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Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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400 LA LEYENDA DE ORO<br />

él les daba se volvían á sos casas. Purificó el templo san<br />

Gregorio con la señal <strong>de</strong> la cruz, y gasló toda la noche velando<br />

en oración y alabando al Sefiorcomosolia. A la mañana<br />

se partió y siguió su camino. Salido san Gegorio entró<br />

el sacerdote <strong>de</strong> los ídolosen el templo para hacersusofrendas<br />

y sacrificios, y oyó gran<strong>de</strong>s voces y lamentables alaridos<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>monios que clamaban y le <strong>de</strong>cían, que no podian<br />

entraren aquella casa por haber oslado en ella Gregorio.<br />

Hizo el sacerdote mayores sacrificios y lodo lo que supo<br />

para aplacarlos y hacerlos volver al templo, y viendo que,<br />

todo su trabajo lesalia en vano, fué tras san Gregorio y le<br />

alcanzó, y con gran ansia y furor le dijo que le habia'<br />

<strong>de</strong> acusar al magistrado y hacer castigar severamente;<br />

porque siendo cristiano y enemigo <strong>de</strong> los dioses, habia<br />

entrado en su templo y echádoles <strong>de</strong> él, é impedido sus<br />

oráculos. A lo cual san Gregorio con gran mo<strong>de</strong>stia Ic respondió,<br />

que supiese que era siervo <strong>de</strong> un Señor en cuyo<br />

nombre podia echar los <strong>de</strong>monios <strong>de</strong> don<strong>de</strong> quisiese. El<br />

sacerdote admirado <strong>de</strong> esto le dijo : Pu«s haz que tornen<br />

al templo don<strong>de</strong> estaban, para que yo entienda, que tienes<br />

tan gran potestad. Abrió Gregorio un libro que Iraia consigo<br />

, y rompió <strong>de</strong> una hoja una pequeña parte, y escribió<br />

en ella estas solas palabras: «(iregorio á Satanás: Entra.»<br />

Llevó el sacerdote la carta : púsola sobre el altar: hizo su<br />

sacrificio : y luego le respondieron los <strong>de</strong>monios como<br />

primero. Quedó asombrado el sacerdote: y como <strong>de</strong>bia ser<br />

discreto , y Dios por este camino le quería alumbrar, plisóse<br />

á consi<strong>de</strong>rar que el Dios á quien servia Gregorio<br />

<strong>de</strong>bia ser mas po<strong>de</strong>roso que sus dioses; pues en su nombre<br />

Gregorio los habia podido echar <strong>de</strong> su templo, y volverlos<br />

con el mandato <strong>de</strong> una sola palabra; y movido <strong>de</strong><br />

esta consi<strong>de</strong>ración, se fué á san Gregorio y le contó lo que<br />

lo habia pasado, y lo rogó que le <strong>de</strong>clarase quién era<br />

aquel Dios á quien él servia y le daba lan gran po<strong>de</strong>r : y<br />

habiéndole respondido el sanio lo que le convenia oír,<br />

que los misferios <strong>de</strong> nuestra santa fé no se confirmaban<br />

con palabras, sino con milagros , para que él entendiese<br />

que le <strong>de</strong>cia la verdad, y se sujetase y tuviese por Dios el<br />

que él predicaba. Y como Gregorio le añadiese que escogiese<br />

el milagro que queria que hiciese ; el sacerdote le<br />

dijo , que pasase una peña grandísima que alli estaba á<br />

otra parte, líízolo luego san Gregorio : y como si la peña<br />

tuviera razón, así la mandó que se pasase adon<strong>de</strong> el otro<br />

habia señalado; y ella obe<strong>de</strong>ció é hizo lo que le fué mandado.<br />

Quedó el hombre asombrado y convencido , y con<br />

su mujer , hijos y familia se convirtió á la fé <strong>de</strong> Cristo , y<br />

suplicó al santo que le recibiese en su servicio y compañía,<br />

para ser particionero <strong>de</strong> sus trabajos y merecimientos.<br />

Divulgóse la fama <strong>de</strong> estos dos milagros tan<br />

gran<strong>de</strong>s en la ciudad, y como san Gregorio habia cebado<br />

á sus dioses <strong>de</strong>l templo, y dádoles licencia para volver á<br />

él, y trasladado la pena á otro lugar, y confuso y atónito <strong>de</strong><br />

oir cosas tan nuevas y admirables, sabiendo que venia le<br />

salió á recibir todo el pueblo con eslraordinario aplauso y<br />

regocijo. Pero fué cosa maravillosa y otro milagro mayor,<br />

que el santo iba tan <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> si y tan puesto en Dios,<br />

que pasó por medio <strong>de</strong> toda la gente como si estuviera en<br />

el <strong>de</strong>sierto y no viera nadie, estando como estaba cercado<br />

por todas parles y apretado <strong>de</strong> tanta gente. No quiso buscar<br />

casa en la ciudad , ni tener hereda<strong>de</strong>s y posesiones;<br />

porque todo su cuidado era Dios y la salvación <strong>de</strong> las almas,<br />

