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DÍA 17. . NOVIEMBRE.<br />
nes que parece que lengo <strong>de</strong>nse á los pobres. Recibió todos<br />
lossanü* sacramentos con exti'emada <strong>de</strong>voción y ternura:<br />
consoló á todos sus bijos, que amargamente lloraban<br />
su partida; y <strong>de</strong>claró que al rey y al reino y á lodo el<br />
clero hablan <strong>de</strong> venir en breve gravísimas calamida<strong>de</strong>s<br />
(como vinieron), y que él se consolaba <strong>de</strong> morir en ÉfÉftl<br />
lia sazón por no verlas: y echado en el suelo sobre el cilicio<br />
y la ceniza, cantando los clérigos y mongos las completas,<br />
al tiempo que docian el: JYKJIC dmillis servum<br />
luum. Domine, Ató sa purí imo espíritu á su Criador, á los<br />
17 <strong>de</strong> noviembre, cerca <strong>de</strong> los años <strong>de</strong>l Sefíor <strong>de</strong> 1200,<br />
siendo <strong>de</strong> edad <strong>de</strong> setenta, y habiendo sido obispo quince<br />
aftos y cincuenta y ocho dias. Llevaron su sagrado cuerpo<br />
do Dondonia, don<strong>de</strong> murió, á su Iglesia <strong>de</strong> Linconia, con<br />
gran pompa y solemnidad, concurriendo <strong>de</strong> todas partes<br />
innumerable gente, para ver, locar y reverenciar al sagrado<br />
cuerpo <strong>de</strong> tan santo pastor y prelado. Vinieron á su<br />
entierro el rey <strong>de</strong> Inglaterra, Juan, y el rey <strong>de</strong> Escocia,<br />
con los señores y gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong> sus córtes, tres arzobispos,<br />
catorce obispos, mas <strong>de</strong> cien aba<strong>de</strong>s y una infinita muchedumbre<br />
<strong>de</strong>l pueblo, y sepultaron con gran ternura, honra<br />
y <strong>de</strong>voción al que en vida habia tenido tanto cuidado <strong>de</strong><br />
enterrar los muertos, como arriba se dijo. Hubo <strong>de</strong>spués<br />
di su muerte gran<strong>de</strong>s revelaciones <strong>de</strong> la gloria que el Seflor<br />
hnbia dado á su benditísima alma en el cielo. Entre<br />
las otras fné una: que pretendiendo cierto obispo subir, nó<br />
por vii-tu l y nuTeíMinieníos, sino por malos medios y mañas<br />
al obispado liiiconiense (pie habia tenido el santo, dió<br />
un golpe con el báculo pastoral en las espaldas al obispo<br />
ambicioso, y en la misma hora espiró.<br />
Muchos y gran<strong>de</strong>s milagros obró el Señor por la intercesión<br />
dií san Ilugon en vida y en muerte, sanando en vida<br />
mueh is enfermos y en<strong>de</strong>moniados, apagando con sus<br />
oraciones un gran<strong>de</strong> incendio, y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> muerto (<strong>de</strong>jando<br />
aparte los <strong>de</strong>más), en espacio <strong>de</strong> pocos dias cobraron<br />
salud en su sepultura seis paralíticos, tres ciegos, dos<br />
mudos y otros dos contrahechos, una hidrópica, y un niño<br />
muerto resucitó: un ladrón, que habia hurtado la bolsa á<br />
un buena mujer, que estaba orando <strong>de</strong>lante <strong>de</strong>l cuerpo <strong>de</strong><br />
san Ibigon, milagrosamente perdió luego la vista, y conociendo<br />
su culpa, confesándola públicamente y restituyendo<br />
la bolsa, la tornó á cobrar. Par estos y otros milagros» y<br />
mucho mas por la información <strong>de</strong> su santísima vida y admirables<br />
virtu<strong>de</strong>s, le canonizó y puso en el catálogo <strong>de</strong> los<br />
santos, lionorio III, sumo pontífice: y por ¡os años <strong>de</strong>l Señor<br />
<strong>de</strong> 1280, á los 6 <strong>de</strong> octubre, se trasladó su sagrado<br />
cuerpo con gran pompa y fiesta, estando presentes el rey<br />
y la reina <strong>de</strong> Inglaterra y el rey <strong>de</strong> Navarra, dos arzobispos,<br />
muchos obispos, aba<strong>de</strong>s, caballeros, señores y gran<strong>de</strong>s<br />
<strong>de</strong>l remo. Hallaron el sagrado cuerpo, cuando le <strong>de</strong>scubrieron,<br />
casi entero, y <strong>de</strong>l arca en que estaba salió gran<br />
copia <strong>de</strong> un óleo purísimo, y el hábito <strong>de</strong> monge que el<br />
santo varón habifl traído y con que habia sido sepultado<br />
estaba entero: y temendo la cabeza <strong>de</strong>l santo en las manos<br />
con gran reverencia Ol.verio, obispo linconiense, <strong>de</strong>stiló <strong>de</strong><br />
la mejilla un ace.te celestial: y con estos prodigios divinos<br />
el santo cuerpo fue colocado en una arca adornada <strong>de</strong> oro<br />
y piala y muchas piedras preciosas, y puesto en un lugar<br />
fabricado <strong>de</strong> mármol, alto y sublimo, apartado algo <strong>de</strong> la<br />
cabeza <strong>de</strong>l mismo santo, que por ser guarnecida riquísimamente,<br />
