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Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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DIA 17.<br />

sus pueblos, y qne lodos los remedios que habían usado<br />

no habían sido <strong>de</strong> provecho; y por esto IG suplicaban quo<br />

los socorriese en aquella tan extremada necesidad, para<br />

que no quedasen asoladas tañías villas y lugares <strong>de</strong> aquella<br />

cotnarca.<br />

Enternecióse el santo: fue allá; y vista la disposición<br />

<strong>de</strong>l lugar, puso el báculo que llevaba en la mano en la ribera,<br />

suplicándole á nuestro Señor que aquel báculo fuese<br />

el limite y lérmino <strong>de</strong> aquel rio; y asi fué: porque el báculo<br />

prendió en la tierra; y se hizo un árbol gran<strong>de</strong> ; y<br />

cuando mas soberbio y furioso venia el rio, en llegando<br />

con sus aguas, y locando al árbol se <strong>de</strong>tenia y volvía atrás,<br />

sin po<strong>de</strong>r pasar mas a<strong>de</strong>lante, por virtud <strong>de</strong> aquel Señor,<br />

que al mismo mar puso sus términos, y le dijo: Ilasla aquí<br />

llegarás, y aquí se quebrantarán lus furiosas ondas.<br />

Pues ¿ que diré <strong>de</strong> otro milagro no menos maravilloso ?<br />

Porque habiéndose encendido una pestilencia universal<br />

por todo el mundo (que dicen que duró diez afíos), y<br />

llegado á la ciudad <strong>de</strong> Neocesarea, y haciendo riza y<br />

abrasándola como un incendio cruelísimo, no tuvo olro<br />

remedio para apagarle sino los merecimienlos y oraciones<br />

<strong>de</strong> san Gregorio , que en cualquiera casa que entraba llevaba<br />

consigo la salud: y con esta ocasión muchos genliloá<br />

alcanzaron la <strong>de</strong> sus almas y se convirtieron á nuestra santa<br />

religión , entendiendo que aquella pestilencia era castigo<br />

<strong>de</strong> su idolatría.<br />

Estupendos son los prodigios que hizo san Gregorio y<br />

maravillosas las cosas que obró; pero entre otras fué una<br />

<strong>de</strong> no menor utilidad para las almas que <strong>de</strong> admiración,<br />

por la novedad <strong>de</strong>l caso, y manera con que sucedió. Rogáronle<br />

los vecinos <strong>de</strong> la ciudad <strong>de</strong> Comana que tos visitase:<br />

hizolo: trataron con él que les diese obispo <strong>de</strong> su<br />

mano: maridóles él, que entre sí confiriesen y tratasen<br />

quién entre todos seria mas á propósito para aquella dignidad;<br />

y como ellos lo hiciesen y pusiesen los ojos en personas<br />

que eran insignes en sangre, en elocuencia y en<br />

otras prendas que se miran y estiman mucho en el mundo,<br />

y los propusiesen á san Gregorio; él les dijo que aquellas<br />

prendas que ellos buscaban y requerían no eran las principales<br />

para obispo, sino la santidad, virtud y pru<strong>de</strong>ncia,<br />

y que estas se habían <strong>de</strong> anteponer á las otras, y escoger<br />

la persona en que se hallasen mas aventajadas, cualquiera<br />

que fuese. A esto respondió uno : De esta manera bien se<br />

pue<strong>de</strong> tomar por obispo á Alejandro, carbonero. Era este<br />

Alejandro un varón muy sabio y gran filósofo, y no ménos<br />

sanio y menospreciador <strong>de</strong>l mundo: el cual, para<br />

ser <strong>de</strong>sconocido y mas abatido entre los hombres, <strong>de</strong>jando<br />

los libros y estudios <strong>de</strong> vana sabiduría, y encendido <strong>de</strong>l<br />

amor y <strong>de</strong> la luz celestial, había tomado una como máscara<br />

<strong>de</strong> hombro vil y abatido, y héchose carbonero en la<br />

ciudad <strong>de</strong> Comana, don<strong>de</strong> vivía <strong>de</strong>l trabajo <strong>de</strong> sus manos.<br />

Luego que san Gregorio oyó el nombre <strong>de</strong> Alejandro, carbonero,<br />

inspiróle Dios y revelóle que aquel era el que<br />

convenía que fuese obispo: mandóle traer <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> sí:<br />

vino tiznado y en hábito y traje <strong>de</strong> carbonero , riéndose<br />

todos los circunstantes <strong>de</strong> verle, y mas <strong>de</strong> la causa y fin<br />

porque venia. Preguntóle el sanio algunas cosas, y por<br />

sus pru<strong>de</strong>ntes respuestas entendió que era mas <strong>de</strong>'lo que<br />

parecia, y que <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> aquel vil vestido habia gran sabiduría<br />

y santidad. Llamólo aparte: informóse secretamente<br />

<strong>de</strong> quién era; y apretóle <strong>de</strong> manera, que Alejandro<br />

no le pudo negar la verdad. Abrazóle san Gregorio, y vis-<br />

TOMO m.<br />

NOVIEMBRE. 401<br />

lióle <strong>de</strong>centemente y dióle por obispo á aquella ciudad,<br />

<strong>de</strong>clarándoles quién era y lo que le <strong>de</strong>bían eslimar; y que<br />

