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398 LA LEYENDA DE 0110<br />
<strong>de</strong>spacio y darles mnclias muertes; porque con imano<br />
los había podido matar. Para esto mandó hacer ciertas ruedas<br />
y atar en ellas á los santos, y encen<strong>de</strong>r fuego <strong>de</strong>bnjo<br />
<strong>de</strong> ellas y avivarle con aceite , para que con el movimiento<br />
do las ruedas los cuerpos poco á poco se asasen y<br />
consumiesen , y <strong>de</strong>svaneciéndoseles la cabeza , quedasen<br />
privados <strong>de</strong> sentido. ¡ O necia y vana invención <strong>de</strong>l polvo<br />
<strong>de</strong> la tierra , que piensa contrastar con Dios ! ¡ O ingeniosa<br />
crueldad y no ménos <strong>de</strong>satinada, que se ejecuta<br />
contra los que están <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l amparo y sombra do Dios!<br />
Estaba Dion lleno <strong>de</strong> rabia con el rostro encendido, centelleando<br />
los ojos, echando llamas <strong>de</strong> impiedad, mandando<br />
atormentar á los bienaventurados hermanos en aquellas<br />
ruedas, y los sayones y ministros <strong>de</strong> su crueldad<br />
moviendo las ruedas y atizando el fuego; y los santos<br />
como si estuvieran en camas regaladas, con gran paz y<br />
seguridad , encomendándose al Señor y suplicándole que<br />
matase aquel fuego : y él lo hizo luego, <strong>de</strong> tal manera,<br />
que salló con gran presteza en los gentiles que allí estaban<br />
y abrasó gran multitud do ellos, quedando los santos sin<br />
lesión alguna, y cantando aquel verso <strong>de</strong>l real profeta:<br />
Pasado habernos por fuego y agua, y sacáslenos, Señor, al<br />
Ivgar <strong>de</strong>l <strong>de</strong>scanso y refrigerio. Todas estas maravillas que<br />
obraba Dios por sus siervos , atribuía Dion (como ciego)<br />
á arle mágica y al po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> los <strong>de</strong>monios, por cuya virtud<br />
pensaba que los gloriosos mártires se <strong>de</strong>fendían. Mandólos<br />
quitar <strong>de</strong> las ruedas, y <strong>de</strong> nuevo pretendió persuadirles<br />
que reconociesen la benignidad <strong>de</strong> sus dioses, pues<br />
tanto ios sufrían y esperaban. A lo cual san Acisclo le<br />
respondió constante y gravemente, reprendiendo su locura<br />
y ceguedad , pues no veía la po<strong>de</strong>rosa mano <strong>de</strong>l verda<strong>de</strong>ro<br />
Dios que los <strong>de</strong>fendía, y atribuía á los <strong>de</strong>monios lo<br />
que solo Dios podia obrar. El malvado juez mandó quitar<br />
<strong>de</strong> allí á san Acisclo, enfadado <strong>de</strong> sus palabras, y que<br />
cortasen á la santa hermana los pechos, y <strong>de</strong> las heridas<br />
no salió sangre sino leche, para mayor gloria <strong>de</strong>l Señor<br />
y testimonio <strong>de</strong> su verdad. Lleváronla <strong>de</strong>spués á la cárcel<br />
don<strong>de</strong> estaba su hermano, y vinieron á ellos muchas<br />
mujeres movidas <strong>de</strong> compasión para visitar á santa Victoria<br />
y traerla algún regalo; y ella se las pagó con otro mayor<br />
; porque las predicó y convirtió siete <strong>de</strong> ellas con sus<br />
santas palabras y amonestaciones: en esto pasaron aquella<br />
noche. Traídos al otro día <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> Dion , mandó<br />
corlar la lengua á santa Victoria, porque hablaba con<br />
gran libertad; mas ella <strong>de</strong>spués hablaba y alababa al Señor<br />
sin lengua como si la tuviera , haciéndole gracias por<br />
aquel inestimable beneficio; y el juez impío la hizo asaetear,<br />
y <strong>de</strong>gollar ás;in Acisclo en el anfileatro;lugar público<br />
para las üeslas y regocijos. Oyéronse voces <strong>de</strong> ángeles<br />
que <strong>de</strong>cían : Venid á mí, santos míos, recibid las coronas<br />
que por premio <strong>de</strong> vuestra noble pelea os están aparejadas.<br />
Este fué el martirio <strong>de</strong> san Acisclo y Victoria su hermana,<br />
y fué á los 17 <strong>de</strong> noviembre en que la santa Iglesia<br />
le celebra, el año <strong>de</strong>l Señor <strong>de</strong> 303, imperando Diocleciano<br />
y Maxímiano, y siendo obispo <strong>de</strong> Córdoba el<br />
gran<strong>de</strong> Osio, á lo que dice el car<strong>de</strong>nal Bnronio. <strong>Los</strong> Martirologios<br />
remano y Beda, Usuardo y Adon, hacen mención<br />
<strong>de</strong> estos santos, y el poeta Pru<strong>de</strong>ncio y el nreviario<br />
toledano <strong>de</strong> san Isidoro. <strong>Los</strong> sagrados cuerpos recogió <strong>de</strong><br />
DIA 17-<br />
Acisclo en su casa, y el <strong>de</strong> santa Vícloria cerca déla puerta<br />
<strong>de</strong>l rio; y <strong>de</strong>spués se edificó á san Acisclo un suntuoso<br />