se puso en el aliar <strong>de</strong> san Juan Caulista <strong>de</strong> la<br />
misma iglesia catedral linconiense.<br />
30:Í<br />
l)e san Hugon hace mención el Martirologio romano h<br />
los H <strong>de</strong> noviembre, y Juan Molano en las Adiciones al<br />
Martirologio <strong>de</strong> Usuardo, y un arcediano linconiense quo<br />
escribió <strong>de</strong> sus milagros y Pedro Sulor, cartujano, á mas<br />
<strong>de</strong> los autores que escriben su vida, que son los que referimos<br />
arriba.<br />
SAN GHEGOIUO, OBISPO Y coNi'Esrm.— La vida <strong>de</strong> san<br />
Gregorio, obispo <strong>de</strong> la ciudad <strong>de</strong> Turs, habernos <strong>de</strong> sacar<br />
<strong>de</strong> laque escribió el clero <strong>de</strong> su misma Iglesia, y refiero<br />
en su sexto lomo el P. Fr. Lorenzo Surio; y es <strong>de</strong> esta manera.<br />
Fué san Gregorio francés <strong>de</strong> nación, <strong>de</strong> la provincia<br />
<strong>de</strong> Albernia, é hijo <strong>de</strong> padres nobles, ricos y piadosos, y<br />
en su linaje hubo muchas personas, hombres y mujeres,<br />
<strong>de</strong> notable santidad. Su padre se llamó Florencio y su madre<br />
Armenlaria : los cuales procuraron criar á san Gregorio<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> niño en toda virtud y en las buenas letras humanas<br />
y divinas; para que se aventajase mas en la ciencia<br />
y en el temor <strong>de</strong> Dios, le entregaron á san Galo,<br />
obispo <strong>de</strong> Albernia, que era su lio. Siendo aun niño, le vió<br />
san Nicecio, obispo <strong>de</strong> León, y conociendo con espíritu<br />
<strong>de</strong>l cielo, cuán gran ministro habia <strong>de</strong> ser, le abrazó y<br />
le echó su bendición, suplicando á nuestro Señor que lo<br />
guardase y le tuviese <strong>de</strong> su mano. Siendo ya muchacho y<br />
que aprendía á leer, oslando su padre muy malo, tuvo una<br />
visión, en que le mandaron que escribiese el santísimo<br />
nombre <strong>de</strong> Jesús en una tablilla, y le pusiese <strong>de</strong>bajo ¿e<br />
la cabecera <strong>de</strong> su padre, y que así cobraría salud. Hízolo,<br />
w luego sanó el padre, y <strong>de</strong> allí á dos años también le sanó<br />
<strong>de</strong> otra enfermedad muy peligrosa con el olor <strong>de</strong> un<br />
hígado <strong>de</strong> pez asado, como otro Tobías, por haber tenido<br />
<strong>de</strong> elio revelación. Después creció, y siendo mozo tuvo una<br />
recia enfermedad <strong>de</strong> calenturas y flemas muy gruesas <strong>de</strong><br />
estómago, y no hallando remedio, se mandó llevar al sepulcro<br />
<strong>de</strong> s in Elidió, que estaln allí cerca , y prometió al<br />
santo el hacerse clérigo, si le sanaba. Luego le vino un flujo<br />
<strong>de</strong> sangre por las narices, y se <strong>de</strong>spidió la calentura y sanó<br />
; y nuestro Gregorio cumplió lo que habia prometido,<br />
y <strong>de</strong>jado el hábito seglar, se <strong>de</strong>dicó totalmente al servicio<br />
<strong>de</strong> Dios y <strong>de</strong> su Iglesia. Murió san Galo: y san Avilo,<br />
viendo el ingenio y gran caudal <strong>de</strong> Gregorio, le lomó á<br />
su cargo, para perfeccionarle en los buenos principios <strong>de</strong><br />
virtud y letras que ya tenia ; y así lo hizo, dándole excelentes<br />
maestros y hombres insignes en todo género <strong>de</strong><br />
erudición, para que le cultivasen y guiasen hasta la cumbre<br />
<strong>de</strong> la sabiduría: y él por su parte con su ingenio, Irabajo<br />
é industria, se dió tan buena maña, que la alcanzó,<br />
como se ve por los muchos libros que escribió. Supo servirse<br />
<strong>de</strong> los poetas, oradores y filósofos, y aprovecharse <strong>de</strong><br />
lo bueno que tienen (como hurlaron á los egipcios) y <strong>de</strong>sechar<br />
lo malo, corlando las uñas y los cabellos á la mujer<br />
cautiva, antes do lomarla por mujer, como mandaba Dios<br />
que se hiciese en la ley vieja. Ilabia en aquel tiempo en<br />
Alvernia muchas piírsouas religiosas que resplan<strong>de</strong>cían en<br />
toda virtud, á las cuales Gregorio visilaba con mucho gusto,<br />
para aprovecharse <strong>de</strong> sus ejemplos y animarse mas á<br />
la perfección. En este tiempo le envió Dios otra enfermedad<br />
que le llegó al cabo y casi le d.-sliauciaron los médicos;<br />
pero el santo, medio muerto como estaba, se mandó<br />
llevar ala sepultura <strong>de</strong> san Martin, obispo (con quien tenia<br />
particular <strong>de</strong>voción), con gran confianza que por su<br />
intercesión el Señor le daría entera salud. Púsose en camino,<br />
y habiendo andado dos ó tres jornadas, con el tra-