Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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DIA 14. gos de nación , y muy querkloíi del emperador Licinio, por su juventud y vasla erudición. S« gallardía , su hermosura y demás prendas de su cuerpo y espíritu les habián captado el aprecio de toda la corle ; pero habiéndose descubierto un dia que eraijhcriátianos, fueron llamados á la presencia del mismo Licinio , que no pudo vencerlos ni con halagos ni amenazas. Por consiguiente, á los pocos tijas fueron desterrados á la Seitia, donde, coiiliniiaron sus ejercicios cristianos con mas feivorque ánles, hasta que, presos otra vez, y confesando de nuevo la fé de Je^. sucristo , ios echaron en una hoguera , de donde salieron ilesos , y los degollaron. SAN ELÍ.OÜIO , OBISPO Y CONFESOU. — Nació en Siria, y en su juventud ahrazó la vida monástica en su misma patria, [•ntregado á su propia santificación y al estudio de las ciencias sagradas y profanas , era enleramntc extraño á cuanto á su alrededor pasaba. Su infatigable aplicación unida á un espíritu penetrante , á una concepción viva y á un juicio sólido, le hicieron un caudal de conocimientos 'an vasto , que muy pronlo se halló en estado de combatir los errores do su tiempo. Entonces cre\ó el santo que dehia salir de su soledad para alonder mas fácilmente á |as necesidades déla religión , y fué ordenado de presbítero por san Anastasio , patriarca de Antiofjula , de cuya ciudad permaneció trabajando con mucha ulilidad, hüsla que el emperador Tiberio-Constantino le nombró para el arzobispado de Alejandría, cu doudc fué consagrado, el afioSSa.En üSü hizo un viaje áConslanlmopla donde conoció y trabó estrecha amistad con san Gregorio el Grande, y ambos trabajaron en adelante de consuno en favor de la Iglesia de Dios. San Eulogio escribió variar obras en defensa de la fé católica , contia los novacianos y otros herejes, y después de un pontificado ilustre engrandes acciones, murió en Alejandría el dia 12 de setiembre de| ano 607. SAN AMADO , OBISPO Y COJÍFESOII.—Fuéliijode padres ricos y piadosos; imimó con la leche el amor á la virluil, y después hizo rápidos progresos en las ciencias. Sobresalía en eh entre las demás virtudes, la práctica de la humildad y de la mas pura caridad. Cuando hubo de tomar estado, suplicó fervorosamente al cielo se dignase declararle sti voluntad, y habiéndose preparado por los ayunos y la oración, abrazó el estado eclesiástico. Desde entonces se 0 vió enlcramenlc felirado del mundo , vivir conforme en iTv** 'a es'r'cla disciplina de la Igiosia, y lomar luego . ^'bilo en el celebre monasterio de Agaune. Civciendo ''«ppecn las vias déla perfección, fue llamado desde Ja Piedad á la silla episcopal de Sion , en Valais , y fué consagrado el año (1(19. Esta dignidad hizo brillar sus ^menles calidades con un nuevo resplandor: derramó ^undantes limosnas en el seno de los pobres ; instnn ó á sus ovejas con un ardor infatigable v cumplió con U mas Perfecta exactitud todos los deberes de un pastor según el corazoa de Dios. IVroei cielo quiso probar al santo en el crisol de las tribulaciones : acusado de supuestos cn'me- 'J08 i Tierri ill, rey de Francia, le desterró al monasterio 'te San Fursey en I'eronne, donde fué el modelo y la admiración de aquellos religiosos por su paciencia y humrf- ^d-Cuando murió el abad, el venerable obispo se vió ^ligado á encargarse do la dirección de aquellos monges, y después de haber encaminado á todos sus subditos por 08 senderos de la perfección, resignó su nueva dignidad, TOMO III. SETIEMBRE. / J II y se encerró en una pequeíia celda al lado de la iglesia* en la cual murió el dia lü de getiembre del ano (¡90. San Amado fué ilustro en milagros áñtes y después de su muerte. SAN ELOY , PATRIARCA Y CONFESOR. — Floreció á últimos del siglo VI y murió á principios del VII, en el afio 608v combatiendo con vasla erudición, con celo ardiente y hasta con milagros la herejía euliquiana. «inq •/ .T'ÍMHI. / -niUu «¿ ¿ / t* ¿ «iiuii «irf ru^b eaioa DIA 14. (¡í r,-s''->tin.'jb rMiírilfrírtft

