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440 LA LEYENDA DE ORO.<br />
ctipo la mejor parle <strong>de</strong> aquellos primitivos favores, por ser<br />
el primero que se <strong>de</strong>scalzó, y en quien Dios <strong>de</strong>rramó las<br />
primicias <strong>de</strong>l espirita <strong>de</strong> que se habia <strong>de</strong> alimentar la religión,<br />
y su buen olor alegrar toda la Iglesia. A<strong>de</strong>lantó aquí<br />
su penitencia con extraños rigores: el jubón y calzoncillos'<br />
<strong>de</strong> esparto le parecian suaves: las disciplinas no le satisfacían<br />
si no las lefiia en sangre: los cilicios, cobar<strong>de</strong>s sino<br />
taladraban sus miembros: la cama era un rincón <strong>de</strong>l coro<br />
con una piedra por almohada: <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> maitines se<br />
quedaba en oración hasta la mañana: tan absorto estaba<br />
en ella, que calándose muchas veces <strong>de</strong> la nieve que caia<br />
por entre las tejas, se iba á prima sin repararlo: gastaba<br />
la mañana en <strong>de</strong>cir misa, y confesar é instruir á aquellos<br />
serranos bien necesitados <strong>de</strong> doctrina: iba á predicar una<br />
y dos leguas iéjos á pié <strong>de</strong>scalzo, y volvia á <strong>de</strong>sayunarse<br />
al convento.<br />
Pasó con el oficio <strong>de</strong> maestro <strong>de</strong> novicios á la fundación<br />
<strong>de</strong> Mancera, don<strong>de</strong> mostró la gracia que Dioslehabia dado<br />
para discernir los espíritus y conocer los talentos y discreción<br />
admirable para el magisterio <strong>de</strong> las almas. Careciendo<br />
<strong>de</strong> todo eslo el que gobernaba el noviciado <strong>de</strong> Pastrana<br />
en Castilla la Nueva, hubo <strong>de</strong> ir el siervo <strong>de</strong> Dios á<br />
componer aquel seminario, que con los indiscretos fervores<br />
y penitencia que el maestro inlroducia necesitaba <strong>de</strong><br />
mo<strong>de</strong>ración pru<strong>de</strong>nte, lleducido aquel noviciado al <strong>de</strong>bido<br />
temple, pasó al colegio recien fundado en Alcalá y fué su<br />
primer rector. Edificó aquella insigne universidad con notable<br />
ejemplo, admirando todos, no menos sus letras que<br />
su santidad, cogiendo la religión el fruto <strong>de</strong> muchos y<br />
gran<strong>de</strong>s sugelos, que movidos con tal ejemplo rommeiaron<br />
el mundo y abrazaron el nuevo instituto. Pasado un<br />
ano volvió á Pastrana, y <strong>de</strong> allí á Avila á petición é instancia<br />
<strong>de</strong> la santa madre, para confesor <strong>de</strong>l ilustre convento<br />
<strong>de</strong> la Encarnación <strong>de</strong> aquella villa, <strong>de</strong> monjas carmelitas<br />
déla Observancia, en la cual habia tomado el hábito y<br />
profesado la misma santa : y ahora los prelados (aunque ya<br />
<strong>de</strong>scalza) la hablan hecho priora <strong>de</strong> dicho convento, para<br />
que le regulase é impusiese en el retiro, espíritu y oración<br />
que á sus <strong>de</strong>scalzas: y conociendo la santa que nadie le<br />
podia ayudar mas para conseguir este efecto que el padre<br />
Fr. Juan <strong>de</strong> la Cruz, negoció se lo enviasen. Fué allá con<br />
el P. Fr. Germán <strong>de</strong> San Matías por compañero; y con tal<br />
arte, pru<strong>de</strong>ncia y espíritu, confesó y supo llevar y enseñar<br />
aquellas benditas religiosas, que si ántes era convento<br />
<strong>de</strong> mucho tráfago, ya se podia ahora contar por uno délas<br />
<strong>de</strong>scalzas i ya no se trataba allí sino <strong>de</strong> oración y <strong>de</strong> muy<br />
gran<strong>de</strong> recogimiento: las rejas estaban <strong>de</strong>siertas y solo<br />
trataban con Dios y con el santo padre, aunque con tanta<br />
circunspección, que no admitía <strong>de</strong> ellas cosa alguna<br />
ni comunicación, sino para confesión ó provecho do sus<br />
almas: con que fué muy gran<strong>de</strong> el fruto espiritual que luzo<br />
en las religiosas, con igual ejemplo y edificación do toda<br />
la ciudad.<br />
No se olvidó nuestro Señor <strong>de</strong> acreditar con maravillas<br />
al siervo que tan <strong>de</strong> veras trabajaba en su mayor servicio.<br />
A doña María <strong>de</strong> Yera, religiosa grave <strong>de</strong> aquel convento,<br />
dió tan súbita y mortal enfermedad, que ántes que<br />
obrasen los remedios, le privó <strong>de</strong> los sentidos, y lo que se<br />
tuvo por cierto, también <strong>de</strong> la vida. Desconsoladas las monjas<br />
llamaron al santo padre y una le dijo: Buena cuenta<br />
ha dado vuestra reverencia, padre nuestro, <strong>de</strong> su hija;<br />
