Tomo Tres Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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DÍA 1 G . ricas y varias cosas (aunque éi no rmbia ninguna), solia decir: Ahora que soy rico y (le ninguna cosa lengo necesidad, el demonio me quiere cegar de dones, no habiendo poJido vencerme cuando era polire. Pues yo espero en el Señor, que tampoco ahora me vencerá. Fué también admirable ta entereza de vida y rectilud de san Kdmuudo, en la administración de su obispado, que el mundo no pudo sufrir tan gran luz, y muchos grandes del reino, eclesiásticos y seglares y su mismo cabildo se levantaron contra él, y le afligieron y persiguieron ten i- blemente, orando el sanio por ellos, y volviéndoles bien por mal, con unas entrañas de padre amoroso, y con un corazón blando, suave y propio de santo. Mas viendo que con todo su cuidado y diligencia no los podia ganar, ni ejercer como debiael oficio de prelado, se determinó salude Inglaterra y pasar á Francia, hasta que el Sefior mandase cesarlos vientos y sosegar el mar. Estando para partir, le apareció el beato santo Tomás, mártir y arzobispo cantuariense, su predecesor, y le animó y confirmó en aquella jornada. Quiso san Edmundo besar el pié á santo Tomás: mas el santo mártir retiró el pié : de lo cual san Edmundo quedó muy triste y lloroso, y preguntándole sanio Tomás la causa, le respodió : Poi que no soy digno de bisar tus sagrados piés. Entonces santo Tomás le dijo: No llores por eso; porque pronto le admitiré at ósculo de mi rostro: dándole á entender que pronto moriria. Pasó á Francia, y fuéscal monasterio Ponliniaco, que era delCister, donde el mismo santo Tomás en su deslierro habia estado seis afios: fué acogido de aquellos santos religiosos coasuaia devoción, alegría y reverencia; y estando allí, cayó malo de una grave enfermedad. Lleváronle á otro monasterio de aires mas benignos y templados, con mucho sentimiento de los padres que dejaba: á los cuales dijo que él volvería á aquella casa para el dia de san Edmundo mártir. Entrando en el monasterio adonde le habían llevado, se agravó el mal; recibió los sanios sacramentos con extremada ternura y devoción, y faltándole poco á poco los sentidos, dió su espíritu al Señor á los \f¿ de noviembre. Llevaron su sagrado cuerpo al monasterio Pontiniaco, adonde llegó el dia de san Edmundo, rey mártir, como el mismo sanio lo habia profetizado. Allí le sepultaron hoiiorífleamente, y Dios nuestro Señor le ilustró con muchos y nohibles milagros después de muerto, como lo habia hecho en su vida, especialmente con el anillo que se halló en su dedo, que nunca se lo pudieron sacar, ni con fuerza ni con maña, hasta que con mucha humildad se lo suplicaron. Entonces (fcjó caer el anillo para salud y beneficio de muchos. La vida de san Edmundo escribió Roberto Richio y Roberto Babón, su discípulo: tráela el P. Fr. Lorenzo Surio en su AI (orno recogida de varios autores. Hace mención de el el Martirologio romano á los 16 de noviembre y el cardenal fiaronio en sus Anotaciones, y dice, que su glorioso tránsito fue el año del Señor de 1246, y que le canonizó y puso cu el catálogo de los santos Inocencio IV. * Los SANTOS RUFINO, MARCOS, YALEUO T sus GOMPASEiiosuÁuTiaEs.—Estos santos, según retiere el Marttrológio romano, padecieron el martirio en África. No sabemos con que clase de torraenlos fué probada su fé; dice Galesinio que un antiguo manuscrito habla de estos santos. Los SANTOS EPIDIO, MARCELO, ECSTOQUIO T StS COMPASE- NOYIEMBRE. 