Ü juntó su ojército de gente nueva y hhoM (porque no tenia soldados viejos); y para industriarlos y hacerlos á las armas, los ejercitó antes de venir á batalla con los enemigos. Con este ejército salió Ileraclio en busca de Cosroas, con ánimo de pelear con él, contiando que Dios le daria victoria, y humillaría al blasfemo é insolente rey, que estaba tan desvanecido por los buenos sucesos que el mismo Dios le había dado para castigo de los cristianos; y él, como ciego, los atribuía á sí y á su valor y poder. Y para ir con mayor seguridad, llevaba e! emperador en su-mano derecha una imagendevotisima de nuestra Señora, ó (según otros, de Jesucristo noestio Redentor; y por ventura fué de Madre é Hijo); y (á lo que escriben) esta imagen no habia sido pintada por mano de hombres, sino venida del cielo; porque su esperanza no estribaba en la gente y fuerza que llevaba, sino en la misericordia del Señor, y en la intercesión y patrocinio de su bendita Madre. Con esta confianza salió Ueraclio con su ejército, bien disciplinado y enseñado á guardarse de todo pecado, de robos y desafueros, y de pelear mas por la gloria del Señor, que no por otros intereses temporales. No le pareció á Cosroas agualdar él en persona y dar la batalla á Ueraclio; antes se retiró dentro de su tierra, é hizo talar los panes, y alzar todos los mantenimientos, por do creia que babia de pasar; y por otra parte envió un copiosísimo ejército de gente muy diestra y veterana, y un capitán llamado Saravago, ó Salvaro, con el cual peleó Ueraclio, y alcanzó la victoria; aunque la batalla fué muy porfiada y reñida. No desmayó por este suceso el rey de Persia; antes juntando olro mayor ejército, se opuso á Ueraclio, con un capitán muy esforzado y de gran fama, llamado Saín, ó Salín. Trabóse entre los dos ejércitos una cruel y brava batalla, que habiendo comenzado al salir del sol, duró hasta gran espacio después de medio dia, sin declararse la victoria por ninguna de las partes, peleando con igualdad. Y como ya en este tiempo los persas hiciesen grande esfuerzo, y las tropas del emperador comenzasen á mostrar flaqueza ; Ueraclio, volviéndose á Dios, le pidió socorro por intercesión de la Yírgetk sacralísima; y él se le dió de manera, que luego súbitamente se levantó un viento muy recio, con grande lluvia y granizo, que á los imperiales daba en las espaldas, y á los persas en los ojos, co;i lo cual en muy breve fueron rotos y vencidos: y, volviendo las espaldas, comenzaron á huir. Mas, como Cosroas fuese tan poderoso, no bastaron estas dos victorias que habia tenido el emperador para quebrantarle de manera, que se diese por vencido ; antes echando el resto, juntó olro ejército mucho mayor, y nombró por capitán á un varón muy sabio y diestro en la guerra, llamado Uazatcnes; el cual vino á batalla conHeraclio, y por virtud de la santa cruz fué asimismo vencido y muerto con gran parte de su ejercito, peleando Ueraclio por su mano valerosamente, y matando en esta batalla tres hombres señalados, como soldado esforzado, y gobernando y animando á su ejército, como muy sabio y experimentado capitán. Con esta tercera batalla quedó enflaquecido el poder do Cosroas, y él tan desanimado, que no osando esperar al emperador, se entro huyendo en Persia, y pasó el rio Tigris: y para su socorro y ayuda, nombró por rey igual suyo á su segundo hijo, llamado Modarses, no haciendo caso de Siróes ,511 hijo mayor, y de mas ánimo y dísermon. De lo cual Siróes hizo tan grande sentimiento, LA LEYENDA DE ORO DIA H . que determinó quitar el reino y la vida al padre y al hermano, por la injusticia que se le babia hecho. Asi lo hizo, y asentó paces con el emperador Heraclio: le restituyó todas las tierras que su padre babia tomado del imperio, y le entregó todo el tesoro de la casa real que poseía su padre, y cumplió otras muchas condiciones muy honrosas y provechosas para el emperador. Pero la mas principal fué el entregarle la santa cruz que tenia en su poder, y al patriarca de Jerusalen, y á los demás cautivos cristianos, que eran muchos. De esta manera se acabó esta guerra en algunos años, mostrando Dios la confianza que debemos tener en él: y que ni debemos desmayar, sino humillarnos cuando nos castiga, ni desvanecernos en Jos prósperos sucesos, sino reconocerlos de su mano. El emperador Heraclio, para hacer gracias á nuestro Señor de las victorias tan grandes, y glorias que le habia dado, fué á Jerusalcn, llevando consigo la cruz de nuestra redención, que en catorce años habla estado en poder de Cosroas. Entró en la ciudad con ella, llevándola sobre sus hombros con la mayor pompa y solemnidad que se puede imaginar. Pero sucedió una cosa maravillosa en este triunfo del emperador, que llegando á la puerta de la ciudad con la cruz, paró: y queriendo ir adelante, no pudo moverse, sin poder entender la causa de aquella detención. Iba al lado del emperador el patriarca Zacarías, ó Modesto (como dice Suidas), y avisóle, que por ventura era la causa de aquel milagro tan eslrauo el llevar la cruz por aquel camino, por donde Cristo nuestro Salvador la habia llevado, con muy diferente traje y manera que el Señor la llevó: Porque tú, sefior (dijo el patriarca), vas vestido y ataviado de riquísimas é imperiales ropas, y Cristo llevaba una vestidura humilde: tú llevas corona imperial en la cabeza, y él corona de espinas ; él iba con los piés descalzos, y tú vas con los piés calzados. Pareció á Ueraclio que Zacarías tenia razón, y por lo tanto vistióse un vestido vil: quitóse la corona de la cabeza, y con Jos piés descalzos pudo proseguir con la procesión, hasta poner la sacrosanta cruz en el mismo lugar de donde Cosroas la habia quitado. Y queriendo nuestro Señor regalar á su pueblo, y mostrar la virtud de la santa cruz, además de otras cosas maravillosas que acaecieron aquel dia, un imierio resucitó, cuatro paralíticos cobraron salud, quince ciegos vista, diez leprosos quedaron limpios, y otros muchos que eran atormentados del demonio quedaron libres, y gran número de enfermos con entera salud. Esta es la causa de la fiesta que hoy celebra la Iglesia con nombre de la Exaltación de la Cruz. Verdad es que no fué esta la causa para instituir esta fiesta ; porque muchos años antes que Heraclio imperase, los griegos hacían fiesta este mismo dia, con nombre de la Exaltación de la santa Cruz, y lo mismo hacían los latinos, como so ve en el Sacramenlario de san Gregorio, celebrando la gloria de la cruz, que so esteodió y resplandeció por todo el mundo en tiempo del emperador Constantino: pero las victorias que alcanzó Heraclio, y el haber recobrado el madero de la santa cruz de mano de los enemigos, y reslituidole á los cristianos, colocándole en Jerusalen con gran gloria del Señor y bien de su Iglesia, fué causa para que se celebrase esta fiesta con mayor solemnidad y regocijo que antes, como lo notó el cardenal Baronio. Sucedió esta restitución de la santa cruz á los 1 i de setiembre, á los dícjz y nueve años del imperio de Heraclio, que fué el de 629 del Señor , aunque Sigibct to la pone en el de 631.

