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Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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DIA 19.<br />

«los suyos, que le hablaban mal <strong>de</strong> ló qne hacia santa Isabel<br />

: antes la amaba como á su mujer y la respetaba como<br />

á hija <strong>de</strong> tan gran rey, y la honraba y reverenciaba<br />

como á sania: y porque élandaba ocupado en los negocios<br />

<strong>de</strong>l emperador y no podia hacer «emejanles obras, holgábase<br />

que ella las hiciese, y que diese <strong>de</strong> sí tan buen<br />

olor con su santa vida y ejemplo; aunque no vivió muchos<br />

añas : poique haciendo en aquel tiempo guerra los cristianos<br />

¿i los sarracenos para librar <strong>de</strong> su po<strong>de</strong>r á la Tierra<br />

Santa, el duque fué á aquella sania conquista.-y habiendo<br />

llegado á Sicilia el emperador Fe<strong>de</strong>rico, murió <strong>de</strong><br />

su enfermedad, como buen caballero, en el camino.<br />

Cuando lo supo santa Isabel, aunque lo sintió como<br />

era razón; pero entendiendo que aquella habia sido la<br />

volmilad <strong>de</strong>l Seiior, se volvió a él y con lágrimas <strong>de</strong>l<br />

corazón le dijo: Vos sabéis. Señor, lo que yo amaba<br />

al duque; porque él os amaba y porque vos me le<br />

disteis por marido: pero ahora que habéis sido servido<br />

<strong>de</strong> llevármele para vos, también sabéis que yo no<br />

le volveria á la vida mortal contra vuestra voluntad,<br />

aunque lo pudiese hacer con un solo cabello. Os suplico<br />

que <strong>de</strong>is eterno <strong>de</strong>scanso á su alma y á la mia gracias<br />

para serviros. Determinó, pues, aprovecharse déla ocasión<br />

para abrazarse mas estrechamenle con Cristo nueslro Señor,<br />

y servirle con mas ahinco y fervor en el estado <strong>de</strong><br />

viuda : y así comeiv-ó a darse mas á la oración , ayunar<br />

y velar mas , y afligir su cuerpo con mayores asperezas<br />

y penitencias, y en el trato <strong>de</strong> su persona ser mas humil<strong>de</strong><br />

y dar á los pobres lodo cuanto tenia. Fué esto <strong>de</strong><br />

manera que los <strong>de</strong>udos <strong>de</strong> su marido y sus vasallos la<br />

quitaron la administración <strong>de</strong> la hacienda como á <strong>de</strong>sperdiciadora<br />

<strong>de</strong> ella , y la echaron <strong>de</strong> su casa y la apretaron<br />

tanto que vino á tanta necesidad que se recogió á un establillo<br />

<strong>de</strong> un mesón, y aun allí no la consintieron estar<br />

imulio. Mudóse á una casa <strong>de</strong> un hombre mal acondicionado<br />

; y él la hizo tan mal iratamienlo á ella y á sus hijos<br />

y á algunas doncellas que por su <strong>de</strong>voción la acompañaban<br />

, que también <strong>de</strong> aquí se hubo <strong>de</strong> salir y buscar otra<br />

posada. Llegó su menosprecio á tanto, que yendo un dia<br />

por una callo estrecha y <strong>de</strong> mucho lodo, y encontrándose<br />

en un mal paso con una viejezuola á quien la sania habia<br />

hecho mucho bien , la vieja no la tuvo respeto ni la hizo<br />

lugar para que pasase, antes <strong>de</strong>sviándola <strong>de</strong> si con furia,<br />

la hizo caer en el lodo. Entendió sania Isabel que aquella<br />

era lenlacion <strong>de</strong>l enemigo y prueba <strong>de</strong> su paciencia , y<br />

levantóse con mucha alegría , riéndose, y limpió su vestido,<br />

porque por mucho que pa<strong>de</strong>cia, <strong>de</strong>seaba pa<strong>de</strong>cer<br />

mas y ser mas <strong>de</strong>spreciada , ultrajada y abatida , y pidió<br />

a nueslro Señor con gran<strong>de</strong>s ansias que la <strong>de</strong>scarnase <strong>de</strong><br />

(odas las cosas que no fuesen él, para po<strong>de</strong>rse mas unir<br />

con su divina Majestad , por el menosprecio y abatimiento<br />

<strong>de</strong>l mundo. Andaba á casa prestada: súpolo el rey su<br />

padre y d¡á or<strong>de</strong>n para que ms se CI ias(in en casas<br />

<strong>de</strong> parientes honradamente, y q^á ella se diese paite <strong>de</strong><br />

su dote conque sustentarse. Pues ¿quién podrá referir los<br />

Otros trabajos, malos tratamientos, escarnios y persecuciones<br />

que esta santa princesa pa<strong>de</strong>ció, y fe paciencia<br />

constancia y alegría con que los sufrió, viéndose <strong>de</strong> rica'<br />

pobre; <strong>de</strong> honrada, abatida; <strong>de</strong> servida y acompañada'<br />

sola y <strong>de</strong>samparada; y oslo <strong>de</strong> sus propios vasallos" <strong>de</strong><br />