pues la ha <strong>de</strong>jado morir sin sacramentos. Calló el siervo<br />
DIA 2i.<br />
<strong>de</strong> Dios, y retirado al coro, so puso en oración, y haciendo<br />
instancias á su Majestad, fué tan eficaz, que la religiosa<br />
ya difunta á vista <strong>de</strong> muchas comenzó á mudar semblantes,<br />
abrir los ojos, menearlas manos y mostrar alientos<br />
<strong>de</strong> vida. Alegres las monjas, acudieron <strong>de</strong> tropel al<br />
coro á dar al santo padre el aviso, el cual sin turbación<br />
respondió á aquella religiosa que le habia dado quejas:<br />
Hija, ¿está contenta? Con que las confirmó en lo que ya<br />
ellas creian, <strong>de</strong> que aquella maravilla fué efecto <strong>de</strong> su oración;<br />
y aun se confirmaron mas viendo que en habiéndola<br />
el santo confesado y administrado los <strong>de</strong>más sacrameulos<br />
se quedó luego difunta.<br />
Estando también un dia <strong>de</strong> la Santísima Trinidad en el<br />
locutorio hablando con la santa madre, que, como hal;cmos<br />
dicho, era priora, <strong>de</strong> suerte se engolfaron en la consi<strong>de</strong>ración<br />
<strong>de</strong> aquel inefable misterio, y tan altamente li s<br />
ilustró su Majestad , que aquellas dos almas seráficas se<br />
fueron <strong>de</strong>sprendiendo <strong>de</strong> los senlidos, volando á la esfera<br />
adon<strong>de</strong> el Señor los llamaba. La santa quedó arrobada,<br />
sentada en un banco <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> su locutorio ; y el santo<br />
padre, que al principio que comenzó á sentir aquella dulce<br />
violencia se asió á los brazos <strong>de</strong> la silla para impedirla,<br />
mas no pudo, venciendo la velocidad <strong>de</strong>l alma á cuerpo y<br />
silla, los levantó por el aire bastar dar en el techo <strong>de</strong> la<br />
pieza. Hablando pues la santa <strong>de</strong> este caso, dijo haber sido<br />
la causa, la alteza y claridad con que el siervo <strong>de</strong> Dios<br />
habia hablado <strong>de</strong>l misterio <strong>de</strong> la santísima Trinidad, y que<br />
no se podia hablar <strong>de</strong> Dios con el P. Fr. Juan , porque luego<br />
se trasponía ó hacia trasponer. Sucedióle también por<br />
este tiempo, que estando contemplando los dolores que<br />
pa<strong>de</strong>ció Cristo en la cruz, se le representó á la vista tan<br />
llagado, herido y vertiendo sangre como en ella estuvo.<br />
Lo que aquella vista causó en su alma, el santo lo reservó<br />
para sí; pero lo que nos <strong>de</strong>jó que notar, fué el quedarlo<br />
en su imaginación tan impresa, que no siendo pintor, lomó<br />
Id pluma y dibujóla imágen en un papel,sacando el dibujo<br />
en perfil esforzado (don<strong>de</strong> es mas dificultosa la perspectiva),<br />
y salió tan milagroso, que lo alaban mucho los primorosos<br />
en el arle.<br />
Gran<strong>de</strong> rabia causaban en el <strong>de</strong>monio tantas virtu<strong>de</strong>s<br />
y favores <strong>de</strong>l siervo <strong>de</strong> Dios : y armándole reñidas peleas<br />
y enredados combates , no pudo sacar mas gananct;i<br />
que quedar confuso, y ser ocasión <strong>de</strong> mostrar el santo el<br />
gi an<strong>de</strong> po<strong>de</strong>r que Dios le habia dado sobre los <strong>de</strong>monios,<br />
ganando el nombre <strong>de</strong> segundo Basilio, como se vió en<br />
los casos siguientes. A una monja <strong>de</strong> cierta ór<strong>de</strong>n comenzó<br />
á molestarla con espíritu <strong>de</strong> blasfemia, arrojándola<br />
proposiciones contra la fé y tentaciones contra la castidad.<br />
Comunicólas con el sanio padre, que conociendo al<br />
autor <strong>de</strong> su inquietud, la aplicaba á tiempo las medicinas<br />
: mas aunque se sosegaba la paciente en su presencia,<br />
en ausentándose volvia á su porfía el <strong>de</strong>monio; y para enredarla<br />
mas, tomaba la figura <strong>de</strong>l santo padre, y en el<br />
Confesonario la influia con doctrinas perniciosas. Volviendo<br />
el verda<strong>de</strong>ro confesor y enterado <strong>de</strong>l arte <strong>de</strong> su enemigo,<br />
procuró remediarlo dándola por escrito lo que le habia do<br />
respon<strong>de</strong>r, cuando sintiese semejantes tentaciones. No <strong>de</strong>sistió<br />
con esto el engañador; ántes usando <strong>de</strong>l mismo ardid,<br />
escribió otro papel imitando la letra y firma <strong>de</strong>l santo,<br />
y en él la <strong>de</strong>cía, como por no po<strong>de</strong>r excusar cierto viaje,<br />
la queria <strong>de</strong>jar cierta advertencia acerca <strong>de</strong> lo que ántes<br />
la habia dado por escrito; porque consi<strong>de</strong>rándolo mejor,