Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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las virtudes que abraza y ejercita la religión cristiana.
Sabia muy bien el tirano Inguar (jue Kadmundo era
mozo de brios y gran valor, y que si salia en campaña, no
podria defenderse de él: y así no le inliraó guerra alguna,
sino entrando de secreto y sin dar aviso, iba despoblando
las ciudades , no perdonando vida de cristiano , para
que cuando llegase al rey santo la noticia, le fallasen los
soldados que podia juntar de las ciudades que ya él dejaba
destruidas y asoladas; pero se engañaba: porque si
Eadmundo hubiera de defenderse , mas bien lo baria con
los soldados y ejt'icito que él le habia juntado y colocado
en el cielo por medio del martirio, que con los mismos
cuando vivia en este mundo; mas no quiso el santísimo y
piísimo rey, sino es animarlos y seguirlos, como se vió
claramente en la respuesta que dio á un embajador que el
bárbaro le envió, tan soberbia, como suya, con Ilnbha,
otro ministro de Satanás y criado suyo: cuyo tenor fué
este: «Aquel deenyo poder y vista tiembla la tierra y el
mar, Inguar, nuestro señor, rey invictísimo, ha llegado á
este deseado puerto con infinitas naves á invernar, después
que sus armas, gloriosas siempre, dejan rendidas y
sujetas diversas tierras y provincias; y así manda, que si
quieres reinar con él, partas con él tus antiguos tesoros
y palrimoniales riquezas; y que adviertas, que si menosprecias
su poder y mandatos, serás tenido por indigno del
reino y de la vida; y él y sus soldados y legiones inünilas
le privarán brevemente de uno y otro.» lís'a fué la
embajada del bárbaro Inguar: y el atrevido y soberbio
embajadorllubba añadió viendo la mansedumbre conque
el santo rey le atendía) estas razones locas: ¿Y quién eres
tú, para que inobedientemente te atrevas á contradecir tan
inmenso poder? El cielo, la tierra, el viento , la mar
y hasta los mismos dioses veneran poder tanto; ¿y tú le
menospreciarás? Sujétale pues, á tan grande emperador;
advirtiendo, que sabe perdonar humildes y castigar soberbios.
Oida la embajada soberbia, un santo obispo que asislia
al rey, mirando solo por su vida y persona real, sabiendo
que ella sola valia mas que todos los tesoros del mundo,
le aconsejaba los diese al bárbaro; y salvase su vida ; á
quien el sanio rey dijo: 0 obispo: tú temes no me quite
el bárbaro la vida; y yo no deseo otra cosa, por no quedar
vivo cuando veo mueiios mis üeles y católicos vasallos , á
quienes con sus hijos y mujeres en sus mismos lechos ha
muerto el tirano bárbaro. Ellos han muerto por Dios y por
la patria: por ellos y por Dios deseo morir, para ser partícipe
de sus coronas. El Todopoder oso me es testigo que
ninguno habrá en es!o mundo que pueda apartarme de la
caridad de Pristo que recibí en el santo bautismo. El
bárbaro me ofrece la vida que Dios me da, d reino que
poseo y las riquezas que no estimo: ¿ y por estas cosas me
sujetaré á dos señores, cuando he jurado solo vivir y morir
por Cristo, y servirle á él solo ? No lo esperes. Entonces
vuelto al bárbaro embajador, le dió esta divina respuesta:
Digno eres de que mis soldados te quitaran la
vida por tu arrogancia y soberbia; pero siguiendo el ejemplo
y consejos de mi iMaestro y Uedenlor Jesucrisio, no
quiero ensangrentar mis manos, sino es por su amor perdonarle
, cuntido por su amor también y sn nombre «antísimo
estoy dispuesto á dar la vida, sin rendirla á vuestras
sectas: por lo cual, mi consejo es , que al instante
vuelvas á tu señor y le digas estas solas palabras: Bien
LA LEYENDA DE ORO.
DIA 20.