Ü<br />

juntó su ojército <strong>de</strong> gente nueva y hhoM (porque no tenia<br />

soldados viejos); y para industriarlos y hacerlos á las armas,<br />

los ejercitó antes <strong>de</strong> venir á batalla con los enemigos.<br />

Con este ejército salió Ileraclio en busca <strong>de</strong> Cosroas, con<br />

ánimo <strong>de</strong> pelear con él, contiando que Dios le daria victoria,<br />

y humillaría al blasfemo é insolente rey, que estaba<br />

tan <strong>de</strong>svanecido por los buenos sucesos que el mismo<br />

Dios le había dado para castigo <strong>de</strong> los cristianos; y él,<br />

como ciego, los atribuía á sí y á su valor y po<strong>de</strong>r. Y para<br />

ir con mayor seguridad, llevaba e! emperador en su-mano<br />

<strong>de</strong>recha una imagen<strong>de</strong>votisima <strong>de</strong> nuestra Señora, ó (según<br />

otros, <strong>de</strong> Jesucristo noestio Re<strong>de</strong>ntor; y por ventura<br />

fué <strong>de</strong> Madre é Hijo); y (á lo que escriben) esta imagen no<br />

habia sido pintada por mano <strong>de</strong> hombres, sino venida <strong>de</strong>l<br />

cielo; porque su esperanza no estribaba en la gente y<br />

fuerza que llevaba, sino en la misericordia <strong>de</strong>l Señor, y<br />

en la intercesión y patrocinio <strong>de</strong> su bendita Madre. Con<br />

esta confianza salió Ueraclio con su ejército, bien disciplinado<br />

y enseñado á guardarse <strong>de</strong> todo pecado, <strong>de</strong> robos y<br />