la voluntad <strong>de</strong> Dios era que aquel fuese su pastor y prelado:<br />

y fuclo tan excelente que vino á ser mártir <strong>de</strong>l Señor,<br />

y acabó su vida por fuego, y <strong>de</strong> él hace mención el Martirologio<br />

romano á los 11 <strong>de</strong> agosto. Con este hecho <strong>de</strong>claró<br />

san Gregorio á lo que en las elecciones <strong>de</strong> los obispos<br />

se <strong>de</strong>be tener mas atención , y lo que es mas principal, y<br />

el pecho que tenia en resistir á los que le proponían personas<br />

adornadas <strong>de</strong> las prendas y talentos que el mundo<br />

eslima y admira , mas que los oíros que son preciosos en<br />

los <strong>de</strong>l Sefior, y mas necesarios para el que ha <strong>de</strong> ser<br />

pastor, y como tal y nó como mercenario, apacentar y<br />

<strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r <strong>de</strong> los lobos las ovejas, que el sumo pastor<br />

y príncipe <strong>de</strong> todos los pastores, Jesucristo , compró con<br />

su sangre; y juntamente mostró el sanio la luz <strong>de</strong>l ^cielo<br />

que tenia, y con ella <strong>de</strong>scubrió el tesoro que entre los<br />

carbones y humil<strong>de</strong> traje <strong>de</strong> Alejandro estaba escondido.<br />

Pero ¿ quién podrá contar todos los otros milagros que<br />

este sanlisímo y milagroso varón obró ? San Gregorio Niceno<br />

no se excusa <strong>de</strong> hacerlo, por ser ( como dice) cosa<br />

muy larga , y que pedia mucho ocio y tiempo. Uno no<br />

quiero <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> referir, que le sucedió con los judíos, los<br />

cuales parle por codicia, parte por hacer burla <strong>de</strong>l santo,<br />

y dar á enten<strong>de</strong>r que era fácil <strong>de</strong> engafiarle, concerlaron<br />

entre sí <strong>de</strong> pedirle limosna en esta forma. Volviendo san<br />

Gregorio á su ciudad, pusiéronse los judíos en el camino<br />

por don<strong>de</strong> había <strong>de</strong> pasar, el uno tendido en el suelo, como<br />

muerto, y el otro como quien le lloraba y lamentaba;<br />

esle, al tiempo que pasaba el santo, alzó mas la voz, y gimiendo<br />

y suspirando , le dijo que aquel pobre mozo que<br />

allí estaba tendido en el suelo habia muerto súbitamente,<br />

y era tan pobre que no tenia una sábana en que envolverse,<br />

ni cosa conque enterrarse: que le socorriese con algo,<br />

para que le pudiese dar sepultura. Enternecióse san Gregorio,<br />

y quitóse luego un roquete que llevaba, y echóle<br />

sobre el que se fingia muerto, y pasó a<strong>de</strong>lante quedando<br />

solos los dos judíos. Entonces el uno <strong>de</strong> ellos que habia<br />

pedido la limosna, comenzó á dar gran<strong>de</strong>s risadas yá<br />

<strong>de</strong>cir á su compañero que se levantase; que buen lance<br />

habían-echado, y engañado aquel hombre que tenían por<br />

tan sabio los cristianos: y como el otro no le respondiese,<br />

alzó mas la voz, y asiéndole <strong>de</strong> la mano y dándole <strong>de</strong> pié,<br />

le dijo que se levantase. Pero todo esto no bastó; porque so<br />

estaba quedo sin dar muestra <strong>de</strong> sentido ni <strong>de</strong> vida , y el<br />

vestido que le dió san Gregorio, luego que le tocó le sirvió<br />

<strong>de</strong> mortaja, que era la que el otro para él pedia; y el<br />

que quiso hacer burla <strong>de</strong>l santo quedó burlado, y <strong>de</strong> veras<br />

muerto el que se fingió muerto; enseñándonos Dios con este<br />

milagro el respeto que <strong>de</strong>bemos lener á sus santos.<br />

No es <strong>de</strong> menor admiración la manera con que el Señor<br />

guardó á san Gregorio, para que no le matasen, que la<br />

que luvo en dar la muerte al judío que hacia burla <strong>de</strong> él.<br />

Levantóse en su tiempo aquella cruel y fiera persecución<br />

<strong>de</strong>l emperador Decio contra la Iglesia católica. Eran atormentados<br />

con nuevos y exquisitos suplicios los cristianos,<br />

y consumidos con linajes <strong>de</strong> muerte nunca oidas. Unos<br />

huían á los <strong>de</strong>siertos y se escondían en las cuevas <strong>de</strong>bajo<br />

<strong>de</strong> tierra: otros morian constantemente por la fé : muchos<br />

<strong>de</strong>smayaban y volvían atrás; y todos andaban <strong>de</strong>scarriados<br />

y <strong>de</strong>spavoridos, como ovejas cercadas por todas partes<br />

<strong>de</strong> una manada <strong>de</strong> lobos cruelísimos. Juzgó san Grc-K<br />

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