391 ROS, MÍRTIRES.—El primero de estos santos era ciudadano romano del órden senatorio, y su ejemplo sirvió para que los demás cristianos que fueron sus compañeros en la corona del martirio permaneciesen constantes y se alentasen en la pelea. Habiendo sido llevados lodos á la itresencia del emperador Juliano Apóstala, confesaron animosamente la fé de Jesucristo, y que estaban dispuestos á sufrir la muerte por su confesión. Después de esto fueron atados ú las colas de unoscaballos indómitos que les arrastraron por toda la ciudad, y últimamente fueron arrojados al fuego, donde acabaron su vida el año 362. SAN EÜQUEIUO, OBISPO Y CONFESOR.—Era de ilustre familia, pues su padre y su abuelo hablan ocupado los puestos de mas dignidad en el imperio romano. El joven Euquerio despreció sin embargo la nobleza y todas las riquezas \ñv3i entregarse tan solo á la piedad. Su erudición y demás dotes personales le hicieron uno de los mas notables oradores de su tiempo. Casó con una mujer virtuosa, de la cual tuvo dos hijos que educó en la virtud y que llegaron á ser elevados después ai episcopado. Euqueriy deseaba tanto no servir mas que para Dios, que al fin se decidió á tomar el hábito monástico de Lerins con sus dos lujos, y su esposase consagró también á la vida religiosa en un monasterio do santas mujeres. Algún tiempo después se retiró de Lerins á otro desierto á vivir enteramente solo, y en esta soledad escribió un Tratado de la vida solitaria, el cual publicó juntamente con otro traiado sobre el des¡>i'e~ do deí mundo, el año 421. Esta obra es una de las mas apreciables de la antigüedad eclesiástica, ya por la importancia de las cosas que contiene, y } a también per la elegancia y riqueza de lenguaje en que está escrita. A pesar de su retiro y humildad, el año 434 fué consagrado obispo de Lion. Yióse en él un fiel pastor suspirando do cotinnuo por la patria celestial, humilde de espíritu, rico en buenas obras, poderoso en palabras y ejemplos, sabio en todas las ciencias y muy superior á los mas grandes obispos do su época. Asistió al primer concilio de Orangc en 441; fundó varias iglesias y establecimientos piadosos; fué venerado y estimado deles mas ilustres prelados de su siglo, y murió santamente en Lion el dia 16 de noviembre del año íoO. SAN FIDENCIO, OBÍSPO y cONFEsoa.—Aprendió la ciencia de la religión en la escuela de los discípulos de los apóstoles, que le confirieron las sagradas órdenes y le enviaron á predicar el Evangelio. El doble poder que le daban sus virtudes y milagros, le proporcional on la gloria de producir admirable fruto en la viña del SeDor. Cuando fué elegido obispo de Pavía, su celo y sus trabajos apostólicos aumentaron exlraordinariamenle, y después de haber gobernado su rebano por espacio de muchos afios, murió en el de 166. SAN OTMARO, ABAD.—Floreció en la Recia en el siglo VIH. Desde su niñez despreció las grandezas de la tierra, y se consagró á la perfección en c! retiro del claustro, l'ué modelo de penitencia: su abstinencia era tal, que no comia mas que «na vez cada dos dias, y solo pan y agua, macerando su cuerpo con tanto rigor que le Irataba como á su mas temible enemigo. Fué admirable en la pureza, la continua oración, y en el amor á los pobres. Distinguióse principalmente por su profunda humildad, y al fin, coronado con todas las virtudes cristianas, murió en la paz de Dios el dia 16 de noviembre del año 738.

