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40Ü LA LUYKNDA DE ORO. DIA 19.<br />
migo <strong>de</strong> los ci iátianos : pero <strong>de</strong>spués, como al fin el emperador<br />
era gonlH y tenia cabe sí algunos consejeros muy<br />
gran<strong>de</strong>s jurisperilos, y no menos enemigos <strong>de</strong> mteslra<br />
sania religión, por inducción <strong>de</strong> algunos <strong>de</strong> ellos ó <strong>de</strong> los<br />
sacerdotes gentiles, mandó <strong>de</strong>slerrar al snnlo ponlílice Ponciano<br />
á la isla <strong>de</strong> Cer<strong>de</strong>a, junlamente con Felipe, presbítero,<br />
como dice el Mu íirologio romano, ó con Hipólito, como<br />
dice el Breviario auliguo y oíros Martirologios. Allí pa<strong>de</strong>ció<br />
muy gran<strong>de</strong>s trabajos y calamida<strong>de</strong>s, sin olvidarse<br />
por ellas <strong>de</strong> insíruir la Iglesia con sus preceptos y amonestaciones,<br />
porque en su <strong>de</strong>stierro escribió á todos los<br />
lieles dos cartas: una <strong>de</strong> la veneración y reverencia que<br />
se <strong>de</strong>be tener á los sacerdotes por el sacrosanto mislerio<br />
que tratan; y otra déla caridad y amor fraternal que lodos<br />
nos <strong>de</strong>bemos tener. Algunos atribuyen á san Ponciano<br />
el <strong>de</strong>cirse antes <strong>de</strong> comenzar la misa el salmo Jadica m",<br />
Deus, y el uso <strong>de</strong> cantar en las horas el Sallerio <strong>de</strong> David.<br />
Finalmente, <strong>de</strong>spués que este santo pontífice hubo pa<strong>de</strong>cido<br />
gran<strong>de</strong>s fatigas y trabajos en su <strong>de</strong>stierro, fué preso<br />
por mandado <strong>de</strong> Julio Maximino, hombre bárbaro y fiero,<br />
que habia sucedido en el imperio á Alejandro, ydiéronle<br />
laníos y tan crueles palos, que eti aquel lormeníadió<br />
su alma al SL-nor, habiendo presidido eusu Iglesia, según<br />
el pontifical <strong>de</strong> san Dámaso y Platina, nueve años, cinco<br />
uaeses ydosdias: segua el Breviario romano, ciño a ¡tos,<br />
cinco meses y dos dias; y según el car<strong>de</strong>nal Baronio, tinco<br />
años. Celebro ór<strong>de</strong>nes dos veces el mes <strong>de</strong> diciembre, y en<br />
ellos or<strong>de</strong>nó seis presbíteros, cinco diáconos, y en diversos<br />
lugares seis obispos. Su santo cuerpo fué sepultado en Cer<strong>de</strong>ila<br />
; y pocos aílas <strong>de</strong>spués, san Fabiano, papa, le mandó<br />
traer con gran veneración á Botna, y le puso en el cementerio<br />
<strong>de</strong> Calixto entre olios muchos mártires. Celebra la<br />
Iglesia la fiesta <strong>de</strong> san Ponciano á los 19 <strong>de</strong> noviembre,<br />
que fué el dia <strong>de</strong> su marüi ¡o, imperando Maximino, emperador,<br />
el aíio dfl Seuor <strong>de</strong> 237. De san Ponciano hacen<br />
mención el Martirologio romano y los <strong>de</strong>más, y los que<br />
escriben las vidas do los ponlíüces, y Ensebio, Opiato Milevilano,<br />
san Aguslin, Nicéforo, obispo <strong>de</strong> Constanlinopla,<br />
yNicéforo Calixto y e] car<strong>de</strong>nal Baronio.<br />
SANTA ISABEL UIÍ Ilimiau, VIUDA.—Mucho se engañan<br />
los que piensan que las leyes <strong>de</strong> la verda<strong>de</strong>ra nobleza son<br />
contrarias á las leyes <strong>de</strong> Cristo, y que no se pue<strong>de</strong>n jontar<br />
en una humildud y gran<strong>de</strong>za, porque la ley <strong>de</strong> Cristo no<br />
es contraria á la ilustre sangre, ni á la alleza <strong>de</strong>l estado<br />
y señorío que él da á quien es servido, sino á los vicios y<br />
malos usos que los hombres introducen en sus oslados,<br />
pensando que la gran<strong>de</strong>za <strong>de</strong> ellos consiste en <strong>de</strong>sechar<br />
todas las leyes <strong>de</strong> Dios, y vivir á su apotilo y libertad como<br />
un caballo sin freno. Véase esta verdad en los ejemplos<br />
innumerables que tenemos <strong>de</strong> señores y señoras, <strong>de</strong> príncipes<br />
y princesas, <strong>de</strong> reyes y reinas, que no solamente<br />
ajustaron sus vidas con la voluntad <strong>de</strong> nueslro Seilor, pero<br />
vivieron con tan raro ejemplo y tal menosprecio <strong>de</strong>l mundo,<br />
que merecieron ser tenidos y venerados en toda la<br />
Iglesia católica por sanios y por un vivo retrato <strong>de</strong> toda<br />
perfección y virtud. Entre estos príncipes fué una santa<br />
Isabel, hija <strong>de</strong> Andrés y <strong>de</strong> Gertrudis, reyes <strong>de</strong> Hungría:<br />
la cu;d envió Dios al mundo, para que siendo doncella<br />
fuese ejemplo <strong>de</strong> caslidad y <strong>de</strong>voción: siendo casada , <strong>de</strong><br />