hasta que un caballero rico y principal llamado Mau-<br />

D1A 17.<br />

soniojerogóencarecidamonle y le importunó que se fuese<br />

á su casa. Él lo hizo , y comenzó á venir á ella nmrlia<br />

gente <strong>de</strong> todos estados, eda<strong>de</strong>s y condiciones, para ver y<br />

tratar á un bombre que era mas que hombre, y tener<br />

doctrina para sus almas y salud para sus cuerpos. Así lo<br />

hacía el santo, enseñando á cada uno lo que <strong>de</strong>bía.<strong>de</strong> hacer<br />

para salvarse , y sanando á los enfermos <strong>de</strong> todas las<br />

dolencias que pa<strong>de</strong>cían : consolaba á los <strong>de</strong>sconsolados i<br />

persuadía á los mancebos la castidad, á los viejos la paciencia,<br />

á los siervos la obediencia para con sus señores,<br />

á los señores la benignidad para con sus criados, á los ricos<br />

la limosna y á los pobres el sufjimicnto y contento<br />

con su estado; finalmente, á todos los hombres y mujeres,<br />

mozos y viejos, reparlia el pan <strong>de</strong> la celoslial doctrina , y<br />

daba documentos <strong>de</strong> salud.<br />

Fueron tantos los que se convirtieron á nuestra fé y<br />

tan gran<strong>de</strong> el fuego <strong>de</strong> amor <strong>de</strong> Dios que en ellos se emprendió<br />

por las palabras <strong>de</strong> san Gregorio , que luego pupusieron<br />

la mano para edificar un templo al Dios verda<strong>de</strong>ro<br />

, ofreciendo cada uno su trabajo y su hacienda para<br />

la obra , la cual se hizo ecliándola el sanio su bendiciotr,<br />

y quedó tan fuerte y lan firme y bien fundada, que sucediendo<br />

<strong>de</strong>spués un grandísimo temblor <strong>de</strong> tierra (con el<br />

cual cayeron lodos los edificios, casas y templos <strong>de</strong> la<br />

ciudad <strong>de</strong> Neocesarea}; solo este templo que edificó san<br />

(¡regorio quedó en pié, por especial gracia y provi<strong>de</strong>ncia<br />

<strong>de</strong>l Señor. Eusebio Cesaríense dice, que para la edificación<br />

<strong>de</strong> un templo, hizo con su oración, que una gran peña<br />

se partiese y diese lugar para que edificase el templo:<br />

tanto podía con sus oraciones y tanto ora lo que Dios<br />

honraba á su santo : el cual era tenido por tal, y respetado<br />

y reverenciado como una cosa divina y venida <strong>de</strong>l<br />

cielo; y por esto los que tenían pleitos y contiendas entro<br />

sí se las ponían en sns manos, para que él las <strong>de</strong>cidiese<br />

y <strong>de</strong>termínase. Verdad es que no todos le obe<strong>de</strong>ctan en<br />

todo; pero los <strong>de</strong>sobedientes luego sentían su daño, como<br />

aconteció á dos hermanos, mozos ricos y recién heredados,<br />

que pleilaban sobre quién <strong>de</strong> ellos habia <strong>de</strong> ser señor<br />

<strong>de</strong> una laguna <strong>de</strong> mucha pesca, queriendo cada uno<br />

serlo sin admitir compañero. Creció tanto esta discordia<br />

con el hervor <strong>de</strong> la ¡.angre y codicia <strong>de</strong>l propio interés en<br />

los dos mozos hermanos, que <strong>de</strong>leilüinaron venir á las<br />

manos, y llevar aquel negocio por armas: súpolo san<br />

Gregorio; y estando á punto para darse la batalla , fué á<br />

ellos; rogóles que se pacificasen y que estimasen mas el<br />

amor natural que el interés, y que como buenos hermanos<br />

se concordasen ; oyéronle los mozos ; mas no obe<strong>de</strong>cieron<br />

al santo. Volvióse él á Dios: hizo oración una noche<br />

á la ribera <strong>de</strong> la laguna; y á la mañana no apareció<br />

mas la laguna , porque toda se habia convertido en tierra<br />

fértil y fructuosa. Visto el milagro , los dos hermanos se<br />

conformaron, y <strong>de</strong>jaron sus pen<strong>de</strong>ncias y rencillas, echándose<br />

á los piés <strong>de</strong>l santo, que con sus oraciones les había<br />

quitado y corlado la raíz.<br />

No ménos es admirable otro milagro que hizo, poniendo!<br />

freno y término al río Líco, muy caudaloso y furioso, que<br />

saliendo <strong>de</strong> madre, arruinaba y <strong>de</strong>struía toda arjuella tierra<br />

don<strong>de</strong> pasaba. Vinieron los pueblos <strong>de</strong> aquella comarra<br />

á san Gregorio : dijéronlc los daños gran<strong>de</strong>s que recibían<br />

<strong>de</strong> aquel rio cuando se <strong>de</strong>sfrenaba, y creciendo con las<br />

avenidas se extendía por los campos, y arrebataba los árboles<br />

, los ganados y las mismas casas y moradores <strong>de</strong>

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