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DÍA 22/<br />
N0Y1E<br />
Dios, pora proveer h los que con lanía pobreza y necesidad<br />
le servian en aquella soledad. Esle hombre lenia una<br />
mujer consumida <strong>de</strong> nn año entero <strong>de</strong> calenturas y sin esperanzas<br />
<strong>de</strong> vida: hizo por ella oración el sauto, y luego<br />
el Señor le (lió enlera salud.<br />
En nueve dias no había comido ni el santo ni sus mon<strong>de</strong>s,<br />
sino unas yerbas que nacían en el campo: reveló<br />
Diosa un abad, que enviase lo necesario á Columbano<br />
para su sustento y <strong>de</strong> sus monges ; y él lo hizo abundantemente<br />
: y no sabiendo los que lo llevaban el lugar en<br />
que estaba puntualmente, los caballos, guiados <strong>de</strong> los ángelrs,<br />
se fuérou <strong>de</strong>rechos al convento <strong>de</strong> Golumbano, y<br />
él con sus mongos alabó al Sefior.<br />
Otra vez, teniendo necesidad, las trojes que estaban vacías<br />
se hallaron llenas <strong>de</strong> trigo: y otra, sesenla hombres<br />
que estaban trabajando para sembrar la tierra, comieron<br />
<strong>de</strong> dos panes que solos tenían, y bebieron <strong>de</strong> un poco <strong>de</strong><br />
cerveíti, y se hartaron, por haber echado su bendición Columbano<br />
y rogado al Señor que io miillíplicase; y <strong>de</strong> les<br />
panes cogieron dos espuertas, y <strong>de</strong> la cerveza quedó dos<br />
veces tanlo mas <strong>de</strong> lo que ántes había : y en este género<br />
y en la singular provi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l Sefior en proveer á las<br />
necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> sus siervos, tuvo muchas y gran<strong>de</strong>s experiencias<br />
Columbano, y particulares favores <strong>de</strong>l Sefior,<br />
mostrándole con las obras el paternal cuidado que tiene<br />
<strong>de</strong> los que <strong>de</strong> veras le sirven y tienen puesta toda su coníianza<br />
en ó!.<br />
Una vez mandó á uno <strong>de</strong> sus monges que fuese á pescar<br />
á un rio, y le trajese los peces que cogiese: fué el<br />
inonge: y pareciéndole que habría mas pescado en otro<br />
río, <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> ir al que Golumbano le había mandado : fué á<br />
él: echó sus re<strong>de</strong>s, y trabajó todo el día, y con ver á los<br />
ojos un número innumerable <strong>de</strong> peces <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> sí, tío<br />
cogió ninguno: y volviendo al convenio, dijo al abad que<br />
había perdido el liempo, y iornaha con las manos vacías.<br />
El abad le reprendió porque no había ido al rio que él le<br />
bahía mandado, diciendo que por su <strong>de</strong>sobediencia Dios le<br />
habia castigado: mandóle ir al otro rio, y en llegando á<br />
c!, prendió tantos peces, que apenas los podía traer, que<br />
es ejemplo raro para enseñarnos la simplicidad y punina-<br />
Hdad que el Señor pi<strong>de</strong> á los religiosos en la obediencia.<br />
También es ejemplo en la obediencia que el religioso <strong>de</strong>be<br />
a su superior, otro milagro que le sucedió. Estaban muchos<br />
<strong>de</strong> sus monges muy enfermos, y el santo recogido<br />
en su peña, tuvo revelación <strong>de</strong> ello: fuese al monasterio<br />
<strong>de</strong> Luxovio, y mandó á todos los enfermos que se levantasen<br />
y fuesen á las eras á trillar: muchos fueron y algunos<br />
se quedaron; mas todos los que fueron por virtud <strong>de</strong><br />
ia santa obediencia sanaron, y los que por su flaqueza y<br />
falla <strong>de</strong> obediencia <strong>de</strong>jaron <strong>de</strong> ir, se quedaron con sus<br />
enfermeda<strong>de</strong>s: las cuales seles arraigaron <strong>de</strong> manera,<br />
que les duraron mas <strong>de</strong> un aíio, y conocieron su culpa é<br />
bioteroii penitencia.<br />
Otra vez, al liempo <strong>de</strong> la siega, estando H santo con<br />
sus monges bien ocupado en ella, y lloviendo una agua<br />
muy recia al re<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> los segadores, sobre ellos no cayó<br />
gola, ántes tuvieron sol y serenidad, que les duró lodo<br />
él liempo (pie fué menester hastn poner bis mieses en<br />
cobro.<br />
Hurtóle una vez un cuervo una manopla <strong>de</strong> <strong>de</strong>diles con<br />
que el santo trabajaba: entendiólo Golumbano, dijo que<br />
no daría <strong>de</strong> comer á los pollos <strong>de</strong>l cuervo basta que le res-<br />