392 LA LEYENDA BE ORO. nu 17. DIA 17. SAN IltiGON, OBISPO v CONFIÍSOU.—La vida del glorioso confesor de Cristo san Hugon, raonge de la sagrada órden de la Cartuja y espejo de santos obispos, escribió un autor que vivió con él familiarmente, en cinco libros que abreviados refiere el IV Fr. Lorenzo Surio en el vi lomo de las Vidas de los santos; y Silvestre Giraldo asimismo y Adon Carttisiano escribieron su vida, como lo dice Juan Molano, y es de esta manera. Fué san Hngon de la provincia de Borgoña, hijo de padres nobles: su padre fué valeroso soldado y temeroso de Dios: el cual, siendo muerta ya su mujer y Hugon, su hijo, de solos ocho años, para que no se divirliese y cayese en las travesuras en que suelen caer los muchachos, ib ofreció al Señor en un convento de canónigos reglares que estaba cerca del pueblo en que él vivia. Diéronle luego por ayo y maestro á un sanio viejo para que le enseñase virtud y letríis, solíale decir el maestro: Hugon, hijo, yo lo crio para Cristo, y así debes dejar los juegos y burlas ; y Hugon era tan bien inclinado y de tan buena condición, que no tenia repugnancia á ninguna cosa de virtud, y en los tiernos años parecía viejo en el seso. No se contentó su padre con haber entregado su hijo á aquel monasterio, sino él también tocado de la mano del Señor, dejando todas las cosas perecederas del siglo, se entró en el mismo monasterio y se consagró al Señor. Siendo ya Hugon de diez y nueve años, le ordenaron de snbdiácono y le encomendaron cargos mayores; mas el Señor que se quería servir de él en olra vida mas perfecta y áspera, ordenó las cosas de olra manera; porque un dia yendo con el prior de su convento á un monasterio de la Cartuja, y viendo á los padres de aquella santa religión, y sabiendo el fervor con que servían á nueslro Señor y la perfección de su religión, se aficionó á ella de suerte, que pidió el hábito, y después lo recibió con gran sentimiento de los canónigos reglares que dejaba, y nó con menor gusto y alegría de los padres cartujos que le ganaban. Entrando en la Carlnja, fué maravillosa la vida de Hugon: al principio tuvo fuertes y terribles lenlaciones sensuales; mas él con la oración, ayunos y penitencias domaba la carne y la sujetaba al cspírilu con lan grave fervor que no le pudiese derribar. Hallóse una vez muy apretado y afligido de esta tonlacion; porque la sangre y la edad, y la astucia y braveza de Satanás lemblemcnle le combatían: encomendóse mucho á la Virgon de las vírgenes y Madre do toda pureza , María nuestra Señora ; y por su intercesión se VÍÓ libre de aquel trabajo : aunque algunos dicen que esta vez alcanzó vicioria por las oraciones de un santo padre , que se llamaba Basilio, que habia sido prior de la Gran Carluja y recibido á Hugon en ella, y poco antes habia pasado do esta vida á la cierna. No se contentaba llugon con cumplir perfectamente con las obligaciones de su regla con ser lan austera, sino que añadía nuevas y exquisitas asperezas; porque en la cuaresma ayunaba tres dias á pan y agua cada semana, y cargado de un áspero silicio se disciplinaba y tralaba su cuerpo como si no fuera de carne. Ordenáronle de sacerdote, y ántes quelo fuese, unsanlo monge le profetizó que lo seria, y después obispo como lo fué y abajo se dirá. Hiciéronle procurador de su convenlo.al cabo de diez y ocho anos que habia vivido en él: y él hizo nqncl oficio fan cscogidamcnlp, que edificó mucho á sus frailes y admiró á todos los seglares que venian á tratar con él: y su fama se extendió por muchas partes y llegó hasta el reino do Inglalerra, donde habiendo muerto el prior de la Cartuja de Vithamio, en la diócesi bathomense que habia fundado el rey de Inglaterra Enrique, II de este nombre, el mismo rey envió mensajeros suyos á la Cartuja donde moraba Hngon, para que se le enviasen por prior de aquel convento. Y puesto caso que los religiosos té lo negaron por primera vez, no pudieron resistir á la voluntad del rey la segunda, porque se les pedia con grande instancia y apretadamente; y así se partió del convento donde estaba para Inglaterra, llorando él y lodos los frailes: él porque iba á ser superior, y los frailes porque los dejaba. Llegó á Inglaterra, donde fué muy bien recibido del rey y de su corte. Tomó la posesión de su convento, que por ser en los principios estaba muy pobre y desacomodado; y el santo varón consoló á sus mongesy los exhortó á la fortaleza y á llevar con alegría las incomodidades y menguas que padecian por nuestro Seilor. Después, encomendándose á él muy de veras y con afectuoso corazón, procuró proveer á sus frailes de lo que hablan menester, así en el edificio como en la comida y veslido, para que mejor pudiesen atender á servir á aquel Señor que los habia llamado á tan alta vocación, y desocupados do los cuidados de la tierra anhelar á los del cielo. Para hacer esto le ayudó mucho la aíkion que le cobró el rey Enrique, movido de su trato y santa y dulce conversación; porque admirado de las grandes virtudes de Ilogon y de sus pr udentes razonamientos y consejos, le comenzó á venerar y favorecer en gran manera : mandóle dar todo lo que pedia para acabar y aderezar su casa y para sustento de sus religiosos; y Dios nuestro Sefior que habia lomado debajo do sus alas a! santo prior, le, envió una buena ocasión para que el rey le amase, estimase y favoreciese mas: porque volviendo el rey por mar á Inglaterra, tuvo una terrible y tan espantosa tempestad, que todos los que venían en la nave con él se tuvieron por muertos; y el mismo rey, conociendo su peligro, se encomendó á san Ilngon, y suplicó á nueslro Simor que por intercesión delsanto confesor le lihrase de aquel tan evidente peligro, en el cual estaba por sus pecados. Vióso luego la eficacia de esta oración ; porque de repeiiíc se serenó el cielo y se sosegó el mar yse amansaron los vientas, y el rey y toda la gente llegaron al puerto deseado: y ftim se escribe que el rey prometió nombrar por obispo á san üugon, si por su intercesión salia de aquel conflicto, y así lo hizo. Divulgóse este milagro por lodo el reino por haber acaecido en la persona del rey, y acrecentó la opinión quede la santidad de llugon lodos tenían, y cotila opinión creció también la estima y reverencia á su persona, y muchos vinieron á él por estar debajo de su disciplina y gobierno, y menospreciadas del lodo las vanidades del siglo, abrazarse en la Cartuja con la cruz de Cristo. Él los recibía y les daba el hábito de su religión, y los amoldaba á su regla é instituto, pero mas con ejemplos que con palabras; porque vivía como un hombrearrebatado y que moraba mas en el cielo que en la tierra. Eran muy frecuentes y enírafiables sus suspiros, y de noche, en aquel poco suefioque dormia, repetía muchas veces esta palabra: Amen, amen. Cuando entraba en el i efeclorio los días de fiesta á comer, tenia siempre los ojos bajos y puestos en la mesa, la mano