<strong>de</strong>safueros, y <strong>de</strong> pelear mas por la gloria <strong>de</strong>l Señor, que<br />

no por otros intereses temporales. No le pareció á Cosroas<br />

agualdar él en persona y dar la batalla á Ueraclio; antes<br />

se retiró <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> su tierra, é hizo talar los panes, y alzar<br />

todos los mantenimientos, por do creia que babia <strong>de</strong><br />

pasar; y por otra parte envió un copiosísimo ejército <strong>de</strong><br />

gente muy diestra y veterana, y un capitán llamado Saravago,<br />

ó Salvaro, con el cual peleó Ueraclio, y alcanzó<br />

la victoria; aunque la batalla fué muy porfiada y reñida.<br />

No <strong>de</strong>smayó por este suceso el rey <strong>de</strong> Persia; antes juntando<br />

olro mayor ejército, se opuso á Ueraclio, con un capitán<br />

muy esforzado y <strong>de</strong> gran fama, llamado Saín, ó Salín.<br />

Trabóse entre los dos ejércitos una cruel y brava batalla,<br />

que habiendo comenzado al salir <strong>de</strong>l sol, duró hasta<br />

gran espacio <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> medio dia, sin <strong>de</strong>clararse la victoria<br />

por ninguna <strong>de</strong> las partes, peleando con igualdad. Y<br />

como ya en este tiempo los persas hiciesen gran<strong>de</strong> esfuerzo,<br />

y las tropas <strong>de</strong>l emperador comenzasen á mostrar flaqueza<br />

; Ueraclio, volviéndose á Dios, le pidió socorro por<br />

intercesión <strong>de</strong> la Yírgetk sacralísima; y él se le dió <strong>de</strong><br />

manera, que luego súbitamente se levantó un viento muy<br />

recio, con gran<strong>de</strong> lluvia y granizo, que á los imperiales<br />

daba en las espaldas, y á los persas en los ojos,<br />

co;i lo cual en muy breve fueron rotos y vencidos:<br />

y, volviendo las espaldas, comenzaron á huir. Mas, como<br />

Cosroas fuese tan po<strong>de</strong>roso, no bastaron estas dos victorias<br />

que habia tenido el emperador para quebrantarle <strong>de</strong><br />

manera, que se diese por vencido ; antes echando el resto,<br />

juntó olro ejército mucho mayor, y nombró por capitán<br />

á un varón muy sabio y diestro en la guerra, llamado<br />

Uazatcnes; el cual vino á batalla conHeraclio, y por<br />

virtud <strong>de</strong> la santa cruz fué asimismo vencido y muerto<br />

con gran parte <strong>de</strong> su ejercito, peleando Ueraclio por su<br />

mano valerosamente, y matando en esta batalla tres hombres<br />

señalados, como soldado esforzado, y gobernando<br />

y animando á su ejército, como muy sabio y experimentado<br />

capitán. Con esta tercera batalla quedó enflaquecido<br />

el po<strong>de</strong>r do Cosroas, y él tan <strong>de</strong>sanimado, que no osando<br />

esperar al emperador, se entro huyendo en Persia, y pasó<br />

el rio Tigris: y para su socorro y ayuda, nombró por rey<br />

igual suyo á su segundo hijo, llamado Modarses, no haciendo<br />

caso <strong>de</strong> Siróes ,511 hijo mayor, y <strong>de</strong> mas ánimo y<br />

dísermon. De lo cual Siróes hizo tan gran<strong>de</strong> sentimiento,<br />

LA LEYENDA DE ORO<br />

DIA H .<br />

que <strong>de</strong>terminó quitar el reino y la vida al padre y al hermano,<br />

por la injusticia que se le babia hecho. Asi lo hizo,<br />

y asentó paces con el emperador Heraclio: le restituyó todas<br />

las tierras que su padre babia tomado <strong>de</strong>l imperio, y<br />

le entregó todo el tesoro <strong>de</strong> la casa real que poseía su padre,<br />

y cumplió otras muchas condiciones muy honrosas y<br />

provechosas para el emperador. Pero la mas principal fué<br />

el entregarle la santa cruz que tenia en su po<strong>de</strong>r, y al patriarca<br />

