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Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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DIA *20. N0YIEM1ÍRE. 4! 3<br />

i;r;iri silencio, esperando al santo para empezar los mailiues<br />

; porque en enlrando san Félix, entonó Maria santísima<br />

la antífona, y prosiguieron los ángeles con incomparable<br />

melodía: y san Feüxc.m ellos, olvidado <strong>de</strong> que estaba<br />

en la tierra y que tenia cuerpo, cantó con los ángeles en<br />

su mismo punto y armonía, como si fuera espíritu , ó viviera<br />

ya entre los bie.iaventurados. Cuanto fué el gozo y<br />

alegría <strong>de</strong> san Félix con esla vista ¿quién lo podrá <strong>de</strong>clarar<br />

? No le cabía el corazón en el pecho , y le acabara<br />

el <strong>de</strong>masiado gozo <strong>de</strong> la vida , si Dios no le confortara,<br />

para que piuliese llevar tan gran<strong>de</strong> peso <strong>de</strong> gloria. No<br />

piuliendo disinmlailo en el rostro, imporlunado <strong>de</strong> sus<br />

hijos. Ies contó la visión que había tenido, y les dijo : En<br />

a<strong>de</strong>lanle, hjos mio^, mirad esta casa como cielo ; pues<br />

ha merecido ser habitada <strong>de</strong> los ángeles y <strong>de</strong> la Reina <strong>de</strong><br />

los cielos. No extrañéis que vistan los ángeles nuestro hábito<br />

; porque ángel fué el primero que lo vistió y nos lo<br />

dió á nosotros ; pero extrañad mucho si vistiendo nosotros<br />

el hábito que visten los ángeles, no somos ángeles en la<br />

santidad. Mirad bien que no es <strong>de</strong>cente manchar con culpas<br />

el hábito que bs ángeles han vestido, y mucho menos<br />

el que ha vestido la Reina <strong>de</strong> los ángeles. ¿Qué nos ha querido<br />

enseñar con esto María santísima, sino que como hijos<br />

suyos, nos quiere muy parecidos á si en la vida, pues<br />

ella ha querido parecerse á nosotros en el vestido? Este<br />

suceso os avisa cuan diligentes <strong>de</strong>béis ser en las alabanzas<br />

<strong>de</strong> Dios; pues vienen ángeles á suplir la falta <strong>de</strong> los hombres<br />

: y enten<strong>de</strong>d, que los hombres que cantan alabanzas<br />

á Dios, se diferencian <strong>de</strong> los ángeles en la natutaleza y<br />

nó en el oficio : solo en que los hombres alaban á Dios en<br />

la tierra, y los ángeles en el cielo.<br />

Ksle monasterio, corno tan favorecido <strong>de</strong> María santísima,<br />

creció mucho, asi gobernándole san Félix como <strong>de</strong>spués,<br />

en santidad, sugetos, ediücio y veneración : porque<br />

ha tenido muchos varones ilustres en nobleza , santidad y<br />

sabiduría, que han sido como lumbreras <strong>de</strong> Francia y <strong>de</strong><br />

toda la cristiandad. El edificio os muy suntuoso , enriquecido<br />

con muchas reliquias, y uno <strong>de</strong> los santuarios mas<br />

venerados dé Francia í por lo cual muchos pares <strong>de</strong> Francia,<br />

y otros príncipes y gran<strong>de</strong>s señores le han escocido<br />

para su entierro ; y el ministro do este convento fué tan<br />

venerado en Francia , como los obispos y prelados <strong>de</strong> mayor<br />

suposición, y tenia lugar en los sínodos <strong>de</strong> los obispados<br />

ambinense y meldcnse , y en las corles que se celebraban<br />

en el reino.<br />

Deseaba con gran<strong>de</strong>s ansias san Félix ser <strong>de</strong>salado <strong>de</strong><br />

la carne y vivir con Cristo : los años pedían la muerte:<br />

los merecimientos el cielo : él suspiraba por la patria celestial<br />

: allí tenia su corazón, don<strong>de</strong> estaba su tesoro : allí<br />

levantaba los ojos , don<strong>de</strong> caminaba su <strong>de</strong>seo : miraba la<br />

tierra como <strong>de</strong>slierro, y hacíasele muy largo el tiempo <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>sterrado y peregrino, hasta que queriendo el Señor<br />

consolarle, le envió un ángel que le avisó como estaba<br />

cerca su muerle. Nunca tuvo nueva mas alegre : no solamente<br />

se alegró el alma, p.ro aun se regocijó el cuerpo<br />

flaco, y cobró nuevo vigor y calor ; <strong>de</strong> manera que entonces<br />

prometía mas larga vida, cuando estaba mas próxima<br />

su muerle. Aumentó este gozo una calentura que Je sobrevino<br />

algunos dias <strong>de</strong>spués, la cual recibió con acción <strong>de</strong><br />

gracias, como á ejecutora <strong>de</strong> las promesas <strong>de</strong> D'os Un<br />

cuidado solo traía, y era <strong>de</strong> los hijos que <strong>de</strong>jaba huérfanos<br />

y sin padre ; porque era fanla su caridad , que no<br />

sinliendo <strong>de</strong>jar el cuerpo, sentía ser apartado <strong>de</strong> los hijos<br />

que tenia <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> su alma. Este cuidado le quiso quitar<br />

la Reina <strong>de</strong> los ángeles en el último dia <strong>de</strong> su vida ; porque<br />

se le apareció llena <strong>de</strong> resplandores, y le consoló<br />

diciendo, que no quedaban <strong>de</strong>samparados sus hijos ; porque<br />

quedaban <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> su amparo y ella seria su madre.<br />