templo en Córdoba, que tiene á estos dos gloriosos mártires<br />
porpalrones é insignes <strong>de</strong>fensores <strong>de</strong> toda aquella nobílisima<br />
y anliquísima ciudad. Cuenta san Isidoro, que<br />
viniendo el rey Agila <strong>de</strong> los godos, sucesor <strong>de</strong> Teudíselo,<br />
sobre Córdoba, profanó la iglesia <strong>de</strong> San Acisclo, don<strong>de</strong><br />
estaba sü cuerpo sepultado, aposentando en ella sus caballos<br />
y soldados por estar fuera <strong>de</strong> la ciudad, pero luego<br />
vino el castigo <strong>de</strong> Dios sobre el malvado rey en venganza<br />
<strong>de</strong>l santo mártir: porque milagrosamente fué vencido<br />
<strong>de</strong> los cordobeses y <strong>de</strong>strozado, matándole á un hijo<br />
y á todos los mas principales <strong>de</strong> su ejército: y él, <strong>de</strong>jando<br />
lodos sus tesoros á sus enemigos, con gran dificullad so<br />
escapó huyendo; y llegando <strong>de</strong>spués á Mcrída, el mismo<br />
rey fué muerto por los suyos. San Eulogio, márlir, afirma<br />
que en la <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong> España quedaron en aquella<br />
iglesia sus cuerpos, y parte <strong>de</strong> ellos están al presente en<br />
ella,que es monasterio <strong>de</strong> Predicadores • parle en olra iglesia<br />
<strong>de</strong> San Pedro, que es parroquial.<br />
SAN GREGORIO TAUMATURGO, CRISPO YCONFÍSOR.—La vida<br />
<strong>de</strong>san Teodoro, que <strong>de</strong>spués se llamó Gregorio, ohispodo<br />
Neocesarea, escribió el elocuentisimo doctor san Gregorio<br />
Niceno, hermano <strong>de</strong>l Gran Basilio; y el mismo Basilio lo<br />
alaba sobre manera y le llama el Gran Gregorio. Fué tan<br />
esclarecido en prodigios y milagros, que le dieron el nombre<br />
<strong>de</strong> Taumaturgo, que en griego quiere <strong>de</strong>cir obrador y<br />
artífice <strong>de</strong> milagros; y le comparan á Moisés por los muchos<br />
y muy notablesqne hizo; y su vida fué tal, que so<br />
pue<strong>de</strong> tener por el mayor <strong>de</strong>sús milagros. Nació este sanlísimo<br />
varón en Neocesarea, que es en el Ponto Euxino.<br />
Sus padres fueron nobles y ricos, aunque eran gentiles.<br />
Des<strong>de</strong> niño fué muy bien inclinado y dado á las obras morales<br />
<strong>de</strong> virtud: y habiendo aprendido las primeras letras,<br />
fué enviado á Alejandría (don<strong>de</strong> á la sazón fiorecian<br />
mucho los estudios <strong>de</strong> las buenas artes\ para qne allí estudiase<br />
la filosofía, y todo lo <strong>de</strong>más que para cultivar su<br />
gran<strong>de</strong> ingenio y alcanzar honra y provecho era menester.<br />
En este estudio <strong>de</strong> la filosofía le alumbró Dios, y en las tinieblas<br />
<strong>de</strong> los libros <strong>de</strong> los gentiles le <strong>de</strong>scubrió la luz <strong>de</strong><br />
la verdad; porque viendo la variedad y diversidad <strong>de</strong> opiniones<br />
que hay entre los mismos lilósofos (aun en las<br />
cosas mas importantes que tocan á la naturaleza, provi<strong>de</strong>ncia,<br />
gobierno y majestad <strong>de</strong> Dios, y á la felicidad y fin<br />
<strong>de</strong>l hombre), entendió que no podia ser verda<strong>de</strong>ra aquella<br />
doctrina tan llena <strong>de</strong> contrarieda<strong>de</strong>s y <strong>de</strong>satinos; y la que<br />
enseñaba nuestra sagrada religión solo era la cierta y sogura<br />
; y allí la abrpzó y se hizo cristiano. Perseveraba en<br />
sus estudios con raro ejemplo <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>stia y honestidad:<br />
no se <strong>de</strong>scomponía ni en obras ni en palabras: era benigno,<br />
manso y humil<strong>de</strong> en todos y un espejo <strong>de</strong> virtud á sus<br />
condiscípulos y á los <strong>de</strong>más estudiantes <strong>de</strong> aquella universidad:<br />
entre los cuales, algunos <strong>de</strong>sbaratados y traviesos<br />
llevaban mal tanta mo<strong>de</strong>stia y compostura <strong>de</strong> costumbres<br />
como resplan<strong>de</strong>cía en san Gregorio; porque era una tácita<br />
reprensión <strong>de</strong> sus vicios. Determinaron pues infamarle y<br />
dará enten<strong>de</strong>r que no era tan casto ni tan honesto como<br />
parecía. Concertáronse con una mujercilla lasciva y <strong>de</strong><br />
mal vivir, y prométíeronle pagárselo bien, si al tiifmpo<br />
que estaba Gregorio en compañía <strong>de</strong> los hombres graves<br />
y filósofos, le acometiese y le pidiese el precio <strong>de</strong> su lormayor<br />
veneración y honra que pudo, sepultó el <strong>de</strong> san i peza que con ella había cometido y no pagado. Uízolo<br />
noche uaa mujer principal llamada Mínciana, y