<strong>de</strong> Jerusalen, y á los <strong>de</strong>más cautivos cristianos,<br />

que eran muchos. De esta manera se acabó esta guerra en<br />

algunos años, mostrando Dios la confianza que <strong>de</strong>bemos<br />

tener en él: y que ni <strong>de</strong>bemos <strong>de</strong>smayar, sino humillarnos<br />

cuando nos castiga, ni <strong>de</strong>svanecernos en Jos prósperos<br />

sucesos, sino reconocerlos <strong>de</strong> su mano. El emperador Heraclio,<br />

para hacer gracias á nuestro Señor <strong>de</strong> las victorias<br />

tan gran<strong>de</strong>s, y glorias que le habia dado, fué á Jerusalcn,<br />

llevando consigo la cruz <strong>de</strong> nuestra re<strong>de</strong>nción, que en catorce<br />

años habla estado en po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> Cosroas. Entró en la<br />

ciudad con ella, llevándola sobre sus hombros con la mayor<br />

pompa y solemnidad que se pue<strong>de</strong> imaginar. Pero sucedió<br />

una cosa maravillosa en este triunfo <strong>de</strong>l emperador,<br />

que llegando á la puerta <strong>de</strong> la ciudad con la cruz, paró: y<br />

queriendo ir a<strong>de</strong>lante, no pudo moverse, sin po<strong>de</strong>r enten<strong>de</strong>r<br />

la causa <strong>de</strong> aquella <strong>de</strong>tención. Iba al lado <strong>de</strong>l emperador<br />

el patriarca Zacarías, ó Mo<strong>de</strong>sto (como dice Suidas),<br />

y avisóle, que por ventura era la causa <strong>de</strong> aquel milagro<br />

tan eslrauo el llevar la cruz por aquel camino, por don<strong>de</strong><br />

Cristo nuestro Salvador la habia llevado, con muy diferente<br />

traje y manera que el Señor la llevó: Porque tú, sefior<br />

(dijo el patriarca), vas vestido y ataviado <strong>de</strong> riquísimas é<br />

imperiales ropas, y Cristo llevaba una vestidura humil<strong>de</strong>:<br />

tú llevas corona imperial en la cabeza, y él corona <strong>de</strong> espinas<br />

; él iba con los piés <strong>de</strong>scalzos, y tú vas con los piés<br />

calzados. Pareció á Ueraclio que Zacarías tenia razón, y<br />

por lo tanto vistióse un vestido vil: quitóse la corona <strong>de</strong> la<br />

cabeza, y con Jos piés <strong>de</strong>scalzos pudo proseguir con la<br />

procesión, hasta poner la sacrosanta cruz en el mismo lugar<br />

<strong>de</strong> don<strong>de</strong> Cosroas la habia quitado. Y queriendo nuestro<br />

Señor regalar á su pueblo, y mostrar la virtud <strong>de</strong> la<br />

santa cruz, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> otras cosas maravillosas que acaecieron<br />

aquel dia, un imierio resucitó, cuatro paralíticos<br />

cobraron salud, quince ciegos vista, diez leprosos quedaron<br />

limpios, y otros muchos que eran atormentados <strong>de</strong>l <strong>de</strong>monio<br />

quedaron libres, y gran número <strong>de</strong> enfermos con entera<br />

salud. Esta es la causa <strong>de</strong> la fiesta que hoy celebra la<br />

Iglesia con nombre <strong>de</strong> la Exaltación <strong>de</strong> la Cruz. Verdad es<br />

que no fué esta la causa para instituir esta fiesta ; porque<br />

muchos años antes que Heraclio imperase, los griegos hacían<br />

fiesta este mismo dia, con nombre <strong>de</strong> la Exaltación<br />

<strong>de</strong> la santa Cruz, y lo mismo hacían los latinos, como so<br />

ve en el Sacramenlario <strong>de</strong> san Gregorio, celebrando la gloria<br />

<strong>de</strong> la cruz, que so esteodió y resplan<strong>de</strong>ció por todo el<br />

mundo en tiempo <strong>de</strong>l emperador Constantino: pero las<br />

victorias que alcanzó Heraclio, y el haber recobrado el<br />

ma<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> la santa cruz <strong>de</strong> mano <strong>de</strong> los enemigos, y reslituidole<br />

á los cristianos, colocándole en Jerusalen con<br />

gran gloria <strong>de</strong>l Señor y bien <strong>de</strong> su Iglesia, fué causa para<br />

que se celebrase esta fiesta con mayor solemnidad y regocijo<br />

que antes, como lo notó el car<strong>de</strong>nal Baronio. Sucedió<br />

esta restitución <strong>de</strong> la santa cruz á los 1 i <strong>de</strong> setiembre, á<br />

los dícjz y nueve años <strong>de</strong>l imperio <strong>de</strong> Heraclio, que fué el<br />

<strong>de</strong> 629 <strong>de</strong>l Señor , aunque Sigibct to la pone en el <strong>de</strong> 631.

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