mo<strong>de</strong>stia y caridad, y siendo viuda, <strong>de</strong> paciencia y menosprecio<br />
<strong>de</strong> toda vanidad. Des<strong>de</strong> niña era tan inclinada<br />
al servicio <strong>de</strong> nusjstro Señor, que na teniendo<br />
mas <strong>de</strong> cinco años gustaba mucho <strong>de</strong> irá la iglesia, en<br />
don<strong>de</strong> se ponía á rezar con tanta atención y aféelo, que<br />
apenas la podían apartar <strong>de</strong> la oración. Entrábase en un<br />
oratorio que habia en casa <strong>de</strong> su padre muy á menudo, y<br />
al¡í oraba con las rodillas <strong>de</strong>snudas. Era <strong>de</strong>votísima do b<br />
sacratísima Virgen María nuestra Seilora, y <strong>de</strong> san Juan<br />
evangelista, por haberla caido en suerte este sagrado<br />
apóstol, echando los santos; y encornendáLalo mucho su<br />
castidad, y hacia <strong>de</strong> buena gana tlodo lo que le pedian<br />
por su amor. <strong>Los</strong> dineros que podía haber, dábalos a<br />
mujeres pobres, encargándolas que dijesen la oración <strong>de</strong>'<br />
Ave María: era enemiga do galas y <strong>de</strong> vestidos ricos<br />
y curiosos, y en sus palabras muy compuesta, procurando<br />
que fuesen pocas y muy miradas, y que no dañasen á<br />
nadie y siempre fuesen <strong>de</strong> provecho: trabajaba mucho en<br />
quebrantar su voluntad y en mortificarse en las cosas qm<br />
la daban gusto: crecía en edad y junlamente en virlud,<br />
<strong>de</strong> manera que sus padres tenian puestos los ojos en ella,<br />
no solo por ser su hija, sino por ser tan agradable y tan<br />
adornada <strong>de</strong> virtu<strong>de</strong>s. Casáronla con ungían señor, llamado<br />
Lusí, landgrave y duque <strong>de</strong>Turingia, digno marido<br />
do tal esposa : y aunque <strong>de</strong>seó mucho conservar su purexa<br />
virginal y no tener otro esposo sino á Jesuoristo, lodaví;»<br />
vencida <strong>de</strong> la autoridad ó imporlunidad <strong>de</strong> sus padres,<br />
sujetó la cerviz al yugo <strong>de</strong>l malrimonio, y vivió en él con<br />
raro ejemplo <strong>de</strong> santidad, amando y sirviendo á so marido,<br />
como ásu cabeza y señor, y criando á tres hijos que<br />
tuvo, como madre temerosa <strong>de</strong> Dios, que sabia que los<br />
había recibido <strong>de</strong> su mano y los criaba para et cíelo. Humil<strong>de</strong><br />
para consigo, <strong>de</strong>vola para con Dios, benigna y carilaliva<br />
para con los pobres f levantábase <strong>de</strong> noche á hacer<br />
oración y acompañábala con muchas lágrimas: ocupábase<br />
<strong>de</strong> buena gana en cosas bajas y viles: en las procesiones<br />
públicas, como letanías, iba <strong>de</strong>scalza y muy mo<strong>de</strong>sta<br />
: cuando salía á misa <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l parto, iba con un<br />
vestido llano y llevaba á su hijo en los brazos, y ofrecíalo<br />
á Dios y con él alguna ofrenda al sacerdote; y daba a los<br />
pobres el vestido <strong>de</strong> aquel dia, y lo mismo hacia <strong>de</strong> su<br />
comida, repartiendo con los pobres su parte: vestía á los<br />
niños recien bautizados: proveía <strong>de</strong> mortajas á los difuntos<br />
: hilaba con sus doncellas para dar limosna á los pobres<br />
<strong>de</strong> su trabüjo ; y cuando le faltaba que dar, vendía sus<br />
joyas: tenía junio á su palacio un aposento en que recibía<br />
á los peregrinos: curaba á los enfermos, y criaba los niños<br />
huérfanos ó <strong>de</strong> padres pobres, y daba cada dia <strong>de</strong><br />
comer á novecientos pobres, sin los oíros que sustentaba<br />
por todo su estado, los cuales la llamaban madre y remediadora<br />
<strong>de</strong> todas sus necesida<strong>de</strong>s, y se iban Iras ella : y<br />
con razón; porque no solamente los remediaba con su hacienda,<br />
sino también quitándose las locas <strong>de</strong> su cabi'z¡i,<br />
para cubrir las <strong>de</strong> las pobres y sirviéndolas con sus propias<br />
manos. Una vez juntó consigo la cabeza <strong>de</strong> un enfermo<br />
que olía muy mal y no habia quien le pudiese sufrir;<br />
y ella le quiió el cabello y le lavó la cabeza, como si fuera<br />
su hijo. Pa<strong>de</strong>ció muchas contradicciones y murmuraciones<br />
por estas buenas obras que hacia ; poi que el mundo loco<br />
las tenia por indignas <strong>de</strong> su persona y estado: mas ella<br />
<strong>de</strong>seaba agradar á Dios y nó á los hombres, y regular sus<br />
acciones mas con la regla verda<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> la justicia y bondad,<br />
que con la falsa y engañosa <strong>de</strong>l mundo; y con su<br />
oración y perseverancia ganó lauto al duque, su marido,<br />
que no se <strong>de</strong>jó llevar do algunos malos tonsejeroá y cria-