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DÍA 21.<br />
sacerdote según la or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> Melíiuisedcc; porque es la<br />
puerta <strong>de</strong> E/.equiel para todos cerrada sino para él, y jardin<br />
cercado y fuente sellada, la que con su presencia ha<br />
<strong>de</strong> ilustrar y ennoblecer mas este segundo lemplo, que lo<br />
fué el primero que ediücó el rey Salomón. Tomóla el sacerdote<br />
y púsola (como algunos dicen) en la primera grada<br />
<strong>de</strong> una escalera que tenia quince escalones para subir<br />
al altar; y en ella con extremada gracia y ligereza y alegría<br />
(sin que nadie la ayudase ni llevase <strong>de</strong> la mano) subió<br />
por sí hasta lo alto, no sin gran<strong>de</strong> admiración <strong>de</strong> todos<br />
los que estaban presentes, que se espantaban <strong>de</strong> ver la<br />
extremada belleza y gracia <strong>de</strong> la niña, y mas el contento<br />
y prontilud con que. se <strong>de</strong>spedía <strong>de</strong> sus padres y se <strong>de</strong>dicaba<br />
al Señor, sacando por aquellos pequeños indicios las<br />
obras maravillosas que habla <strong>de</strong> obrar en ella, el que<br />
<strong>de</strong> tan tierna edad la habia escogido para que le sirviese<br />
eu el lemplo.<br />
NOVIEMBRE.<br />
Pero <strong>de</strong>spués que quedó la bendita niña entre las sagradas<br />
vírgenes, ¿qué lengua podrá <strong>de</strong>clararla excelencia <strong>de</strong><br />
su recogimiento y virtu<strong>de</strong>s? De las cuales hablando san<br />
Gerónimo ó el autor <strong>de</strong>l tratado <strong>de</strong>l Nacimiento <strong>de</strong> la Virgen,<br />
que anda entre sus obras, dice así: «l'rocuraba la<br />
Virgen ser en las vigilias déla noche la primera, en la ley<br />
<strong>de</strong> Dios lamas enseñada, en la humildad la mas humil<strong>de</strong>,<br />
en los cantares <strong>de</strong> David la mas elegante, en la caridad la<br />
mas ferviente, en la pureza la mas pura, y en toda la virtud<br />
la mas perfecta. Todas las palabras eran llenas <strong>de</strong><br />
gracia, porque siempre en su boca estaba Dios. Continuamente<br />
oraba, y como dice el Profeta, meditaba en la ley<br />
<strong>de</strong>l Señor dia y noche. Tenia también cuidado <strong>de</strong>sús com <br />
pañeras, que ninguna hablase palabra mal hablada: que<br />
no levantase su voz en la l isa, que no dijese palabra injuriosa<br />
ni soberbia á su compañera. Conlinuamenle ben<strong>de</strong>cía<br />
á Dios, y para que cuando la saludaban no cesase <strong>de</strong><br />
este oQoio, en pago <strong>de</strong> la salutación respondía: Gracias á<br />
Dios.» Hasta aquí son palabras <strong>de</strong> su autor: y san Ambrosio<br />
dice así: «No <strong>de</strong>seaba que otras doncellas la tuviesen<br />
conversación, la que tenia buena compañía <strong>de</strong> santos<br />
pensamientos; antes entonces estaba ménos sola cuando<br />
estaba sola; porque ¿cómo se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que estaba sola<br />
la que tenia consigo tantos libros <strong>de</strong>votos, tantos arcángeles,<br />
tantos profetas? Y si se turbó cuando entró á ella el<br />
ángel san Gabriel, no fué por no estar acostumbrada á Iratar<br />
con ángeles, sino porque le apareció en figura <strong>de</strong> un<br />
mancebo hermoso; mas en oyendo su nombre le reconoció.<br />
Cosa tan peregrina se la hizo ver á un hombre, no extrañándose<br />
<strong>de</strong> saber que era ángel; para que por aquí<br />
entiendas el recato <strong>de</strong> sus religiosos y oastos oidos, y <strong>de</strong><br />
sus venerables y virginales ojos.» Esto es <strong>de</strong> san Ambrosio.<br />
Kn el templo aprendió muy perfectamente á hilar lana y<br />
lino, seda y holanda, y coser y labrar las vestidui as sacerdotales<br />
y todo lo que para el culto <strong>de</strong>l lemplo era menester,<br />
y para <strong>de</strong>spués servir y regalar á su precioso Hijo,<br />
y vestirle y hacértela túnica inconsútil, que al pié <strong>de</strong> la<br />
cruz jugaron los sayones por no dividirla. Aprendió asimismo<br />
las letras hebreas, y leía á menudo y con gran<br />
atención las divinas escrituras, y las rumiaba y meditaba<br />
y entendía perfectamente, por su alto y <strong>de</strong>licado ingenio<br />
y por la luz soberana que el Señor la infundía. Aymiaba<br />
mucho, y con el recogimiento, soledad, silencio y quietud<br />
se disponía á la contemplación y unión con Dios, en la cual<br />
TOMO III.<br />
42o<br />
estaba tan absorta y arrobada, y era tan visitada y regalada<br />