392 LA LEYENDA BE ORO. nu 17.<br />

DIA 17.<br />

SAN IltiGON, OBISPO v CONFIÍSOU.—La vida <strong>de</strong>l glorioso<br />

confesor <strong>de</strong> Cristo san Hugon, raonge <strong>de</strong> la sagrada ór<strong>de</strong>n<br />

<strong>de</strong> la Cartuja y espejo <strong>de</strong> santos obispos, escribió un autor<br />

que vivió con él familiarmente, en cinco libros que abreviados<br />

refiere el IV Fr. Lorenzo Surio en el vi lomo <strong>de</strong> las<br />

<strong>Vidas</strong> <strong>de</strong> los santos; y Silvestre Giraldo asimismo y Adon<br />

Carttisiano escribieron su vida, como lo dice Juan Molano,<br />

y es <strong>de</strong> esta manera.<br />

Fué san Hngon <strong>de</strong> la provincia <strong>de</strong> Borgoña, hijo <strong>de</strong> padres<br />

nobles: su padre fué valeroso soldado y temeroso<br />

<strong>de</strong> Dios: el cual, siendo muerta ya su mujer y Hugon, su<br />

hijo, <strong>de</strong> solos ocho años, para que no se divirliese y cayese<br />

en las travesuras en que suelen caer los muchachos, ib<br />

ofreció al Señor en un convento <strong>de</strong> canónigos reglares que<br />

estaba cerca <strong>de</strong>l pueblo en que él vivia. Diéronle luego por<br />

ayo y maestro á un sanio viejo para que le enseñase virtud<br />

y letríis, solíale <strong>de</strong>cir el maestro: Hugon, hijo, yo lo<br />

crio para Cristo, y así <strong>de</strong>bes <strong>de</strong>jar los juegos y burlas ; y<br />