los <strong>de</strong>udos <strong>de</strong> su marido, y <strong>de</strong> aquellos á quienes tanto<br />

bien habia hecho, y que por tantos títulos estaban obli-<br />

NOVÍFMBTIE. 407<br />

gados á ampararla y albergarla en sus propias casas y<br />

tenerla escrita en sus corazones? No se turbó la santa;<br />

porque Dios la esforzaba y regalaba y ontretcnia, é imprimia<br />

en su alma que él solo era suGciente para hacerla<br />

bienaventurada, y que teniéndole á él lo tenia todo, y sin<br />

él todo lo que antes tenia y habia perdido era un poco <strong>de</strong><br />

basura: y así un dia <strong>de</strong> cuaresma habiendo oido misa , la<br />

apareció Cristo nuestro Re<strong>de</strong>ntor consolándola y alentándola<br />

y prometiéndola que eslaria siempre ton ella.<br />

lie la parte <strong>de</strong> su dote que la dieron para su sustento,<br />

hizo un hospital , en don<strong>de</strong> se recogió y recogía pobres<br />

enfermos, y los curaba y servia por sí misma en las cosas<br />

mas menudas, bajas y viles, sin que sus criadas la ayudasen<br />

: y porque algunos la <strong>de</strong>cían que aquella no era<br />

vida <strong>de</strong> hija <strong>de</strong> rey; ella cen mucha gravedad y mesura<br />

Ies respondía, que si hallara otra vida <strong>de</strong> mayor menosprecio,<br />

la tomara para imitar mas á su dulcísimo esposo<br />

y maestro Jesucristo. Tenia en la oración don singular <strong>de</strong><br />

lágrimas, y <strong>de</strong>rramábalas copiosas y suaves, y con el<br />

rostro siempre muy sereno y alegre , y <strong>de</strong>cia que los que<br />

en la oración lloran haciendo visajes, parece que quieren<br />

espantar al Señor. Hacia su oración con tan singular atención<br />

y afecto , que parecía que estaba muerta para las <strong>de</strong>más<br />

cosas: y la aconteció una vez estando orando, caer<br />

una brasa <strong>de</strong> fuego sobre sus faldas, y quemarla sus<br />

vestidos y no sentir nada; poi que su alma estaba trasportada<br />

en el cielo : hasta que nna criada echó <strong>de</strong> ver que la "<br />

santa se quemaba, y mató el fuego, lira muy visitada y<br />

regalada con revelaciones y gustos interiores, y por medio<br />

<strong>de</strong> sus oraciones alcanzaba para sí y para otros, <strong>de</strong>l<br />

Señor, gran<strong>de</strong>s dones y misericordias. Una vez vió un<br />

mozo en su compostura y traje distraído: díjoselo, y que<br />

si quería que hiciese oración por él. Respondió el mozo<br />

que sí, y que le rogaba mucho que así lo hiciese. Ella se<br />

puso en oración y mandó al mancebo que hiciese otro<br />

tanto: el cual, perseverando la sania en oración comenzó<br />

á <strong>de</strong>cir: Cesad, señora, cesad: y como ella no cesase,<br />

antes con mayor fervor continuase su oración , tornó el<br />

mozo con mayor ansia á clamar: Cesad, señora , que mo<br />

abraso : y levantaba los brazos y hacia visajes como loco.<br />

Llegaron á ella; y hallaron que tenia ios vestidos tan<br />

calientes <strong>de</strong>l fuego que salia <strong>de</strong> su cuerpo, que apenas<br />

los podían tocar con las manos. Con esto mudó el mozo <strong>de</strong><br />

vida, y <strong>de</strong> distraidoque antes habia sido, se trocó en otro<br />

hombre por la oración <strong>de</strong> sania Isabel. Otra vez habiendo<br />

entrado á su casa una moza lozana , que iraia sus cabellos<br />

<strong>de</strong>scubiertos , como hebras <strong>de</strong> oro ; movida la santa<br />

<strong>de</strong> Dios, se los corló como por fuerza <strong>de</strong>fendiéndose la<br />

moza cuanto pudo; pero cuando los vió corlados, caida<br />

aquella como corona y gloría <strong>de</strong> su cabeza , dijo á santa<br />

Isabel: Señora, Dios os ha inspirado que me cortáse<strong>de</strong>s<br />

estos cabellos ; porque sabed que si no fuera por esta vanidad<br />

, ya hubiera entrado en algún monasterio : y la<br />

santa .alabando á nueslro Señor, la recogió consigo en<br />

aquel hospital, don<strong>de</strong> le sirvió muchos años.<br />

Admirable fué la vida <strong>de</strong> esta santa princesa en todas<br />

las virtu<strong>de</strong>s, y especialmente en la humildad y amor do<br />

la pobreza, y menosprecio <strong>de</strong> sí, y en la compasión y<br />

caridad que usó con los pobres y enfermos asquerosos,<br />

dándoles lodo cuanto tenia, sirviéndoles con tanto cuidado<br />

y entrañable afecto, como si cada uno <strong>de</strong> ellos fuera<br />

el mismo Cristo nuestro Salvador; y esto con una perse-

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