<strong>de</strong>l Señor y <strong>de</strong> los ángeles, que mas parecía una<br />
niña venida <strong>de</strong>l cielo, que criada acá en la tierra, y hay<br />
autores graves que- escriben, que los ángeles la traían lo<br />
que habia <strong>de</strong> comer lodo el tiempo que vivió en el templo,<br />
para que estando <strong>de</strong>sembarazada y sin cuidado <strong>de</strong> su sustento,<br />
pudiese vacar mas libremente á la contemplación<br />
mas suavísima <strong>de</strong> su dulce Esposo: que pues le concedió<br />
este privilegio tan largos años á san Pablo, el primer ermitaño,<br />
no es maravilla que le haya concedido á la que<br />
tantas ventajas le hizo, y fué escogida singularmente para<br />
lan alta dignidad. Finalmente, la vida <strong>de</strong> la Virgen en el<br />
templo fué <strong>de</strong>chado y mo<strong>de</strong>lo perfeclísimo <strong>de</strong> ;la vida <strong>de</strong><br />
todas las doncellas, que la <strong>de</strong>ben imitar en la oración, en<br />
la Immildad, en la mo<strong>de</strong>stia, en el recogimiento, silencio<br />
y vergüenza virginal, y en todas las otras virtu<strong>de</strong>s quo<br />
son propias <strong>de</strong> las doncellas, y adorno y arreo <strong>de</strong> su estado.<br />
Pero especialmente las vírgenes, que con particular<br />
inspiración y luz <strong>de</strong>l cielo consagraron su virginidad á<br />
Jesucristo y le tomaron por esposo, <strong>de</strong>ben tener siempre<br />
<strong>de</strong>lante <strong>de</strong> sus ojos como un espejo, la vida <strong>de</strong> esta Virgen<br />
sanlisima para amoldarse á ella y seguir sus ejemplos;<br />
pues militan <strong>de</strong>bajo su ban<strong>de</strong>ra, y ella es su guia,<br />
su maestra y capitana; poi que entre las otras excelencias<br />
y prerogativas <strong>de</strong> la Víigen, no es la menor el haber sido<br />
la primera que alzó la ban<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> la castidad y consagró<br />
su virginidad con voto perpetuo al Señor, y abrió camino<br />
con su ejemplo á lodas las vírgenes que <strong>de</strong>spués le<br />
han seguido. Ella fué la primera que conoció y estimó en<br />
lo que se <strong>de</strong>be la virtud tan rara y peregrina <strong>de</strong> la pureza<br />
virginal, y la que la amó tanto, que hizo voto <strong>de</strong> guardarla<br />
perpetuamente con un amor tan encendido y tan intenso,<br />
y con un <strong>de</strong>seo tan enlraflable <strong>de</strong> agradar á Dios, y<br />
le agradó lan perfeclamenle, que mas parecía ángel sin<br />
cuerpo, que doncella con carne mortal; porque el haber<br />
sido madre no marchitó la flor <strong>de</strong> su virginidad; ánles la<br />
hizo mas bella y mas florida, mas alia y mas divina, y<br />
juntó la flor <strong>de</strong> virgen con el fruto <strong>de</strong> madre. Todas las almas<br />
puras, que conociendo la vanidad <strong>de</strong>l mundo le dan<br />
libelo <strong>de</strong> repudio y se recogen y encierran entre cuatro<br />
pare<strong>de</strong>s, y mueren en vida para vivir eternamente con su<br />
queridn en el cielo, <strong>de</strong>ben tener por su reina y princesa<br />
á esta niña y señora, y pedirla <strong>de</strong>votamente su favor para<br />
imitarla en la guarda <strong>de</strong>l voló que hicieron, como la imitaron<br />
en hacerle y seguir lan glorioso ejemplo. Por esto<br />
se llama esta Señora Virgen <strong>de</strong> las vírgenes; porque fué<br />
como maestra y capitana <strong>de</strong> lodas las vírgenes, y principio<br />
<strong>de</strong> un linaje <strong>de</strong> servicio á los ojos <strong>de</strong> Dios tan agradable.<br />
Todos los monasterios <strong>de</strong> monjas que hay en el mundo,<br />
y todos los recogimientos <strong>de</strong> esposas y vírgenes <strong>de</strong><br />
Cristo que ha habido, y hay y habrá hasta el dia <strong>de</strong>l juicio,<br />
son frutos <strong>de</strong> esta flor virginal <strong>de</strong> María : y cuantos<br />
. mas hubiere y mas le siguieren, tanto mas crecerá su gloria<br />
acci<strong>de</strong>ntal.<br />
Esluvo la Virgen en el lemplo hasta entrar en los catorce<br />
años, y á los once se escribe que murieron sus padres<br />
muy viejos, sin haber tenido otra hija ni hijo sino á<br />
ella. Siendo ya <strong>de</strong> edad para casarse, pareció á los sacerdotes<br />
que <strong>de</strong>bía tomar marido como lo hacían las otras doncellas<br />
cuando llegaban á aquella edad: y como la purísima<br />
Virgen rehusase hacerlo, así porque por el voló <strong>de</strong> sus<br />
padres habia sido <strong>de</strong>dicada perpetuamente a Dios como<br />
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