Hugon era tan bien inclinado y <strong>de</strong> tan buena condición,<br />

que no tenia repugnancia á ninguna cosa <strong>de</strong> virtud, y en<br />

los tiernos años parecía viejo en el seso. No se contentó su<br />

padre con haber entregado su hijo á aquel monasterio,<br />

sino él también tocado <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong>l Señor, <strong>de</strong>jando todas<br />

las cosas perece<strong>de</strong>ras <strong>de</strong>l siglo, se entró en el mismo<br />

monasterio y se consagró al Señor. Siendo ya Hugon<br />

<strong>de</strong> diez y nueve años, le or<strong>de</strong>naron <strong>de</strong> snbdiácono y le<br />

encomendaron cargos mayores; mas el Señor que se quería<br />

servir <strong>de</strong> él en olra vida mas perfecta y áspera, or<strong>de</strong>nó<br />

las cosas <strong>de</strong> olra manera; porque un dia yendo con el<br />

prior <strong>de</strong> su convento á un monasterio <strong>de</strong> la Cartuja, y<br />

viendo á los padres <strong>de</strong> aquella santa religión, y sabiendo<br />

el fervor con que servían á nueslro Señor y la perfección<br />

<strong>de</strong> su religión, se aficionó á ella <strong>de</strong> suerte, que pidió el<br />

hábito, y <strong>de</strong>spués lo recibió con gran sentimiento <strong>de</strong> los<br />

canónigos reglares que <strong>de</strong>jaba, y nó con menor gusto y<br />

alegría <strong>de</strong> los padres cartujos que le ganaban. Entrando<br />

en la Carlnja, fué maravillosa la vida <strong>de</strong> Hugon: al principio<br />

tuvo fuertes y terribles lenlaciones sensuales; mas él<br />

con la oración, ayunos y penitencias domaba la carne y la<br />

sujetaba al cspírilu con lan grave fervor que no le pudiese<br />

<strong>de</strong>rribar. Hallóse una vez muy apretado y afligido <strong>de</strong> esta<br />

tonlacion; porque la sangre y la edad, y la astucia y braveza<br />

<strong>de</strong> Satanás lemblemcnle le combatían: encomendóse<br />

mucho á la Virgon <strong>de</strong> las vírgenes y Madre do toda pureza<br />

, María nuestra Señora ; y por su intercesión se VÍÓ<br />

libre <strong>de</strong> aquel trabajo : aunque algunos dicen que esta vez<br />

alcanzó vicioria por las oraciones <strong>de</strong> un santo padre , que<br />

se llamaba Basilio, que habia sido prior <strong>de</strong> la Gran Carluja<br />

y recibido á Hugon en ella, y poco antes habia pasado<br />

do esta vida á la cierna. No se contentaba llugon con<br />

cumplir perfectamente con las obligaciones <strong>de</strong> su regla<br />

con ser lan austera, sino que añadía nuevas y exquisitas<br />

asperezas; porque en la cuaresma ayunaba tres dias á pan<br />

y agua cada semana, y cargado <strong>de</strong> un áspero silicio se<br />

disciplinaba y tralaba su cuerpo como si no fuera <strong>de</strong> carne.<br />

Or<strong>de</strong>náronle <strong>de</strong> sacerdote, y ántes quelo fuese, unsanlo<br />

monge le profetizó que lo seria, y <strong>de</strong>spués obispo como<br />

lo fué y abajo se dirá. Hiciéronle procurador <strong>de</strong> su convenlo.al<br />

cabo <strong>de</strong> diez y ocho anos que habia vivido en él:<br />

y él hizo nqncl oficio fan cscogidamcnlp, que edificó mucho<br />

á sus frailes y admiró á todos los seglares que venian<br />

á tratar con él: y su fama se extendió por muchas partes<br />

y llegó hasta el reino do Inglalerra, don<strong>de</strong> habiendo<br />

muerto el prior <strong>de</strong> la Cartuja <strong>de</strong> Vithamio, en la diócesi<br />

bathomense que habia fundado el rey <strong>de</strong> Inglaterra Enrique,<br />