Con esto se llenó san Félix <strong>de</strong> mayor gozo y nuevo<br />

<strong>de</strong>seo <strong>de</strong> morir, por <strong>de</strong>jar á sus hijos tan mejorados, sucediendo<br />

tal madre á tal padre, María santísima á san lélix,<br />

la Madre <strong>de</strong> Dios á un hombre.<br />

Habiendo recibido san Félix los sacramentos <strong>de</strong> la Iglesia<br />

con gran <strong>de</strong>voción, se <strong>de</strong>spidió <strong>de</strong>sús hijos , nó como<br />

quien moría, sino como quien hacia jornada, <strong>de</strong>rramando<br />

el padre y los hijos muchas lágrimas : ellos <strong>de</strong> pena porque<br />

los <strong>de</strong>jaba , y él <strong>de</strong> ternura y amor <strong>de</strong> padre porque<br />

los veía llorar : y por <strong>de</strong>spedida y última voluntad , los<br />

exhortó á todas las virtu<strong>de</strong>s y especialmente á la caridad<br />

con los canlivos. Díjoles que aquellos morirían bien en la<br />

muerte, qué habian muerto muchas veces en la vida ; y<br />

que en esta horacogia él los frutos dulces déla penitencia<br />

amarga que había hecho en el <strong>de</strong>sierto, y ahora esperaba<br />

el premio <strong>de</strong> las obras que había hecho por el Señor<br />

en su vida : luego, levantando los ojos al cielo, sin <strong>de</strong>jar<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>rramar lágrimas <strong>de</strong> consuelo , <strong>de</strong>cia con gran<strong>de</strong><br />

afecto para dar gracias al Señor, y exhortar tácitamente á<br />

sus hijos á que lo imitasen : ¡ O dichoso dia en el que yo<br />

huí <strong>de</strong> la córte á la soledad y troqué el palacio por una<br />

gruta ! ¡ O felices noches las que gasté en la oración en<br />

lugar <strong>de</strong> sueño! ¡ O bienaventurados dias los que pasé<br />

leyendo y cantando alabanzas á Dios ! ¡ O dulces lágrimas<br />

las que <strong>de</strong>rramé por mis culpas ! i O bien empleados<br />

suspiros! i O suaves asperezas con que maltralé mi<br />

cuei po! ¡ O gratas penas con que afligí mi carne! ¡Ü<br />

bien empleados pasos los que df para cumplir la voluntad<br />

<strong>de</strong>l Señor , cómo me lleváis ahora á la bienaventurada<br />

elei nídad ! Anles parecían las penitencias espinas ; ahora<br />

veo que son rosas : ántes parecía la montana <strong>de</strong>su i la;<br />

ahora experimento que es paraiso : antes parecía la religión<br />

cruz ; ahora veo que es corona, i O qué dulces son<br />

los trabajos <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> pasados ! Y si eslo parecen en esla<br />

vida mortal, qué parecerán en la vida inmorlad, don<strong>de</strong> so<br />

goza el premio eterno <strong>de</strong> lo que pasó con el tiempo brevemente<br />

! Y volviéndose á Cristo crucificado que tenia en<br />

las manos, le <strong>de</strong>cia : Pero, Señor, lodo lo bueno es vuestro<br />

y solo las culpas son mías í vuestros tormentos me<br />

alientan : vuestra pasión me conforta, y vuestra muerte<br />

me da esperanzas <strong>de</strong> vida. ¿ Qué soy yo sin vos ? ¿ Qm.<br />

son mis obras sin vuestras obras? ¿Qué son mis penas<br />

sin vuestras penas ? Vueslra pasión da valor átodo lo bueno<br />

: dadme vuestras llagas para besarlas con mis labios,<br />

y vuestro costado para sellarle con mis ojos. Entre estas<br />

ternuras, abrazándose con el crucifijo con admirable paz,<br />

dió VI espíritu al Criador, lleno <strong>de</strong> años y <strong>de</strong> mereciuiici!-<br />

tos, á l( 3 oclieula y cinco <strong>de</strong> su edad , á 4 <strong>de</strong> noviembre<br />

<strong>de</strong> 1212. Cuando espiró se tocaron por sí mismas las<br />

campanas <strong>de</strong>l monasterio, y él mismo se apareció glorioso<br />

y resplan<strong>de</strong>ciente á san Juan <strong>de</strong> Mata que estaba en<br />

Roma en oración, y ha (lió juntas la nueva <strong>de</strong> su muerte y<br />

<strong>de</strong> su gloria, encomendándole mucho el convento <strong>de</strong> Ciervo-Frígido.<br />

Iba á respon<strong>de</strong>rle san Juan, y <strong>de</strong>sapareció <strong>de</strong><br />

sus ojos san Félix, <strong>de</strong>jándole triste por la falta que hacia<br />

á sus hijos, y aleare por la gloria <strong>de</strong> que ya 'gozaba.

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