(¡ ó hijo de Satanás!) imitas á tu padre, que soberbio cayó
del cielo, y deseando tener quien le imitas» en todo,
engañó al linaje humano, é hizo á muchos partícipes de
sus penas eternas. Así tú i ótenlas que yo te imite y siga;
pero ni tus halagos ni tus amenazas me apartarán de Cristo.
Los tesoros y las riquezas que la divina clemencia me
hadado, serán tuyos desde luego, si haciéndote cristiano
siguieres la bandera de Cristo, siendo alférez de los ejércitos
del Rey de la gloria; pero si no admites la milicia y
religión cristiana, sabe y len por cierto, que por amor de
esta vida temporal, el cristiano rey Eadmundo no se sujetará
á pagano dueño; y si me quilat es (como á mis fieles)
la vida, el Kcy de los reyes que lo ve y juzga todo, teniendo
de mi misericordia , me dará el reino y corona
de la vida eterna.
Con esto se fué el bárbaro, y apenas salia de su palacio
, cuando vió á su señor Inguar, que pareciéndole tardaba,
venia á buscarlo. Díjole brevemente lo queEadmntido
respondía: lo cual oido por el bárbaro tirano, mandó
pretider al santo rey: lo cual fué fácil, por hallarse en
esta ocasión desprevenido, solo, fuera de la corle, en
villa pequeña, y no hacer resistencia alguna, por saber
iba á morir por Cristo. Preso y muy maltratado lo trajeron
ante el bárbaro Inguar, como á Cristo ante Pílalo.
Ilízole sus preguntas: calló á todas,como ¡nocente cordero,
imitando en todo á Cristo: por lo cual el tirano bárbaro
le mandó azotar cruelísimamente y dar muchos palos;
y despuesque los verdugos estaban cansados, mandó que
lo alasen á un árbol , y que lo asaeteasen , habiéndolo
azoladoánles olra vez cruelísimamente. Comenzaron á dispararle
saetas lodos aquellos bárbaros soldados, como si
jugaran y liraran alblanco: lanías le dispararon, que unas
se enconlraron con otras ; y no hallando ya lugar en el
sanio cuerpo para nuevas lieridas, por una misma herida
entraban de nuevo muchas saetas, lanío, que causaba horror
y compasión mirarlo, aun á los mismos bárbaros;
porque parecía un espin, ó un erizo, siendo otro nuevo
san Sebastian,invicl^imo mártir. No cesaba el rey san-»
lísimo de invocar el dulce nombre de Jesús, y predicar su
fé santa , exhortando á I >s fieles á morir por ella como él
moría gozoso, regocijado y alegre; lo cual visto por el
bárbaro Inguar, le mandó cortar la cabeza. Desaláronle
los verdugos del árbol; y si en ellos cupiera piedad alguna,
la luvieran de verle tan mallralado y herido ; porque
todas las costillas tenia descubiertas, hasta las entrafias y
corazón se le veian, siendo milagro patente que tuviese algún
poco de calor y vida , que le conservaba Dios para
que adquiriese mas aquella nueva corona y Iriunfo de ser
degollado por suamor. Hizo una breve y fervorosa oración,
según le permilian los alientos de la peca vida que
tenia, recobrados entonces con nuevo vigor y ánimo , y
luego inclinó la cabezn, que le cortóel cruel verdugo de un
fiero golpe, con que voló su santísima y purísima olma á
tomar posesión de la corona de gloria, donde reina con
Cristo,siendo dos veces rey y márlirglorioso. Tuéí-u martirio
á 20 de noviembre (día en que le celebra nuestra madre
la Iglesia), por los años del Señor de STO.
Oliéronse de allí los bárbaros, dejnmlo el cuerpo tronco
y llevándose la cabeza , la cual at rojaron entre unos espesos
zarzales, para que jamás pudiesen hallarla ni venerarla
los cristianos. No quiso Dios privar á sus fieles de tan
gran reliquia: y asi pasado? algunos afio? , y volvien-