II <strong>de</strong> este nombre, el mismo rey envió mensajeros suyos<br />

á la Cartuja don<strong>de</strong> moraba Hngon, para que se le enviasen<br />

por prior <strong>de</strong> aquel convento. Y puesto caso que los<br />

religiosos té lo negaron por primera vez, no pudieron resistir<br />

á la voluntad <strong>de</strong>l rey la segunda, porque se les pedia<br />

con gran<strong>de</strong> instancia y apretadamente; y así se partió<br />

<strong>de</strong>l convento don<strong>de</strong> estaba para Inglaterra, llorando él y<br />

lodos los frailes: él porque iba á ser superior, y los frailes<br />

porque los <strong>de</strong>jaba. Llegó á Inglaterra, don<strong>de</strong> fué muy bien<br />

recibido <strong>de</strong>l rey y <strong>de</strong> su corte. Tomó la posesión <strong>de</strong> su convento,<br />

que por ser en los principios estaba muy pobre y<br />

<strong>de</strong>sacomodado; y el santo varón consoló á sus mongesy los<br />

exhortó á la fortaleza y á llevar con alegría las incomodida<strong>de</strong>s<br />

y menguas que pa<strong>de</strong>cian por nuestro Seilor. Después,<br />

encomendándose á él muy <strong>de</strong> veras y con afectuoso<br />

corazón, procuró proveer á sus frailes <strong>de</strong> lo que hablan<br />

menester, así en el edificio como en la comida y veslido,<br />

para que mejor pudiesen aten<strong>de</strong>r á servir á aquel Señor que<br />

los habia llamado á tan alta vocación, y <strong>de</strong>socupados do<br />

los cuidados <strong>de</strong> la tierra anhelar á los <strong>de</strong>l cielo. Para hacer<br />

esto le ayudó mucho la aíkion que le cobró el rey Enrique,<br />

movido <strong>de</strong> su trato y santa y dulce conversación;<br />

porque admirado <strong>de</strong> las gran<strong>de</strong>s virtu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Ilogon y <strong>de</strong><br />

sus pr u<strong>de</strong>ntes razonamientos y consejos, le comenzó á venerar<br />

y favorecer en gran manera : mandóle dar todo lo<br />

que pedia para acabar y a<strong>de</strong>rezar su casa y para sustento<br />

<strong>de</strong> sus religiosos; y Dios nuestro Sefior que habia lomado<br />

<strong>de</strong>bajo do sus alas a! santo prior, le, envió una buena ocasión<br />

para que el rey le amase, estimase y favoreciese mas:<br />

porque volviendo el rey por mar á Inglaterra, tuvo una<br />

terrible y tan espantosa tempestad, que todos los que venían<br />

en la nave con él se tuvieron por muertos; y el mismo<br />

rey, conociendo su peligro, se encomendó á san Ilngon,<br />

y suplicó á nueslro Simor que por intercesión <strong>de</strong>lsanto<br />

confesor le lihrase <strong>de</strong> aquel tan evi<strong>de</strong>nte peligro, en el<br />

cual estaba por sus pecados. Vióso luego la eficacia <strong>de</strong><br />

esta oración ; porque <strong>de</strong> repeiiíc se serenó el cielo y se<br />

sosegó el mar yse amansaron los vientas, y el rey y toda<br />

la gente llegaron al puerto <strong>de</strong>seado: y ftim se escribe<br />

que el rey prometió nombrar por obispo á san üugon, si<br />

por su intercesión salia <strong>de</strong> aquel conflicto, y así lo hizo.<br />

Divulgóse este milagro por lodo el reino por haber acaecido<br />

en la persona <strong>de</strong>l rey, y acrecentó la opinión que<strong>de</strong><br />

la santidad <strong>de</strong> llugon lodos tenían, y cotila opinión creció<br />

también la estima y reverencia á su persona, y muchos<br />

vinieron á él por estar <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> su disciplina y gobierno,<br />

y menospreciadas <strong>de</strong>l lodo las vanida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l siglo,<br />

abrazarse en la Cartuja con la cruz <strong>de</strong> Cristo. Él los recibía<br />

y les daba el hábito <strong>de</strong> su religión, y los amoldaba á su<br />

regla é instituto, pero mas con ejemplos que con palabras;<br />

porque vivía como un hombrearrebatado y que moraba mas<br />

en el cielo que en la tierra. Eran muy frecuentes y enírafiables<br />

sus suspiros, y <strong>de</strong> noche, en aquel poco suefioque<br />

dormia, repetía muchas veces esta palabra: Amen, amen.<br />

Cuando entraba en el i efeclorio los días <strong>de</strong> fiesta á comer,<br />

tenia siempre los ojos bajos y puestos en la mesa, la mano

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