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Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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02 LA LEYENDA DE ORO. DIA 17.<br />

gorio, que lo quemas convenia á la gente, erareíirarsepor<br />

entonces y mejor huir <strong>de</strong> aquella tempestad y salvarse que<br />

ponerse en ella con peligro <strong>de</strong> ahogarse: y para darles<br />

ejemplo y po<strong>de</strong>rlos ayudar mas, él mismo huyó y se fué<br />

á mi mente, llevanilo en su compaOta al sacerdote que<br />

hahia sido <strong>de</strong> los ídolos y se habia convertido (como dijiroos),<br />

y ya era diácono. <strong>Los</strong> gentiles, aunque contra lodos<br />

los cristianos lenian gran<strong>de</strong> odio y saña, y con increible<br />

diligencia los busHaban y pequisahnn y sacaban <strong>de</strong>bajo<br />

<strong>de</strong> tierra; mas contra san Gregorio principalmente en<strong>de</strong>rezaron<br />

sus tiros y máquinas, pareciéndoles que vencido<br />

aquel valeroso capitán, lodos los <strong>de</strong>más se rendirían. Supieron<br />

los jueces y minislros <strong>de</strong>l emperador que san Gregorio<br />

estaba en el monte, y enviaron con una guia y espía<br />

sus soldados, para que le prendiesen. Subieron al monle:<br />

púsose en oración san Gregorio con su diácono, apartados<br />

algo el uno <strong>de</strong> otro; y cegó Dios á los soldados <strong>de</strong> manera<br />

que no los vieron, sino dos que parecían árboles en su lugar;<br />

na, visüóaun con mayor vigilancia su diócesi, con <strong>de</strong>seo<br />

<strong>de</strong> saber si habia alguno en ella que no fuese crisliano; y<br />

supoque en la ciudad <strong>de</strong>Neocesarea (que era gran<strong>de</strong> y populosa)<br />

no habia mas que diez y siete gentiles conocidos, y<br />

alabó al Señor por ello: porque cuando él se encargó <strong>de</strong>l<br />

obispado y entró en ella, no habia (como arriba se dijo)<br />

mas <strong>de</strong> diez y siete cristianos; y suplicóle que guardase<br />

en su santa religión á lus fieles, y convirtiese á ella aquellos<br />

diez y siete inlieles-y todos los <strong>de</strong>más que habia en<br />

todo el mundo. Después rogó á los que estaban presentes<br />

que no sepultasen su cuerpo en sepulcro propio ni hecho<br />

para él, sino en ajeno: porque así como en vida no habia<br />

tenido casa propia en que vivir, así en la muerle no tuviese<br />

su cuerpo propia sepultura. Con esto el año <strong>de</strong> Cristo<br />

<strong>de</strong> 2íJ6, imperando Galíeno, dió su bienaventurado espíritu<br />

al Señor, a los 17 <strong>de</strong> noviembre en que la santa Iglesia<br />

celebra su fiesta. El cuerpo <strong>de</strong>l santo fué puesto en una<br />

caja y colocado en una iglesia, y nuestro Señor hizo por<br />

y así se volvieron, diciendo que Gregorio no estaba él <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> muerle muchos y gran<strong>de</strong>s milagros, entre<br />

en aquel monte, ni habían visto en él sino dos árboles. El<br />

que los habia espiado sabia que estaba allí porque le habia<br />

visto, y subiendo otra vez al monte le halló con su<br />

companero: y entendiendo que Dios le habia encubierto<br />

para que los soldados no lo viesen, y quo'Gregorio estaba<br />

<strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> sus alas y protección, se echó á sus pies y se<br />

convirlió, y <strong>de</strong> perseguidor que ántes ora, comenzó á ser<br />

uno <strong>de</strong> los perseguidos. Estando una vez en el monleorando;<br />

y alzando las manos (como otro Moisés) al cielo por los<br />

fieles que peleaban en los tormentos por Jesucristo, vió<br />

por divina revelación la batalla <strong>de</strong> un valeroso caballero<br />

suyo, llamado Troadio, qui1 forlisimamente era alormetilado;<br />

y <strong>de</strong>spués do huher estado san Gregorio un rato como<br />

arrobado y suspenso, volvió á su acoslumbrado semblante,<br />

y dijo á su compañero con alegría aquel verso <strong>de</strong>l salmo:<br />

{(Bendito sea Dios que no nos ha <strong>de</strong>jado caer y ser <strong>de</strong>spedazados<br />

los cuales refiere Teodoro, lector, uno bien notable: que<br />

queriendo Dios enviar un grantíc temblor <strong>de</strong> tierra á la<br />

ciudad <strong>de</strong> Neocesarea, un soldado que habia entrado en<br />

ella vió que otros dos soldadi s salian <strong>de</strong> ella, y que un<br />

hombre que iba tras ellos á voces clamaba y les <strong>de</strong>cía:<br />

Guardad la casa en que eslá la caja y cuerpo <strong>de</strong> Gregorio.<br />

YiüO el terremoto y la mayor parle <strong>de</strong> la ciudad se asoló;<br />

y la iglesia en que estaba el cuerpo <strong>de</strong>l santo, quedó en<br />

pié firme y sin lesión alguna. Escribió san Gregorio algunas<br />

obras que refiero san Gerónimo: una <strong>de</strong> ellas fué la<br />

inter pretación sobre el Eclesiasles, que aunque breve, dice<br />

el mismo san Gerónimo que era muy provechosa. Esta interpretación<br />

dice Erasmo Roterodamo, queen su tiempo te<br />

hallaba en Basilea, en la librería <strong>de</strong> los padres <strong>de</strong> Santo<br />

