escudillas, y cundiendo por<br />
todo el cuerpo hizo en él balsas <strong>de</strong> btinior corrompido, particularmente<br />
en ambas panlorrillas. Este acci<strong>de</strong>nte y continua<br />
calentura le causaron tal flaqueza que no se podiaro<strong>de</strong>ar<br />
en la cama, sino es asiéndose do una soga, y ayudado<br />
<strong>de</strong> los enfermeros. A su rigor excedía su paciencia,<br />
y á todo la que mostró en lo recio <strong>de</strong> su cura. Abriéronlo<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el empeine <strong>de</strong>l pió hacia arriba perla espinilla mas<br />
<strong>de</strong> una cuarta, <strong>de</strong> modo que se le <strong>de</strong>scubrió la canilla <strong>de</strong><br />
lapierna, con tal lolerancia en el enfermo, que admiró al<br />
cirujano, á quien <strong>de</strong>spués dijo con alegre serenidad: Sies<br />
menester cortar mas, córtese muy enhorabuena,y hágasela<br />
voluntad <strong>de</strong> mi sefior Jesucristo; que yo estoy dispuesto<br />
para lo que su Majestad mandare y or<strong>de</strong>nare <strong>de</strong> mf. A este<br />
dolor <strong>de</strong>lcucrposc recreció á este segundo Jobel <strong>de</strong>sagrado<br />
<strong>de</strong>l prior. Sus visitas eran <strong>de</strong> juez, sus palabras <strong>de</strong> apasionado<br />
y sus obras tan <strong>de</strong> miserable, que no solo no te<br />
(fátai mas que un poco <strong>de</strong> carnero, sino que prohibía que<br />
<strong>de</strong> fuera le regalasen, diciendo que baslaba el lomar carne<br />
para la enfermedad que tenia. Finalmente, por saber que<br />
esta sequedad la sentían y censuraban los religiosos, mandó<br />
que ninguno entrase en su celda, echando la llave á su<br />
rigor y el santo á su sufrimiento. No pudo tan ejemplar paciencia<br />
y santidad conocida estar oculta mucho tiempo:<br />
publicáronla cirujanos y religiosos, con que se movieron<br />
muchas personas <strong>de</strong>votas á acudir at enférmo. Unas le enviaban<br />
regalos, otras hitas y lien«os, y otras se encargaron<br />
<strong>de</strong> lavarlos paños y vondns. Ya los religiosos habian'<br />
avisado al padre provincial, que vino á toda priesa, é informado<br />
<strong>de</strong>l estado déla enfermedad y sequedad <strong>de</strong>lprior,<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haberle reflido ásperamente, dijo: Abran, padres,<br />
esas puertas para que no solólos religiosos, sino los<br />
seglares entren á ver este especláculo <strong>de</strong> santidad, y que<strong>de</strong>n<br />
admiradosconsu admirable paciencia. Trueno y rayofueron<br />
estas palabras <strong>de</strong>l zelo y caridad <strong>de</strong>l venerable<br />
provincial, que juntamente atemorizaron y alumbraron afc<br />
prior, el cual comenzó á venerar al que ántes perseguía; y<br />
postrado á sus piés, no solo le pidió muchas veces perdón,<br />
sino ejecutó sus consejos, y en a<strong>de</strong>lante predicó sus alabanzas.<br />
Queriéndole dar algún alivio, dispuso (rehusándolo<br />
el enfermo) un rato <strong>de</strong> música, y en tanto que duró, estuvo<br />
el santo tan suspenso, que vuelto en si, y preguntado<br />
qué. le habia parecido <strong>de</strong> la música, respondió: No la oí,<br />
porque otra mejor me ha ocupado en este tiempo. Empezaba<br />
ya á gustarla <strong>de</strong>l cielo, <strong>de</strong> la cual aíVadió: Saiiabor,<br />
cum apparucril gl&ria lúa.<br />
Con otras maravillas acreditó aquí Dios la santidad <strong>de</strong>su<br />
siervo. La materia que salia <strong>de</strong> las llagas era tan dife-