Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

NOVlEMmiE.
gios que obró, los musnios enemigos Je i;i verdad le llamaron
oli o Moisés.» Esto es de san Basilio. Escriben asimismo
de san Gregorio los Martirologios romano y los demás;
Ensebio Cesariense; san Gerónimo; san Gregorio, [japa;
Nicéforo Calixto; Suidas y Sócrates. Usuardo, siguiendo á
Rufino, llama inárlir á este santo; porque algunos antiguos
dan este nombre de mártir no sulámente á ios que
morian sino también á los que padecían mucbo por la íé de
Cristo.
* LOSSANTOS ALFEO Y ZAQUEO, MÁRTIRES.—El gobernador
de Palestina en el primer año de la persecución general
de Diocleciano contra la Iglesia, obtuvo del emperador
la gracia para todos los criminales, escepluando á los cristianos,
que eran mirados como los mas famosos malhecbores.
l'or orden de aquel mismo gobernador fueron presos
Zaqueo, diácono de Gad ira, süuadoalolro lado del Jordán,
y un pariente suyo llamado Alfeo, que era lector de la
iglesia de Cesárea. Conducidos ambos en presencia del
magistrado, les tuvo algunas consideraciones por pertenecer
á una de las principales familias de Palestina; pero al
ver el gobernador que nada bastaba para hacerles cambiar
deintenio, sino que mas constantes aun en la fé confesaban
á Jesucrislo, fueron azotados y maltratados,
muriendo al lin degollados. Su glorioso martirio fué el
año 303.
SAN DIONISIO, OBISPO Y CONFESOU.—San Basilio y otros
padres griegos dan á este santo el Ululo de (írancíc, y san
AUmasio le llama d Doctor de la Iglesia católica. Sus padres,
que eran ricos y distinguidos en el mundo, le dieron
el ser en Alejandría, centro entonces de todas las ciencias.
Dionisio se dedicó á ellas con un entusiasmo y una disposición
tal, que en pocos afi isse colocó al nivel de los mas
acreditados maestros. Un dia llegaron casualmente á sus
manos las epístolas de san Pablo, quedó enamorado de la
sublimidad de aquella filosofía, y sinliéndose tocado de la
gracia, lemmció á la ciencia profana y ?o dedicó al esludio
de la religión. A medida que iba adelantando en este
estudio, su alma se encenrlia de tal modo en santos fervores,
que luego de recibido el bautismo, no quiso vivir
mas que para Dios. Cuando min ió lleraclas, el ano247,
Dionisio fué elegido obispo de Alejandría, y aunque le
asombraba carga tan pesada, le consafíiaron álos pocos
dias. Su intrepidez, suzeloy caridad aparecieron desde
luego con deslumbrante esplendor en rn^dio de las terribles
persecuciones que sufrió aquella Iglesia, durante los
reinados de los emperadores Felipe y Decio. No brillaron
ménos las eminenles virtudes de tan ilustre paslorduranle
el cisma de los novacianos contra el papa san Cornelio, y
entre los estragos que causó el error de Sabelio, que confundían
las tres personas de la Trinidad. Sus trabajos y la
confesión pública de lafé cristiana que bi/.o en presencia
del prefecto, le hicieron desterrar de su diócesis, el ano
de 251; pero en su destierro no se creyó desobligado de
sus cuidados pastorales. Todo el tiempo lo empleó en escriliir
luminosos tratados sobre oi dogma y la moral, y en
dirigir cartas instructivas á su Iglesia y á algunos prelados.
Restituido á Alejandría el ano 2G1, escribió al papa
jusliücándose déla imputación que se le hacia de haber
impugnado la divinidad do Jesucrislo en un escrito contra
Sabelio. Incansable y lleno del espíritu de Dios, fué la
lumbrera de su tiempo y despejo de todos sus sucesores.
Su conslancia en medio de las tribulaciones fuéadmirablej
m
y admirable también su caridad con toda clase de necesitados.
Dionisio murió sanlameule el dia 10 de setiembre
del año 265, celebrado por el segundo concilio de Antioquía,
que lionrósu memoria de una manera muy particular,
y llorado de su Iglesia, que perdia en él su mas distinguido
pastor. Solo los arríanos calumniaron su memoria;
pero san Atanasiotomó su defensa y escribió en su justificación.
En sus numerosos escritos, dice I'eller, su estilo es
elevado, pomposo en las descripciones, y sumamente patético
en las descripciones. Cunotia pcrfei lamente el dogma,
la disciplina y la moral, y se descubría en sus producciones
que había sido discípulo del célebre Orígenes. Alos
argumentos mas fuertes contra sus adversarios juntaba
siempre la moderación y la dulzura, y en todas sus obras
resplandece el espíritu de las verdades que defendía.
SAN ANIANO, OBISPO Y CONFESOII.—Créese que nació en
Viena de Francia, y que vivió algún tiempo encerrado e n
una celdila junto á aquella ciudad. Habiendo después ido
á Orlcans, fué ordenado sacerdote y nombrado prior do
un monasterio vecino. En 391 fué consagrado obispo do
Oí leaos, y en lo sucesh o justificó por su conducta cuán
acertada había sido su elección. Hacia mas de sesenta años
que Aniano gobernaba aquella Iglesia en paz y santidad,
cuando los hunos conducidos por Alila llegaron á poner
sitio á Orlcans. El venerable pastor entusiasmó á la multitud,
hizo que lodos pusiesen su confianza en Dios, y cuando
parecía que la ciudad iba á caer en poder de los bárbaros,
estos fueron dispersados y la ciudad milagrosamente salvada.
La veneración por el santo subió de todo punto, y poco
después acabó felizmente sn carrera moral, muriendo
el dia IT de noviembre del año 483.
SANTA GERTRUDIS, VÍRGEN.—Nació de familia ilustre en la
ciudad de Mimsfeld, en la alta Sajonia. A la edad de cinco
afios fué entregada al monasterio de religiosas benedictinas
de Uodersdorf, en el cual tomó después el hábito, y
fué abadesa el año l¿9í. U;i año después se encargó del
gobierno del monasterio de Ileldelfs, adonde se retiró con
sus religiosas. En su juventud había aprendido el latín, y
esludiadocon mucho aprovechamiento las santas Escrituras,
además de otras ciencias que tenían á la religión por
objeto. Con estos auxiliares iustruia, pues, á sus hermanas
en la ciencia de la salvación, y sus instrucciones teniau
lanta mas fuerza, en cuanto iban acompañadas de una
vida de serafin, de una existencia que era todo divino
amor. La principal delicia de Gerlrudis.era la contemplación
y la perpetua meditación de la pasión de! Salvador y
del adorable misterio de la Eucarisíia. Su alma se enfervorizaba
de modo en estas místicas delicias, que frecuentemente
brotaban de sus ojos dos abundantes fuentes de
lágrimas, por medio de las cuales se desahogaba su abrasado
y enternecido corazón. Algunas veces so la vio con
el rostro tan encendido y los ojos tan radianles de alegría,
que se conocía perfectamente que aquella alma se hallaba
entonces inundada de delicias tales, que ninguna lengua
humana seria capaz de expresar. El divino amor que la
abrasaba y consumía era el único móvil de todas sus acciones:
por esto vivió siempre crucificada a! mundo y á la
carne, poniendo todo su cuidado en vivir tan solo para Dios.
A una profunda humildad juntaba una dulzura inalterable,
y este fué el fundamento de aquellas virtudes admirables
con que plugo al Señor adornarla, y el origen de lus señaladas
mercedes de que la colmó. Olvidándose de su ta-