Domingo. Entre las cosas que escribió fué una la Bé católica<br />

<strong>de</strong> su santísima Trinidad, como le habia sido revelada:<br />

<strong>de</strong> los dientes <strong>de</strong> ellos 0» y Ies <strong>de</strong>claró que un la cual se cita en el principio <strong>de</strong> la quinta sínodo con este<br />

cristiano, llamado Troadio, en aquella hora habia vencido<br />

los tormentos y sido coronado <strong>de</strong> la gloria <strong>de</strong>l martii io: y<br />

yendo el diácono secreta mente á la ciudad, halló ser verdad<br />

lo que el santo le habia dicho. Otra vez, queriéndose<br />

bañar por necesidad en un baño, supo que habia en él un<br />

<strong>de</strong>monio que mataba á todos los que entraban <strong>de</strong> noche en<br />

aquel baño, y por esla causa ninguno se atrevía á aquella<br />

hora á entrar en él; mas el santo sin ningun recelo ni temor<br />

entró y estuvo y salió <strong>de</strong> él: y aunque losdcmoníos por<br />

espantarle hicieron gran ruido y temblar la casa, y salir<br />

unas como llamas <strong>de</strong> fuego <strong>de</strong> la misma, y otras cosas terribles<br />

que pudieran asombrar y hacer <strong>de</strong>smayar á cualquiera<br />

hombie valiente y esforzado; san Gregorio con sola<br />

la señal <strong>de</strong> la cruz hizo burla <strong>de</strong> ellos, mostrando cuánto<br />

mas po<strong>de</strong>roso es el siervo <strong>de</strong>l Señor que lodo el infierno,y<br />

que no pue<strong>de</strong>n los <strong>de</strong>monios mas <strong>de</strong> lo que Dios les permite.<br />

Pasada aquella persecución y tempestad <strong>de</strong> los gentiles<br />

contra los cristianos que el <strong>de</strong>monio habia levantado,<br />

san Gregorio tornó á la ciudad, recogiendo como buen<br />

pastor su ganado, y or<strong>de</strong>nó que se hiciesen fiestas cada<br />

año en honra <strong>de</strong> los mártires, y que se celebrasen solemnemente<br />

aquellos días en que habían dado sus vidas por<br />

Gi íslo y alcanzado la corona <strong>de</strong>l martirio; y permitió á los<br />

pueblos que en aquellos dias se alegrasen y regocijasen<br />

con algún honesto entretenimiento: y conociendo que se<br />

título: «Exposición <strong>de</strong> la fé, según la revelación <strong>de</strong> Gregorio,<br />

obispo neocesaríense:» la cual (á lo que parece significar<br />

san Basilio) el santo en otro tratado mas largo explicó<br />

y dilató; <strong>de</strong> suerte que no solamente con su predicación,<br />

vida y milagros ilustró la Iglesia <strong>de</strong>l Señor, sino también<br />

con sus escritos. La vida <strong>de</strong> san Gregor io escribió<br />

como dijimos) otro Gregorio obispo <strong>de</strong> Nisa, hermano <strong>de</strong><br />

Basilio, áquien noso'ros principalmente habemos seguido:<br />

y el mismo san Basilio (que se cr ió en Neocesarea con la leche<br />

énislruccion <strong>de</strong> santa Macrina, su abuela y díscipula<br />

<strong>de</strong> san Gregorio Taumalurgo. y se precia <strong>de</strong> ello) le alaba<br />

y ensalza sobre manera ; y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haberle comparado<br />

con los apóstoles y profetas, dice <strong>de</strong> él estas palabras;<br />

«Resplan<strong>de</strong>ció en la Iglesia como una lumbrera gran<strong>de</strong> y<br />

esclarecida, y fué por virtud <strong>de</strong>l Espíritu santo terror y<br />

espanto <strong>de</strong> los <strong>de</strong>monios, y con diez y siete cristianos solos<br />

que habia en su ciudad cuando comenzó á ser obispo, les<br />

hizo guerra y convirtió á la fé <strong>de</strong> Cristo todo el pueblo<br />

gentil, asi <strong>de</strong> los ciudadanos, como <strong>de</strong> los labradores. Él<br />

fue el que en el nombre <strong>de</strong> Dios mudó el curso <strong>de</strong> los ríos<br />

y secó la laguna que era ocasión <strong>de</strong> discordia entre los dos<br />

hermanos avaros. Pues las cosas que ammeió y dijo ántes<br />

que acaeciesen, son tales y tan gran<strong>de</strong>s, que se pue<strong>de</strong><br />

igualar con los <strong>de</strong>más profetas. I'ero seria cosa larga referir<br />

los milagros <strong>de</strong> Gregorio: basta <strong>de</strong>cir que por la ex ­<br />

llegaba su dichof o tránsito <strong>de</strong> esta vida tompatai ála eter­<br />

celencia <strong>de</strong> los divinos dones y <strong>de</strong> los milagros y prodí-

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