MWBí<br />
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tiluyese su manopla; y súbitamente apareció el cuervo<br />
trayendo en el pico la manopla, la cual puso á los piés<br />
<strong>de</strong>l sanio y <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> los otros monges que allí estaban,<br />
aguardando quietamente el castigo <strong>de</strong> su alrevimienlo;<br />
mas el santo le mandó que se fnése y así lo hizo.<br />
Grecíó el rio Bovio una vez mucho,,y el molino <strong>de</strong>l convento<br />
estaba en peligro que no se le llevase el rio con su<br />
corriente : mandó san Golumbano á un diácono suyo, que<br />
se llamaba Sinoaldo, que (ornase su báculo, y hedíala<br />
serial <strong>de</strong> la cruz, mandase al rio <strong>de</strong> su parte que <strong>de</strong>jase<br />
aquel camino y echase por otra parle. Sinoaldo lo mandó,<br />
y el rio obe<strong>de</strong>ció: y el Sefior fué glorificado, á quien obe<strong>de</strong>cen<br />
todas las crialuras.<br />
lisiando el refitolero sacando cerveza <strong>de</strong> la cueva para<br />
la comida <strong>de</strong>l convento, y quitada la canilla <strong>de</strong> la cuba<br />
hinchendo el vaso, fué llamado <strong>de</strong> otro fraile en nombre<br />
<strong>de</strong> san Columbano: el refitolero, para acudir puntualmenle<br />
á la obediencia, corrió luego, y con la priesa olvidóse <strong>de</strong><br />
cen'ar la canilla: volvió <strong>de</strong>spués á la cueva con la canilla<br />
en la mano, creyendo que toda la cerveza se habría salido<br />
; y halló la cuba entera y que no se habia salido gola:<br />
para ensenarnos nuestro Señor, cuan grata le es la obediencia<br />
y la pronlilud con que e! religioso acu<strong>de</strong> á ella.<br />
Yendo una vez por el monte solo, vió un ciervo que los<br />
lobos habían muerto, y sobre él un oso que le chupaba la<br />
sangre y habia comenzado á comer <strong>de</strong> sus carnes. Mandóle<br />
el sanio al oso que no tocase al pellejo <strong>de</strong>l ciervo,<br />
porque era bueno para zapatos ; y el oso, olvidado <strong>de</strong> su<br />
naturaleza, bajó la cabeza y obe<strong>de</strong>ció. Después mandó Columbano<br />
á sus monges recoger el ciervo: y aunque mucívas<br />
aves <strong>de</strong> rapiña le vieron y volaban hacía él, ninguna<br />
le osó tocar. Estaba uno <strong>de</strong> sus monges (que también se<br />
llamaba Columbano) para morir: y pidiendo al Señor que<br />
le sacase <strong>de</strong> esta vida, vió cabe sí un varón vestido <strong>de</strong> clarísima<br />
luz, que le dijo, que no le podía librar <strong>de</strong>! cuerpo,<br />
porque Columbano., su padre, con sus oraciones v lágrimás<br />
lo impedía. Avisó el monge á Colmnlvmo <strong>de</strong> io que habia<br />
visto, quejándose mucho <strong>de</strong> que su caridad le era daííosa:<br />
y el santo, entendiendo el caso, hizo oración con sus monges,<br />
y dándole el viático y su bendición, le <strong>de</strong>jó volar al<br />
cielo; porque era nisy sanio, tanto que las íieras y las<br />
aves lé obe<strong>de</strong>cían.<br />
Pero pongamos fin á los milagros <strong>de</strong> san Golunabano,<br />
porque fueron muchos y notables; y para acabar, digamos<br />
solamente como Dios cumplió su profecía acerca do<br />
la muerte <strong>de</strong>l rey Teodorico y <strong>de</strong> todos sus hijos, que<br />
fué el que le persiguió y le echó do su reino, como<br />
queda referido. Después que el santo amonestó al rey y<br />
le reprendió severamente <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>shonestida<strong>de</strong>s y torpezas,<br />
sin provecho^ y no quiso aceptar los regalos que<br />
el mismo rey le enviaba para su comida, ántes los mismos<br />
vasos en que iba se hicieron pedazos, ni tampoco quiso<br />
echar su bendición á los hijos <strong>de</strong>l rey, diciendo que eran<br />
hijos <strong>de</strong> maldición y do pecado; alumbrado con espíritu<br />
<strong>de</strong>l cielo, dijo que el rey Teodorico y todos sus hijos <strong>de</strong>ntro<br />
<strong>de</strong> li es años morirían mala muerte, y el rey Clolario<br />
vendría á ser rey y señor <strong>de</strong> lodo Jo que ei rey Teodorico<br />
poseia. Todo se cumplió como el santo lo dijo ; porque en<br />
aquel espacio <strong>de</strong> tiempo Teodorico, estando en Metz <strong>de</strong> Lorena,<br />
murió abrasado <strong>de</strong> un rayo, como escribe Jonás en<br />
la vida do san Columbano; aunque otros dicen que murió<br />
con yerbas que le dió Brunequildc, su abuela; y ou-os