Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

DÍA n
por roliipiia, aunque bivn pobre. Al pntilo ecbó de si (al
trtgnufá, que se persuadieron los demás que iba cargado
de olores. Kxcusábase el religioso con la verdad, y llegaron
á creerla , cuando quilándoseei bábilo el religioso
, reconocieron lodos nacer de solo el bábilo la fragancia.
Era el sanio aquel buen olor de Grislo de que se
gloriaba el Apóstol; porque en lodo deseaba conformarse
y asemejarse á Grislo crnciíicado , buiuillado y abalido:
por lo cual, continuamente y con muebas ansias le pedia
li es cosas : la primera ; que no le llevase de esla vida
siendo prelado: la segunda ; que le diese que padecer por
su amor: y la lercera; que muriese babitando donde no le
conociesen : y se las concedió el Señor , como lo mostró
la experiencia y el mismo sanio padre lo dijo á su venerable
bermano Trancisco de Yepcs, y á otros, previniéndoles
que si lo viesen despreciado, abatido y cercado de dolores,
no lo extra fiasen ; porque los habia pedido al Señor
y se los babia concedido.
Ya corria un aiio de este priorato, cuando se innovó el
gobierno délos Descalzos por autoridad apostólica, empezando
á ser congregación, divida en diferentes provincias,
formando un supremo tribunal de vicario general y seis
diíiiiidores. C;IJ ó sobre; el siervo de Dios la elección de dilinidor
primerc, y juntamenle de prior del convenio do
Scgovia, donde babia de residir aquel grave tribunal, que
llamaban consulla, con que á un tiempo se halló presidente
de la consulla (en nuseiicia del vicario general) y prelado
dfl convento ; y cu ambas ocupaciones resplandeció su
santidad, su sabiduría, su prudencia y su entereza , con
una admirable humildad y encendida caridad conque losazonaba
todo. Dejando muchos casos particulares de profecías,
éxtasis y conocimiento de los interiores, y otras cosas
milagrosas que eran muy comunes en el sanio, solo reíe--
l ircmos aquí tres, que fueron mas notables. Todo el tieml>o
que estuvo en esta casa de Segovia , ¡idvirtieion , así
religiosos como seglares, que le asistía una paloma muy
hermosa, que no se hacia con los demás, estando siempre,
sobre la celda del santo padre. Conferido el caso entre los
religiosos, dijeron, que lo mismo babia sucedido en Granada,
y que adonde quiera que iba le seguía. Acostumbraba
el siervo de Dios en esla caso relirarse muchas vefes
á una cueva ó ermita que habia en la huerta ; y era
cosa maravillosa ver como solian entonces acudir allí muchos
pajarillos, y cantando dulcemente , le daban regaladas
músicas. I'slando, linalmentc, una vez orando delante
de una imagen de Cristo con la cruz acuestas, le habló su
.Majestad en aquella, y le dijo : ¡Fr. Juan ! Pero como el
santo padre era tan espiritual, y estas haljias y revelaciones
sensibles las tenia por sospechosas, no hizo caso, hasla
que repitiéndose la voz segunda y lercera vez se puso
olcnto, y oyó que le decia : ¿qué quieres en premio de lo
(pie por mí has hecho y padecido? A que respondió con
toda prontitud : Padecer, Señor, y ser menospreciado por
vos. Kl llaco püiera honra y descanso ; pero el esforzado
caballero de Cristo pide penas y abatimientos en premio
de sus humildes trabajos.
r.i ano de 1 ilGl acabó el oiicio de dilinidor, y queriendo
el Señor cumplirle lo que tanto le habia pedido, dispuso
que lo depiM'n sin oiicio alguno. Alegre el santo padre viéndose
desembarazado, se retiró en el convento de la Pefmela,
á seis leguas de la ciudad de Bacza, en Andalucía
por ser convenio solitario y eremítico , y en que llorecia
NOVIEMBRE.
la penitencia y austeridad de vida. Redujo allí la suya ú
una continuada tarea de retiro y oración. Las mañanas
gastaba en el coro y decir misa : las lardes, ó se salía por
aquellos montes á desabogar su espíritu en alabanzas
del Criador, ó las pasaba en su celda recogido, ya de rodillas,
ya en cruz, orando y otros santos ejercicios . hasla
que la campana lo llamaba á los actos de comunidad. En
esla soledad se hallaba como en su centro , y ocupándose
tan sin embarazos en solo Dios, vivía tan abstraído de lodo
lo de acá, que no parecía hombre terreno, sino ángel humano,
pío atreviéndosele los demonios de cerca, le armaron
tan funesto nublado en el aire sobre lodo el sitm, que
en sus furiosos rayos , truenos y piedras parecía lo habian
de acabar lodo y hundir el convenio. Yiendoel santo
padre la turbación de los religiosos, y conociendo los autores
que la causaban, saliéndose al medio del claustro, so
quitó la capilla, y mirando al cielo, hizo con ella cuatro
cruces hacia las cuatro parles del mundo : y al momento
se dividió el nublado en otras cuatro partes , y á toda
priesa dejó el cielo sereno , desvanecida la tempestad y
confusos los enemigos; los cuales aunque quedaron vencidos,
pero nó enmendados ; pues que va que no les salió
bien el aguo, trataron de valerse del fuego , y ver si podrían
abrasar con llamas al que no habían podido ahogar
con diluvios. Tenia el convento un pedazo de huerta y
olivar cercado nó de paredes, sino de las mismas malezas
del monte, y por defuera algunas haces de siembro.
Corriendo buen viento para desviar el fuego, quiso un
hermano quemar los rastrojos que habían quedado de la
siega : valiéndoselos demonios de la ocasión , presto revolvieron
el viento contra la huerta y el convento , y encendieron
tales llamas , que ya sin resistencia amenazaban
lamentable incendio de lodo el sitio. Asustados los
religiosos, llamaron al santo padre, el cual haciendo breve
oración delante del santísimo Sacramento, lomó el
hisopo y agua bendita, y se puso entre la cerca y el fuego,
cuyas llamas pasando por encima del santo, llegaban
ya á lamer los sarmientos de la barda, con (pie á poco espacio
perdieron al santo de vista. Pasmáronse lodos temiéndole
abrasado ; mas el santo padre, luchando con
Dios y su oración contra el infierno , consiguió la victoria
que se comenzó á moslrar en dos maravillas singulares:
la prímei a, que emprendiendo el fuego en las jaras y sarmientos
deque secomponia la cerca (á semejanza de la
zar/a de Moisés), no los quemaba ni ofendía: la sefiimda,
que descaeciendo las llamas, vieron el santo padre en medio
de ellas elevado en el aire, y que pisándolas, poco á
poco se fué bajando sin traer lesión en persona, ni olor de
fuego en sus hábitos, viniéndose alegre hacia los religiosos,
y dejando en todo el sitio ahogado el fuego y sus autores.
Mucho edificó el siervo de Dios á toda la Iglesia con la
sanlidad y virtudes de su santa vida ; pero nada menos la
enseñó con su mística y justísima doctrina. Y porque en
esta soledad de la Peñuela le dióla última mano á sus escritos,
daremos aquí noticia de ellos. Muchos religiosos y
religiosas de la Orden , admirando su celestial magisterio
místico , le l ogaron se los dejase escritos para bien de
muchas almas. Rendido alas instancias, escribiólos libros
siguientes : el primero , Subida del monte Carmelo : el
segundo. Noche obscura: el tercero. Cántico espiritual; y
el cuarto, Llama de amor viva. Trasladáronse después en